Vai no mesmo sentido da matéria da Economist e do artigo de Carlos Malamud.
Adivina
quién no viene a comer
LA NACION, 9/04/2012
WASHINGTON.-
Se acabaron las superpotencias. Se acabó la época en la que un imperio, o un
país con gran poder, imponía a otros sus deseos. Por supuesto que aún existen
naciones con la fuerza y los recursos para obligar, o inducir, a otras naciones
a comportarse de una manera y no de otra. Pero esto es cada vez menos frecuente
o sostenible. Hoy ni siquiera Estados Unidos, con toda su pujanza militar y
económica, logra evitar que otros países actúen de manera autónoma.
Hemos
pasado de la era de las potencias hegemónicas a una era en la cual construir
alianzas internacionales es indispensable. Ningún Estado se puede dar el lujo
de vivir sin aliados o sin formar parte de coaliciones de países que se apoyan
mutuamente, aunque en ciertas áreas rivalicen o en otras sus intereses estén en
conflicto.
Así
es, por ejemplo, la relación entre Estados Unidos y China. Y Estados Unidos
tiene otras relaciones bilaterales muy importantes, como Rusia, Gran Bretaña y
la India. Pero tan interesante como la lista de los países con los que Estados
Unidos mantiene fuertes vínculos es la lista de los países con quienes debería
tenerlos, pero no los tiene. Brasil es el mejor ejemplo.
Esto
es sorprendente. Brasil es un vecino que cada vez tiene más peso en la política
internacional y que ya ha superado a Gran Bretaña como la sexta economía del
mundo. Sin embargo, las relaciones entre los dos gigantes del hemisferio
occidental son débiles y están impregnadas de un paralizador cóctel de
desconfianza, desconocimiento y distracción.
La
insulsa agenda de la visita de la presidenta Dilma Rousseff a Washington esta
semana puso en evidencia lo banal de una relación que debería ser fundamental y
profunda. Si Estados Unidos y Brasil se pusieran de acuerdo en una ambiciosa
agenda, podrían transformarse en una vigorosa fuerza de cambio positivo para
sus sociedades, para América latina y hasta para el resto del mundo.
Hay
varias razones detrás de la incapacidad de estos dos grandes países para
llevarse mejor. Una es que el ascenso de Brasil en la última década coincidió
con un período en el que Washington estaba muy ocupado en otras cosas: dos
guerras y el hundimiento de su economía, por ejemplo. Pero esto no es nuevo. La
desatención de Estados Unidos a Brasil, y a la región en general, ha sido
crónica. Su política hacia América latina ha sido reactiva y ha estado
centrada, principalmente, en emergencias, países pequeños y Estados fallidos.
En Washington, es más fácil encontrar expertos en Cuba o en Haití que en
Brasil; el comercio de drogas, no el comercio brasileño, es lo que entusiasma a
congresistas y diplomáticos.
UN
SOCIO COMPLICADO
Por
otro lado, Brasil no es un socio fácil. Espera y exige el mismo respeto y
consideración que Washington dispensa a las viejas potencias. ¿Por qué a David
Cameron, el primer ministro británico, Obama le ofreció una pomposa cena de
gala en la Casa Blanca y a Dilma Rousseff sólo un "almuerzo de
trabajo"? ¿Por qué a Cameron lo llevó en su helicóptero a un partido de
básquet y a Dilma la lleva a una "reunión privada con empresarios"?
En
la diplomacia, los gestos y los símbolos revelan más que los discursos. Como
informó Brian Winter, de la agencia Reuters, estos gestos han irritado al
gobierno brasileño, que lee en ellos mensajes muy claros de desdén y
desinterés.
A
su vez, estas reacciones de los brasileños exasperan a los norteamericanos. Una
funcionaria del gobierno norteamericano me dijo: "Brasil se nos ha
transformado en la Francia de América latina. Su obstruccionismo en las
negociaciones internacionales sobre clima, comercio o lo que sea está a menudo
impulsado por su deseo de exhibir su poder. Cuando interfieren en nuestras
iniciativas para detener el programa nuclear de Irán o impiden los acuerdos en
otras negociaciones, lo hacen para obligarnos a prestarles atención. Y lo
logran. Pero no se dan cuenta de que esto ha ido minando nuestra disposición a
tratarlos como un aliado confiable. Tenemos que esperar que Brasil madure como
potencia".
