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sábado, 23 de junho de 2012

Da extraordinaria arte de se autoiludir: Mercosul, Brasil e Argentina


Argentina y Brasil tienen caída en el comercio, pero resaltan alianza estratégica


Marcos Magalhães
Portal de Notícias, Senado Federal, 22/06/2012



A pesar de las crecientes dificultades enfrentadas en el comercio bilateral, parlamentarios de Argentina y representantes del gobierno brasileño resaltaron la importancia estratégica de la relación bilateral, durante audiencia pública organizada el martes (19) por la Representación Brasileña en el Parlamento del Mercosur (Parlasur). En lugar de confrontación, acordaron los participantes de la mesa de debates, los dos principales socios del bloque deben “construir el entendimiento”.

El futuro de las dos economías ya no puede ser visto de forma aislada, recordó al inicio del debate el alto representante general del Mercosur, embajador Samuel Pinheiro Guimarães. Él señaló que el Mercosur no vive una situación aislada. Al contrario, también sufre los efectos de una crisis internacional que lleva a los países desarrollados a contener las importaciones e intentar aumentar las exportaciones.

En este sentido, él consideró necesario promover un esfuerzo para conciliar los intereses de Argentina, para promover su desarrollo, y de Brasil, que busca atender a los sectores más perjudicados por las restricciones impuestas por el gobierno argentino a sus exportaciones.

–Los legisladores de ambos países deben hacer que avance el conjunto de los intereses del Mercosur. Pueden influir de forma decisiva para llevar adelante un proyecto para transformar el bloque de mera unión aduanera en un proyecto de desarrollo –dijo Guimarães.

El representante brasileño ante el Mercosur, embajador Ruy Carlos Pereira, recordó que el comercio dentro del bloque alcanzó US$52.000 millones en 2011. Desde que el Mercosur fue fundado, en 1991, señaló, el valor del comercio dentro de la zona se multiplicó por 10, mientras que el intercambio del bloque con el resto del mundo creció siete veces. Él resaltó además que el 89% de las exportaciones brasileñas a Argentina son de productos manufacturados y mercancías.

–A pesar de las dificultades coyunturales que tenemos, el Mercosur, América del Sur y Argentina son vitales para la supervivencia, la expansión y la sofisticación de la industria brasileña –resaltó Pereira.

Cadenas productivas

No habrá desarrollo industrial brasileño “sin integración más estrecha con Argentina”, concordó el secretario ejecutivo del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Alessandro Teixeira. Él reconoció que este año hubo una caída del 7% en las exportaciones brasileñas al país vecino. Pero atribuyó la reducción más a la crisis internacional que a las barreras impuestas por el gobierno argentino a las exportaciones brasileñas.

La necesidad de mayor integración de las cadenas productivas de los dos países también fue resaltada por la senadora Laura Gisela Montero, presidente de la Comisión de Economía Nacional e Inversión del Senado de Argentina. Ella señaló que los países del bloque cuentan con importantes recursos hídricos y reservas de petróleo. Representante de la provincia de Mendoza, ella citó el ejemplo del sector del vino como uno de los que podrían contar con una mayor unión de las empresas de ambos países.

–Sólo al pensar en complementación de estructuras productivas podemos tener un verdadero avance. Brasil consume dos litros de vino, mientras que en Argentina el consumo es de 40 litros. Es un mercado absolutamente virgen. Podemos tener una estrategia conjunta –propuso la senadora.

A su vez, el diputado Guillermo Ramón Carmona, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados de Argentina, dijo que los dos países se equivocarían si negasen las dificultades. Pero resaltó la necesidad de “resolver los problemas concretos que tenemos”.

–Es importante la capacidad de dialogar, llegar a un entendimiento para resolver situaciones puntuales. Valoramos la relación económica y comercial con Brasil, que es vital para Argentina. Pero también tenemos que reconocer que la relación tiene un saldo desfavorable para Argentina, que alcanzó US$ 4.500 millones en 2011 –recordó.

Reacción en el Sur
Los parlamentarios de la región Sur de Brasil reaccionaron a las declaraciones optimistas sobre la relación con Argentina, hechas por parlamentarios del país vecino y miembros del gobierno brasileño. Ellos se quejaron de las dificultades concretas que enfrentan los empresarios de la región en el comercio bilateral.

La senadora Ana Amelia (PP-RS) resaltó la necesidad de un debate “abierto, libre, democrático y sincero” con los argentinos. Ella recordó que cientos de camiones permanecen parados en la frontera bilateral, cargados con productos como chocolate y zapatos. Las dificultades impuestas por Argentina, prosiguió, tienen impacto en los sectores de carne de cerdo, de maquinaria agrícola y de muebles.

Ya el diputado Dr. Rosinha (PT-PR) señaló que el aumento de la integración comercial siempre provocará nuevas crisis entre Argentina y Brasil. La integración, según dijo, “siempre será imperfecta”. Lo importante, en su opinión, es que, a cada nueva crisis, se intente “buscar la solución, no la agresión”.

