Buscar papel higiênico na Venezuela -- como no antigo socialismo real da Europa oriental, já que os cubanos se contentam com o Granma, o jornal do PCC, aliás o único da ilha miserável -- virou uma estratégia de sobrevivência, daí a legitimidade e a justificativa de eu chamar o socialismo bolivariano de modo de produção cômico, ou seja, uma equação dialética em torno das forças produtivas ("andam comendo demais", disso um algoz do povo) e das relações de produção (algo debilitadas).
Em todo caso, quem quiser saber como funciona esse modo de produção cômico pode ler na crônica abaixo.
Paulo Roberto de Almeida
10 trucos para comprar papel higiénico en Venezuela
La Vanguardia, 10 de junio de 2013
La creatividad de los venezolanos sale a flote para adquirir productos de necesidad básica en un momento de profunda escasez
En Venezuela no hay papel higiénico. Ni en el supermercado más grande de la ciudad, ni en la tienda popular del barrio más recóndito del país. Es un producto en peligro de extinción. Su precio se ha triplicado, y se necesitan más de 50 millones de rollos para suplir el déficit actual, según datos oficiales del Ministerio de Comercio.
La respuesta que da el gobierno de Nicolás Maduro se centra en que la demanda es mayor porque ahora “definitivamente se come más”. Por su parte, el director de la Federación de las Cámaras de Comercio, Jorge Botti asegura que la producción ha sufrido una significativa baja “porque el Estado continúa con feroces políticas de control de precios que imposibilita la producción nacional”.
A la espera de una solución, más de 27 millones de venezolanos continúan en una búsqueda incesante de este papel que se ha convertido en un producto de lujo, al que tienen derecho sólo si se supera una larga lista de obstáculos.
Pero la creatividad comienza a ganar el pulso a la necesidad. Así lo demuestra una serie de estrategias que han afinado los venezolanos, y que en la actualidad ya forma parte de la cotidianidad de un país que atraviesa la mayor crisis de escases de los últimos 5 años.
A continuación, algunas de estas estrategias:
1.- La acampada
Sonia González divide su jornada diaria en dos objetivos: los quehaceres del hogar y su acampada frente al supermercado en espera de los anhelados productos. Esta ama de casa, de 56 años lo tiene claro: “No nos queda otra opción en la familia, mi día cada vez se centra más en hacer un recorrido por los mercados de mi zona, luego en cuanto veo que hay algunos de los productos que necesito, allí me quedo. Las colas son larguísimas, yo he llegado a permanecer hasta 8 horas en una cola como de 200 personas, para poder llevarme dos paquetes de papel de baño, un kilo de azúcar y uno de café”.
Esta es la estrategia por excelencia. Ir hasta el supermercado y plantarse hasta que llegue el turno de comprar. Cada establecimiento decide las normas, en relación a cuántos kilos , o números de paquetes puede comprar cada persona.
Jim Lou es el dueño de un comercio en La Candelaria, situado en Caracas, y confiesa que cada vez es más difícil ofrecer productos y lograr que los compradores acepten las normas. “La gente está más estresada, el primer día vienen solas, pero luego se traen a los hijos y hasta los nietos para llevarse más paquetes. Yo lleno el anaquel entero cuando tengo mercancía, pero en tres horas ya vendo todo”.
Para “la acampada” se necesitan dos requisitos: tener horas disponibles para la espera y estar dispuesto a invertir en ello.
2.- Venta de cupos
Esta técnica es una apéndice de “la acampada” que está dirigida a los venezolanos que por diferentes razones, no pueden permanecer horas frente a las puertas de los supermercados.
Estas personas llegan a las grandes superficies fuera de horarios de oficina, es decir, al mediodía o después de las seis de la tarde. Para evitar hacer las largas colas, optan por buscar a los “vende cupos”, quienes han visto un negocio redondo en este contexto.
Los “vende cupos” llegan a “la acampada” a primera hora y aseguran un sitio, cumplen con todos los requisitos, y luego cuando ven venir a algún venezolano con poco tiempo le ofrecen su sitio en la cola. Este gesto tiene un coste que varía desde los 5 hasta los 25 euros.
“Dieguito” es uno de ellos. Tiene 14 años y junto a su madre se dedica a cumplir religiosamente la faena: llega a la 9 de la mañana, hace su cola, ofrece su cupo y negocia el precio. “Cada vez, la gente quiere pagar menos porque hay más personas como yo haciendo lo mismo, se corrió la voz, pues”.
3.- La propina
Los vínculos de confianza entre clientes y cajeras de supermercado también ha propiciado su círculo de negocios. Los clientes que durante muchos años han comprado en el mismo comercio se ven recompensados, porque los trabajadores suelen avisar sobre la hora y el día que llegará el papel higiénico, a través de un SMS.
Este servicio personalizado no tiene un precio fijo, sino depende de la bondad del cliente, quien a su vez se asegura de dejar una buena bonificación para que su móvil suene con los avisos futuros.