Todo
esto es lamentable. Estas fallas de ambas partes se pueden y deben solventar.
Mientras que las alianzas que tiene Estados Unidos con otras potencias
emergentes son defensivas, equívocas e inestables, una alianza con Brasil puede
estar sustentada en un fuerte y duradero proyecto de prosperidad y democracia.
Lo único que lo impide es una historia de desencuentros que puede ser
fácilmente superada por líderes que deseen hacerlo.
EL
PAIS
Bom dia Paulo!
ResponderExcluirNão fosse o Real valorizado perante o Dollar, qual seria a classificação do nosso PIB?
Dificil especular com valores tão cambiantes quanto taxas de crescimento, estimativas de PPP e taxas de câmbio Amauri, mas posso lhe dar uma ideia com base na experiência pregressa do Brasil.
ResponderExcluirNa valorização anterior do Real, sabe?, aquela neoliberal dos traidores, submissos e vendidos ao FMI como foram os reacionários dos tucanos, no Ancien Régime (coisas velhas, você sabe, entre 1995 e 1998), o Brasil saiu da 12 posição na economia mundial, para a oitava, ou mesmo sétima, com um PIB que na época beirava os 800 bilhões de dólares. Os companheiros, obviamente, criticavam o "populismo cambial" e recomendavam controles de capitais, desvalorização, políticas ativas nos planos industrial e comercial, enfim, essas coisas que eles sempre recomendam. Não importa se gente da classe D ou mesmo E estava comendo frango, iougurte, e que a classe C já estava indo até para Miami, isso era errado, e a sobrevalorização, como se dizia, iria "matar a nossa indústria".
Aí então veio a crise, mais deslanchada pelo Itamar Franco do que pelos especuladores de Wall Street, mas que importa, o real despencou, e nós passamos de um câmbio a 1,26 para mais de 2,3 em pouco tempo.
Não preciso dizer que nosso PIB despencou para menos de 500 bilhões de dólares, e o Brasil passou a ser a 12, 13 ou até 14a economia mundial, veja como são essas coisas.
Pois bem, como todo político gosta mesmo de valorização cambial, de populismo cambial, os companheiros atuais, mesmo cometendo todos os demais equívocos econômicos, deixaram o câmbio se valorizar como nunca antes neste país, muito mais do que era no Ancien Régime tucanês. O nouveau régime petista levou o dólar a baixarias nunca vistas antes.
Com isso, a economia chegou a esse espetacular patamar de ser a 6a ou 7a economia mundial, e a classe média volta novamente a gastar dinheiro indo duas vezes por ano a DisneyWorld.
Que maravilha, não é?
Como vai acabar isso?
Provavelmente numa crise cambial e desvalorização forçada por esses mercados perversos, como sempre ocorre e como foi das outras vezes.
Ruim? Depende!
Os industriais não estão pedindo desvalorização? Os companheiros -- mesmo sem ter feito nada -- vão dizer que atenderam esses desejos nada secretos.
E tome protecionismo em todas as instâncias, antes, durante e depois.
Assim vai o Brasil dos ingênuos iluminados.
Paulo Roberto de Almeida
Boa tarde Paulo?
ResponderExcluirGrato pela resposta. Fiz esta pergunta para confirmar o que eu achava. O ufanismo brasileiro é uma coisa de arrepiar. Mantega e seus amigos dão pulinhos de alegria, pelo menos na imprensa, sobre o Brasil ser a sexta economia do mundo e ficam bravos com a "guerra cambial" e o tsunami economico", como se fossem os culpados pelos problemas brasileiros.
<as poucos veem este paradoxo lulo petista. abs
O "Coelhinho da Páscoa"("Today is the White House Easter Egg Roll"; vide sítio [blog] oficial da Casa Branca!) é o "cara"! Nenhuma nota sequer antecedendo a visita oficial da Sra. "Presidenta"!
ResponderExcluirVale!
Talvez se a Sra. "Presidenta" fosse vestida "de rigueur"; teria uma recepção mais "calorosa"!(Sugerimos ao Cerimonial a fantasia de "Sansão"; o coelhinho da Mônica!)
ResponderExcluirVale!