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domingo, 10 de março de 2024

Olof Palme: El último socialdemócrata - Daniel Suhonen (Tribune); comentário de Maurício David

Olof Palme: El último socialdemócrata

Daniel Suhonen

Tribune, 06/03/2024

El Primer Ministro sueco Olof Palme fue asesinado tal día como hoy de 1986. Fue el último líder socialdemócrata que realmente creyó en un mundo más allá del capitalismo.

A las 23.21 del viernes 28 de febrero de 1986, el Primer Ministro sueco Olof Palme fue asesinado en plena calle en Estocolmo. Su asesino no ha sido identificado y sigue en libertad. Cada año por estas fechas, los periódicos suecos y los medios de comunicación especulan con nuevas teorías sobre quién pudo hacerlo. Pero muy pocos reflexionan sobre su impacto político.

Olof Palme fue Primer Ministro de Suecia durante dos períodos, de 1969 a 1976 y de 1982 hasta su muerte en el 86. Durante ese periodo, dirigió un Partido Socialdemócrata que seguía comprometido con una visión radicalmente diferente del mundo y con el desafío al capitalismo en casa y al imperialismo en el extranjero.

Palme es quizás más conocido por esto último. Al igual que Tony Benn, Olof Palme procedía de la clase alta y era relativamente moderado cuando apareció en escena en la década de 1950. Y como Benn, se radicalizó con los tiempos, y en particular con los tumultos anticolonialistas y antibelicistas de los años sesenta. Como Primer Ministro, el internacionalismo de Palme fue notable: apoyó al Vietcong contra Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, condenó al régimen de Franco en España como "malditos asesinos" por ejecutar a presos políticos y visitó Cuba en 1975, donde condenó al régimen de Batista y elogió a los revolucionarios cubanos.

Pero el internacionalismo del gobierno de Palme no alcanzó su punto álgido. Bajo su liderazgo, Suecia no sólo apoyó sino que financió al FMLN en El Salvador y a los sandinistas en Nicaragua durante sus luchas contra las milicias de la Contra apoyadas por Estados Unidos. Y lo que es más famoso, también financió el Congreso Nacional Africano en Sudáfrica. Palme fue uno de los más firmes opositores al apartheid. Cuando fue asesinado, el presidente del CNA, Oliver Tambo, escribió un increíble ensayo en su memoria:

"Olof Palme demostró que teníamos razón al esperar que los principales políticos y estadistas del mundo occidental pudieran superar todas las limitaciones, tanto reales como imaginarias, para ponerse finalmente del lado de los pobres, los oprimidos, los explotados y los maltratados del sur de África. Cuando murió, se apagó un faro de esperanza... Las generaciones presentes y futuras de los pueblos de nuestra región, nuestro continente y nuestro mundo cantarán siempre a Olof Palme como la espina clavada en la carne de las fuerzas de la reacción que representaban un terrible y petrificado viejo orden".

Palme y el modelo sueco

Pero también en su país, Palme representaba un desafío fundamental a los intereses establecidos, y estaba en la mejor tradición de la socialdemocracia sueca. Se comprometió a proteger una economía en la que la inmensa mayoría de los trabajadores (entre el setenta y el ochenta por ciento durante su mandato) estaban sindicados, el Estado era propietario de la mayor parte de la economía y el Estado del bienestar garantizaba que las necesidades básicas de la vida estuvieran al alcance de todos.

El predecesor de Olof Palme, Tage Erlander, que fue primer ministro durante veintitrés años ininterrumpidos, era, bajo su tranquila apariencia, un marxista estudiado y un socialista apasionado. En 1974 preguntaron a Erlander cuál era el futuro de las ideas de nacionalización y control de los medios de producción. Respondió que en la actualidad "el cincuenta por ciento de la producción se ha extraído de la economía capitalista a través de los impuestos. Si podemos aumentar esta (cuota) al 60-70-80 por ciento, entonces el Estado del bienestar se habrá convertido en una forma de socialismo".

Ese tipo de economía había sido construida por la izquierda. En 1932, los socialdemócratas suecos ganaron las elecciones a la sombra de la Gran Depresión prometiendo el pleno empleo y una nueva política económica. Ernst Wigforss, que pronto se convertiría en Ministro de Finanzas, atacó a sus oponentes de derechas con una pregunta retórica - "¿podemos permitirnos trabajar?" - y argumentó que los economistas del laissez-faire socavaban la economía al abogar por dejar a los trabajadores ociosos y pobres.

De 1932 a 1990, los socialdemócratas consideraron el pleno empleo su objetivo más importante y lo convirtieron en el elemento esencial de su política económica. En principio, el desempleo nunca superó el dos o el tres por ciento durante todo el periodo. El socialismo a través de la expansión del Estado del bienestar era la estrategia, y el sector estatal aspiraba a convertirse en una esfera ajena al sistema de producción capitalista con sus principios de maximización de beneficios.

La generación política que creó estas estrategias reformistas tenía algo en común: una profunda convicción socialista democrática. Palme y los políticos que antes que él construyeron el Partido Socialdemócrata más fuerte del mundo eran reformistas porque pretendían transformar la sociedad capitalista. Las reformas graduales basadas en valores socialdemócratas con la distribución equitativa de la riqueza, la toma de decisiones democrática y la libertad de expresión como objetivos primordiales eran el camino hacia el socialismo democrático.

Visto en este contexto, el asesinato de Olof Palme fue un asesinato político, ya que tuvo enormes consecuencias políticas. Cuando Palme cruzó Sveavägen, en Estocolmo, a las 23:17 era el líder del partido que había ganado las elecciones parlamentarias de 1985 oponiéndose a la privatización del sistema de bienestar, que había introducido fondos para los asalariados en las empresas privadas, que se oponía a la adhesión a la CEE (ahora UE), defendía la no alianza y la neutralidad en política exterior y estaba decidido a mantener un sector público que se extendía por la mitad de la economía y estaba subvencionado a través de los impuestos más altos del mundo. El tipo de socialdemocracia que surgiría minutos después, sin Olof Palme, no sólo en Suecia sino en todo Occidente, supuso una ruptura fundamental con todo esto.

Después de Palme

En 1980, Suecia era posiblemente el país capitalista más igualitario que el mundo había visto jamás. Bajo el mandato de Palme, el país había respondido a los tumultos de las décadas anteriores con una nueva oleada de políticas socialdemócratas: guarderías públicas universales, ayudas a la vivienda para pensionistas y padres con hijos pequeños, aumento de las prestaciones por hijos y ampliación de la oferta de asistencia sanitaria gratuita, incluso para abortar.

Sin embargo, según la OCDE, Suecia es hoy el país desarrollado en el que la brecha entre ricos y pobres aumenta más rápidamente. Como demuestra el sociólogo Göran Therborn en su libro Capitalism, the Powerful and the Rest of Us (El capitalismo, los poderosos y el resto de nosotros), en lo que respecta a la distribución de la riqueza Suecia se ha convertido en uno de los países menos igualitarios del mundo, comparable a Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos.

