O que é este blog?

Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida;

Meu Twitter: https://twitter.com/PauloAlmeida53

Facebook: https://www.facebook.com/paulobooks

Mostrando postagens com marcador Rússia. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Rússia. Mostrar todas as postagens

domingo, 21 de setembro de 2014

Tres ideas equivocadas: Putin-Russia, Obama-USA; China-potencia mundial - Moises Naim

Putin é um autocrata ao estilo dos seus predecessores czaristas; vai falhar, como eles falharam, em criar instituições sólidas, pois que pretende que elas sejam baseadas em sua vontade exclusiva. Ademais, a Rússia é um gigante com pés de barro, ou seja, um grande país, com enormes recursos naturais, mas com instituições frágeis, que não permitem que o país se integre naturalmente, e beneficamente, com o seu contexto regional, que deveria ser a Europa ocidental e toda a Ásia central. Como império, vai falhar, como já dizia Renouvin.

Obama, obviamente, é um perfeito social-democrata num país que preza muito mais o empreendedorismo individual, e tem reações isolacionistas reiteradas, em meio a impulsos para corrigir o que acha errado no mundo, mas que sente que podem colocar em perigo seu modo de vida. Idealismo tipicamente americano, que de toda forma deixaria o mundo melhor, se não existissem obstáculos formidáveis nesse mundo, justamente aqueles que derivam de autocratas como Putin, Xi Jin-ping e outros ditadores ordinários e vagabundos em outras paragens.

Finalmente, a China, de fato uma enorme potência econômica, mas que precisa de um Big Brother para conter os impulsos internos, anárquicos, de uma população que foi secularmente oprimida pelos mandarins, antes imperiais, hoje do Partido Comunista. Como sempre acontece em sua história, as dinastias duram enquanto o poder central for capaz de controlar o povo, com a ajuda de mandarins eficientes. Depois, estes se tornam corruptos, e alguém derruba o imperador para colocar outro em seu lugar. O imperador hoje é o Partido Comunista, com seus novos mandarins, tão corruptos quanto os das dinastias imperiais. Isso um dia acaba...
Paulo Roberto de Almeida

EL OBSERVADOR GLOBAL

Tres ideas equivocadas

Turbulencia geopolíticas, crisis económicas y convulsiones sociales no dan tiempo de pensar


En estos días es fácil equivocarse. La turbulencia geopolítica, las crisis económicas y las convulsiones sociales se suceden a tal velocidad que no da tiempo de pensar con calma y calibrar bien lo que está sucediendo en el mundo.
En este ambiente tan revuelto, algunas ideas han arraigado tanto entre expertos como en la opinión pública internacional. A pesar de su popularidad, varias de ellas están equivocadas. Por ejemplo, estas tres:
1. Vladímir Putin es el líder más poderoso del mundo. Por ahora. ¿Pero cuán duradero es el enorme poder que hoy concentra? No mucho. La economía rusa, que no iba bien desde antes del conflicto con Ucrania, se ha debilitado aún más debido a las severas sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa. El valor del rublo ha caído a su mínimo histórico, la fuga de capitales es enorme (74.000 millones de dólares tan solo en el primer semestre), la inversión se ha detenido y la actividad económica se contrajo. El Kremlin ha debido echar mano de los fondos de pensiones para mantener a flote grandes empresas cuyas finanzas han colapsado al perder acceso a los mercados financieros internacionales. La producción de petróleo ha disminuido y las nuevas inversiones de las que depende la producción futura se han parado. Por otro lado, el machismo bélico de Putin le ha dado nueva vida y mayor protagonismo a una organización que él detesta y que estaba en vías de extinción: la OTAN. Y esta semana se confirmó el fracaso de Putin en detener el acercamiento de Ucrania a la Unión Europea, después de que el Parlamento de Kiev y la Eurocámara ratificaran un acuerdo de asociación. Putin seguirá siendo un líder importante y sus actuaciones tendrán consecuencias mundiales. Después de todo, preside autocráticamente uno de los países más grandes del mundo y su nacionalismo lo ha hecho muy popular entre los rusos. Pero su estrategia económica, sus relaciones internacionales y su política doméstica son insostenibles.
2. Obama fracasó. La popularidad de Obama es la mitad de la de Putin. La renuencia del presidente norteamericano a intervenir militarmente, de manera mucho más agresiva, en Siria, Ucrania o contra el Estado Islámico le ha valido severas críticas. Su fracaso a la hora de lograr el apoyo del Congreso para aprobar leyes indispensables ha expandido la idea de que Obama es un novato que no sabe manejar el poder o que EE UU ya no es una superpotencia, o no sabe actuar como tal.
Esta afirmación se debe a que se tiende a sobreestimar el poder de EE UU. Y a la creencia de que basta con que la Casa Blanca decida intervenir para que los problemas se arreglen o se mitiguen. Esto nunca fue cierto, aunque antes el presidente norteamericano gozaba de un mayor grado de libertad que ahora. Pero el mundo ha cambiado, y el poder ya no es lo que era. Incluso el presidente de EE UU tiene menos poder que el que tenían sus predecesores. Desde esta perspectiva, Obama se ha manejado mucho mejor de lo que le conceden quienes creen que su cargo confiere poderes casi sobrehumanos.
3. China es la próxima superpotencia del planeta. Es inevitable que dentro de unos años China tenga la economía más grande del mundo. Sus fuerzas armadas también están creciendo rápidamente, así como su protagonismo internacional. Su influencia en África, América Latina y sus vecinos asiáticos es indudable. La capacidad del Gobierno chino para construir grandes infraestructuras es también incuestionable y su éxito económico y social es fenomenal. Esto hace que muchos supongan que China será la nueva potencia hegemónica del siglo XXI. Yo no lo creo. Sabemos que existen dos Chinas: una industrializada, moderna, la de los rascacielos, la globalización y gran dinamismo económico. Pero también sabemos que hay una China muy pobre y con enormes necesidades insatisfechas de vivienda, salud, educación, agua, electricidad, etc. El ingreso del 48% de la población que vive en esta China más pobre y rural es un tercio de lo que ganan sus compatriotas en las ciudades. Sorprende, además, que, a pesar de sus éxitos, el Gobierno muestre gran inseguridad. Gasta más en seguridad interna que en defensa externa, por ejemplo. Un tercio del territorio chino, Tíbet y Xinjiang, vive en una crónica ebullición política a la que Pekín responde con fuerte represión y permanente intervención militar. Y los esfuerzos gubernamentales por controlar la información, censurar Internet y limitar el intercambio de ideas son legendarios. Este ambiente inhibe la innovación, ingrediente indispensable para que un país tenga éxito.
Es obvio que China tendrá cada vez más peso en la economía y la política del mundo. Pero no será la potencia dominante.
En el siglo XXI ningún país podrá desempeñar ese papel.