Bloqueo y desempleo
A su vez, el diputado Osmar Terra (PMDB-RS) dijo que fue alcalde de la ciudad de Santa Rosa en el Río Grande do Sul, donde se producen máquinas cosechadoras que no logran entrar en el país vecino.

–En la práctica la teoría es diferente. En la práctica, lo que existe es bloqueo y desempleo. En Río Grande do Sul, son más de cinco mil desempleados –informó.

El senador Paulo Paim (PT-RS) pidió que los gobiernos de ambos países mantengan la palabra dada en las negociaciones bilaterales. Él informó que ha oído de empresarios y trabajadores brasileños la misma queja de acuerdos incumplidos por Argentina, durante audiencias públicas en la Comisión de Derechos Humanos y Legislación Participativa.

Por último, el senador Pedro Simon (PMDB-RS) criticó el gobierno brasileño por atender más a los intereses de las industrias del Estado de São Paulo que de los empresarios de otros estados de la federación, especialmente los del Sur del país.

Al final de los debates, el senador Roberto Requião (PMDB-RS), presidente de la Representación Brasileña, señaló que la primera condición para el cambio de una realidad es profundizar el conocimiento a su respecto.

–El Parlasur seguirá de cerca esta situación. Lo importante es que hoy hemos tomado conocimiento de las opiniones de los dos lados –dijo Requião.

El senador Luiz Henrique (PMDB-SC) pidió mayor compromiso de los parlamentarios de ambos países por la aprobación, en el Senado de Paraguay, del protocolo de adhesión de Venezuela al Mercosur.

–En el momento en que se integre Venezuela al Mercosur, este mercado se hará más fuerte –aposta el senador.

terça-feira, 19 de junho de 2012

Afundando no protecionismo, e preparando a crise futura...

Brasil e Argentina eram, segundo meus critérios, apenas países reticentes em abrir-se à economia mundial, vagarosos nas reformas e sobretudo temerosos da concorrência estrangeira.
Não mais. Eles estão plenamente engajados em retroceder no tempo, fazendo girar para trás a roda da história, em pelo menos cinquenta anos, enquanto ativos promotores, defensores, estimuladores, entusiastas do protecionismo, como se isso fosse solução para qualquer um dos problemas que suas economias enfrentam.
Parece inacreditável que, depois de todos os ensinamentos da história, dirigentes políticos e responsáveis econômicos ainda acreditem que fechamento econômico e protecionismo comercial ainda sejam respostas para o que quer que seja.
Bem, vamos aguardar os efeitos dessa medida. Aliás, elas já se manifestam rapidamente no plano individual: vamos sentir em nossos bolsos imediatamente, ao ter de pagar mais caro por produtos de menor qualidade. Depois, no plano setorial, as indústrias afetadas (que na verdade demandaram esse insulamento da economia mundial) vão ficar atrasadas, incapazes de competir, em qualquer mercado que se considere. Em terceiro lugar, a "folga" comercial que se obtem no balanço de pagamentos, virá com déficits em outras áreas.
Ou seja, no final, vamos ficar pior do que antes.
É a isso que nos levam as medidas dos dois governos...
Paulo Roberto de Almeida 

Brasil e Argentina vão ampliar protecionismo

Mercosul lança na semana que vem lista de mercadorias que terão alíquota de importação elevada; Brasil fala em 200 produtos, Argentina pede o dobro

Renata Veríssimo
Agência Estado, 18 de junho de 2012
BRASÍLIA - O Mercosul deve aprovar na próxima semana mais uma medida para proteger os mercados locais da concorrência dos importados. Os técnicos do Brasil, Argentina, Paraguai e Uruguai discutem a ampliação do número de produtos que terão o Imposto de Importação elevado.
O Brasil defende uma relação com 200 itens, segundo informou ao Estado a secretária de Comércio Exterior do Ministério do Desenvolvimento, Indústria e Comércio Exterior (MDIC), Tatiana Prazeres. A Argentina quer uma lista com 400 produtos.
No segundo semestre do ano passado, em meio ao agravamento da crise internacional, o bloco anunciou a implementação de uma lista com até 100 itens para cada País que teriam aumento do Imposto de Importação para produtos provenientes de mercados fora do bloco. Nestes casos, o imposto que, em média, é de 12% a 13%, pode chegar a 35%, a alíquota máxima permitida pela Organização Mundial do Comércio (OMC).
Tatiana acredita que a ampliação da lista será aprovada durante a reunião de cúpula do Mercosul, que será realizada entre os dias 26 e 28 de junho na província de Mendoza. Segundo ela, o Brasil concorda chegar a 200 itens, conforme já tinha defendido no passado, quando a criação da lista foi aprovada.
Critério. Outro ponto de discordância com a Argentina é sobre o critério de definição dos produtos. O Brasil defende que cada país tenha autonomia para fazer a própria lista. O governo argentino quer uma lista única, com os mesmos produtos e alíquotas para os sócios do Mercosul.
A medida dá mais fôlego aos setores afetados pela concorrência dos importados, mas é menos radical que a proposta apresentada pela Argentina no mês passado. Buenos Aires defendeu uma elevação generalizada da Tarifa Externa Comum (TEC) até o limite permitido pela OMC. O Brasil foi contra.
A ideia da lista com até 100 produtos foi anunciada em agosto do ano passado, como uma das medidas do Plano Brasil Maior. A ação, no entanto, não foi colocada em prática até hoje. Paraguai e Uruguai ainda não incluíram (internalizaram, no jargão técnico) na legislação local o novo mecanismo, embora o protocolo assinado pelo Mercosul estipulasse um prazo de 60 dias.
Emprego. O coordenador geral de Imigração do Ministério do Trabalho, Paulo Sérgio de Almeida, disse ontem que as barreiras impostas pela Argentina ao comércio bilateral não só prejudicam as exportações, mas também têm reflexo no mercado brasileiro de trabalho.
Segundo ele, que participou de audiência pública no Senado, a indústria de calçados, abate de suínos, fabricação de tratores, caminhões, autopeças, motocicletas e de equipamentos de transportes ampliaram em 29.682 os postos de trabalho de janeiro a maio de 2011.
Em cinco meses, estes setores fecharam 3.892 vagas, sendo que o País continua gerando novos empregos formais. "De maneira geral, todos os setores estão gerando emprego. A indústria também e estes setores têm sofrido prejuízo no emprego", disse.