Los ingresos fiscales de la economía aumentaron durante la década de 1980 hasta superar el cincuenta por ciento. Hoy ronda el cuarenta y tres por ciento, lo que constituye un recorte de impuestos del siete por ciento del PNB desde 2000, o una reducción de 240.000 millones de coronas suecas (20.000 millones de libras) al año en el gasto público.

Durante décadas, el Partido Socialdemócrata de Suecia aplicó una política de pleno empleo. En 1990, cambió de rumbo e hizo de la baja inflación su principal objetivo. Esta reevaluación fue dictada en cierta medida por la entrada de Suecia en la UE, pero también era la política que la derecha nacional y sus asesores económicos habían defendido durante décadas. Desde entonces, el desempleo nunca ha bajado del seis al ocho por ciento, tres veces más que antes.

En las últimas décadas también hemos sido testigos de una revolución neoliberal desenfrenada impulsada por escuelas de propiedad privada que maximizan los beneficios, pero financiadas con fondos públicos, similares a las defendidas por Milton Friedman. Estas escuelas siguen el modelo de las que los "Chicago Boys" utilizaron para construir la economía de libre mercado en el Chile de Pinochet, pero incluso allí fueron posteriormente abolidas. En Suecia, uno de cada cinco alumnos asiste ahora a una escuela privada, lo que agrava la ya pronunciada segregación racial y de clase. Desde hace varios años existe una gran crisis en el sistema sanitario debido a la grave falta de recursos y a que no se ha conseguido construir hospitales privados.

Tras las elecciones de 2018, el Partido Socialdemócrata Sueco, que había sido el mayor del país durante más de un siglo, se consideró obligado a firmar un acuerdo de cooperación con los partidos centristas, abrazando un programa neoliberal que incluía recortes fiscales para las rentas altas, la privatización de la bolsa de trabajo y la desregulación del mercado de alquiler de viviendas.

Desde la firma de este acuerdo, el apoyo a los socialdemócratas en las encuestas de opinión ha caído en picado y los sondeos más recientes indican un apoyo de sólo entre el 22-23% del electorado, menos que el mayor partido de extrema derecha de Suecia, los Demócratas Suecos.

Por decirlo suavemente, algo le ha pasado al partido de Olof Palme y a su país. En el 34 aniversario de su asesinato, la socialdemocracia se encuentra en una crisis existencial. El cambio de paradigma que he descrito ha provocado décadas de declive, y no hay indicios de que vaya a terminar pronto.

Legado

En los días de conmemoración, se puede oír a algún político socialdemócrata lamentar que tan poca gente reconozca los logros políticos de Palme. Pero el partido moderno ha erradicado prácticamente todo lo que él representaba. En este vacío, Palme pasó rápidamente a formar parte de la historia.

Olof Palme no fue un mesías. Como muchos políticos, cometió errores. Muchas de sus ideas no tuvieron en cuenta los cambios provocados por el final de la Guerra Fría y una era emergente en la que el capital ya no estaba controlado por el Estado nación. Pero el asesinato de Palme fue un momento de trascendencia mundial: el fin de una corriente de socialdemocracia radical y reformadora que veía un mundo más allá del capitalismo y de los crímenes seculares del imperialismo. Aunque fue Palme quien recibió el disparo, fue una política la que murió.

No fue sustituida por nuevas ideas socialdemócratas, sino que los partidos de centro-izquierda europeos se adaptaron al neoliberalismo y a sus políticas económicas. Desde 1986, la socialdemocracia no ha propuesto ninguna política importante para reformar la sociedad, al menos ninguna que pudiera cuestionar el control de los medios de producción por parte de las empresas. Los fondos para los asalariados que se introdujeron en 1982 fueron revocados sin protesta por el gobierno de derechas de 1991-94.

Los fuertes y bien organizados enemigos de la socialdemocracia se enfrentaron a un oponente más flexible y complaciente tras la destitución de Palme. La socialdemocracia ya no era un concepto político distinto. Había roto con una línea de pensadores independientes que existía desde hacía más de un siglo, y uno de los padres fundadores del partido, Axel Danielsson, declaró en el primer programa del partido que su objetivo era "distinguirnos de todos los demás partidos". Hoy el Partido Socialdemócrata es uno más del montón.

Según la línea oficial del partido, fue el odio a la personalidad de Palme el motivo del asesinato. Pero hay que examinar el motivo de este odio. La personalidad de Palme fue sin duda un factor que contribuyó, especialmente el rencor que caracterizaba su estilo como polemista. Pero fue su mensaje político el que provocó este odio. Palme se convirtió en el blanco de quienes detestaban lo que podía conseguir un movimiento obrero enfrentado, agresivo, orgulloso y seguro de sí mismo, que subía los impuestos y pretendía democratizar.

Sin esas políticas no habría habido odio. El odio a Palme no iba dirigido a un único polemista provocador que había traicionado sus orígenes de clase alta; era una campaña muy específica contra una persona que defendía políticas que amenazaban intereses creados arraigados.

A menudo pienso en Olof Palme. Su retrato cuelga de mi despacho. El modelo sueco ha servido de inspiración a los izquierdistas de todo el mundo. Nuestros fuertes sindicatos, nuestro amplio Estado del bienestar y la igualdad de género han convertido a Suecia en un modelo a seguir. En Estados Unidos, Bernie Sanders se refiere con frecuencia a los estados de bienestar nórdicos y a su sanidad y educación universitaria gratuitas como un camino a seguir.

Pero hoy el Partido Socialdemócrata Sueco mira en dirección contraria. Su responsable internacional volvió de un reciente viaje a Estados Unidos y declaró a Sanders demasiado "radical". Mejor ponerse del lado de los multimillonarios. Hoy, la dirección del partido de Palme encuentra más inspirador a Pete Buttigieg. Para millones de socialistas suecos, sin embargo, Sanders es un modelo a seguir y un icono. Sus intervenciones en los debates y sus discursos se difunden en las redes sociales y son retomados por celebridades. Su orgullosa adopción del término "socialismo democrático" sigue conmoviendo a los socialdemócratas y a todos los que sueñan con políticas que cambien el mundo.

La mañana siguiente al asesinato de Palme, el 1 de marzo de 1986, me desperté y encontré a mis devastados padres consolándose mutuamente en el sofá de nuestro pequeño salón. Lloraban desconsoladamente en la penumbra. La televisión estaba encendida. Extrañamente, la recuerdo en blanco y negro, como una fotografía. "Lo han cogido", dijo mi madre, sin decir a quién se refería.

Fueron muchos los que en aquel momento pensaron que Suecia nunca volvería a ser la misma. Ahora sabemos que tenían razón. Han pasado treinta y cuatro años. Aún no sabemos quién asesinó a nuestro Primer Ministro. Pero sabemos quién lo llora. Y sabemos quién mantiene su tradición.

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Daniel Suhonen

dirige el grupo de reflexión Katalys, respaldado por los sindicatos suecos. Fue redactor de discursos del líder izquierdista del Partido Socialdemócrata, Håkan Juholt, y es autor del libro "The Party Leader who Came in from the Cold". 