Sígueme en Twitter en @moisesnaim

sexta-feira, 8 de agosto de 2014

Da serie: "Voce sabia?" (mas esta e' seria, mesmo sendo da serie...)


Caro leitor: você sabia que "86% dos alimentos consumidos na Rússia são importados"?
Estou achando um exagero, mas considerando que é a Bloomberg que diz, e que Vladimir Putin, como seu mentor, Vladimir Ilich Ulianov, é um brilhante estrategista político, mas um economista sofrível (para não dizer medíocre), pode ser que seja verdade. Afinal de contas, ele passou anos ordenhando a vaca petrolífera da Rússia, numa maldição do petróleo para ninguém botar defeito, construindo uma petroditadura para também ninguém botar defeito, é muito provável, sim, que ele tenha conseguido, como aqui os companheiros, destruir a indústria nacional, deixando uma terra arrasada atrás de si.
Os companheiros aqui acham que vão lucrar com as sanções ocidentais -- já que eles pouco se importam com a Ucrânia, com a coerência diplomática, com os princípios do direito internacionais e todas essas coisas sem importância nas relações internacionais -- mas os russos, que já prejudicaram o Brasil diversas vezes nas relações comerciais (inclusive com corrupção na importação de carnes, justamente, quando se cobrava propina para autorizar abatedouros, aliás muito poucos autorizados), vão novamente nos prejudicar quando acharem que isso lhes é conveniente. Sabem como é, essa solidariedade dos Brics só vale numa direção...
Paulo Roberto de Almeida

Tiros no pé

Matéria da Bloomberg destaca a maneira curiosa que o presidente russo Vladimir Putin encontrou para penalizar seus adversário europeus e americanos, via sanções comerciais.

Quem ganha e quem perde mais com a relação abaixo?

+ As exportações para os EUA e Europa representam 13% do PIB da Rússia
+ As exportações para a Rússia impactam cerca de 0,1% no PIB americano
+ As exportações para a Rússia respondem por cerca de 0,8% do PIB da União Européia
+ 86% dos alimentos consumidos na Rússia são importados
+ Disso, os produtos americanos e europeus barrados de entrar na Rússia provém o equivalente a 38% dos alimentos importados que são consumidos no país.


Da coluna diária da Consultoria Empiricus
(aquela mesma que foi acusada pelo Planalto de fazer terrorismo eleitoral...)

quarta-feira, 16 de julho de 2014

Our MEN in Havana? Back to good old days...


Russia to Reopen Spying Post in Cuba


MOSCOW — Russia has decided to reopen an electronic eavesdropping post in Cuba that it closed more than a decade ago, reaching out for a one-time symbol of its global superpower status, Russian officials and newspaper reports said on Wednesday.
President Vladimir V. Putin agreed with Cuba’s leader, Raúl Castro, during a visit to Cuba last week to reopen the post. In exchange, Mr. Putin agreed to forgive about 90 percent of Cuba’s Soviet-era debt to Russia, or about $32 billion. News of the debt relief emerged last week, but the agreement to reopen the listening post was first reported Wednesday by the Russian newspaper Kommersant.
Members of the Russian Parliament appeared to confirm the report in public statements praising what seemed to be a step by Russia toward re-establishing a military presence in Cuba, at a time when the conflict in Ukraine has sent Russian-American relations spiraling to their lowest point since the end of the Cold War.

segunda-feira, 14 de julho de 2014

Fukuyama: 25 anos de Fim da Historia, e a democracia liberal de mercado ainda nao foi superada...

...e nem será dentro de em breve, pelo menos não enquanto alguns grandes atores -- Rússia, China -- e outros menores -- ditaduras atrasadas em alguns pontos do Sul, caudilhos ridículos na América Latina -- não se converterem plenamente às formas liberais de governança, o que só quer dizer uma coisa: democracias de mercado.
Mesmo que seus atuais ditadores não queiram, o processo vai acabar se impondo, pela força das demandas de seus próprios povos. Isso é inevitável e só depende do tempo e da educação política dos setores médios nesses países.
Permito-me relembrar que escrevi um texto, aos 20 anos da tese de Fukuyama, cuja referência e link aqui seguem:

O “Fim da História”, de Fukuyama, vinte anos depois: o que ficou?, por Paulo Roberto de Almeida, in: Meridiano 47, n.114, janeiro de 2010

Por enquanto fiquem com esta entrevista concedida por ele à Deutsche Welle, que me foi enviada por um leitor habitual deste blog.
Paulo Roberto de Almeida

HISTÓRIA

"Ainda tenho razão", afirma Francis Fukuyama, filósofo do "fim da história"