segunda-feira, 11 de junho de 2012

Brasil-Argentina: de volta ao mercantilismo

A noção de que comércio bilateral precisa ser equilibrado é tão mercantilista, mas tão mercantilista, que parece que o Brasil e a Argentina voltaram ao século XVII, quando ainda nem existiam enquanto países. Deve ser isso: os países não existem, e os burocratas fazem o que bem entendem com os seus empresários, obrigando-os a se submeterem a suas ordens, que desprezam totalmente o desempenho, o mérito, a competitividade construídos pelas próprias empresas. No limite, isso se chama fascismo econômico: empresários privados tendo de seguir ordens e desejos de burocratas estatais.
As pessoas nem percebem que estão sendo perfeitamente fascistas...
Assim segue o mundo do fascismo introjetado...
Paulo Roberto de Almeida

11 DE JUNHO DE 2012 - 8H46 

Mercosul: Brasil quer equilibrar comércio com Argentina


As barreiras comerciais impostas pelo governo de Cristina Kirchner para proteger a indústria argentina, que provocaram fortes críticas de autoridades e empresários brasileiros, começam a gerar um novo rumo na relação comercial entre os vizinhos. Se até agora a resposta brasileira tem sido retaliar pontualmente produtos argentinos, que esperam semanas por autorização de ingresso na fronteira, negociações recentes indicam maior disposição em equilibrar o comércio com o país.


Nos últimos meses, o governo argentino tem buscado frear o ritmo das importações e conter a saída de moeda estrangeira do país, que ameaça a balança de pagamentos. Com isso, adotou medidas de controle de capital e mais barreiras comerciais que levaram o país novamente à mesa de negociação com os vizinhos.
 
Na última sexta-feira (08), em Buenos Aires, o governo argentino anunciou que o Brasil se comprometeu a importar, a partir de julho, camarões e cítricos argentinos, produtos que, segundo a secretária de comércio exterior do país, Beatriz Paglieri, tradicionalmente tiveram problemas para ingressar no Brasil. Outra pauta de negociação foi o acesso de medicamentos argentinos ao mercado brasileiro. Representantes das agências de vigilância sanitária de ambos os países devem se reunir nas próximas semanas.

“O que as duas instituições vão analisar é uma maior integração destes mercados para ver onde podemos ter maior cooperação. O Brasil tem lei de genéricos e a Argentina está começando a se organizar para entrar neste mercado”, explicou aos correspondentes brasileiros em Buenos Aires o secretário-executivo do ministério de Desenvolvimento, Indústria e Comércio Exterior, Alessandro Teixeira.

Em consonância com os esforços para aumentar o fluxo de importações provenientes da Argentina, a Fiesp (Federação das Indústrias do Estado de São Paulo) defende o aumento do apoio ao país vizinho: “Equilibrar o comércio é difícil, mas não é uma missão impossível. Podemos comprar mais da Argentina, importando menos de outros países.”, afirmou ao Ópera Mundi o diretor-adjunto de Relações Internacionais da Fiesp, Thomaz Zanotto.

Segundo ele, “a posição da Fiesp é clara e baseada em fatos concretos”: “A Argentina é um dos maiores clientes de produtos brasileiros, comprou 20 bilhões de dólares de manufaturados no ano passado, mas se encontra em uma situação financeira muito parecida com a do Brasil da década de 1980, e é de interesse do Brasil ajudá-los a superar esta fase”, afirma ele, ponderando sobre a necessidade de apoiar o país na maximização do superávit de sua balança comercial e aumento da captação de dólares.

Em um estudo divulgado em maio, a Fiesp também constatou que 24% dos empresários brasileiros optam por importações oriundas de outros países por desconhecerem fornecedores argentinos nos setores de alimentos, bebidas, autopeças, farmacêuticos, químicos e máquinas. O levantamento foi realizado com 221 empresas importadoras de 38 produtos identificados pelo governo argentino como “prioritários” para o aumento do comércio com o Brasil.

