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sábado, 7 de março de 2020

Bolsonaro ofende o presidente do Uruguai - Entrevista a La Búsqueda (Uruguai)

Como o presidente é incapaz de conceber o que são relações exteriores, diplomacia, ou a simples cortesia, ele acaba de ofender gravemente o presidente do Uruguai, mesmo sem perceber: 
"Señaló, por ejemplo, que Lacalle Pou está “mucho más alineado” con sus “propuestas y pensamientos liberales y económicos, en contraposición a sus antecesores”.
Paulo Roberto de Almeida

Semanario Búsqueda (Uruguai) – Lacalle Pou está “alineado con nuestras propuestas y pensamientos” / Entrevista / Jair Bolsonaro

Sexta-feira, 6/03/2020


Jair Bolsonaro dijo que opta por militares como colaboradores porque tienen el “criterio de eficiencia” y la “ficha limpia”, que su “proceder como presidente” lo rige la Biblia, que la “ideología de género” es contraria “a la esencia del ser humano” y que la actuación de las ONG en Brasil “ha sido nefasta”

Entrevista de Andrés Danza

Decir Jair Bolsonaro es provocar reacciones de todo tipo. Algunas de admiración, otras de odio, pero nunca de indiferencia. Es muy difícil encontrar una respuesta tibia con respecto al presidente de Brasil. Bolsonaro desata pasiones y extremos en su país y también en casi todos los demás de América Latina.

Es comprensible cuando se analiza su pasado y también su presente: un militar retirado, extremadamente católico pero con vínculos con los evangelistas, con ideas muy polémicas y asociadas a la derecha, que logró obtener casi 60 millones de votos y así transformase en el primer mandatario de la nación más grande y potente de toda la región. Algo debe tener, porque seguro que no hay tanta cantidad de brasileños extremistas.

Y lo tiene. Al conocerlo queda claro que Bolsonaro no es uno más. Por su corpulencia, su gesto serio y adusto, su impronta militar y su comitiva numerosa, que no le pierde rastro, pero también por su manejo del público y su forma de adaptarse rápidamente a los distintos auditorios. Así se desempeñó en la tarde del domingo 1º de marzo, cuando Búsqueda logró tener un breve intercambio con él dentro del Palacio Estévez, luego de que saludara al nuevo presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou.

Respondió al requerimiento periodístico con un gesto cordial y se excusó por la falta de tiempo, aunque ya había accedido a contestar por escrito algunos preguntas enviadas previamente a su secretaría. Luego atravesó la puerta del viejo palacio, donde lo esperaba toda la comitiva de vehículos que lo llevaría a la Embajada de Brasil. Ya en la calle, casi sin mediar palabra, rompió el protocolo, se paró sobre el borde de su auto y saludó varias veces al público que gritaba su nombre, con una sonrisa de oreja a oreja. Así, en menos de un minuto, quedaron de manifiesto los dos Bolsonaro: el formal y el popular.

Algo similar había ocurrido horas antes, cuando llegó al Palacio Legislativo para presenciar la Asamblea General en la que Lacalle Pou tomó posesión de su cargo. Al ver que tras el vallado algunos manifestantes lo aplaudían, resolvió salirse de la agenda preestablecida y caminar hacia ellos para saludarlos. También les pidió una bandera de Uruguay, la agitó ante su audiencia enfervorizada y luego subió la imágenes a Twitter agradeciendo a los uruguayos por la bienvenida.

Después de todos los actos protocolares, cenó en la embajada de su país y se retiró de Montevideo sin hacer declaraciones. Lo único que sí hizo, desde Brasil, fue enviar por mail sus respuestas a algunas de las preguntas que le formuló Búsqueda, sin posibilidad de repreguntas. Sin embargo, mediante unas pocas palabras —transcritas para el semanario por la traductora pública Liliana Monetti— dejó muy claro su estilo, sin titubeos, que tantos seguidores y detractores le ha ocasionando en los últimos años.

Señaló, por ejemplo, que Lacalle Pou está “mucho más alineado” con sus “propuestas y pensamientos liberales y económicos, en contraposición a sus antecesores”, y que con él promoverá el “fortalecimiento del Mercosur”, que puede llegar a ser “un nuevo sudeste asiático”. También evaluó como “muy positiva la declaración del presidente de Argentina, Alberto Fernández”, a favor de “aprobar el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea” y anunció que pretende reunirse con él “a la brevedad”.