Cientista político americano, autor de "O fim da história", vê democracia liberal como ápice da evolução sociocultural. Em entrevista à DW, defende a teoria lançada há 25 anos e rebate noção de uma nova Guerra Fria.
Em 1989, o cientista político e economista americano Francis Fukuyama publicava seu famoso artigoO fim da história? na revista The National Interest. Nele, argumentava que a difusão mundial das democracias liberais e do livre capitalismo de mercado possivelmente sinalizavam o fim da evolução sociocultural da humanidade. Três anos mais tarde, ele publicaria o livro O fim da história e o último homem, onde expandia essas ideias.
Decorrido um quarto de século, os pontos de vista de Fukuyama continuam sendo debatidos e criticados. Em entrevista à DW, o filósofo de 61 anos afirma que tais ataques a seu texto são decorrentes de uma interpretação equivocada, e defende suas teses à luz de eventos geopolíticos recentes.
DW: Em 1989, o senhor publicou seu artigo mais conhecido, O fim da história?. Vinte e cinco anos atrás, numerosos críticos diziam: "Esse cara está errado." O senhor sente que foi mal entendido ou admite agora que estava errado?
Francis Fukuyama: Acho que os maiores problemas têm a ver com um mal entendido. O conceito de "fim da história" era a questão: em que rumo a história aponta? Para o comunismo – que era o ponto-de-vista de muitos intelectuais, antes – ou na direção da democracia liberal? E acho que, neste ponto, ainda estou certo.
História, no sentido filosófico, é realmente o desenvolvimento, ou a evolução – ou modernização – de instituições, e a questão é: nas sociedades mais desenvolvidas do mundo, que tipo de instituições são essas?
Acho que está bem claro que qualquer sociedade que pretenda ser moderna ainda precisa ter uma combinação de instituições políticas democráticas com uma economia de mercado. E eu não acho que a China, a Rússia ou qualquer outro concorrente invalidem esse argumento.
O senhor menciona a China e a Rússia. Eu gostaria de conversar sobre a Ucrânia. Onde o senhor nos vê historicamente nesse momento?
Bem, eu acho que a Rússia não se desenvolveu na direção de uma democracia liberal de verdade, e suas ambições territoriais e geopolíticas não desapareceram. Mas no fim das contas, eu acho que o sistema russo é muito fraco, ele depende completamente de preços altos de energia. Mesmo na Rússia ele não é aceito inteiramente como uma forma legítima de governo. Então não é um real competidor.
Quando o senhor vê o presidente russo, Vladimir Putin, na televisão, e vê o comportamento dele, o senhor o considera um bom exemplo para a sua tese de que reconhecimento é um impulsionador importante da história?
Penso que, de diversas maneiras, é isso. Porque ele e muitos outros russos recorrem a um poço de ressentimentos – de que a Rússia não teve reconhecimento, de que foi considerada fraca, de que os seus interesses não foram respeitados pelos países ocidentais durante a ampliação da Otan, e pelas coisas que aconteceram nas décadas de 1990 e 2000. Assim, eu creio que reconhecimento, para ele, é uma questão.
Putin na TV: movido pela necessidade de reconhecimento?
Os políticos ocidentais, americanos ou europeus, deveriam dar atenção, reconhecimento a Putin?
Acho que é tarde demais para isso. Muitos desses problemas foram baseados em decisões tomadas na década de 90, e é impossível desfazê-las. Eu realmente acredito que é preciso tratar a Rússia como um país sério, com seus interesses nacionais próprios. Eles podem não ser os mesmos que os nossos, mas é preciso, de qualquer forma, começar pelo respeito.
Os acontecimentos na Ucrânia parecem ser o início de uma segunda Guerra Fria. Entretanto, no momento há sinais de que ambos os lados estão cedendo. O senhor diria que essa Guerra Fria está suspensa, por enquanto?
A Guerra Fria foi um fenômeno tão diferente! Era um conflito global, um conflito de ideias e a respeito de dois sistemas políticos muito diferentes. Isso agora é uma batalha para restaurar a dignidade dos russos, sem implicações reais fora das áreas da antiga União Soviética. Então, nesse sentido, não é nem um pouco parecido com a Guerra Fria em si.
No tocante a sistemas e governos que funcionem, qual é a sua visão de seu próprio país, os Estados Unidos?
Eu argumento, num próximo livro, que o sistema político americano se deteriorou em muitos aspectos por ter sido seriamente sequestrado por diversos grupos de interesses poderosos. Muitos dos instrumentos de freio e contrapeso (checks and balances), de que nos orgulhamos, resultaram, na prática, no que eu chamo de "vetocracia", ou seja: grupos demais detêm o poder de barrar decisões. Como resultado, o Congresso ficou paralisado, o que eu considero um grande problema para nós.
As instituições democráticas americanas estão em decadência? O que isso significaria para os EUA, como um todo: eles são uma superpotência em retirada?
Não, não vejo a coisa assim, absolutamente, porque na verdade a economia americana está bem de saúde e é, provavelmente, a mais saudável de todas as grandes economias democráticas. Gás de xisto, Silicon Valley: há muitas fontes de crescimento e inovação. Eu apenas acho que o sistema político não vai bem. Mas a sociedade americana é sempre um pouco mais o setor privado do que o setor público.
Voltando a O fim da história, qual é a sua previsão para os próximos 10 ou 20 anos?
Acho que nós estamos passando por um período difícil, em que tanto a Rússia quanto a China se expandem. Mas estou convencido de que é um fenômeno limitado, que, a longo prazo, só existe uma ideia organizadora importante: a ideia de democracia numa economia de mercado. Portanto, a longo prazo, eu continuo otimista.

segunda-feira, 7 de julho de 2014

Relacoes Brasil-Cuba: em direcao de um futuro calote? - Russia cancela divida bilateral com Cuba

Em meio a um longo artigo sobre as loucuras argentinas, uma noticia que não seria surpreendente se não nos tocasse também, no plano dos compromissos financeiros.
Destaco este trecho e comento:

El viernes pasado, Moscú canceló a Cuba una deuda color sepia con la Unión Soviética: US$ 35.000 millones, impagables.