Além da realização de rodadas de negócios já iniciadas entre potenciais fornecedores argentinos e empresários brasileiros, Zanotto diz que a Fiesp está levantando a potencialidade de maior comércio de itens argentinos de alto valor, como navios, produtos petroquímicos e combustíveis. Como possibilidade mais remota, menciona a ideia de que ambos os países passem a realizar a troca comercial em moedas locais em vez de dólares.

Queixas

Apesar dos sucessivos recordes anuais no fluxo de comércio entre os países, que somou 39,6 bilhões de dólares em 2011, o Brasil segue tendo superávits consecutivos sobre a Argentina, que aumentou em 1,7 bilhões seu déficit na balança bilateral em relação a 2010, quando registrou uma diferença de 4,1 bilhões de dólares. 

Apesar da queda no fluxo comercial provocada pelo aumento do controle argentino às importações no início do ano e a baixa do ritmo de crescimento de ambas as economias em um contexto global de crise, o Brasil obteve um novo recorde de exportações no primeiro quadrimestre, somando 74,6 bilhões de dólares. Entre os principais compradores no período, a Argentina aparece como terceiro, superada somente pela China e pelos Estados Unidos.

Dentre as queixas de exportadores brasileiros às medidas protecionistas argentinas, estão a demora na liberação de produtos na fronteira, que muitas vezes superam o prazo de 60 dias determinado pela OMC (Organização Mundial do Comércio) e a necessidade de uma autorização da Receita Federal do país para cada importação desejada por empresários argentinos.

O governo brasileiro, por sua vez, recorre a licenças não automáticas para produtos argentinos como vinhos, batatas congeladas e frutas para pressionar o governo de Cristina Kirchner a pôr um fim às barreiras comerciais. O problema já afeta produções de ambos os lados da fronteira, tanto no setor de alimentos, passando por sapatos, eletrodomésticos, automóveis e atingindo até máquinas e bens de capital.

Casamento

Ao anunciar o compromisso na melhora do fluxo comercial, após a reunião bilateral em Buenos Aires, Teixeira afirmou esperar reciprocidade argentina no cumprimento dos prazos de liberação dos produtos parados na fronteira. No entanto, definiu a relação com a Argentina como um “casamento” e afirmou que países com trocas comerciais intensas “sempre têm problemas”.

“Nossas exportações de valor agregado vêm para a Argentina, independente da época e do governo que aqui esteja. Isso é muito claro, independente de quem é o governo do Brasil e da Argentina, estas relações existem, existirão e serão fortes”, garantiu, enfatizando a importância da integração produtiva e concluindo que a melhora da economia argentina beneficiará os negócios brasileiros.

Segundo o secretário, apesar de questionamentos sobre a falta de “dureza” do governo, o foco de atenção e a postura nas relações com a Argentina vêm mudando, devido ao aumento de investimentos brasileiros no país. “No ano passado, a Argentina atraiu cerca de sete bilhões de dólares de investimento e pelo menos 35% a 40% disso são brasileiros. Do ponto de vista de relacionamento, já não somos um mero vendedor para a Argentina, somos um dos principais investidores”, afirma.

OMC

As declarações mútuas para solucionar os entraves entre os sócios estratégicos, no entanto, se restringe aos países membros do Mercosul. Diversos países de fora do bloco mostraram menos paciência com o protecionismo argentino e apresentaram, no fim de março, um documento à OMC no qual exigiam que a Argentina cumprisse as regras do comércio internacional.

Um dos pontos de repúdio dos países que assinaram a queixa, entre eles Estados Unidos e membros da União Européia, remetia a um controle não oficial segundo o qual os empresários devem exportar o mesmo valor importado. Com a lógica de que cada dólar que sai deve voltar para o país é a mesma que levou o governo argentino a controlar a compra da moeda norte-americana no país: evitar a fuga de divisas.

Diretor da consultora econômica Analytica, Ricardo Delgado, classifica seu país como um “fugitivo em série de capital”. Segundo ele, o dólar é um dos totens da política econômica argentina e a recomposição das reservas financeiras na moeda, geradas pelas medidas governamentais, pode ser o início de uma flexibilização das restrições sobre as importações.

“O governo sabe que neste mundo de semelhante inter-relação produtiva entre os países, não é possível manter permanentemente esta política de compensação de dólares importados e exportados”, afirmou ao Ópera Mundi, em relação ao recrudescimento das barreiras comerciais impostas pela Argentina, que se agravaram nos últimos meses. “A intensificação das medidas são claramente um sistema de transição. Não se pode pensar a política externa de um país a partir disso”, garante.

Segundo Delgado, no entanto, os problemas comerciais estruturais na relação bilateral se devem a assimetrias entre ambas as economias e escalas de produção diferentes, levando a um quadro de difícil solução. Outro fator apontado por ele são os diversos programas de subsídios que tornam a indústria brasileira mais competitiva. “Isso é uma coisa que o Mercosul não resolveu e não resolverá nunca”, diz.