—¿Cuál es su evaluación sobre el futuro de las relaciones entre Brasil y Uruguay?
—Personalmente, soy muy optimista. Brasil y Uruguay reúnen todas las condiciones para, a partir de ahora, profundizar su relación. Uno de los objetivos que tenemos en común es el fortalecimiento del Mercosur, que puede llegar a ser, como piensa el presidente Luis Lacalle Pou, “un nuevo sudeste asiático”. Asimismo, una gran ventaja para alcanzar esos objetivos en forma conjunta es tener una persona como Lacalle, mucho más alineado con nuestras propuestas y pensamientos liberales y económicos, en contraposición a sus antecesores. Le deseo éxito, tanto a él como a su gobierno, y que los uruguayos cuenten siempre con el apoyo de Brasil.

—A su entender, ¿cuál es actualmente la importancia del Mercosur para América Latina?
—El fortalecimiento del Mercosur va a depender, siempre, de la unión y del esfuerzo de los países que forman parte del bloque y que tengan como objetivo el desarrollo de la región. En ese sentido, veo como muy positiva la declaración del presidente de Argentina, Alberto Fernández —con quien pretendo reunirme a la brevedad—, que dijo que va a esforzarse en aprobar el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea. Eso es de gran interés para toda América Latina. A su vez, considero que los países deben mantener una buena relación entre sí, preservando la democracia y la libertad por encima de todo.

—¿Cuál es su expectativa con respecto al Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur?
—Todos los países, en forma aislada o en bloque, tienen gran interés en estrechar lazos comerciales. A su vez, este es el interés de la Unión Europea y del Mercosur. Inclusive, debido al Brexit, es importante buscar nuevos mercados y con gran potencial de consumo. El Mercosur surge como una gran solución para la Unión Europea y para el Reino Unido. Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, juntos, tienen más de 260 millones de habitantes. Los 28 países de la Unión Europea —contando aún con los británicos— tienen 512 millones. No se descarta la posibilidad de discutir la creación, tal vez el próximo año, de un acuerdo de libre comercio entre los británicos y el Mercosur.

—¿Cómo evalúa la actuación de los militares en América Latina? ¿A que se debe la creciente popularidad de ellos en algunos países como, por ejemplo, Brasil y, en menor medida, Uruguay?
—Los militares forman parte de la sociedad de cualquier nación. Debido al papel que representan, de defensa de la patria, no pueden tener su participación en la vida nacional menospreciada, como ocurrió con los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, Lula y Dilma. En mi gobierno ese desprecio finalizó. En relación a ello, siempre enfatizo que no tengo nada contra los civiles, ni contra la participación de ellos en mi gobierno. Las posibilidades son iguales, desde el momento que atiendan los criterios que priorizo en la elección de mis asesores, entre los cuales destaco: la integridad de carácter, la honestidad, el espíritu cristiano, la eficiencia, la disciplina y la lealtad. Como exintegrante de las Fuerzas Armadas, conozco bien a los militares y los atributos que poseen. Para participar en mi gobierno, el criterio no es político, ni el padrinazgo, como ocurría en los gobiernos del Partido de los Trabajadores. Es el criterio de la eficiencia, de la ficha limpia. Considero que eso no es solamente una característica de Brasil. En otros países debe suceder lo mismo, con mayor o menor intensidad.

—Usted ha cuestionado la actuación de las ONG (Organizaciones No Gubernamentales) en relación con Brasil y, en especial, con respecto a lo que han denunciado de la Amazonia. ¿Cuál es su opinión sobre estas organizaciones?
—Infelizmente, la actuación de las ONG en Brasil ha sido nefasta para el país. Esas organizaciones recaudan fortunas para interferir en los intereses de Brasil y defender sus propias causas y de países, que hace mucho tiempo, ocultan ambiciones deshonrosas en relación con la Amazonia. Para alcanzar sus objetivos, ridiculizan la importancia de Brasil como una de las naciones más ricas del planeta y no reconocen nuestra soberanía en la Amazonia. ¿Cómo admitir, por ejemplo, que una ONG extranjera se refiera a la reactivación del Consejo de la Amazonia como un montaje y como un proyecto que es una “suma de ceros”? ¡Eso es inadmisible! Obviamente, existen excepciones, pero el rol de muchos dirigentes y falsos ambientalistas ha sido denigrar la imagen de Brasil en el exterior.