Comento: o Brasil seria a Rússia de amanhã?
Muito provavelmente, pois Cuba não vai pagar os empréstimos -- SECRETOS, não custa lembrar -- fez à ditadura comunista, e que servem de alento ao moribundo regime da ilha-prisão, em estado pré-falimentar.
35 bilhões de dólares não é pouca coisa, mas é o resultado de anos e anos de subsídios soviéticos a um regime condenado à bancarrota. Quanto o Brasil já comprometeu no mesmo circuito de calotes anunciados?
Por acaso, sabe-se que o Ministério do Desenvolvimento Agrário, que sempre esteve no círculo de "influências" do MST, liberou mais 58 milhões de dólares para financiar compra de equipamentos para subsidiar a agricultura familiar cubana. Ou seja, além de subsidiar nossos próprios agricultores familiares, o MDA do MST financia os cubanos. E o ministro vai a Cuba ainda este ano. Como se vê, o Brasil continua generoso com uma ilha falida...
Paulo Roberto de Almeida

Alianzas ingenuas en la guerra contra EE.UU.
Por Carlos Pagni
La Nación (Argentina), 6/07/2014

Lo único que falta es que Nicolás Maduro denuncie a la faringolaringitis como la última enfermedad que el imperialismo inocula en la América bolivariana para frustrar su liberación. Por culpa de esa afección, Cristina Kirchner tuvo que suspender la celebración de la Independencia, prevista para pasado mañana en Tucumán.
El silencio político, única respuesta al escándalo Boudou, se transformó en silencio clínico. Una frustración para Maduro, Evo Morales, Rafael Correa y José Mujica, que visitarían el país para apoyar a la Presidenta en su campaña contra los holdouts.
Ella aplicó al problema de la deuda en default el protocolo del reclamo por Malvinas. Donde siempre dice "Reino Unido", ahora dice "buitres". El sábado, la Presidenta debería estar repuesta. Ese día llegará Vladimir Putin. Y el 19, Xi Jinping, el presidente de China. La búsqueda de esos respaldos hace juego con la creciente politización del pleito con los holdouts.
Primero se denunció la voracidad desalmada de los "buitres"; después, la "extorsión" de Thomas Griesa; ahora, la contradicción es con Washington. El objetivo es que la Argentina integre un bloque contra los Estados Unidos, en una nueva pero dudosa Guerra Fría.
Esta estrategia, si se la puede llamar así, tiene algunas deficiencias inquietantes. La primera es que supone que Daniel Pollack, el special master designado por Griesa, es sensible a la presión de la diplomacia. Pollack recibirá hoy en Nueva York a una comitiva de funcionarios argentinos: el ministro de Economía, Axel Kicillof; el secretario de Finanzas, Pablo López; el secretario legal del Ministerio de Economía, Federico Thea, y el subprocurador del Tesoro, Javier Pargament. Es improbable que hablen de los pronunciamientos del G-77 o de las recomendaciones de la OEA sobre las reestructuraciones de deuda. Pollack ni siquiera ejerce una mediación: es el mero ejecutor de la sentencia de Griesa.
La otra falla de la campaña oficial es que llegó fuera de hora. En el supuesto de que el Poder Judicial de los Estados Unidos sea receptivo de alguna sugerencia política, la del kirchnerismo es extemporánea. Las presentaciones internacionales de Kicillofy Héctor Timerman, igual que las advertencias de economistas extranjeros sobre el riesgo en que ha puesto Griesa a las finanzas globales, hubieran sido oportunas antes de que la Corte de los Estados Unidos rechazara la apelación argentina. La Presidenta tuvo más de diez años para realizar ese ejercicio. Pero recién se despabiló al advertir que sería ella, y no su sucesor, la responsable de pagar. Entonces ordenó saldar contra reloj todas las deudas -Ciadi, Club de París, Repsol-, y creyó que con eso alcanzaría para que los jueces norteamericanos no pusieran al país al borde del default. No funcionó. Ahora el esfuerzo diplomático es muy tardío. De nada sirve despotricar contra una sentencia firme.
El kirchnerismo puso en funcionamiento sus creencias más atávicas. Primero, no hay decisión jurídica ni económica que no pueda ser doblegada por la política. Segundo, la independencia de los magistrados es tan ilusoria en los Estados Unidos como en la Argentina o Venezuela. Hay un tercer axioma, que se activará en los próximos días: el poder de Washington se sentirá menoscabado si en Buenos Aires deciden "irse con otro". Néstor Kirchner giró hacia el chavismo en 2005, cuando advirtió que George Bush no sería su abogado frente al Fondo Monetario Internacional. Cristina Kirchner firmó su acuerdo con Irán, que hasta hoy no puede explicar, al convencerse de que, a pesar de su posición contra el terrorismo islámico, Barack Obama seguiría aplicándole sanciones comerciales. La indiferencia de la justicia neoyorquina pondrá a la Argentina en brazos de Putin y de Xi, que llegarán a Buenos Aires aprovechando que van a Brasil para la cumbre de los Brics.
Contexto Cambiado
El idilio con el presidente ruso comenzó con la anexión de Crimea. La representante argentina en la ONU, que votó en contra en el Consejo de Seguridad, se abstuvo diez días después en el plenario. "No cambiamos nosotros, sino el contexto", bromeó Timerman. Putin llega a Buenos Aires envuelto en la bandera antinorteamericana. El viernes pasado, Moscú canceló a Cuba una deuda color sepia con la Unión Soviética: US$ 35.000 millones, impagables. Además, desde que Estados Unidos y Europa la sancionaron, Rusia invita a sus socios a comerciar en monedas distintas del dólar.
En la Casa Rosada confían en que esa fobia terminará dando un beneficio. ¿Habrá un aporte ruso al alicaído Banco Central? Cristina Kirchner quiere que, antes de que llegue Putin, el Senado trate un proyecto que otorga inmunidad a las reservas monetarias que otros Estados depositen en el país. Esa protección ya fue dada por la ley 24.488, de 1995. Aunque el nuevo proyecto agrega un resguardo contra "cualquier medida coercitiva" -¿el embargo de un tercero?- y menciona entre los depositantes a "otras entidades monetarias".
Putin volará desde Buenos Aires hacia Fortaleza, donde el lunes 14 comienza la cumbre de los Brics: Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica. La innovación que esos países realizarán en el tablero internacional enfervorizará a la Presidenta: crearán un banco que cada uno capitalizará con US$ 10.000 millones. También formarán un fondo de reserva de US$ 100.000 millones, de los cuales China aportará 41.000 millones; Rusia, la India y Brasil, 18.000 millones cada uno, y Sudáfrica, 5000 millones. Los Brics ensayan una institucionalidad paralela a la del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Este nuevo régimen, alternativo al fundado en Bretton Woods, está diseñado, sobre todo, por los chinos, que no consiguen traducir su capacidad económica en poder en los organismos dominados por Europa y los Estados Unidos. ¿Será una de estas nuevas organizaciones la "otra entidad monetaria" a la que se refiere el proyecto que la Presidenta envió al Congreso?
La reunión de Fortaleza se prolongará en Brasilia, adonde los presidentes de los Brics invitaron a sus colegas de la Unasur. Si supera la faringolaringitis, la señora de Kirchner se verá allí con Xi, que el 19 visitará Buenos Aires. El presidente chino anunciará el desembolso de US$ 10.000 millones para las obras del Belgrano Cargas y las faraónicas represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Esas centrales serán construidas por la china Gezhouba, asociada con Electroingeniería, de Gerardo Luis Ferreyra, un íntimo de Carlos Zannini.
Los contratos se terminaron de iniciar el 13 de junio pasado. Es decir, 72 horas antes del rechazo de la Corte norteamericana. Los funcionarios argentinos leyeron esa anticipación como un respaldo. Para ellos todos los fenómenos están vinculados entre sí. Salvo las represas santacruceñas con el sistema eléctrico. Conectarlas costará varios miles de millones de dólares. Es un detalle.
A los chinos les resulta simpático que se interprete su incursión en Sudamérica como una avanzada contra Washington. ¿Washington no viene sellando acuerdos militares con Japón, Vietnam y Filipinas? Pero el paradigma de la Guerra Fría es engañoso para interpretar la actualidad. Para China, el grupo preferido es el que integra con los Estados Unidos: el G-2. Ambas potencias coinciden en la agenda de largo plazo: terrorismo, energía, alimentación y medio ambiente. Se volverá a notar pasado mañana, cuando comience en Pekín la sexta ronda de diálogo estratégico y económico de los dos países.
La ensoñación de construir un nuevo orden bipolar releva al kirchnerismo de explicitar una solución para un conflicto que, a diferencia del de Malvinas, tiene vencimiento el próximo 31. Los funcionarios que hoy visitan Nueva York esperan que Griesa despeje la muy discutible amenaza de la cláusula Rufo y de los "buitres" holgazanes, que no iniciaron juicio. Kicillof está atrapado por el dilema de Protágoras: pagando o dejando de pagar, siempre pierde. Así como los holdouts, que se cubrieron del default comprando credit default swaps, cobrando o dejando de cobrar, siempre ganan.
Tal vez sea contraproducente insultar al magistrado. Pero la señora de Kirchner ve en Griesa al emergente de una gran conspiración. El miércoles pasado terminó de corroborarlo. Ariel Lijo fue el invitado más visible en la celebración nacional de la embajada de los Estados Unidos. Para el oficialismo hay una armonía tranquilizadora: a Griesa y Lijo los mueve el mismo titiritero. Además, en la fiesta también estuvo Héctor Magnetto. Todo cierra.