Apesar disso, Delgado considera necessárias algumas precauções tomadas pelo governo argentino. “O país não podia continuar em um ritmo de crescimento anual de 40% das importações e de 20% de exportações, porque geraria uma crise de dólares. Então taticamente este cuidado está bom”, afirma, antes de esclarecer que o processo de restrições às importações poderia ser feito de maneira mais criteriosa com sócios estratégicos como o Brasil.

Fonte: Ópera Mundi

domingo, 10 de junho de 2012

O nao-estado da nao-relacao de nao-integracao Brasil-Argentina (ufa, duas palavras sem nao...)

Ainda bem que se trata de uma relação estratégica. Imaginem se não fosse.
Ainda bem que o Mercosul é de alta prioridade para o Brasil. Imaginem se não fosse.
Ainda bem que as relações Brasil-Argentina são excelentes. Imaginem se não fosse.
Se não fosse por todas essas coisas boas, as relações poderiam até desandar, o comércio patinar, o Mercosul retroceder. Ainda bem que não é assim.
Imaginem se tudo fossem barreiras, denegações, impedimentos.
Imaginem se o nosso governo fosse conivente com o arbítrio comercial.
Ainda bem que estamos a salvo de tudo isso...
Paulo Roberto de Almeida

Problemas contínuos

Editorial O Estado de S.Paulo, 10 de junho de 2012 
Só agora, 11 anos depois de aceita com relutância pelos demais países do Mercosul como medida "excepcional e temporária", está sendo eliminada a isenção tarifária que a Argentina concedia às importações de bens de capital. Na quarta-feira (6/6), o governo de Cristina Kirchner anunciou que, doravante, as importações desses bens produzidos fora do Mercosul serão taxadas com alíquota de 14% quando não houver similar nacional, como ocorre nos outros países do bloco econômico do Cone Sul.
É uma medida que reforça a Tarifa Externa Comum (TEC), que, com o princípio da livre circulação de mercadorias entre os membros do bloco, constitui a base da união aduaneira em que formalmente se transformou o Mercosul. Mas é uma medida claramente insuficiente para que o bloco possa ser, de fato, considerado uma união aduaneira, pois são muitas as exceções à TEC e as restrições que o governo Kirchner vem impondo à entrada na Argentina de produtos originários de outros membros do Mercosul, sobretudo do Brasil.
Conivente com boa parte das barreiras administrativas e tarifárias que - em flagrante desacordo com as normas que regem uma união aduaneira - o governo Kirchner (desde o de Néstor, marido, já falecido, e antecessor de Cristina) vem impondo sucessivamente à importação de produtos brasileiros, o governo do PT, quando reage aos excessos argentinos, o faz de maneira espasmódica.
A cada dificuldade, marcam-se reuniões entre representantes dos dois governos, ora em Brasília, ora em Buenos Aires. Esses encontros sempre são encerrados com a reafirmação de que os problemas foram resolvidos, o que nunca aconteceu.
São muitas as marcas concretas dos conflitos comerciais entre Brasil e Argentina. Eles se intensificaram depois que a Argentina passou a incluir mais e mais produtos na lista daqueles que não têm mais licença automática de importação.
Desde fevereiro o governo argentino exige a apresentação prévia, pelo importador, de uma declaração juramentada, que é examinada por diferentes órgãos federais, a começar pelo equivalente argentino da Receita Federal. Isso retarda o processo. Em muitos casos, a manifestação oficial do governo, autorizando ou não a importação, demora mais de 60 dias, prazo máximo permitido pela Organização Mundial do Comércio.
Filas de caminhões com produtos acabados formam-se dos dois lados da fronteira entre a Argentina e o Brasil, pois o governo brasileiro também decidiu controlar a entrada no País de alguns produtos argentinos. Há veículos acabados produzidos nos dois lados da fronteira, maçãs argentinas das Províncias de Río Negro e Neuquén e produtos industriais variados.
A Associação Brasileira das Indústrias de Calçados (Abicalçados) informou que há 1,7 milhão de pares já vendidos para comerciantes argentinos que aguardam licença para entrar no país. Cerca de 12 mil pares estão estocados no Rio Grande do Sul aguardando essa licença desde junho de 2011, quando foram vendidos.
O impacto dessas medidas sobre o volume do comércio entre os dois países é muito forte. As exportações de calçados brasileiros para a Argentina nos cinco primeiros meses deste ano foram 55% menores do que no período janeiro-maio de 2011.
Mesmo quando a Argentina anuncia a liberação rápida de determinados produtos, os resultados práticos demoram. Há cerca de duas semanas, o poderoso secretário de Comércio Interior da Argentina, Guillermo Moreno - que, apesar do título de seu cargo, é o principal inspirador das medidas protecionistas do governo Kirchner na área de comércio exterior -, anunciou que, "num gesto de boa vontade" em relação ao Brasil, reabriria o comércio de suínos sem limites. Apesar do anúncio, a liberação passou a ser concedida a conta-gotas, como se queixaram há dias os exportadores brasileiros.
Os sinais cada vez mais claros de que a economia argentina se aproxima da recessão devem levar o governo Kirchner a proteger ainda mais a produção local, criando mais dificuldades para as exportações brasileiras.