—También ha manifestado críticas a la Agenda 2030 de la ONU y a la “ideología de género”, que gana terreno en algunos países. ¿Por qué?
—La Agenda 2030 de las Organizaciones de las Naciones Unidas incluye la ideología de género y el aborto, que son contrarios a la esencia del ser humano y a la propia vida. Estos tópicos nocivos se ocultan entre las metas de la agenda bajo el disfraz de “derechos sexuales y reproductivos” y eso debe ser denunciado. Los 17 objetivos de la agenda hablan sobre acabar con la pobreza y el hambre, universalizar el acceso al agua y al saneamiento, y reducir la desigualdad, que son aceptables y humanitarios. Incluir en la agenda temas como sexo biológico e identidad de género es extrapolar la finalidad de la misma. Sostengo que, en Brasil, el Estado es laico, pero el presidente es cristiano. Como cristiano, creo en el respeto, en los valores y enseñanzas que la Biblia transmite. Son ellos los que rigen mi vida y mi proceder como presidente de Brasil.

quinta-feira, 31 de outubro de 2019

Uruguai puxa a orelha do embaixador brasileiro por declaração intrometida de Bolsonaro

Uruguay le pidió explicaciones a Brasil | Bolsonaro... 

Página12, 31/10/2019

La cancillería uruguaya convocó al embajador brasileño para pedirle una explicación por las declaraciones de Jair Bolsonaro. El presidente de Brasil había dicho que esperaba el triunfo del opositor al gobierno uruguayo, el candidato del Partido Nacional Luis Lacalle Pou, porque es más cercano a “su equipo”. Lejos de agradecerle el apoyo, el candidato que tiene grandes chances de ganar las elecciones, salió a criticarlo.
Fiel a su verborragia, Bolsonaro no pudo evitar referirse al resultado de las elecciones presidenciales de Uruguay del domingo pasado. "Uruguay va a una segunda vuelta y la oposición (al gobernante Frente Amplio) está más alineada con nuestros pensamientos liberales y económicos. Esperamos que se produzca la elección de alguien más cercano a nuestro 'equipo'. Ahí tendríamos a Uruguay con más afinidad con nosotros", sostuvo Bolsonaro el martes pasado en diálogo con O Estado de San Pablo. "No tuvimos ningún problema con Uruguay en materia económica con el actual presidente (Tabaré Vázquez). Pero tenemos que prepararnos siempre para lo peor, porque no se puede decir que uno se ve sorprendido con los hechos. La política no ocurre de un momento a otro", sostuvo el presidente de Brasil.
El gobierno uruguayo se tomó unos días pero finalmente emitió una nota pidiendo explicaciones al embajador de Brasil, Antonio Simoes. “El Ministerio de Relaciones Exteriores convocó al embajador de la República Federativa de Brasil en Uruguay, señor Antonio Simões y le solicitó explicaciones sobre las expresiones vertidas por el señor presidente Jair Bolsonaro (…) relacionadas con el proceso electoral que se desarrolla en nuestro país", dice la nota oficial. 
El pasado domingo se dio la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Uruguay . Allí obtuvo la mayor cantidad de votos el candidato oficialista del Frente Amplio, Daniel Martinez. Se impuso con 39.17 por ciento de los votos, que lo obligan a competir en ballotage con el candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou. Si bien este candidato de derecha obtuvo el 28.59 por ciento de los votos, los que le siguen en el tercer y el cuarto lugar, manifestaron que apoyan su candidatura en la segunda vuelta . Lo que lo deja muy cerca a obtener la presidencia de Uruguay.
Sin embargo, Lacalle Pou salió a depegarse de Bolsonaro. "Me parece que no es buena cosa que los distintos políticos y en este caso distintos gobernantes incidan, opinen, en lo que puede llegar a pasar en otro país", dijo en declaraciones a El Observador. "Uruguay, por suerte, no decide lo que piensan los brasileños, decide lo que le pasa y lo que necesitan los uruguayos", sostuvo el abogado de 46 años que competirá el 24 de noviembre para definir al próximo presidente de Uruguay.

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Uruguai convoca embaixador no Brasil após declarações de Bolsonaro

