Citigroup se lame la herida. El tercer grupo financiero de EE UU cerró un acuerdo con el Departamento de Justicia por el que le abonará 4.000 millones de dólares en efectivo por el empaquetado de deuda de hipotecas "tóxicas". Es suficiente para comerse prácticamente todo el beneficio trimestral. El pacto se completa con 2.500 millones destinados a los consumidores, 200 millones para compensar a la agencia que garantiza los depósitos y 300 millones para zanjar las investigaciones abiertas por los estados.
El acuerdo definitivo se anunció una hora antes de que presentararesultados del segundo trimestre y apareció en las cuentas en forma de unas cargas de 3.800 millones de dólares. Los 7.000 millones en los que se valora el total de la reprimenda se quedan lejos de los 12.000 millones que reclamaba el departamento de Eric Holder, una exigencia que casi hizo descarrilar el proceso de negociación y por el que el banco de Michael Corbat arriesgó con ir a juicio.
Holder insiste en que el monto del castigo se corresponde con el daño causado por una conducta que calificó de "falsa y fraudulenta". Es más, el equivalente estadounidense al ministro de Justicia insistió en que este arreglo con el banco no absuelve a ningún empleado, por lo que deja abierta la puerta a una acción por la vía penal. Pero los fiscales han tenido hasta la fecha muy complicado probar que hubo una intención de cometer relamente un fraude.
JPMorgan Chase ya resolvió un expediente similar el pasado noviembre. El fiscal general les acusaba de haber vendido a los inversores paquetes estructurados con deuda hipotecaria de baja calidad. Es uno de los productos financieros detrás de la pasada crisis financiera, la peor desde la Gran Depresión. El banco de Jamie Dimon tuvo que pagar 13.000 millones. Bank of America está en proceso de negocia un castigo que puede ser incluso mayor.
“La conducta del banco fue execrable”, afirma el titular de Justicia en la nota con el anuncio, en la que señala que Citigroup admitió durante la negociación que engañó a los inversores ofreciendo como sanos "productos financieros tóxicos". Para el conglomerado financiero, el pacto le permite dejar atrás el legado de la crisis. “Creemos que va en el mejor interés para los inversores, porque nos permite ahora centrarnos en el futuro y no en el pasado”, señala Corbat.
Aunque este tipo de sanciones no están diseñadas para tumbar a un gran banco sistémico como Citigroup, si le hacen daño a su balance. El grupo financiero con sede en Nueva York cerró el segundo trimestre con un beneficio neto de 181 millones de dólares por las cargas asociadas a la factura legal. Hace un año ganó 4.200 millones. En cuanto a la cifra de negocio, la redujo ligeramente a los 19.300 millones la pasada primavera.
Corbat debe convencer ahora a los inversores de que el banco está bien colocado para sacar tajada de la recuperación. El ejecutivo asegura que el negocio del banco “se mostró resistente ante un clima económico desequilibrado”. También explicó que sigue adelante con el proceso para reducir costes operativos, simplificando productos y procedimiento. También dejó claro que el cuantioso pacto con Justifica no afectará a la posición de su balance.
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