 

Fuente: 

Tribune, 28 de febrero de 2024 

 

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Comentário de Maurício David: 


  

Tenho críticas a muitas considerações e comentários deste artigo de Daniel Suhonen,  especialmente no que se refere à evolução do SAP ( o Socialdemocratiska Arbetanas Partiet - Partido Social-Democrata Operário  Sueco, liderado por boa parte dos anos 60, 70 e 80 por este político extraordinário que foi Olof Palme) , mas apesar disto recomendo a sua leitura para os que se interessam por compreender o caminho político e econômico que levou a Suécia a transformar-se, de um país agrário e relativamente pobre – no qual quase a metade da população havia se visto obrigado a emigrar do país impulsionada pela fome e pelo subdesenvolvimento – em um país de elevado grau de desenvolvimento econômico-industrial, por muitos anos o de maior índice de desenvolvimento social do mundo.  Olof Palme foi um grande líder do Partido ( o SAP) que liderou este processo. 

Sempre tive grande admiração por Palme. Não só porque foi por sua iniciativa que o governo sueco acolheu uma pequena legião de brasileiros (eu e Beatriz inclusive, e creio que em total nunca ultrapassamos a uns 150 ...) como asilados após o golpe que depôs no Chile o presidente Allende em 1973, mas também porque sempre vi nele o espelho dos grandes líderes políticos que o Brasil tanto necessitava para o trânsito entre a ditadura militar e um regime social-democrata a la sueca ( o que me levou a procurar primeiro organizar, junto a Brizola, Darcy Ribeiro e um punhado de exilados mais, o PDT e, posteriormente depois do meu rumoroso rompimento com as características mais perversas do brizolismo, a juntar-me ao Fernando Henrique, Mario Covas e Franco Montoro na fundação do PSDB inspirado, em grande parte, na social-democracia sueca). Presidi, nestes dois partidos, as suas respectivas fundações de estudos políticos, econômicos e sociais, respectivamente a Fundação Alberto Pasqualini, do PDT,  e a Fundação Theotonio Vilela, do PSDB.

Não sei se as pessoas sabem que, na noite em que foi assassinado, Palme havia tomado o metrô em Santiago para ir, junto com a sua esposa, a um cinema no centro de Stockholm, assistir a um filme em cartaz. De metrô !!! Um primeiro-ministro ! Sem guarda-costas !!! Depois do cinema certamente iriam preparar em casa uma pizza ou Kottbullar (um prato de bolinhos de carne típico da cozinha sueca, o meu prato predileto...) para comer em casa... E depois lavariam os pratos, sem ajuda de empregados domésticos, pois estes eram os costumes suecos então... Um brasileiro(a) achará que estou delirando. Mas era assim mesmo, meninos eu vi (como nos versos famosos de Gonçalves Dias...). 

Hoje, ainda guardo no peito um imenso amor a este país – e sua gente – tão diferentes e distantes do nosso, não só pelos seis anos em que ali vivemos, mas também também porque nosso filho mais velho – Antonio Carlos – que ali nasceu em 1978, pouco antes de voltarmos do exílio para o Brasil, pois por seis anos em que a ditadura nos negava documentos de identidade e passaportes (durante 6 anos tínhamos apenas um passaporte das Nações Unidas para refugiados e apátridas emitido pelo Governo sueco – melhor ser patrocinado pelo Rei sueco do que pelos generais assassinos da ditadura brasileira ...). 

MD


Percepção de inconsistência da política externa brasileira é anterior a governo Lula - Daniel Buarque (Portal Interesse Nacional)

Percepção de inconsistência da política externa brasileira é anterior a governo Lula
Daniel Buarque
Portal da revista Interesse Nacional

07 de março de 2024 

Artigo publicado pela Economist apontou avanços na 'volta' do país ao contexto global, mas indicou que inconsistências do presidente ameaçam o prestígio brasileiro. Estudo sobre status internacional do Brasil mostra que essa visão de um país sem uma estratégia global clara é antiga e se aplica historicamente à busca por reconhecimento internacional

Por Daniel Buarque*

Em um balanço do primeiro ano da política externa do terceiro mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, a revista The Economist listou uma série de avanços no trabalho do governo para projetar a ideia de "volta" do Brasil ao cenário internacional, especialmente com a Presidência do G20. Ao mesmo tempo, o artigo Lula's gaffes are dulling Brazil's G20 shine, publicado na última semana, também adotou um tom crítico, apontou que há sérias inconsistências na postura internacional do país e indicou a percepção global de que o Brasil "não decidiu que tipo de país vai ser"

Segundo a revista, inconsistências como as críticas a Israel e a aproximação com a Rússia ameaçam enfraquecer o efeito global da política externa de Lula. "Lula quer que o Brasil seja tudo para todas as pessoas: um amigo do Ocidente e um líder do Sul global, um defensor do meio ambiente e uma potência petrolífera global, um promotor da paz e um aliado dos autocratas. O Brasil pode muito bem estar de volta, mas o papel que desempenha no cenário mundial é mais obscuro do que deveria ser", destacou.

'Avaliação da revista reflete de forma muito mais ampla a percepção das grandes potências a respeito do status internacional do Brasil'

A avaliação da revista editada em Londres ressoou internamente no Brasil, e foi muito usada em declarações críticas ao atual governo. Mas ela reflete de forma muito mais ampla, e sob uma perspectiva histórica, a percepção das grandes potências a respeito do status internacional do Brasil como um todo - não apenas sob Lula.

Apesar de as nações mais poderosas conhecerem a ambição brasileira de ter um lugar de destaque nas relações internacionais, elas acham que o país foi incapaz de desenvolver uma estratégia clara para tentar alcançar o nível de prestígio que quer alcançar. Isso está muito associado também à ideia de que o Brasil não sabe bem que papel quer ter no mundo, e que fica sempre em cima do muro em grandes disputas internacionais.

Estes são alguns dos resultados da minha pesquisa de doutorado sobre o status do Brasil, desenvolvida a partir de 94 entrevistas com a comunidade de política externa dos cinco membros permanentes do Conselho de Segurança da ONU (EUA, Reino Unido, França, China e Rússia). O trabalho completo acaba de ser publicado no livro Brazil's International Status and Recognition as an Emerging Power (Palgrave Macmillan). A percepção externa é que o Brasil sempre quer ser amigo de todos, sempre evita tomar lados e assumir posturas arriscadas e sempre evita se alinhar com blocos específicos em disputas globais. Ao mesmo tempo, o país quer ser reconhecido como "um dos grandes", mesmo que não tenha uma estratégia clara para buscar isso. A ideia de que o Brasil "não sabe o tipo de país que quer ser" é evidente nessa percepção externa que traça o status dele desde 1989, bem antes das recentes movimentações de Lula.

'Embora o Brasil tenha um longo histórico de ambição por reconhecimento internacional, seu comportamento internacional é percebido como errático'

Um argumento muito comum entre os entrevistados é que embora o Brasil tenha um longo histórico de ambição por reconhecimento internacional, seu comportamento internacional é percebido como errático, não baseado nas reais capacidades do Estado e formado apenas por retórica.