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O governo do Uruguai convocou seu embaixador no Brasil, Antonio Simões, para prestar esclarecimentos sobre declarações dadas pelo presidente Jair Bolsonaro em relação às eleições presidenciais no país.
A convocação foi anunciada nesta quinta-feira, 31, em comunicado do Ministério das Relações Exteriores do Uruguai. 
A questão é referente a uma entrevista dada por Bolsonaro ao jornal Estado de S.Paulo, durante sua viagem pela Arábia Saudita. Na entrevista, Bolsonaro traçou um panorama das relações diplomáticas entre o Brasil e seus vizinhos sul-americanos, após as eleições presidenciais que ocorrem em diferentes países da região. 
O foco da entrevista era a recente eleição de Alberto Fernández na Argentina. Peronista, Fernández tem como vice a ex-presidente Cristina Kirchner. No entanto, Bolsonaro também mencionou suas preferências nas eleições uruguaias.
Na entrevista, ao ser questionado se a vitória de Fernández dificulta a relação entre Brasil e Argentina, Bolsonaro disse que, no momento, o governo não pensa em romper relações com o país vizinho, mas espera que o próximo governo mantenha as práticas de Mauricio Macri de “abertura” e de “liberdade econômica”. 
“Mas nos preparamos para o pior, porque o que foi anunciado até o momento no pacote econômico do presidente eleito, essa receita já sabemos, como em parte foi adotada no Brasil no passado, não tem como dar certo”, completou o presidente. 
Em seguida, Bolsonaro entrou na questão das eleições presidenciais no Uruguai, que serão disputadas em segundo turno, em 24 de novembro, pelos candidatos Luis Lacalle Pou, de centro-direita, e Daniel Martínez, de esquerda. Sem citar diretamente nenhum dos candidatos, Bolsonaro expressou apoio à chapa de Pou, à qual considerou “mais alinhada” ao “seu time”. 
“O Uruguai foi para o segundo turno, tem a situação, que vem da política do Pepe Mujica, e uma oposição que é mais alinhada com nossos pensamentos liberais e econômicos. Esperamos, torcemos que aconteça a eleição de alguém mais ligado ao nosso time, aí teríamos o Uruguai afinado conosco. […] Não tivemos nenhum problema com o Uruguai no tocante à economia com o atual presidente, mas temos de nos preparar sempre para o pior, porque você não pode dizer que foi surpreendido com os fatos. A política não acontece de uma hora para outra”, disse o presidente brasileiro.
A declaração de Bolsonaro repercutiu mal no Uruguai, por ser considerada uma intervenção que desrespeita os princípios da diplomacia. 
O candidato de centro-direita à presidência do Uruguai, Luis Lacalle Pou, rejeitou o apoio de Bolsonaro no segundo turno das eleições. 
“Se eu fosse o presidente e houvesse um processo eleitoral no Brasil, por mais que eu goste mais de um do que de outro, esperaria os resultados porque tenho que ter uma boa relação com o vencedor. […] Por sorte, no Uruguai os brasileiros não decidem”, afirmou Lacalle Pou. 
A postura do presidenciável uruguaio é oposta à adotada por Bolsonaro durante o processo eleitoral argentino, que culminou na vitória de Alberto Fernández. Ao longo de todo o pleito, o presidente brasileiro declarou sua preferência pelo então presidente Mauricio Macri, se posicionando contra a eleição de Fernández.
Em maio, Bolsonaro pediu para que os argentinos tivessem “paciência” com Macri, afirmando que a Argentina poderia se transformar em uma Venezuela no caso de vitória da chapa de Fernández. No mês seguinte, pediu que os argentinos votassem com “responsabilidade”. 
Já em agosto, Bolsonaro afirmou que o Rio Grande do Sul poderia se tornar “um novo estado de Roraima”, caso a chapa peronista vencesse. A referência de Bolsonaro foi com o êxodo de venezuelanos para o Brasil por Roraima. Já na semana que antecedeu o pleito presidencial, Bolsonaro ameaçou isolar a Argentina no Mercosul caso Macri perdesse.
Os posicionamentos de Bolsonaro quebraram a tradição da diplomacia brasileira – repetida em grande parte dos países democráticos do mundo – de manter um posicionamento neutro em processos eleitorais de outros países. A estratégia mantida pelo Brasil até então foi de esperar o resultado das eleições para ter um diálogo aberto com o candidato vencedor.
As afirmações de Bolsonaro contra a chapa peronista se mantiveram até mesmo após a vitória de Fernández. O presidente brasileiro afirmou que a Argentina “escolheu mal”. Em seguida, disse que não iria parabenizar o presidente argentino eleito pela vitória.
Ao contrário de Bolsonaro, diferentes presidentes da América do Sul cumprimentaram publicamente Alberto Fernández pela vitória. Entre chefes de Estado sul-americanos que parabenizaram o candidato vencedor estão Mario Abdo Benítez, do Paraguai, e Sebástian Piñera, do Chile, que se posicionam próximos a Bolsonaro, além de Nicolás Maduro, da Venezuela, e Evo Morales, da Bolívia. O secretário de Estado dos EUA, Mike Pompeo, também expressou o desejo de manter a cooperação bilateral com a Argentina. 
O futuro presidente uruguaio será decidido no próximo dia 24 de novembro. Lacalle Pou deve receber parte substancial dos votos dos candidatos Ernesto Talvi, de viés liberal, e Guido Manini Ríos, de extrema-direita. Ambos declararam apoio ao presidenciável. 
Já Daniel Martínez, da Frente Ampla, conta com o histórico da coalizão a seu favor, que governa o Uruguai desde 2005, mantendo o discurso progressista. A coalizão é vista como principal responsável por avanços na área social, como a legalização do casamento gay, a descriminalização do aborto e a legalização da maconha.