Igual hay un problema: así como la militancia internacional no resuelve la encerrona de los holdouts, la existencia ostensible de un complot no libera al kirchnerismo del lastre en que se ha convertido Amado Boudou. Sobre todo si, como afirman algunas versiones de las últimas horas, aparecen conexiones entre la causa Ciccone y los fondos administrados por el santacruceño Ernesto Clarence, a quien Elisa Carrió denomina "el cajero de los Kirchner". La Casa Rosada debería conseguir la licencia de Boudou. O la Presidenta tendrá más temas de los que no hablar.

sábado, 24 de maio de 2014

A geopolitica de uma nova Guerra Fria entre o "bloco" China-Russia e os EUA? - Marcos Troyjo

Discordo de dois elementos neste artigo: (a) de que a China seja uma nação-comerciante; (b) de que os dois novos aliados, China e Rússia, tenham encontrado a fórmula do eterno crescimento, uma afirmação aliás não contida neste artigo de Marcos Troyjo.
Para que uma nação seja um comerciante bem sucedido, não pode ser apenas intermediário, ou seja, é preciso produzir bens reais. A parte de produtos "estrangeiros" produzidos na China é provavelmente gradualmente menor do que os produtos propriamente chineses. Ou seja, o made in China vai ficando menor em relação ao made BY China. Esse é um fato.
Não creio, por outro lado, que grandes acordos governamentais, por mais bilhões que possam movimentar, representem o futuro do capitalismo (e não vejo outro futuro para os dois novos aliados).
A dinâmica do crescimento é sempre a da inteligência e da criação. Isso a China está fazendo, o que é duvidoso no caso da Rússia. Mas mesmo no caso da China, não creio que seja uma boa fórmula o capitalismo dirigido pelo Estado. Vão gastar dinheiro tomando decisões erradas, isso é inevitável.
Paulo Roberto de Almeida

O urso e o dragão
Marcos Troyjo
Folha de S. Paulo, Sexta, 23 de maio de 2014

Quebrar a espinha-dorsal do comunismo como força geopolítica. Topo da agenda da política externa norte-americana durante a Guerra Fria. 

Encontros secretos entre Kissinger e Chou-En-Lai nos anos 70 abriram avenida entre EUA e China -- e esta desacoplou-se do bloco comunista. 

Ante o potencial de relacionamento com o Ocidente, Pequim distanciou-se ainda mais de Moscou. Aprofundou-se o "Cisma Sino-Soviético". 

Desde então, a China embarcou num crescimento estonteante graças a seu modelo, agora em metamorfose, de Nação-Comerciante. 