domingo, 13 de maio de 2012

O "futuro" do Mercosul?: barreiras sao discutidas pela "enesima" vez - Sergio Leo

Sinceramente, deveria ser piada. Torna-se cansativa a tarefa de ler, pela "enésima" vez que Brasil e Argentina vão se reunir para discutir "barreiras comerciais".
Se trata de uma piada de mau gosto, ou masoquismo de governos?
Na verdade, de complacência de uma das partes, que poderia ter recorrido aos mecanismos arbitrais disponíveis -- no próprio bloco ou no âmbito da OMC -- para terminar com medida ilegais, abusivas, arbitrárias, contrárias ao espírito e à letra não apenas do tratado de Assunção, mas também dos instrumentos existentes no âmbito multilateral (Código de Salvaguardas e outros), o que não é feito por razões que acredito políticas.
Enfim, quem sou eu para recomendar atitudes?
Paulo Roberto de Almeida 



Por Sergio Leo
Valor Econômico, 11 de maio de 2012
As barreiras comerciais entre Brasil e Argentina serão discutidas "nas próximas semanas", em encontro de ministros dos dois países, segundo informou o ministro de Relações Exteriores, Antônio Patriota, em audiência na Comissão de Relações Exteriores do Senado. Nos últimos meses cresceu a quantidade de queixas de brasileiros com produtos barrados nas alfândegas por motivos burocráticos. Nos últimos dias, os brasileiros passaram também a reter na fronteira pêras, uvas e maçãs da Argentina, sob alegação de problemas sanitários.
As barreiras aos equipamentos agrícolas exportados pelos brasileiros estão obrigando fábricas a se mudarem ao país vizinho, prejudicando a indústria instalada no Rio Grande do Sul, segundo denunciou a senadora Ana Amélia (PP-RS), que cobrou providências do Itamaraty. Patriota respondeu que os governos da América do Sul e, especialmente, do Brasil e na Argentina, vivem um "momento de grande convergência política", e que o maior problema enfrentado pelos produtores nos dois maiores sócios do Mercosul é a concorrência dos países asiáticos.
Para o ministro, "situações episódicas" de conflito são naturais em países que têm comércio intenso, como acontece entre Estados Unidos e Canadá, ou entre os membros da União Europeia. "Não significa que não daremos importância às queixas de setores produtivos, contra práticas que não pareçam aceitáveis, que exijam conversa", ressalvou. O encontro para tratar dos pontos de atrito terá os secretários-executivos do Itamaraty e dos ministérios do Desenvolvimento e da Agricultura, informou.
O governo brasileiro endureceu na fiscalização de problema sanitários com produtos argentinos, coincidentemente depois que o ministro da Agricultura, Mendes Ribeiro, acusou os argentinos de romperem o acordo para permitir a exportação de até 3,5 mil toneladas de carne suína ao mercado vizinho. Embora tenha déficit no comércio com o Brasil, a Argentina, segundo o Ministério da Agricultura, tem superávit no comércio de produtos agrícolas, de cerca de US$ 3,5 bilhões anuais. O ministério afirma, porém, que o endurecimento contra produtos perecíveis argentinos não está ligado às dificuldades dos produtores de carne suína brasileiros.
Mendes Ribeiro obteve o compromisso de uma cota para suínos após reunião, em março, com o ministro argentino da Agricultura, ministro Norberto Yauhar, com quem voltou a se encontrar na Bolívia em abril. Os desembarques da carne de porco enfrentam problemas, porém, atribuídos por Mendes Ribeiro ao ministro de Comércio Interior da Argentina, Guillermo Moreno, principal executor das medidas de contenção de importações. Moreno obriga os importadores a participar do que chama de "uno por uno", buscando produtos argentinos para exportar no valor equivalente ao gasto com produtos estrangeiros.
Patriota, no Senado, elogiou a iniciativa do presidente da Federação das Indústrias do Estado de São Paulo (Fiesp), Paulo Skaf, que, no início da semana, promoveu, com a presença de Moreno, em São Paulo, um encontro com 380 empresários argentinos, para discutir aumento de importações brasileiras de produtos do país vizinho. "Isso mostra que o setor privado está trabalhando de maneira construtiva", comentou o diplomata.

sexta-feira, 17 de fevereiro de 2012

Brazil and Argentina: a book by Werner Baer and David Fleischer


The Economies of Argentina and Brazil: 

A Comparative Perspective

€ 30.21 (+ VAT)


Edward Elgar Publishing; December 2011
512 pages; ISBN 9781849809979
Read online, or download in secure PDF format

This book compares the successes and failures of the development and growth processes of Argentina and Brazil. It provides important insights into the different performances of these economies through a series of comparative essays written by Argentinian and Brazilian economists. In the last 60 years Argentina and Brazil have both undergone a dramatic process of urbanization and industrialization. While there are similarities between the two, each country has dealt with the side effects in a different manner. In this insightful book, Argentinean and Brazilian economists expertly analyze their country's experiences with processes of industrialization, the performance of the agricultural and service sectors, the impact of foreign investments, the distribution of income, the roles of the state and the privatization experience, and inflationary and stabilization experiences. The contrast of the two emerging countries addressing these challenges will offer students, economists and other social scientists significant new insights into the economic development process.Many of the articles will also appeal to individuals in multinational corporations and banks that have to deal with emerging market economies. 