sexta-feira, 13 de dezembro de 2013

Maconhabras? Despues del Ente Estatal Uruguayo de la Yerba? - Carlos Alberto Sardenberg

Não vai dar certo, claro, posso apostar minha biblioteca inteira como não vai dar certo.
Os traficantes, de inimigos, vão se tornar aliados do Estado, e até dispensar uma Ordem Cocalera de los Amigos de la Coca para o camarada José Mujica de la Yerba Buena, pelo favor de retirar a repressão de cima deles.
Agora todo mundo vai virar burocrata da maconha estatizada, sendo que alguns vão continuar vendendo e lucrando sem declarar nada ao Estado e suas entidades de arrecadação de impostos, etc.
Estou até apostando que os traficantes vão fazer concorrência para o Estado, vendendo mais barato do que as próprias farmácias estatais da maconha.
Eles podem até subsidiar uma parte, fazer dumping, pois vão lucrar com clientes domésticos e toda a malta brasileira, argentina, americanos sequiosos, que vão desembarcar no Uruguai para puxar um fuminho muy tranquilitos...
Quedáte hermano: vamos para la yerba ahora...
Só que essa yerba já não será o mate, quente ou frio, e sim um fuminho estatal, com selo de qualidade do Ente Estatal.
Aposto como os companheiros vão ficar com inveja, e como são loucos por uma estatal, para abrigar companheiros desempregados -- ou simplesmente querendo ganhar sem trabalhar -- vão providenciar logo uma Maconhabras.
Vai ter muito marxista mucho loco que vai pedir para ser diretor...
O partido dos companheiros vai partir em fumaça, literalmente...
Paulo Roberto de Almeida

Maconheiro estatal
Carlos Alberto Sardenberg
O Globo, 12/12/2013

Legalizar a maconha não é uma boa ideia. Mas pode levar a uma situação menos ruim que a atual. Os usuários continuariam aí ─ e necessitando de cuidados ─, mas os traficantes perderiam o mercado e, pois, o dinheiro com o qual ganham a guerra, assassinando desde adversários até usuários inadimplentes, intimidando e corrompendo policiais, juízes e governantes. O Estado economizaria bilhões hoje torrados em operações policiais.


E por que legalizar só a maconha ou inicialmente a maconha? Porque é a menos prejudicial das drogas e porque forma a maior parte do mercado.

A tese não é nova. Tem sido debatida por um grupo de ex-presidentes, incluindo Fernando Henrique Cardoso. Nos EUA, os estados de Colorado e Washington aprovaram há um ano o “uso recreativo da maconha”, sob regras, agora estabelecidas, que organizam a produção e a venda. No Uruguai, o Congresso acaba de legalizar a maconha, prevendo normas que ainda serão explicitadas por ato do presidente José “Pepe” Mujica.

É curioso. A ideia de legalizar é, na origem, liberal. Melhor deixar a escolha por conta do cidadão livre, o mercado para a livre iniciativa. Decisão polêmica, certamente, e mais ainda para o esquerdista Mujica. Consequência: o governo uruguaio tenta dar à ideia uma aparência de política pública de esquerda. Quer sair das sombras do tráfico para o controle total do Estado.

Acreditem: nas primeiras discussões, Mujica e seus seguidores falaram em estatizar tudo, desde as fazendas de cannabis até as fábricas de cigarros e as redes de varejo. A lei aprovada nesta semana não foi assim explícita. Prevê, por exemplo, o licenciamento de produtores, mas não diz como isso será feito, nem quais empresas poderão se habilitar. Fica claro, porém, que todo o processo, inclusive a importação de sementes e eventual exportação de maconha, será controlado diretamente pelo Estado.

Entre “entregar” o negócio ao capital privado que só busca lucro e criar uma superestatal agroindustrial e comercial, no que o leitor apostaria?

Os consumidores, esses serão estatizados. Para comprar os cigarros, a pessoa, maior de 18 anos, precisa se cadastrar em um órgão governamental. Terá assim uma carteirinha de maconheiro, com a qual poderá comprar até 40 cigarros por mês.