Da perspectiva das grandes potências, todas as diferentes tentativas de projetar o Brasil e aumentar seu status revelam uma falta de capacidade de focar na criação de um plano claro para o Estado e seu lugar no mundo. O Brasil, afirmam eles, parece estar atirando em todas as direções possíveis e, portanto, acaba sem um caminho claro e possível para melhorar sua posição.

'O Brasil não parece ter uma agenda consistente para alcançar o status que deseja e acaba sem um papel claro nas relações internacionais'

Ainda que o Itamaraty e muitos pesquisadores brasileiros possam argumentar que existem bases sólidas bem consolidadas para uma estratégia nacional de projeção global, isso claramente não é percebido por observadores externos há bastante tempo. Para a maioria dos entrevistados, o Brasil não parece ter uma agenda consistente para alcançar o status que deseja e acaba sem um papel claro nas relações internacionais. "Não sei dizer exatamente o que o Brasil quer", disse um pesquisador francês.

Um problema dessa percepção de falta de uma agenda consistente para aumentar o status do Brasil é que observadores externos veem que há muito tempo o país tenta se inserir internacionalmente de forma caótica e desorganizada. Em vez do que é visto como uma tentativa de ter relevância em todas as partes das relações internacionais, a análise das entrevistas com os entrevistados do mostra que eles acreditam que o Brasil deveria "escolher suas lutas" e "aproveitar seus pontos fortes" para promover seus interesses.

O governo Lula até fez um pouco isso ao anunciar a prioridade que daria à questão ambiental, reconhecidamente uma força do país. O artigo da Economist até menciona isso como um avanço da política externa brasileira. Ainda assim, sob a perspectiva externa faz sentido apontar que parece continuar faltando um foco e uma estratégia clara para o país.

*Daniel Buarque é colunista e editor-executivo do portal Interesse Nacional, pesquisador no pós-doutorado do Instituto de Relações Internacionais da USP (IRI/USP), doutor em relações internacionais pelo programa de PhD conjunto do King's College London (KCL) e do IRI/USP. Jornalista, tem mestrado em Brazil in Global Perspective pelo KCL e é autor de livros como Brazil's international status and recognition as an emerging power: inconsistencies and complexities (Palgrave Macmillan), Brazil, um país do presente (Alameda Editorial) e O Brazil é um país sério? (Pioneira).

artigos de Daniel Buarque

Artigos e comentários de autores convidados não refletem, necessariamente, a opinião da revista Interesse Nacional


Presidente do Chile condena violações dos DH e da democracia na Venezuela - O Globo

POR QUE LULA NÃO É BORIC!

Na  contramão de Lula, presidente do Chile volta a denunciar violações dos  direitos humanos na Venezuela: 'é um regime autoritário'

Gabriel  Boric diz que postura de seu país é 'coerente', e afirma que busca  colaborar para que 'um rumo democrático' seja recuperado em Caracas

O Globo, 09/03/2024

Poucos dias depois de o presidente Luiz Inácio Lula da Silva ter expressado confiança em que a Venezuela terá eleições presidenciais democráticas este ano e, na mesma fala, ter afirmado que a oposição ao governo de Nicolás Maduro deveria deixar de "chorar", o presidente do Chile, Gabriel Boric, reiterou sua denúncia sobre violações dos direitos humanos e políticos na Venezuela.

Após reunir-se com o primeiro-ministro da Espanha, Pedro Sánchez, na  última sexta-feira, o chefe de Estado chileno foi enfático ao falar  sobre a Venezuela de Maduro, abordando temas que Lula evita mencionar,  especialmente a repressão a opositores do governo. Boric iniciou suas  declarações comentando o assassinato do ex-militar venezuelano Ronald Ojeda em  Santiago, recentemente, caso que causou enorme preocupação no Palácio  de la Moneda. Ojeda, que fugiu da Venezuela após ter estado preso e ter  sido acusado de traição à Pátria pelo governo Maduro, foi sequestrado no  apartamento onde morava na capital chilena e apareceu morto alguns dias  depois.

— Fui muito crítico, e não apenas crítico, denunciei em foros  internacionais as violações dos direitos humanos de um regime que, sem  dúvidas, tornou-se autoritário, como é o regime venezuelano — disse  Boric. — Nós, como governo, buscamos colaborar para que seja recuperado  um rumo democrático, e para que as eleições que devem ser realizadas  este ano cumpram com todas as garantias para todos os setores políticos  na Venezuela — continuou.

O presidente do Chile defendeu sua posição, que se contrapõe abertamente a de Lula:

— A posição do Estado chileno é coerente, tanto sobre o que acontece na  Venezuela, o que acontece na Ucrânia, ou o que acontece hoje em dia em  Gaza. Não tenho nenhum problema em continuar reafirmando isso, mesmo que  cause moléstia, mas a coerência é um valor fundamental nesses aspectos.

Na quarta-feira, Lula fez um paralelo entre a oposição venezuelana e as  eleições presidenciais brasileiras de 2018, quando foi impedido de  concorrer porque estava preso em decorrência da Operação Lava Jato. O  petista afirmou que, ao ter a candidatura vetada, “ao invés de ficar  chorando”, indicou outro candidato para a disputa (o atual ministro da  Fazenda, Fernando Haddad, que foi derrotado por Jair Bolsonaro).  Questionado se é possível ter uma eleição justa no contexto atual do  país, Lula ainda afirmou que olheiros do mundo inteiro foram convidados a  acompanhar o pleito, embora tenha ressaltado que, se a oposição na  Venezuela tiver o mesmo comportamento da brasileira, “nada vale”.

— Sabe que eu fiquei feliz que foi marcada eleição na Venezuela. O que disseram na reunião que tive na Guiana é que vão convidar olheiros do mundo inteiro. Mas se o candidato da  oposição tiver o mesmo comportamento da oposição daqui, nada vale —  afirmou Lula.

Principal opositora do presidente venezuelano e impedida de concorrer às eleições de julho, María Corina Machado rebateu as declarações de Lula e disse que o presidente brasileiro estava “validando os abusos de um autocrata que viola a Constituição”.

“Eu chorando, presidente Lula? Você está dizendo isso porque sou  mulher? Você não me conhece. Luto para fazer valer o direito de milhões  de venezuelanos que votaram em mim nas primárias e dos milhões que têm o direito de fazê-lo numa eleição presidencial  livre em que derrotarei Maduro”, respondeu María Corina no X (antigo  Twitter). “O senhor está validando os abusos de um autocrata que viola a  Constituição e o Acordo de Barbados, que o senhor afirma apoiar. A  única verdade é que Maduro tem medo de me confrontar porque sabe que o  povo venezuelano está hoje na rua comigo”.

A realização de eleições livres, justas e transparentes ainda este ano  fazia parte do acordo firmado em Barbados, no fim do ano passado, entre  governo e oposição venezuelana, com a presença de observadores  internacionais. Uma das cláusulas previstas no documento exigia que os  candidatos contrários a Maduro tivessem permissão para recorrer de  decisões judiciais que os desqualificassem para o cargo.

