Temas de relações internacionais, de política externa e de diplomacia brasileira, com ênfase em políticas econômicas, em viagens, livros e cultura em geral. Um quilombo de resistência intelectual em defesa da racionalidade, da inteligência e das liberdades democráticas.
segunda-feira, 11 de outubro de 2010
Venezuela: exchange The Guardian vs Venezuela Ambassador to UK
Essa capacidade de ocupar espaços no jornalismo informativo e analítico talvez se deva às boas qualidades das políticas mudancistas do socialismo do século 21, como gostariam de acreditar os chavistas e outros aderentes (inclusive no Brasil) à revolução do coronel de Caracas.
Muitos outros acreditam que é mais em função do desmantelamento das instituições do Estado e da lenta agonia da economia venezuelana.
De fato, olhando-se objetivamente a situação da Venezuela não se pode recusar a evidência prima facie de que a tensão política aumentou enormemente naquele país, com uma linguagem divisionista e vitriólica que não ajuda à paz social.
Por outro lado, olhando-se objetivamente a economia não se pode recusar o fato de que a inflação atingiu níveis inéditos no plano internacional, o diferencial entre câmbio oficial e paralelo se encontra em níveis estratosféricos (mais de três vezes a cotação oficial) e o desabastecimento e a fuga de capitais são evidentes.
Esse é o contexto da resposta a recente editorial do The Guardian -- um jornal normalmente simpático às causas ditas "progressistas" -- e o Embaixador da Venezuela junto ao Reino Unido.
Seguem as duas peças abaixo.
Paulo Roberto de Almeida
Venezuela: the price of victory
Editorial - The Guardian
Tuesday 28 September 2010
Demonising critics as traitors will not turn around an economy which is in deep trouble. Hugo Chávez needs to listen to his critics as well
In the end, Hugo Chávez did not find himself addressing a jubilant crowd from the balcony of the presidential palace, Miraflores, but tweeted his victory instead. It was still a performance that any leader who had been 12 years in power would have been happy to achieve, for his United Socialist party won at least 90 of the national assembly's 165 seats. But his supporters were subdued.
The share-out of seats to the ruling party will doubtless be put down to changes in electoral law earlier this year that favoured sparsely populated rural seats where the opposition are weaker. But this would leave the overall share of vote unaffected. If it turns out that the opposition won, as they claimed 52%, or a majority of the vote, or even if they came close to getting half of the vote, then Chávez's election slogan that the people hold power becomes a harder stretch of the imagination. We the people and we in the party become two different things. For a populist leader to lose a crushing majority is more of a blow than the fact that the opposition have secured one third of the seats (although this allows it to block critical legislation and the appointment of supreme court justices). If the criticism of Chávez is that he has hollowed out the institutions of state by packing them with friends and family, then he will be less in a position to do this now.
Chávez's revolution undoubtedly reflects the will of some of his people. He remains a powerful champion of the poor and the dispossessed, and the idea to import 30,000 Cuban health specialists into the country to bring free healthcare to millions and to train Venezuelan health workers who would replace them was a worthy one. The execution of the plan now in its eighth year has fallen somewhat short of the ideal. Community centres have closed; some of the Cubans have left; not enough Venezuelan health workers have been trained to replace them, and the hospitals are in dire straits. Chávez's reforms are undermined not so much by ideological opponents, although they exist, but by the inefficiency and waste with which they are carried out. Public services have got worse and crime is at an all-time high. An economy buoyed by high oil prices is in its second year of recession and inflation is running around 30%.
Chávez faces a polarised electorate. Even though he has been democratically confirmed time and again, he faces a bigger task as he heads towards a presidential election in 2012. This result shows that a large number of his supporters stayed away. Demonising critics as traitors to the national political movement will not turn around an economy which is in deep trouble. He needs to listen to his critics as well.
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Artículo de embajador venezolano Samuel Moncada dirigido a diario británico The Guardian
Luego de varias solicitudes de derecho a replica, el diario finalmente se negó a publicar articulo del Embajador
Cuando se analiza la democracia venezolana, ¿se deben usar criterios aplicables a países desarrollados? ¿O se debe pensar que es un caso típico de tercermundismo?