segunda-feira, 30 de janeiro de 2012

Brasil e Argentina: Hermanos pero no mucho: livro de Devoto e Fausto - Resenha de Paulo R Almeida

Eu preferi não ser muito cáustico ao tratar das relações entre os dois países, inclusive por respeito ao livro, que é muito respeitoso dessas relações, ou melhor, muito correto, sem negligenciar as disputas geopolíticas e as bobagens acumuladas de um e outro lado da fronteira.
A Argentina, por exemplo, foi sequestrada por aventureiro, setenta anos atrás, e ainda não se libertou da cadáver e das suas ideias bizarras. O Brasil, por sua vez, parece que está copiando um peronismo de botequim, com perdão do botequim...
Enfim, nada a ver com o livro, que é muito bom: 



12. “Hermanos, pero no mucho”, Brasília, 8 fevereiro 2005, 3 p. Resenha de Boris Fausto e Fernando J. Devoto, Brasil e Argentina: Um ensaio de história comparada (1850-2002) (São Paulo:Editora 34, 2004, 574 p: ISNB: 85-7326-308-3). Publicada na revista Desafios do Desenvolvimento (Brasília: IPEA-PNUD, ano 2, nº 8, março 2005, p. 79; link: http://www.ipea.gov.br/desafios/index.php?option=com_content&view=article&id=1766:catid=28&Itemid=23).  Relação de Trabalhos nº 1389. Relação de Publicados nº 546.

Hermanos, pero no muchoImprimirE-mail
Paulo Roberto de Almeida (www.pralmeida.org)

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Brasil e Argentina padecem de certa insuficiência de desenvolvimento econômico e social, sendo a maior parte de seus problemas derivada de erros de gestão macroeconômica e de escolhas infelizes de suas elites ao longo dos anos. Durante muito tempo prevaleceu no Brasil a noção de que a Argentina era mais desenvolvida graças a um maior componente "europeu" na sua formação étnica e aos cuidados com a educação. Depois, prevaleceu na Argentina a noção de que o Brasil foi mais bem-sucedido no fortalecimento da base econômica graças ao maior envolvimento do Estado. Hoje, pretende-se avançar no desenvolvimento conjunto, com o Mercosul, mas as salvaguardas e os desvios ao livre-comércio demonstram os limites da integração.

Essa complexa realidade é examinada por um historiador de cada um dos dois países. Eles colocam em perspectiva, não necessariamente em paralelo, duas trajetórias comparáveis, na forma e no conteúdo. O "ensaio de história comparada" começa por um excelente capítulo introdutório que discute as vantagens e as modalidades do comparatismo em história.

As influências mútuas dos dois maiores países da América do Sul foram, na verdade, limitadas. As duas economias sempre foram voltadas para o hemisfério norte. Além disso, os regimes políticos mantiveram, contra toda a racionalidade e os interesses imediatos, certo distanciamento competitivo, que em alguns momentos quase descambou para a hostilidade. Os autores mostram como os dois países enfrentaram, depois de superadas suas repúblicas "oligárquicas" - nos anos 30 -, seus processos de modernização econômica e política por meio de experimentos nacionalistas e populistas. A Argentina logrou, provavelmente, um maior grau de inserção social, mas o Brasil foi bem menos errático no seu processo de desenvolvimento, conseguindo consolidar uma base industrial que nunca teve paralelo na Argentina.

Os azares da Guerra Fria e as ameaças percebidas pelas classes médias como provenientes da sindicalização excessiva do sistema político também conduziram ambos os países a episódios de autoritarismo militar. A redemocratização permitiu revigorar o processo de integração, que tinha começado no final dos anos 50, desta vez segundo um formato bilateral - um tratado para a formação de um mercado comum, de 1988. Mas a zona de livre-comércio permanece incompleta, sua união aduaneira é perfurada por inúmeras exceções e o mercado comum, prometido para 1995, é um sonho ainda distante.

O longo ensaio histórico não traz notas de rodapé, mas um capítulo final com recomendações bibliográficas, o que confirma que os autores trabalharam com literatura secundária. Uma cronologia paralela de mais de 40 páginas completa a informação histórica sobre a trajetória contrastante, poucas vezes coincidente, de dois países, que a visão otimista do presidente Roque Sáenz Peña pretendia resumir nesta frase: "Tudo nos une, nada nos separa". Talvez, mas a história ainda precisa provar essa assertiva, com a provável exceção dos campos de futebol.
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Agora a versão completa:

Hermanos, pero no mucho

Boris Fausto e Fernando J. Devoto:
Brasil e Argentina: Um ensaio de história comparada (1850-2002)
São Paulo:Editora 34, 2004, 574 p: ISNB: 85-7326-308-3