Em janeiro, no entanto, o Tribunal Supremo da Venezuela ratificou a  inabilitação da líder opositora por 15 anos, na prática impedindo que  ela concorra contra Maduro, que busca mais uma reeleição. Além de María  Corina, vencedora de primárias — que posteriormente foram anuladas — em  outubro, Henrique Capriles, que concorreu duas vezes à Presidência, também teve sua inabilitação confirmada.

Sequestro de ex-militar venezuelano no Chile é 'gravíssimo', diz Boric

No mesmo discurso feito nesta sexta-feira, Boric comentou pela primeira vez a morte de Ronald Ojeda,  ex-militar venezuelano e opositor de Maduro que vivia exilado no Chile,  afirmando que este era um caso “gravíssimo”. Na segunda-feira, o  Ministério Público chileno concluiu que a facção criminosa Trem de  Aragua, a maior da Venezuela, esteve por trás do assassinato.  Boric foi questionado sobre as declarações do presidente do Partido  Comunista do Chile, Lautaro Carmona, que evitou qualificar o governo de  Maduro como uma “ditadura”.

— A voz do governo e quem decide a política externa sou eu. E eu  estabeleci publicamente uma condenação clara às violações dos direitos  humanos e às restrições à liberdade de expressão que, do nosso ponto de  vista, existiram nos últimos anos na Venezuela — declarou.

Também nesta sexta-feira, María Corina recebeu o reconhecimento da  Comunidade de Madri, na Espanha, pelo Dia Internacional da Mulher. Após  receber a condecoração, entregue à sua filha na cidade espanhola, ela  pediu que o mundo fosse “a voz dos venezuelanos que nunca desistirão da  busca pela liberdade”, apontando que a Venezuela precisa “mais do que  nunca” das “vozes de todos os democratas do mundo”.

PRA: Grato a Augusto de Franco pela transcrição:

O interno e o externo na política brasileira - Paulo Roberto de Almeida

 Todos os problemas brasileiros são made in Brazil; nenhum deles tem origem externa. 

O mundo nos oferece oportunidades que nós desprezamos estupidamente. Se Lula cuidar dos problemas brasileiros nossa situação externa vai melhorar consideravelmente. 

Não adianta sair gritando pelo mundo afora! 

Alguém poderia dizer: “macaco, olha o teu rabo!’ 

Algum aspone precisa dizer isso ao Lula! 

Tem alguém?

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Existem coisas simples como a Carta da ONU, a Declaração de DH de 1948, as convenções sobre genocídio e a Carta Democrática da OEA. 

Seria muito difícil pedir a Lula para se ater a isso e assim guiar a sua política externa? 

Por que defender ditadores e invasores? Alguma razão para tratar  bem quem invade território alheio ou pretende ameaçar eleições livres no seu país? 

O Brasil concorda com esse tipo de postura?

Paulo Roberto de Almeida


sábado, 9 de março de 2024

Irã, por Carmen Lícia Palazzo - uma aula de história

Texto meu sobre o Irã, que já foi publicado e também foi parte de apresentação em um seminário. (Foto minha: arte do Irã Sassânida, século IV. Na exposição sobre a Rota da Seda, Sackler Gallery, Smithsonian, Washington. DC.) 

IRÃ

Carmen Licia Palazzo

9 de março de 2024

Imagem do logo do site

Carmen Lícia Palazzo

 IRÃ

Carmen Lícia Palazzo

Entender o Irã e as imensas possibilidades que este país tem de retomar o caminho da modernização sem o abandono de suas raízes culturais passa, necessariamente, por uma análise do longo prazo sobre diversos temas que antecedem e transcendem as atuais discussões em torno do fundamentalismo religioso. O objetivo desse texto é apenas o de apontar alguns dos aspectos relacionados com as especificidades da cultura iraniana, importantes para o acompanhamento das mudanças e retrocessos que ocorrem naquela sociedade, as mudanças tendo sido consideráveis especialmente durante a presidência de Mohamed Khatami (presidente de 1997 a 2005), um período que merece estudo detalhado dos especialistas.

No entanto, sempre é bom lembrar que a História não segue sempre um caminho ascendente, há permanências e mudanças, há retrocessos em qualidade de vida, mas há também novas perspectivas e melhorias importantes de qualidade de vida, há paz e guerras, nem sempre nas mesmas áreas geográficas, nem sempre nas mesmas sociedades. Conhecer a História só é possível levando em conta a longa duração.

Fazer referência à revolução que derrubou a monarquia em 1979, contextualizado-a apenas no quadro estrito do expansionismo muçulmano, pouco esclarece sobre uma sociedade que teve seu raio de ação estendido, durante muitos séculos, à Ásia Central e a diversas regiões do subcontinente indiano. Tanto a ocidentalização forçada dos xás Reza e Mohamed Reza Pahlevi quanto o posterior estabelecimento da república teocrática dos aiatolás sufocaram apenas parcialmente a diversidade de uma cultura que agora, mais uma vez, dá mostras de estar emergindo e que poderá vir a modelar um Irã renovado ainda que só daqui a algum tempo. Olhar só para o presente limita qualquer análise mais profunda.

Sem retroceder a reflexão a um passado tão distante quanto o das dinastias dos aquemênidas, dos selêucidas e dos partos, cabe, porém, uma referência ao império sassânida, já que foi no seu âmbito que o zoroastrismo, religião formadora do imaginário iraniano e influência fundamental no xiismo, atingiu o status de fé oficial e cimento da sociedade.

Em outros aspectos, também, as permanências da cultura sassânida permearam o que viria a ser o mundo islâmico. A literatura persa tinha já uma antiga tradição, tanto no gênero épico quanto na poesia e nos contos populares. E, com a grande valorizacão dos escribas durante os reinos sassânidas, o respeito à palavra escrita sedimentou-se e passou a ser um dos grandes legados da cultura persa (1). Por outro lado, a burocracia letrada que podia ser encontrada em grande parte do território iraniano permitiu aos árabes estabelecer uma eficiente administração à medida que se expandia a conquista.

Com o surgimento do Islã, modificaram-se as relações de força em todo o Oriente Médio e, em seguida, também na Ásia Central. Maomé e seus sucessores beneficiaram-se das rivalidades perso-bizantinas que enfraqueceram consideravelmente os dois grandes impérios, abrindo caminho para a avassaladora conquista árabe. Num primeiro momento, os Omíadas, que governaram após a morte do Profeta, discriminaram os não-árabes, mesmo os convertidos, no acesso a funções importantes da administração, mas a partir de 750 a nova dinastia Abássida valeu-se do descontentamento dos persas, conquistados e marginalizados, para chegar ao poder. A partir de 754, com o início do reinado de Al-Mansur, cresceu muito a influência persa na administração abássida (2), justamente com o aproveitamento dos escribas e funcionários de alto nível que haviam sido parte da estrutura sassânida. Foi um tempo de grande avanço cultural, da chamada Idade de Ouro do Islã, do seu encontro com outras culturas, com intelectuais da Índia, entre muitos outros.