A Rússia perambulou entre a memória de seu status como superpotência político-militar e a promessa -- não cumprida -- de prosperidade sustentada em formidáveis recursos humanos e energéticos.

Hoje, os dois gigantes voltam a aninhar-se. Para dissabor dos EUA, foi a Moscou que Xi Jinping fez sua primeira visita ao exterior como premiê. 

Nesta semana, Putin foi recebido na China como czar. Xangai foi fechada, aulas canceladas e feriado decretado para a visita do titular do Kremlin.

Constrangido no Ocidente pela mão pesada na Ucrânia, Putin saudou o relacionamento com Pequim como "prioridade incondicional da política externa russa". Acrescentou: elos com a China encontram-se no "nível mais elevado da História".

Os chineses aproveitaram as novas limitações russas no comércio com o Ocidente para barganhar num acordo de fornecimento de gás que se arrastava há 10 anos.

O negócio alcança US$ 400 bilhões. Foi concluído às pressas para que Gazprom e CNPC, megacorporações energéticas, o assinassem perante Putin e Xi Jinping.

Pequim e Moscou realizam manobras navais conjuntas. O comércio bilateral saltará dos atuais US$ 90 bilhões para US$ 200 bilhões em 10 anos.

Nos EUA, ninguém parece entender o que está acontecendo. Think-tanks como o Council on Foreign Relations e o Chicago Council on Global Affairs colocam os EUA no divã. 

Promovem "auto-análise" que opõe, de um lado, visão de política externa orientada pela opinião pública. Esta não quer encarar o preço da onipresença dos EUA.

Do outro, consolida-se a percepção nos setores mais treinados em assuntos globais de que esses movimentos da Eurásia fazem "renascer a geopolítica". Pregam reengajamento dos EUA mediante novo -- e caríssimo -- orçamento para relações exteriores e defesa.

Ganha corpo também, no mundo corporativo, a ideia de que sanções impostas a Putin criam "reserva de mercado" para potências não-ocidentais multiplicarem transações com a Rússia.

A política "principista" de Washington repetiria erros do tratamento dado a Cuba. Daí, o pior de três mundos. Afastamento no diálogo político, surgimento de projetos geoestratégicos alternativos e definhamento das relações econômicas.

Moscou reconforta-se na parceria chinesa. Pequim compraz-se ao ver os EUA rodopiarem na arena global feito barata tonta.

O Brasil, inocente, não pode vislumbrar no dueto urso-dragão idílio terceiro-mundista. São apenas dois monstros calculistas bailando à fria melodia de seus próprios interesses.


sexta-feira, 23 de maio de 2014

Vc quer tirar uma foto com Lenin, com Stalin, ou com Putin, o novo czar de algumas Russias (aumentando?)?

O que quer Vladimir Putin?

O maior objetivo do presidente da Rússia não é promover uma expansão imperialista, e sim fortalecer seu autoritarismo e esmagar a oposição interna

Nathalia Watkins, de Moscou, Veja, 16/05/2014
NACIONALISMO - Ensaio de desfile na Praça Vermelha, em Moscou: com Putin, as conquistas militares foram destacadas nos livros didáticos
NACIONALISMO - Ensaio de desfile na Praça Vermelha, em Moscou: com Putin, as conquistas militares foram destacadas nos livros didáticos      (Yuri Kozyrev/Noor)
Entre as muralhas vermelhas do Kremlin e lojas da Tiffany, Hermès e Louis Vuitton, milhares de russos aproveitam o calor da primavera para circular no coração da capital. Em uma das entradas da Praça Vermelha, visitantes formam fila para fazer pedidos, seguidos do lançamento de moedas sobre o marco zero de Moscou, o quadrado com um círculo no meio que fica no centro geográfico da cidade. Sem nenhuma cerimônia, um pedinte disputa os rublos no chão com uma mulher idosa. Sósias de Josef Stalin e Vladimir Lenin ficam ao redor na esperança de que os saudosistas paguem para tirar fotos com eles. Em poder de atração, nenhum deles é páreo para o sósia do presidente Vladimir Putin, o homem que desde março mantém o Ocidente em estado de tensão por ter anexado a Península da Crimeia à força e que agora empurra a Ucrânia para uma guerra civil de resultados imprevisíveis. “As pessoas se aproximam e me agradecem pela recuperação da Crimeia. Sou muito grato por ser parecido com o nosso presidente”, diz o sósia de Putin, que prefere não revelar o seu nome verdadeiro. Um clique ao seu lado custa 1 000 rublos, dinheiro suficiente para comprar onze sanduíches em uma loja do McDonald’s ali perto. “Todo mundo que me vê fica alegre e sorri. É assim comigo e com o nosso presidente. Os russos sabem que com ele tudo ficará bem, em ordem”, diz o Putin de mentira. Enquanto Lenin e Stalin labutam o dia todo, o requisitado Putin trabalha somente duas horas por dia e apenas em alguns dias da semana.
Putin, o sósia, fala em “recuperação” da Crimeia da mesma forma que Putin, o verdadeiro. A maioria dos russos pensa de maneira semelhante. Não se encontra quem aceite o termo “anexação” para explicar a tomada daquela região pela Rússia. Para eles, a península que então pertencia à Ucrânia sempre foi uma parte de seu país, salvo em um breve intervalo entre os anos de 1954 e 2014. Oito em cada dez russos estão de acordo sobre a tomada da Crimeia e aprovam a gestão do presidente. Suas palavras, seus raciocínios e seu discurso nacionalista, embora estranhos para ouvidos estrangeiros, têm soado como música clássica para os russos. Putin não tem a intenção de expandir as fronteiras da Rússia, como fizeram os czares e os comunistas soviéticos. A maior parte dos russos acha que a anexação da Crimeia foi um bem para os próprios anexados e que isso trará até prejuízos econômicos a Moscou. O presidente Putin explora muito bem o forte sentimento patriótico dos russos. O objetivo é prolongar seu poder pelo mais longo tempo possível — e apagar qualquer faísca mais forte da oposição interna.
Para ler a continuação dessa reportagem compre a edição desta semana de VEJA no IBA, no tablet, no iPhone ou nas bancas.
Outros destaques de VEJA desta semana