O preço será tabelado pelo governo. Talvez um dólar por cigarro, para competir com o tráfico, dizem as autoridades, e também para não se tornar uma atividade muito lucrativa. Ora, se não for lucrativa, terá que ser assumida ou subsidiada pelo Estado.

Usuários poderão plantar e processar sua própria erva, em casa. Isso com licença do governo, limitada a seis plantas por domicílio, sob rigorosa fiscalização, claro.

Então, vamos reparar? É ou não é uma das melhores ideias de jerico já produzidas pela esquerda latino-americana? Estatizar e subsidiar o barato é uma proeza.

Mas, dirão, a maconha estatizada deve ser melhor que um mercado dominado pelo tráfico. Seria, se a estatizada não estivesse prontinha para cair nas mãos dos traficantes.

Começa pela carteirinha de maconheiro. Digamos que uma minoria de militantes da droga tope isso, para marcar posição. Mas o maconheiro, digamos, normal, não vai querer manchar seu nome.

Não é por que terá sido legalizada que a maconha ganhará aprovação social e absolvição médica. Todos sabem que a droga é nociva, vicia e prejudica o desempenho das pessoas.

Assim, companhias aéreas, empresas de ônibus, construtoras, fábricas com equipamentos complexos têm um bom argumento para recusar os maconheiros oficiais. Isso cria uma questão jurídica. Se a maconha é legal, como a empresa pode discriminar o usuário? Por outro lado, admitindo que tudo esteja montado, forma-se um baita mercado. Cada maconheiro oficial tem direito a 40 cigarros/mês. Eis um novo emprego. Os traficantes vão mobilizar “funcionários” que ganharão algum dinheiro sem trabalhar, apenas se registrando como maconheiros.

Na verdade, a produção estatizada vai dispensar o tráfico de boa parte do plantio, produção e distribuição. Se os traficantes hoje compram até juízes, não conseguirão seduzir um funcionário de uma lojinha oficial? Ou convencer moradores a plantar e vender o excedente? Vão financiar a produção doméstica.

Finalmente, todo o complexo estatal da maconha será um grande negócio. Ou seja, muitos cargos ─ e dinheiro ─ para serem disputados pelos políticos.

Quem defende a legalização da maconha reconhece que a maior dificuldade é justamente o processo. A estatização à Uruguai é a pior proposta. As regras dos estados americanos? Próximo assunto.

sexta-feira, 27 de setembro de 2013

Jose Mujica na ONU: um duscurso economicamente ingenuo, mas sincero

Comentário inicial de Mauricio David:

O discurso do presidente do Uruguai, José (Pepe) Mujica na Assembléia da ONU: “Sim, é possível uma humanidade melhor” - deixa os brasileiros morrendo de inveja...
José Mujica é um presidente sui-generis na nossa América Latina, quiçá no mundo. Homem modesto, preferiu deixar de viver no Palácio Presidencial, em Montevidéu, para continuar a viver em sua pequena e modesta chácara nas cercanias de Montevidéu, junto da sua companheira de décadas, atualmente Senadora da República.  Guarda presidencial ? Dois ou três policiais apenas... Enquanto isto, no Brasil... Os presidentes circulam com um imenso séquito de carros de segurança, carro de bombeiros, ambulância, helicópteros sobrevoando o cortejo... Quando eu trabalhava no BNDES, vi diversas vezes a chegada destes cortejos quando o Lula ou a Dilma vinham a alguma cerimônia no Banco. Parecia o Palácio de Buckinghan circulando sobre rodas...E até o Vice José Alencar ( embora apenas Vice...) circulava com um cortejo assim... Que desperdício de recursos públicos, quanta ostentação...
Enquanto o presidente Mujica abandona os palácios e vai viver em sua modesta casa de campo, aqui no Brasil a nossa Presidenta convida uma tia para viver no Alvorada... A nossas custas...Sem contar a sua filha Paula que pega uma carona em suas viagens presidenciais, especialmente quando são para Roma, Nova York e outros lugares interessantes... Quem fica tomando conta do pequeno Gabriel ? Certamente não o avô Carlos Araújo...
Depois do vexaminoso discurso da Dilma na Assembléia Geral da ONU, lendo com gestos de atriz de teatro mambembe um discurso mal alinhavado, que inveja nos dá poder ler o belo discurso do Pepe Mujica na mesma reunião... Ter um bom Presidente faz toda a diferença...
Transcrição do discurso do presidente Pepe Mujica na ONU :