4.- 'Abastéceme', una Apps para el móvil
Se trata de una plataforma social que permite a los venezolanos compartir la ubicación de productos como el papel higiénico. El funcionamiento consiste en que una persona agrega la ubicación del comercio que cuenta con mercancía a la base de datos, y esta información se reflejará en el mapa dentro de Abastéceme y será automáticamente compartida con todos los usuarios.
Abastéceme además permite realizar la búsqueda del producto en base a la distancia y el tipo de precio del mismo (Regulado o No Regulado).
Esta aplicación fue creada José Augusto Montiel, un estudiante de ingeniería, de 21 años, quien decidió trabajar en el invento tras ver a sus padres cada día recorrer los supermercados. Ya cuenta con más de 4 mil usuarios en todo el país.
5.- Cadenas por Twitter y Facebook
Esta es la técnica de los más jóvenes, quienes a través de las redes sociales no sólo avisan en qué supermercado y qué producto ha llegado, sino que además manifiestan su descontento frente a la situación que vive Venezuela en materia de racionamiento de productos y denuncian los locales que se aprovechan para inflar los precios.
Los hastag como #papeltoilet y #harinapan no han dejado de ser tendencia (trendingtropic) a nivel nacional desde que comenzó la crisis.
Hay otros que aprovechan para bromear sobre las respuestas del gobierno, las largas colas frente al supermercado, y hasta denuncias de robos y asaltos a personas que salen de los comercios con los anhelados productos.
Un ejemplo de ello: @mari2691 quien denunció que su madre fue asaltada por varios delincuentes, quienes únicamente se llevaron el paquete con 12 rollos de papel higiénico.
6.- Sorteos populares
Los venezolanos que no tienen acceso a internet o redes sociales han recurrido a la antigua tradición de hacer sorteos populares.
Mildred Prieto, líder comunal del barrio Los Molinos de Caracas explica con devoción el éxito que tiene la venta de cupones, cuyo premio es un pack de 4 paquetes de harinas y dos paquetes de 12 rollos de papel higiénico.
“Entre los vecinos nos organizamos, vendemos cada cupón en 100 bolívares (unos 20 euros) y los domingos hacemos la rifa. Por suerte, hasta ahora conseguimos los productos aunque con mucho sacrificio, con las ganancias estamos reparando un pabellón deportivo, poco a poco”.
7.- Presentes en Amazon.com
Algunas empresas de venezolanos en el exterior han abierto una nueva línea de negocio, que consiste en ofrecer los productos más demandados a través de páginas webs como Amazon y EBay, que llevan el pedido directo a casa.
TheLatinProducy y Mi antojito latino, son dos de los vendedores que identifican como hecho en Colombia, y que promocionan en las webs. En ambas empresas, los productos más demandados son el papel higiénico y la harina de trigo.
El único inconveniente es que el comprador debe contar con dólares o euros, una situación casi imposible en Venezuela tras la política de control de divisas que aplica el gobierno desde hace más de ocho años.
Si en un supermercado, un paquete de papel higiénico cuesta 1 euro, en estas páginas webs cuesta 10.
9.- Tarjeta de racionamiento
El gobierno implementa un sistema de racionamiento para limitar las compras de los ciudadanos. Este nuevo método incluirá 20 productos y será controlado a través de una libreta digital, una idea similar a la cartilla de racionamiento que utiliza Cuba.
Una de las medidas es la prohibición a comprar el producto, el mismo día, aún en supermercados diferentes. Algunos géneros, incluso, no podrán comprarse en cantidad hasta con una semana de distancia.
10.- Envío express
En los últimos 10 años, más de un millón de venezolanos ha emigrado a otros países, principalmente a Canadá, España y Estados Unidos, por lo que en medio de la crisis de racionamiento ha generado un envío masivo de papel higiénico a Venezuela.
Luis Martínez trabaja como administrativo de una empresa de envíos desde España hasta Venezuela, y asegura que en los últimos dos meses han enviado siete containers con papel higiénico al puerto de La Guaira en Venezuela. “Pero no se trata de ninguna empresa, sino de familiares que llegan a nuestras oficinas con cajas y cajas llenas de papel de váter y otros productos”.
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Sei que nem sempre houve escassez deste produto cuja falta soa meio bizarra para a maioria de nós.
ResponderExcluirMas é estranho pensar que na Colômbia, em 1991, sabonete era um artigo caríssimo e que, mesmo caro, era difícil de ser encontrado. E outra coisa que não tinha pra vender em lugar nenhum, que não existia, era rodo pra puxar água. Nem mesmo água tratada saía das torneiras. E frango era um absurdo de tão caro.
Por que é que pra aquelas bandas lá de cima os materiais de limpeza são tão escassos. Falta água tratada, sabonete, e agora no caso da Venezuela, papel higiênico. E agora eu me pergunto: o que é que o frango está fazendo no parágrafo de cima? Que eu saiba, ninguém se vale de frangos para higiene pessoal...
Ainda não acordei direito. E agora vou ao Pilates, um item de primeira necessidade para velhinhos e velhinhas. Uma atividade física indubitavelmente melhor do que ficar 8 horas em fila de supermercado.