O que, no início, havia se caracterizado como um impressionante movimento de tribos árabes tomando o poder no Oriente Médio, passa então a se constituir numa conquista que agrega outras culturas. Os resultados, no decorrer dos séculos, não serão homogêneos e novos invasores ameaçam os governantes estabelecidos, criando um clima de instabilidade que vai marcar profundamente toda a região. O Irã, porém, destaca-se nos diversos aspectos de continuidade que podem ser observados em muitos séculos de História. A conquista árabe e a islamização não destruíram as características da cultura persa – ao contrário, foi esta última que influenciou em profundidade a organização administrativa, a literatura e a arte dos conquistadores.

Quando o império sassânida caiu, em 637, não ocorreu, associada às conversões ao Islã, uma arabização completa do Irã, que até hoje conserva o idioma persa, marco significativo de continuidade cultural. A religião muçulmana foi o elo que ligou os povos do Oriente Médio no decorrer de uma conturbada história de invasões, de ascenções e quedas de dinastias e de conflitos tribais que conduziram a períodos de desorganização administrativa. A comunidade de uma mesma crença assumiu, pois, a função de estreitar os laços entre os fiéis, reforçando solidariedades. Mas a nova fé se desenvolveu em meio a referências anteriores, entre elas o zoroastrismo, o judaísmo e o cristianismo.

No caso do Irã, o zoroastrismo deixou marcas profundas e, embora seu surgimento remonte talvez ao século VII ou VI a.C, foi com a dinastia sassânida que seu poder se associou ao dos monarcas, tornando-se uma força que permeou toda a sociedade iraniana. Em alguns aspectos, o zoroastrismo antecipa o judaísmo, o cristianismo e o islã, pregando a existência de um paraíso que receberá os bons e um inferno para aqueles que se colocarem ao lado do mal. No entanto, para a doutrina de Zoroastro, o Criador (Ahura Mazda) e o Destruidor (Ahriman) detêm igual poder, são forças equiparadas num permanente combate (3) e, neste aspecto, talvez seja possível observar certa semelhança na avassaladora preocupação com o mal na vertente iraniana do xiismo.

Língua, cultura e religião eram as bases sobre as quais se afirmava o poder islâmico. No entanto, diferente do Egito onde foi desaparecendo a língua copta, associada à minoria cristã, o Irã não apenas manteve o persa como o viu estender-se pela Ásia Central e através do subcontinente indiano, alcançando a estatura de idioma das chancelarias. Juan R. I. Cole analisa o contexto no qual o imperador da Índia, Akbar, fez do persa o idioma oficial de sua corte, procurando justamente atrair funcionários iranianos reconhecidamente qualificados. Akbar, que reinou entre 1556 e 1605, ordenou, inclusive, que o persa fosse ensinado nas escolas religiosas (4).

O caminho de expansão acentuada da influência iraniana em uma larga área geográfica certamente favoreceu a permanência de uma cultura que continuava se afirmando como original e não simples tributária da expansão árabe, embora por ela também influenciada. O encontro arabo-persa enriqueceu ambas as partes e o Irã, mesmo convertendo-se à religião dos conquistadores, não abdicou de suas raízes. A excelência na produção de manuscritos, reconhecidos internacionalmente pela qualidade da caligrafia e das iluminuras, fez com que a arte persa fosse admirada muito além de suas fronteiras. Na literatura – e em especial na poesia – o Irã deu valiosas contribuições ao mundo islâmico. Escritos como os de Omar Khayyam (1048-1131), Rumi (1207-1273), Hafez (1320?-1389) e Jami (1414-1492) atravessaram os séculos e ainda hoje iluminam nossa compreensão do Oriente.

No século XX, a dinastia Pahlevi, que se auto-atribuiu origens históricas discutíveis, tinha consciência de que era necessário afirmar-se levando em conta uma cultura milenar e o orgulho persa de suas origens. No entanto, ao buscar a modernização forçada e imediata, o primeiro xá, Reza, quis também apelar para o nacionalismo, evocando o mito ariano que pretensamente considerava os indo-europeus superiores a todos os outros povos, demarcando assim o Irã dos demais países do Oriente Médio (5).

Tanto Reza quanto seu filho e sucessor, Mohamed Reza, buscaram justificativas na história pré-islâmica para seus governos autoritários, afrontando, desta maneira não apenas o clero xiita, mas todo um imaginário que desde o século VII vinha sendo construído da mescla de culturas árabe e persa. Se o regime do último xá caiu, sob a Revolução Islâmica, em 1979, devido ao descontentamento geral com os abusos de poder, com a corrupção e com a violência da repressão e da tortura, não seria menos verdade afirmar que o desrespeito a treze séculos de história após a conquista árabe também contribuíram para seu final.

Atualmente o fundamentalismo religioso dos aiatolás não consegue ocultar a realidade de uma nação cuja especificidade cultural inclui, mas vai muito além das questões de fé. O dinamismo da sociedade iraniana e a valorização da cultura têm, em diversos momentos, rompido a camada de repressão que tenta abafar suas melhores realizações, como o cinema, a literatura e as artes plásticas. O movimento feminista, talvez poucos saibam, no Ocidente, é ativo no Irã e inclui em suas fileiras jovens e idosas trabalhando lado a lado.

Sem dúvida a longa tradição de interesse pela escrita e o orgulho pela especificidade persa são alguns indicadores das possibilidades de abertura, resgatando raízes históricas que, transformadas, podem conduzir o país a um novo patamar de desenvolvimento. Mohamed Khatami, eleito presidente em 1997, falou, durante todo o seu governo, insistentemente, em tolerância e diversidade. Em se tratando de um ex-ministro da Cultura, suas palavras podem ser interpretadas como um estímulo à reflexão e não como simples “slogans” políticos.

É importante destacar também que, apesar do discurso muito fundamentalista, por exemplo, na época em que era presidente Ahmadinejad (presidência de 2005 a 2013), sua eleição se deu muito mais em virtude do descontentamento da população com a crise econômica do que por motivos religiosos. Por outro lado, o que Ahmadinejad pretendia, na época, com sua retórica inflamada, era assumir uma posição de liderança no Oriente Médio, ainda mais quando já havia deixado de existir a ameaça daquele que havia sido seu grande rival, Saddam Hussein.

Atualmente, tem se mantido e até reforçado a busca da liderança, mas o grande rival é a Arábia Saudita. E os sauditas contam com o apoio dos EUA, o que mostra que nada é simples no jogo de alianças da região. E é interessante observar justamente como foi esse caminho desde a derrubada de Saddam (um evidente erro do governo Bush até para a segurança regional) e também desde o tempo de Ahmadinejad no Irã até os dias atuais, nos quais as alianças se voltam para isolar o Irã, ainda que para tal seja necessário fechar os olhos para o que faz Bin Salman. É nesse terreno minado de muitas disputas que os grupos terroristas prosperam.