Amigos, sou do sul, venho do sul. Esquina do Atlântico e do Prata, meu país é uma planície suave, temperada, uma história de portos, couros, charque, lãs e carne. Houve décadas púrpuras, de lanças e cavalos, até que, por fim, no arrancar do século 20, passou a ser vanguarda no social, no Estado, no Ensino. Diria que a social-democracia foi inventada no Uruguai.
Durante quase 50 anos, o mundo nos viu como uma espécie de Suíça. Na realidade, na economia, fomos bastardos do império britânico e, quando ele sucumbiu, vivemos o amargo mel do fim de intercâmbios funestos, e ficamos estancados, sentindo falta do passado.
Quase 50 anos recordando o Maracanã, nossa façanha esportiva. Hoje, ressurgimos no mundo globalizado, talvez aprendendo de nossa dor. Minha história pessoal, a de um rapaz — por que, uma vez, fui um rapaz — que, como outros, quis mudar seu tempo, seu mundo, o sonho de uma sociedade libertária e sem classes. Meus erros são, em parte, filhos de meu tempo. Obviamente, os assumo, mas há vezes que medito com nostalgia.
Quem tivera a força de quando éramos capazes de abrigar tanta utopia! No entanto, não olho para trás, porque o hoje real nasceu das cinzas férteis do ontem. Pelo contrário, não vivo para cobrar contas ou para reverberar memórias.
Me angustia, e como, o amanhã que não verei, e pelo qual me comprometo. Sim, é possível um mundo com uma humanidade melhor, mas talvez, hoje, a primeira tarefa seja cuidar da vida.
Mas sou do sul e venho do sul, a esta Assembleia, carrego inequivocamente os milhões de compatriotas pobres, nas cidades, nos desertos, nas selvas, nos pampas, nas depressões da América Latina pátria de todos que está se formando.
Carrego as culturas originais esmagadas, com os restos de colonialismo nas Malvinas, com bloqueios inúteis a este jacaré sob o sol do Caribe que se chama Cuba. Carrego as consequências da vigilância eletrônica, que não faz outra coisa que não despertar desconfiança. Desconfiança que nos envenena inutilmente. Carrego uma gigantesca dívida social, com a necessidade de defender a Amazônia, os mares, nossos grandes rios na América.
Carrego o dever de lutar por pátria para todos.
Para que a Colômbia possa encontrar o caminho da paz, e carrego o dever de lutar por tolerância, a tolerância é necessária para com aqueles que são diferentes, e com os que temos diferências e discrepâncias. Não se precisa de tolerância com aqueles com quem estamos de acordo.
A tolerância é o fundamento de poder conviver em paz, e entendendo que, no mundo, somos diferentes.
O combate à economia suja, ao narcotráfico, ao roubo, à fraude e à corrupção, pragas contemporâneas, procriadas por esse antivalor, esse que sustenta que somos felizes se enriquecemos, seja como seja. Sacrificamos os velhos deuses imateriais. Ocupamos o templo com o deus mercado, que nos organiza a economia, a política, os hábitos, a vida e até nos financia em parcelas e cartões a aparência de felicidade.
Parece que nascemos apenas para consumir e consumir e, quando não podemos, nos enchemos de frustração, pobreza e até autoexclusão.
O certo, hoje, é que, para gastar e enterrar os detritos nisso que se chama pela ciência de poeira de carbono, se aspirarmos nesta humanidade a consumir como um americano médio, seriam imprescindíveis três planetas para poder viver.
Nossa civilização montou um desafio mentiroso e, assim como vamos, não é possível satisfazer esse sentido de esbanjamento que se deu à vida. Isso se massifica como uma cultura de nossa época, sempre dirigida pela acumulação e pelo mercado.
Prometemos uma vida de esbanjamento, e, no fundo, constitui uma conta regressiva contra a natureza, contra a humanidade no futuro. Civilização contra a simplicidade, contra a sobriedade, contra todos os ciclos naturais.
O pior: civilização contra a liberdade que supõe ter tempo para viver as relações humanas, as únicas que transcendem: o amor, a amizade, aventura, solidariedade, família.
Civilização contra tempo livre que não é pago, que não se pode comprar, e que nos permite contemplar e esquadrinhar o cenário da natureza.
Arrasamos a selva, as selvas verdadeiras, e implantamos selvas anônimas de cimento. Enfrentamos o sedentarismo com esteiras, a insônia com comprimidos, a solidão com eletrônicos, porque somos felizes longe da convivência humana.
Cabe se fazer esta pergunta, ouvimos da biologia que defende a vida pela vida, como causa superior, e a suplantamos com o consumismo funcional à acumulação.