            Brasil e Argentina padecem de certa insuficiência de desenvolvimento econômico e social, sendo a maior parte dos problemas derivada de erros de gestão macroeconômica e de escolhas infelizes de suas elites políticas ao longo dos anos de formação das nações respectivas e dos momentos de ajuste aos desafios externos, no decorrer do século XX. Durante muito tempo, prevaleceu no Brasil a noção de que a Argentina era bem mais desenvolvida, graças a um maior componente “europeu” na sua formação étnica e aos maiores cuidados com a educação do seu povo. Depois, prevaleceu na Argentina a noção de que o Brasil foi mais bem sucedido na industrialização e no fortalecimento da base econômica, graças ao maior envolvimento de seu Estado na gestão macroeconômica, em lugar do liberalismo praticado naquelas margens da bacia do Prata. Hoje, se pretende avançar no desenvolvimento conjunto, mediante o Mercosul, mas as salvaguardas e os desvios ao livre comércio demonstram os limites da integração econômica.
            Essas visões, parcialmente corretas, decorrem de uma complexa realidade que é examinada com lentes cuidadosamente focadas nas particularidades nacionais por um historiador de cada um desses dois países, que colocam em perspectiva comparada, mas não necessariamente em paralelo, duas trajetórias comparáveis, na forma e no conteúdo. Eles se baseiam, neste empreendimento inédito na historiografia regional, em metodologia proposta há muitos anos pelo historiador francês Marc Bloch, que recomendava o estudo de sociedades próximas no espaço e no tempo, buscando não apenas as semelhanças, mas também as diferenças. Este “ensaio de história comparada” começa, justamente, por um excelente capítulo introdutório que discute as vantagens e modalidades do comparatismo em história.
As influências mútuas entre os dois maiores países da América do Sul foram, na verdade, limitadas, uma vez que as duas economias sempre foram relativamente excêntricas – isto é, voltadas para os parceiros privilegiados no hemisfério norte – e os regimes políticos mantiveram, contra toda racionalidade e interesses imediatos, certo distanciamento competitivo, que em alguns momentos quase descambou para a hostilidade, isto é, para a corrida armamentista e uma possível disputa pela hegemonia regional. Esta se deu desde o início da formação dos dois estados nacionais, primeiro em torno da Cisplatina – finalmente consagrada como o estado independente do Uruguai, um “algodão entre cristais”, segundo a definição do diplomata britânico que presidiu ao arranjo de 1828 –, depois a propósito do Paraguai, que antes de surgir como enclave independente, integrava o Vice-Reinado do Rio da Prata, do qual fazia parte a Bolívia, também. A diplomacia imperial sempre se preocupou em assegurar que o mesmo poder não ocuparia as duas margens do Prata, daí os conflitos com os caudilhos argentinos, que aliás se prolongaram, pelo menos como hipótese bélica, até avançado o século XX.
Os autores mostram, num jogo de contrastes e comparações, como os dois países enfrentaram, depois de superadas suas repúblicas “oligárquicas” – mais ou menos na mesma época, isto é, os anos 1930 –, seus processos respectivos de modernização econômica e política por meio de experimentos nacionalistas e populistas, politicamente identificados com as figuras de Vargas e Perón. A Argentina logrou, provavelmente, um maior grau de inserção social, mas o Brasil foi bem menos errático no seu processo de desenvolvimento, conseguindo consolidar a construção de uma base industrial que nunca teve paralelo na Argentina, que permanece ainda hoje uma economia agro-exportadora.
Os azares da Guerra Fria e as ameaças percebidas pelas classes médias como provenientes da sindicalização excessiva do sistema político também conduziram ambos os países em direção de episódios mais ou menos prolongados de autoritarismo militar. Este assumiu dimensões bem mais dramáticas na Argentina, com um custo elevado em vidas humanas e outras conseqüências menos desejáveis no plano das relações bilaterais, como o fenômeno que os autores chamam de “afinidades repressivas”.
A fase de redemocratização permitiu revigorar o processo de integração, que tinha começado no final dos anos 1950, desta vez segundo um formato bilateral – tratado para a formação de um mercado comum de 1988 – que logo se desdobrou numa dimensão quadrilateral, ao incorporar os dois vizinhos menores em 1991. O Mercosul logrou incluir outros países associados, como o Chile e a Bolívia (em 1996) e, recentemente, os demais vizinhos andinos, mas sua zona de livre-comércio permanece incompleta, sua união aduaneira é perfurada por inúmeras exceções nacionais e o mercado comum, prometido para 1995, um sonho ainda distante.
Este longo ensaio histórico (512 páginas de texto) não traz notas de rodapé, mas um capítulo final de recomendações bibliográficas, o que confirma que os dois autores, dispensando referências diretas de arquivo, trabalharam sobretudo a partir da literatura secundária, em especial sínteses históricas anteriores, o que não diminuiu em nada o seu próprio esforço de síntese. Uma cronologia paralela de mais de 40 páginas completa a informação histórica sobre a trajetória contrastante, poucas vezes coincidente, de dois países, que a visão otimista do presidente Roque Sáenz Peña pretendia resumir nesta frase: “Tudo nos une, nada nos separa”. Talvez, mas a história ainda precisa provar essa assertiva, com a provável exceção dos campos de futebol.

Paulo Roberto de Almeida (www.pralmeida.org)