Esta pregunta es central para entender su editorial de fecha 28-09-10** sobre las elecciones en Venezuela del pasado domingo 26 de septiembre. En primer lugar, señalemos sus errores factuales: 1) el partido de gobierno no ganó 90 de 165 curules, como usted señala, sino 98 de 165 curules, y 2) la oposición no obtuvo, como usted se hace eco, el 52% del voto popular, sino el 47.4%.
De lo anterior se desprende que la mayoría parlamentaria se corresponde con la mayoría del voto popular, y este hecho no es más que una expresión democrática.
De modo que usted está equivocado cuando dice que “el lema electoral de Chávez de que el pueblo tiene el poder viene a ser un fuerte estiramiento de la imaginación”. Aun más, también se derrumba su afirmación de que la revolución de Chávez refleja la voluntad de “algunos de su pueblo” y no de la mayoría. Todo por creer la propaganda de la oposición política en Venezuela.
Del mismo modo, usted afirma que “el gobierno de Chávez ha vaciado las instituciones del Estado para llenarlas de amigos y familiares”. Si esto es cierto, ¿cómo es posible que una autoridad electoral llena de amigos del presidente, como usted afirma, realizó una elección perfectamente transparente? Todas las críticas contra los resultados electorales anteriores en Venezuela desaparecen cuando se cree que en esta oportunidad la oposición ganó las elecciones.
Usted dice que el gobierno, manejado por los amigos de Chávez, cambió la ley electoral para sobre representar en la Asamblea Nacional al gobierno, lo cual implica algún tipo de trampa tercermundista. En las elecciones del domingo en Venezuela, el gobierno obtuvo el 48,4% del voto popular y obtuvo 59,39% de los curules de la Asamblea Nacional. Sin embargo, en las elecciones parlamentarias del Reino Unido de 1997, el partido que ganó sacó 43% del voto popular y obtuvo 63% de los curules del Parlamento. ¿Hay trampa tercermundista en el Reino Unido?
Usted califica a Chávez de “líder populista” y nunca lo llama democrático, pero ésta es la elección número 15 en los últimos 11 años. ¿Cuándo será democrático en lugar de populista?
Usted dice que para Chávez “es un golpe que la oposición haya asegurado un tercio de los asientos más que haber perdido una mayoría aplastante”. Sin embargo, hasta el año 2005, el Presidente gobernó con una oposición que tenía 80 curules en la Asamblea Nacional. ¿Por qué hoy tiene que ser un “golpe” gobernar con una oposición que tiene apenas 65 curules en la Asamblea Nacional?
Usted afirma que Chávez ha perdido votos porque los trabajadores cubanos de la salud abandonaron sus puestos y los venezolanos no han sido capaces de reemplazarlos. Le informo que no son trabajadores de salud, sino doctores en medicina, con formación universitaria de seis años quienes atienden a los sectores más necesitados de la sociedad. Por esa razón, no se pueden sustituir a 30 mil doctores en un período de seis años, pero también le informo que existe un programa especial de formación médica comunitaria de donde han egresado 468 doctores, actualmente cursan estudios 24.962 ciudadanos y el próximo año se graduarán 8.581. Por tanto, el programa de medicina popular en Venezuela goza de buena salud.
En Venezuela hay problemas, pero los votantes no son masoquistas. Ellos votaron por un gobierno que redujo la pobreza de 49% en 1998 a 24,2% en 2009. Pero sobre todo, tuvieron la oportunidad de decidir en libertad entre el cambio social progresista y el neoliberalismo que quita los beneficios sociales a las mayorías.
Yo creo que los venezolanos eligieron correctamente. ¿Y usted qué criterios usará para juzgarnos?
Samuel Moncada, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte / 11 de octubre de 2010
Um comentário:
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Bacana isso. Um diz que Chávez é ditador. O outro demonstra que todas as regras estão sendo seguidas, e inclusive ele perde eleições. O primeiro muda de assunto e começa a explicar como a economia vai mal. Nonsense total.
ResponderExcluirVamos observar que, se a Dilma vencer o Serra apenas no Nordeste e mesmo assim obtiver 55% dos votos válidos, essas mesmas pessoas vão colocar em dúvida a legitimidade da vitória - baseadas agora em algo nebuloso como "a maioria das regiões votou no outro candidato". Não dá pra discutir com quem não quer entender a realidade e muda de argumento de acordo com as circunstâncias.