As disputas que envolvem xiitas e sunitas, sempre insisto, não são, quando se trata de política regional, de doutrina e de práticas religiosas, mas sim de poder. Um dado importante para que se possa refletir sobre a modernidade no Irã é o fato de que as mulheres, apesar das imensas limitações impostas pelos aiatolás, são atualmente maioria nas escolas e mesmo nas universidades e a taxa de fecundidade feminina caiu de seis filhos para dois. O país, portanto, está apto a alcançar níveis maiores de desenvolvimento, inclusive porque investe na pesquisa científica.

Apesar do discurso extremista e da inegável repressão interna, a sociedade iraniana é dinâmica, bem estruturada e está preparada para futuras mudanças. Resta saber quando a sociedade civil, ou ao menos parte dela, terá força suficiente para enfrentar uma teocracia intolerante, abrindo, a médio prazo, o caminho para as necessárias transformações. Que não parecem impossíveis, já que a nova geração tem avançado muito nos estudos e nos contatos externos.

NOTAS:

1 Para uma síntese de todo o período sassânida, ver FRYE, Richard. The Golden Age of Persia. London: Phoenix Press, 2000, p.7-26

2 LEWIS, Bernard. The Middle East: A Brief History of the Last 2000 Years. New York: Touchstone, 1997, p.75-78.

3Sobre o Zoroastrismo, ver FOLTZ, Richard. Religions of the Silk Route. New York: St. Martin’s Griffin, 1999, p. 27-30.

4 COLE, Juan R.I. “Iranian Culture and South Asia, 1500-1900” in KEDDIE, Nikki R. e MATHEE, Rudi. Iran and the Surrounding World, Seattle: Washington University Press,, 2002, p.16-17.

5 Sobre Reza e Mohamed Reza Pahlevi, ver MACKEY, Sandra, The Iranians: Persia, Islam and the Soul of a Nation. New York: Plume Book, 1998 ,p.157-268.

 

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Libros que hay que leer en marzo de 2024 - El Grand Continent

 Neste link a lista completa: https://legrandcontinent.eu/es/2024/03/04/21-libros-que-hay-que-leer-en-marzo-de-2024/

Só seleciono os livros que me interessam.

 

Martin Thomas, The End of Empires and a World Remade; A Global History of Decolonization, Princeton University Press

«Hasta hace poco, los imperios eran omnipresentes. Configuraban fronteras, alimentaban conflictos y definían las condiciones de la política internacional. El colapso de los imperios condujo a una reorganización fundamental de nuestro mundo. La descolonización se extendió tanto a través de los territorios como dentro de ellos. Sus luchas se internacionalizaron y se volvieron transnacionales. Por ello, Martin Thomas relata el vínculo intrínseco entre descolonización y globalización. Traza los vínculos entre estos dos procesos de transformación: el fin de los imperios formales y la aceleración de la integración mundial, la reorganización de los mercados, los intercambios culturales y las migraciones.

The End of Empires and a World Remade muestra hasta qué punto la descolonización configuró el proceso de globalización tras el colapso de los imperios. En la segunda mitad del siglo XX, la descolonización catalizó nuevas coaliciones internacionales, desencadenó particiones y guerras y reconfiguró la dinámica Norte-Sur. La globalización prometió a los descolonizados un mayor acceso a recursos esenciales, redes de influencia más amplias y públicos globales, pero su variante neoliberal reforzó las desigualdades económicas y las formas imperiales de influencia política y cultural. Repasando estas dos historias interrelacionadas en todo el planeta, desde América Latina hasta Asia, Martin Thomas explica por qué las naciones recién independizadas se han visto tan penalizadas.»

 

 

Ghassan Salamé, La tentation de Mars. Guerre et paix au XXIe siècle, Fayard

«Hemos entrado en la era de la desregulación de la fuerza. Al final de la Guerra Fría, había muchas razones para creer en el desvanecimiento de Marte, si no en el triunfo de Venus: ¿no había aplacado la disuasión nuclear el ardor de los belicistas? ¿No se habían derrumbado las ideologías? ¿No se suponía que el «comercio blando» garantizaría la paz?

Sin embargo, tras su florecimiento simultáneo, los cimientos de tal promesa se han ido erosionando uno tras otro: la ola democratizadora ha tocado techo, la globalización se ha desacelerado, la revolución tecnológica ha cercenado la libertad después de haberla servido, la cultura ha sido llamada a fracturar en lugar de unir, la cuestión nuclear se ha reabierto y el multilateralismo ha seguido marchitándose. Se ha perdido una oportunidad histórica de construir un sistema mundial equilibrado y pacífico. Ahora debemos comprender la «tentación de Marte» que caracteriza nuestro tiempo y la urgente necesidad de contrarrestarla.”

 

 

M’hamed Oualdi, L’esclavage dans les mondes musulmans. Des premières traites aux traumatismes, Amsterdam

«Durante la última década, los medios de comunicación han informado ampliamente de la presencia de ciertas formas de ‘esclavitud moderna’ en Libia y Qatar, lo que ha dado lugar a una serie de polémicas sobre la trata de esclavos en el mundo musulmán. Este libro de M’hamed Oualdi se propone cuestionar las tergiversaciones que rodean a este fenómeno histórico. El historiador refuta la suposición común de que la esclavitud es tabú en las sociedades musulmanas contemporáneas. Destaca la diversidad de la trata de esclavos que ha tenido lugar en el mundo musulmán desde la época medieval, lejos de la visión homogeneizadora de una esclavitud «islámica» unificada.

M’hamed Oualdi cuestiona las historiografías que pretenden comparar esta forma de esclavitud con la trata atlántica para relativizar la gravedad histórica de esta última. Para ello, describe las múltiples funciones desempeñadas por los esclavos en el mundo musulmán. Centrándose a continuación en el periodo moderno, M’hamed Oualdi analiza los procesos de liberación de esos esclavos. Al hacerlo, pone de relieve el carácter ambivalente de las políticas abolicionistas aplicadas por las potencias europeas de la época. Al mismo tiempo, presenta el pensamiento abolicionista musulmán que se desarrolló en esas regiones. Por último, el historiador examina la presencia de la esclavitud en las sociedades musulmanas.

 

 

Elizabeth N. Saunders, The Insiders’ Game: How Elites Make War and Peace, Princeton University Press

 

«Una de las opiniones más extendidas sobre los líderes democráticos es que son reacios al uso de la fuerza militar porque los votantes pueden exigirles cuentas, lo que en última instancia hace que las democracias sean más pacíficas. ¿Cómo pueden entonces los líderes hacer la guerra frente a la oposición popular o poner fin a los conflictos cuando la opinión pública sigue apoyándolas? The Insiders’ Game arroja luz sobre este eterno enigma, argumentando que las principales limitaciones en las decisiones sobre la guerra y la paz provienen de las élites, no del público.