China: Gas Deal Could Complicate Sanctions Threat Against Russia (Foreign Policy)


Gas Deal Could Complicate Sanctions Threat Against RussiaForeign Policy

China just signed a 30-year, $400 billion natural gas deal with Russia, handing a big win to Russian energy companies desperate to find new export markets. But the pact may have delivered Russian President Vladimir Putin an equally important win in his ongoing standoff with the Obama administration and its European allies over the ongoing crisis in Ukraine. Put simply, the deal may deal a death blow to the foundering Western efforts to punish Putin for his meddling in Ukraine and annexation of the country's Crimean peninsula.
The new pact strengthens an emerging Moscow-Beijing economic alliance that's out of the reach of Western influence -- and financial pressure. The deal, which capped years of tense negotiations, was inked in Shanghai on the sidelines of an Asian economic and security conference that included 40 countries, including Iran and Kazakhstan. Though it will be years before the gas starts flowing to China, the deal raises doubts about how effectively Western countries will be able to use sanctions as a weapon against Putin's Russia.
Former Treasury Department sanctions official Elizabeth Rosenberg, who is now a senior fellow at the Center for a New American Security, said the deal was Russia's "attempt to build up commercial opportunities outside of Europe where it's vulnerable and losing friends."
Sanctions -- Western leaders' weapon of choice in the battle over Ukraine - may have less bite now that Russia has proved it can find other foreign customers for its main export, natural gas. U.S. and European leaders have threatened broad sanctions against whole swaths of the Russian economy, including its finance or energy sectors, if Moscow meddles in Ukraine's presidential election this weekend. But the China deal gives those threats less teeth in the years to come because Russia would have Beijing's gas contract to fall back on, if the West decided to go after the country's crucial energy sector.
"I don't think this inhibits the ability of the U.S. and its partners to impose sanctions in the short term, but I do think it could affect the ultimate price those sanctions would exact in the medium term," said Zachary Goldman, a former Treasury Department sanctions official who now heads the Center on Law and Security at the New York University.
Though Europe still accounts for roughly 75 percent of Russia's gas export market, developing countries could make up a larger proportion over time. The gas going to China wouldn't take away from Europe's portion immediately because the gas is being extracted from different fields, but by increasing the number of buyers, Russia would be less dependent on the European market.
China is also an ideal economic ally for Putin because Beijing -- unlike Europe -- is unlikely to ever agree to sanctioning Moscow over the Ukraine crisis or to try to intentionally reduce its oil imports from Russia because of the unrest there. Chinese leaders have historically been averse to getting involved in other countries' political squabbles.
"The government in Beijing isn't interested in coming out and supporting this volatile political issue in terms of the Russia-Ukraine situation," said Nicholas Consonery, an Asia analyst with political risk consultancy Eurasia Group.
So far, Washington has frozen the assets of 45 people, including some of the Russian president's closest allies, and 19 banks and companies in an attempt to pressure Putin to reverse his annexation of Crimea and abandon his threats of invading eastern Ukraine. Tuesday, the Treasury Department added 12 more names to list in connection with unrelated alleged human rights abuses.
Some of the moves have been literally laughed off by Putin, who has given no indication whatsoever that they are making him even think of reversing his annexation of Crimea. Still, they go further than what Europe has been willing to do, highlighting the lack of unity over whether to sanction Russia and, if so, how harshly. Outside of the West, few countries have express support for the use of financial tools that could affect the global economy. The big emerging market nations -- Brazil, Russia, India, and China, collectively nicknamed the BRIC countries -- have already registered their clear dissatisfaction with the idea. Foreign ministers for Brazil, India and China joined Russia in criticizing sanctions in March after the initial rounds of tit-for-tat visa bans and asset freezes between the U.S. and Russia.
"The escalation of hostile language, sanctions and counter-sanctions, and force does not contribute to a sustainable and peaceful solution," the four foreign ministers said in a statement after a meeting at The Hague on March 24.
Some developing countries are likely to seek natural gas deals with Russia in the years ahead, and their unwillingness to go along with even modest sanctions today suggest they'd be even less likely to do so while they're in an active energy and economic partnership with Moscow. Energy experts who've followed years of fits and starts over the new natural gas deal also caution that the long-term implications of the contract will only be clear when more details are revealed  -- as long as it doesn't fall through.
"Anyone who's been watching this for the last decade is ready to take this news with a heavy dose of salt," said Rosenberg.
MARK RALSTON/ AFP/ GETTY IMAGES

Energia: o insaciavel apetite da China por combustiveis fosseis (NYT)





Photo

North Sea rigs from a Canadian oil company that was purchased by China.CreditNexen, via Reuters


Continue reading the main storyShare This Page
Continue reading the main story
Continue reading the main story

 Top Stories

This article and others like it are part of our new subscription.
Learn More »
Whether by diplomacy, investment or in extreme cases, force, China is going to great lengths to satisfy its growing hunger for energy to fuel its expanding car fleet and electrify its swelling cities.
The Chinese government showed that desire on Wednesday when it reached a 30-yearnatural gas deal with Russia, even as China was locked in a tense standoff with Vietnam over a Chinese oil rig drilling in the contested South China Sea.
The two events involve different political dynamics. The agreement with Russia reflects closer economic ties between the two nations, while the other underscores the growing tension of two on-again, off-again Cold War allies.
But both developments demonstrate China’s expansive approach to energy, a political and economic strategy with significant implications for the rest of the world. As its economy has rapidly expanded over the last decade, China’s energy efforts have come to dominate the global markets. Its mushrooming consumption helped prompt the spike in global oil prices in the mid-2000s.
Photo
President Vladimir Putin of Russia and President Xi Jinping of China reached a 30-year deal for natural gas.CreditPool photo by Mark Ralston
China’s demand has also provided life support to coal producers suffering from declining use in the United States and other industrialized countries. Among the fastest-growing importers of natural gas, China has had to cement its ties to Russia to diversify its supplies, as well as to invest in exploration in the United States and liquefied natural gas terminals in Australia. China now has operations, investments or projects across the globe in Africa, the Middle East, South America and North America.
“The dynamic growth of China’s economy and energy growth is reshaping global energy markets, and both the economic and strategic implications are still being developed,” said Mark J. Finley, BP’s general manager for global energy markets and United States economics.
The shift has been swift. China used only half as much energy as the United States in 2000. Nine years later, it surpassed the United States as the world’s biggest energy user and last year it leapfrogged the United States as the No. 1 oil importer.
China now burns as much coal as the rest of the world combined. The country’s emissions of greenhouse gases, linked by scientists to global warming, surged past the United States’ emissions a decade ago and have risen ever higher since then.
Continue reading the main story

