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Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida.

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domingo, 5 de setembro de 2010

E tem gente que reclama do MST: poderia ser pior...

Claro, tudo pode ser pior.
Os proprietários de terras no Brasil vivem, de certa forma, acossados pelos neobolcheviques do MST, que realmente praticam seu esporte favorito na total indiferença do governo (que aliás fornece, indiretamente, os meios).
Mas o Brasil até que é um país "moderado" na prática da expropriação revolucionária.
Poderia ser pior. Como na Venezuela, por exemplo...
Paulo Roberto de Almeida

Inseguridad afecta economía venezolana
Emilia C. de Paula
El Nuevo Herald, 05/09/2010

Acosado por el constante riesgo de que lo secuestren, el ganadero venezolano Gustavo Martínez vive como si fuera un fugitivo; nunca avisa cuando se dirige a su finca, siempre altera las horas en que viaja, frecuentemente cambia las rutas y mantiene un ojo puesto en el espejo retrovisor para ver si lo están siguiendo.

Y es que la inseguridad personal –en un país considerado como uno de los más peligrosos de América Latina– es un tema de gran preocupación entre los ganaderos, especialmente en el sur de El Lago de Maracaibo, donde vive Martínez, y donde la industria del secuestro se encuentra en pleno apogeo.

Pero es el temor a que le expropien sus tierras, bajo posesión de la familia de Martínez por más de tres generaciones, lo que más le quita el sueño a este productor agrícola y agropecuario de 56 años.

“No hay quien te garantice la propiedad”, dijo Martínez a El Nuevo Herald en una entrevista telefónica. “El gobierno dice que la tierra es del Estado, que no tiene dueño [. . .]. Es muy duro ver que lo que fue parte de tu tradición familiar pase a manos de unos fascinerosos porque están bien con el gobierno”.

Como Martínez son miles los productores agropecuarios y empresarios de otros sectores los que sienten estar viviendo perennemente bajo la Espada de Damocles en Venezuela y que tratan de sobrevivir en un ambiente que es cada vez más hostil, marcado por una alta volatilidad económica, la inseguridad personal, políticas gubernamentales que desestimulan la inversión privada y una constante amenaza de que sus activos sean expropiados.

Expertos advierten que los riesgos para el empresariado podrían ser aún mayores con una victoria del oficialismo en las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre, ante la promesa del presidente Hugo Chávez de que radicalizará más su revolución socialista de salir airoso en los comicios.

Economistas consultados por El Nuevo Herald dijeron que hay muy pocas dudas en Venezuela de que eso es precisamente lo que el mandatario se propone hacer.

“Todo el mundo se lo espera”, afirmó Asdrúbal Oliveros, director de la firma de asesores Ecoanalítica. “Eso es lo que ya ha venido haciendo, con toda una aprobación de leyes que ha venido tomando esta Asamblea Nacional, algunas que ya han sido aprobadas y otras que están en discusión”.

El grueso de estas nueva leyes buscan reemplazar los espacios actualmente ocupados por el sector privado por empresas comunales operadas bajo una estrecha vinculación con el Estado, bajo un esquema denominado por el gobierno como propiedad social o propiedad comunal.

Una vez que ese esquema ya esté creado, Oliveros dijo que Venezuela podría ver una mayor ola de expropiaciones, acentuando aún más la incertidumbre del empresariado.

“El empresario venezolano se levanta hoy en día con dos cosas en la cabeza. La primera de ellas es: ‘¿Seré yo la próxima víctima de una expropiación, de una nacionalización?’ Y la segunda: ‘¿Podré obtener las divisas para los trámites de importación o de compras de insumo?’. Porque al problema ideológico hay que sumarle el problema de una profunda escasez de divisas que está viviendo Venezuela en los últimos meses”, indicó Oliveros.

Pedro Palma, presidente de la Academia de Ciencias Económicas de Venezuela, dijo que el empresariado está encontrando espacios cada vez más reducidos para operar.

“Ha habido una política de hostigamiento, en la que las expropiaciones ya se han vuelto muy comunes, que ya no sólo afectan a las grandes empresas o a los grandes fundos de producción agrícola, sino que ahora afectan también a los pequeños productores, que se les expropian sus empresas”, aseguró Palma.

Todo esto crea un ambiente muy poco propicio para la inversión y son muy pocos los empresarios en el país que están pensando en ampliar sus negocios, limitándose a gastarsólo lo suficiente para mantener sus operaciones funcionando a un mínimo.

Martínez es un vivo ejemplo de esto.

La producción de leche de su finca que una vez alcanzaba 1,500 litros diarios actualmente ronda por niveles de 300 litros, y el productor agropecuario se ha volcado cada vez más a la producción de plátanos, rubro que no requiere de gran atención ni de inversiones.

Palma aseguró que el empresariado es consciente de que la Revolución Socialista del Siglo XXI que lleva a cabo Chávez es una réplica del modelo comunista autoritario aplicado en Cuba.

Añadió que al gobierno le irritan comentarios como estos porque las encuestas demuestran que el venezolano mayoritariamente rechaza el comunismo.

“Pero es lo que se está haciendo”, enfatizó Palma. “No hay dudas de que el Socialismo del Siglo XXI cada vez se parece más al socialismo totalitario cubano”.

Al riesgo de la expropiación se le añaden las tremendas dificultades que enfrentan los empresarios venezolanos para conseguir dólares.

La divisa estadounidense ha cobrado una importancia cada vez mayor debido a que el gradual achicamiento del aparato productivo ha llevado a depender cada vez más de las importaciones para los insumos que las empresas necesitan y para la compra de productos que han dejado de ser elaborados en el país.

Martín Herrera, economista del Grupo Soluciones Gerenciales S.A., dijo que la dependencia del dólar se ha disparado a lo largo de los últimos 10 años.

“Nosotros tenemos una escalada cada vez mayor de dependencia de las importaciones”, afirmó Herrera, cuya empresa hace un minucioso seguimiento de los volúmenes de importaciones que realiza el país.

Añadió que esto puede verse fácilmente en los números de la balanza comercial que muestran que para 1999 eran $19,400 millones los requeridos por la economía, monto que para el 2009 se ubicaba en unos $55,000 millones. Para el 2010, se presupuestaron $60,000 millones.

“Esto es una clara prueba de que cada vez más dependemos de las importaciones y el aparato productivo se ve cada vez más afectado porque muchos rubros están desapareciendo y muchas empresas están cerrando, agudizando la dependencia de las importaciones”.

El problema que tienen actualmente las empresas que mantienen sus puertas abiertas es que el gobierno no está suministrando todo los dólares que necesitan, lo que según Herrera también se está viendo reflejado en el pobre desempeño del crecimiento económico.

“El gobierno no lo quiere reconocer, pero lo que dicen las cifras del Banco Central es que nuestra crisis es de presupuesto de divisas, no hay la cantidad de divisas para atender la demanda”, dijo Herrera.

Martínez está entre los empresarios que enfrentan serias dificultades para encontrar dólares.

Pero el ganadero considera que este es sólo uno de una larga lista de problemas que tiene al empresariado de rodillas.

“Los problemas están por todos los lados. Hay problemas para salir del país; hay problemas para conseguir dólares de CADIVI [el organismo oficial que los entrega]; hay problemas de inseguridad; se corre el riesgo de que te expropien lo que tienes. No hay forma de trabajar así”, subrayó Martínez. “Con un gobierno como este, el futuro es incierto”.