Elizabeth Saunders se centra en tres grupos de élites —asesores presidenciales, legisladores y oficiales militares— para mostrar cómo la dinámica de este juego de iniciados es fundamental para entender el uso de la fuerza en la política exterior estadounidense. Explora cómo las preferencias de las élites difieren de las de los votantes ordinarios y cómo los líderes deben negociar con las élites para asegurarse su apoyo a la guerra. Explica por qué los líderes inician y prolongan conflictos que la opinión pública no desea, pero también muestra cómo las élites pueden obligar a los líderes a cambiar de rumbo y poner fin a las guerras.»

 

 

Melissa Teixeira, A Third Path; Corporatism in Brazil and Portugal, Princeton University Press

 

«Tras la Gran Depresión, mientras el mundo buscaba nuevos modelos económicos, Brasil y Portugal experimentaron con el corporativismo como una «tercera vía» entre el capitalismo del laissez-faire y el comunismo. En una sociedad corporativista, el gobierno integra verticalmente en el Estado a grupos económicos y sociales con el fin de gestionar el trabajo y la producción económica. En la década de 1930, las dictaduras de Getúlio Vargas en Brasil y António de Oliveira Salazar en el Imperio portugués aprovecharon las ideas corporativistas para reactivar el desarrollo económico dirigido por el Estado.

Lo que distingue al corporativismo portugués y brasileño de los experimentos de economía mixta de otros países es la forma en que Vargas y Salazar desmantelaron las instituciones democráticas liberales, celebrando sus esfuerzos por limitar las libertades individuales y la propiedad con el fin de reactivar la economía y establecer la paz social. Al rastrear el movimiento de personas e ideas a través del Atlántico Sur, Melissa Teixeira muestra cómo dos países con escasa reputación de creatividad económica se convirtieron en importantes centros de experimentación política. Las autoridades portuguesas y brasileñas crearon leyes y organismos para controlar los precios y la producción, generando nuevas fricciones sociales y problemas económicos cuando particulares y empresas intentaron eludir las normas. Sin embargo, según Teixeira, a pesar de los fracasos y frustraciones de los experimentos corporativistas en Brasil y Portugal, las ideas e instituciones ensayadas en las décadas de 1930 y 1940 proporcionaron un nuevo conjunto de herramientas jurídicas y técnicas para el auge de la planificación económica, configurando así el modo en que los gobiernos regulan las relaciones laborales y de mercado hasta nuestros días.»

 

 

Paul R. Josephson, Hero Projects; The Russian Empire and Big Technology from Lenin to Putin, Oxford University Press

 

«Desde Lenin y Stalin hasta Putin, el desarrollo económico de Rusia se ha basado en tecnologías a gran escala. Estos ‘megaproyectos’ han estado en el centro del crecimiento económico y el poder militar del país. A pesar de sus considerables costos medioambientales y sociales, estas tecnologías «heroicas» han avanzado al servicio de los intereses desenfrenados de los funcionarios del Estado, la arrogancia desmesurada de los ingenieros y la adhesión de las masas a una ideología nacional de logros gloriosos y grandeza militar.

En Hero Projects, Paul R. Josephson rastrea cómo, a lo largo de los últimos cien años, zares, comisarios y oligarcas rusos desarrollaron megaproyectos para crear el mayor imperio del mundo. Construidos por campesinos, prisioneros del Gulag y voluntarios comunistas, estos enormes proyectos —tuberías a través de la tundra, ferrocarriles desde Europa hasta el Océano Pacífico, centrales hidroeléctricas y canales desde el noroeste hasta la árida Asia Central, instalaciones nucleares— han alterado para siempre el paisaje, la política y la sociedad rusos. Paul Josephson muestra que, aunque estos proyectos fueron recibidos por el público como maravillas tecnológicas, en última instancia siempre sirvieron para enriquecer al Kremlin y demostrar la destreza tecnológica de la nación en la escena mundial. Y siguen siendo una característica importante del régimen político autoritario de Rusia en el siglo XXI; explotando los recursos de Rusia y fomentando un autoproclamado «renacimiento» de las armas y reactores nucleares, el gobierno ruso ha decidido invertir en tecnologías de la información y la comunicación.

 

 

Dia Internacional da Mulher - a mensagem de Dante Lima

 Atrasado (pois foi ontem), mas só tomei conhecimento hoje: 

Dante Lima, diplomata

HOJE É O DIA DELAS. AMANHÃ TAMBÉM. OU SEJA, SEMPRE. Hoje, diz o calendário, se comemora o Dia Internacional da Mulher. Em tempos complicados em que vivemos, é preciso nunca esquecer delas e de render-lhes as devidas homenagens. E, como diplomata que fui, ora inativo, queria reiterar hoje uma mensagem às nossas colegas de ofício. As mulheres diplomatas. Elas que muitas vezes dividem suas funções profissionais com o papel de mães e esposas. E, decerto, às nossas mulheres, companheiras também, que elas dividem conosco a missão de servir ao Brasil, como parceiras leais nessa empreitada de vida diplomática, onde nem sempre e nem tudo são flores. Costuma-se dizer, com muita sabedoria, que por trás de um grande homem há sempre uma grande mulher. A expressão não faz o devido jus ao papel da mulher do diplomata. A frase deveria dizer que ao lado (e não por trás) de um grande diplomata há sempre uma grande mulher de diplomata. É certo que há quem invoca o chamado roteiro “Elizabeth Arden” para, com certa maledicência, referir-se a destinos e endereços glamourosos dos diplomatas a serviço no exterior, como Paris, Londres ou Nova York. Muitos desses detratores, decerto involuntários e ignorantes das facetas da nossa profissão, esquecem ou desconhecem que existe um outro roteiro denominado “Indiana Jones”, os chamados postos de sacrifício, que incluem paragens inóspitas e insalubres, onde a nobreza e o sentido de missão de nossa Carreira nos obrigam a servir. Eu mesmo fui servir em posto do gênero com um filho de dois anos e meio. Lá como alhures, nossas mulheres e companheiras, essas guerreiras formosas sempre souberam como poucas semear e construir um jardim de preciosas espécies de cores e aromas e as regassem todo dia com dedicação e cumplicidade em situações não raro árduas e espinhosas. Pois que flores tem seus espinhos. Conciliando, ademais, esses cuidados com outros não menos árduos, com aqueles de esposas, parceiros, companheiros pais e mães extremadas, soberanas dos nossos lares. Não existem para o diplomata postos difíceis ou de sacrifício se ele tem um ma família e estruturada e uma companheira e cúmplice de sua missão. Por isso, hoje, ao celebrarmos o Dia Internacional da Mulher exaltamos o papel da mulher do Diplomata, que nos acompanha mundo afora como bastiões inexpugnáveis de nossas carreiras, fiadoras de nossos êxitos profissionais e conforto e alívio de nossos fracassos eventuais. Digo e repito que é desnecessário destacar que tudo que se diz sobre o diplomata e a mulher diplomata se aplica naturalmente e com toda justiça à mulher diplomata, essas profissionais que cada vez mais, para o bem do Itamaraty e felicidade geral do Brasil, ocupam posições de relevo na nossa profissão. A elas nossa merecida homenagem.