A Thirst for Energy

160
quadrillion B.T.U.s
CHINA
120
UNITED
STATES
80
Total energy consumption
40
PROJECTIONS
0
’06
’10
’14
’18
China has little choice but to look beyond its borders for its energy needs. While it consumed 10.1 million barrels of oil a day last year — one-ninth of the world’s total — the country produced only 4.2 million barrels a day, according to a recent OPEC report. China has had mixed results drilling offshore, and it has been slow to develop what many energy experts believe to be vast shale gas resources on land, though Chinese energy executives express optimism.
“The China market feels that the revolution in shale gas will be coming very soon,” Zhang Mi, chairman and president of Honghua Group, an exporter of drilling rigs, said in an interview while at a Houston energy technology conference this month. He added that 100 shale gas land rigs would be put in operation by the end of the year.
Most energy experts think it will take another five to 10 years, though, before substantial amounts of gas can be produced — and even then the quantities may be small compared to China’s enormous needs. The two main shale gas areas are in the west, far from major energy users in the east, and pipelines are few.

More important, shale gas in China mainly lies significantly deeper underground than in the United States and is in poorly understood, geologically complex formations. The domestic oil industry is already struggling with safety and environmental concerns, and faces a challenge in drilling extremely deep wells in western Chinese terrain with pockets of compressed natural gas and toxic gases.
Photo

Leaders announcing a Chinese pact with Nigeria, a major oil supplier.CreditPius Utomi Ekpei/Agence France-Presse — Getty Images
China’s hunt for natural gas reserves at home has taken it into some of the poorest, most remote mountain valleys of western China, where terraced fields of mustard greens and corn cascade down hillsides from mud-brick farmhouses. While some of the country’s energy giants, like Sinopec, are using modern drilling rigs, smaller Chinese companies are also trying to jump into the industry, although many have minimal experience or technical expertise.
China’s reliance on imports poses the same kind of foreign policy challenges that the United States has faced in recent decades. That is, the country must look to unstable areas of the world to meet its needs.
China imports much of its oil from the Persian Gulf region and through the Strait of Hormuz, where security is dependent on the United States Navy. China relies on roughly a half-million barrels a day from Iran.
But American sanctions on Iran have made that country a less reliable source of oil. At the same time, China has been receiving fewer crude shipments from Libya, Sudan and South Sudan. The Energy Department recently reported that China has nimbly replaced those declining sources with imports from Oman, the United Arab Emirates, Angola, Venezuela, Russia and Iraq.
Photo
An exploratory oil rig in Ecuador. China prefers deals with socialist nations like Ecuador that allow it to avoid the United States. CreditGuillermo Granja/Reuters
China’s relations with energy-rich countries differs widely. The situation in Vietnam seems extreme, with ships from both countries ramming each other, and the Chinese naval forces using water cannons against the Vietnamese. China’s moves to exert claims to contested Asian waters have drawn protests from its neighbors as well as from the Obama administration.
But in Iraq, where China is the biggest oil customer and Chinese oil companies are major investors in some of the biggest oil fields, the Chinese have been scrupulous about staying out of Iraq’s strained sectarian affairs. And they do not seem eager to challenge the United States’ influence in the region.
China has also become a major player in an area traditionally dominated by the United States, Latin America. But China is largely forging ties with oil-financed governments that promote a socialist ideology and seek to distance themselves from the United States, namely Ecuador and Venezuela.
In Ecuador, China has become effectively the government’s banker, providing roughly 60 percent of Ecuadorean borrowing needs in return for oil shipments. Chinese companies sell the Ecuadorean oil around the world, including to the United States. Venezuela’s state-owned oil company is repaying China for $40 billion in loans procured over the last six years with a large share of its 600,000 barrels a day in oil shipments.
Photo

An engineer at a Chinese oil field in Iraq.
Africa has proved a more difficult place to invest, showing the limits of Chinese influence. Chad last year indefinitely suspended the activities of the state-owned China National Petroleum because ofoil spills south of the capital, N’Djamena. Chadian officials claimed that the Chinese forced local workers to clean up the mess without adequate protection.
A subsidiary of another Chinese oil company, Sinopec, was forced to pay Gabon $400 million in January to settle what the government said was a breach of contract at an onshore oil field. Premier Li Keqiang this month highlighted China’s enduring interest in Africa by visiting four countries, including oil-rich Angola and Nigeria.
The new gas deal with Moscow should strengthen Russia and China, both economically and politically. It will help China ease some of its dependence on insecure transit routes and unstable countries. It will also guarantee an energy market for Russia if Europe seeks to replace Russian energy with imports from other countries.
Russia could supply 38 billion cubic meters of natural gas annually — or more than 15 percent of current demand — to China beginning in 2018. Perhaps most important, the deal should enable China to replace some of its dependence on coal for electricity generation with natural gas.
“The Chinese public will appreciate being able to industrialize without billows of toxic smog,” said Jim Krane, an energy expert at Rice University. “And the world will appreciate the reduced carbon emissions if cleaner gas can thwart some of the coal consumption in China’s power grid.”