A política, eterna mãe do acontecer humano, ficou limitada à economia e ao mercado. De salto em salto, a política não pode mais que se perpetuar, e, como tal, delegou o poder, e se entretém, aturdida, lutando pelo governo. Debochada marcha de historieta humana, comprando e vendendo tudo, e inovando para poder negociar de alguma forma o que é inegociável. Há marketing para tudo, para os cemitérios, os serviços fúnebres, as maternidades, para pais, para mães, passando pelas secretárias, pelos automóveis e pelas férias. Tudo, tudo é negócio.
Todavia, as campanhas de marketing caem deliberadamente sobre as crianças, e sua psicologia para influir sobre os adultos e ter, assim, um território assegurado no futuro. Sobram provas de essas tecnologias bastante abomináveis que, por vezes, conduzem a frustrações e mais.
O homenzinho médio de nossas grandes cidades perambula entre os bancos e o tédio rotineiro dos escritórios, às vezes temperados com ar condicionado. Sempre sonha com as férias e com a liberdade, sempre sonha com pagar as contas, até que, um dia, o coração para, e adeus. Haverá outro soldado abocanhado pelas presas do mercado, assegurando a acumulação. A crise é a impotência, a impotência da política, incapaz de entender que a humanidade não escapa nem escapará do sentimento de nação. Sentimento que está quase incrustado em nosso código genético.
Hoje é tempo de começar a talhar para preparar um mundo sem fronteiras. A economia globalizada não tem mais condução que o interesse privado, de muitos poucos, e cada Estado Nacional mira sua estabilidade continuísta, e hoje a grande tarefa para nossos povos, em minha humilde visão, é o todo.
Como se isto fosse pouco, o capitalismo produtivo, francamente produtivo, está meio prisioneiro na caixa dos grandes bancos. No fundo, são o vértice do poder mundial. Mais claro, cremos que o mundo requer a gritos regras globais que respeitem os avanços da ciência, que abunda. Mas não é a ciência que governa o mundo. Se precisa, por exemplo, uma larga agenda de definições, quantas horas de trabalho e toda a terra, como convergem as moedas, como se financia a luta global pela água e contra os desertos.
Como se recicla e se pressiona contra o aquecimento global. Quais são os limites de cada grande questão humana. Seria imperioso conseguir consenso planetário para desatar a solidariedade com os mais oprimidos, castigar impositivamente o esbanjamento e a especulação. Mobilizar as grandes economias não para criar descartáveis com obsolescência calculada, mas bens úteis, sem fidelidade, para ajudar a levantar os pobres do mundo. Bens úteis contra a pobreza mundial. Mil vezes mais rentável que fazer guerras. Virar um neo-keynesianismo útil, de escala planetária, para abolir as vergonhas mais flagrantes deste mundo.
Talvez nosso mundo necessite menos de organismos mundiais, desses que organizam fórums e conferências, que servem muito às cadeias hoteleiras e às companhias aéreas e, no melhor dos casos, não reúne ninguém e transforma em decisões…
Precisamos sim mascar muito o velho e o eterno da vida humana junto da ciência, essa ciência que se empenha pela humanidade não para enriquecer; com eles, com os homens de ciência da mão, primeiros conselheiros da humanidade, estabelecer acordos para o mundo inteiro. Nem os Estados nacionais grandes, nem as transnacionais e muito menos o sistema financeiro deveriam governar o mundo humano. Sim, a alta política entrelaçada com a sabedoria científica, ali está a fonte. Essa ciência que não apetece o lucro, mas que mira o por vir e nos diz coisas que não escutamos. Quantos anos faz que nos disseram coisas que não entendemos? Creio que se deve convocar a inteligência ao comando da nave acima da terra, coisas assim e coisas que não posso desenvolver nos parecem impossíveis, mas requeririam que o determinante fosse a vida, não a acumulação.
Obviamente, não somos tão iludidos, nada disso acontecerá, nem coisas parecidas. Nos restam muitos sacrifícios inúteis daqui para diante, muitos remendos de consciência sem enfrentar as causas. Hoje, o mundo é incapaz de criar regras planetárias para a globalização e isso é pela enfraquecimento da alta política, isso que se ocupa de todo. Por último, vamos assistir ao refúgio de acordos mais ou menos “reclamáveis”, que vão plantear um comércio interno livre, mas que, no fundo, terminarão construindo parapeitos protecionistas, supranacionais em algumas regiões do planeta. A sua vez, crescerão ramos industriais importantes e serviços, todos dedicados a salvar e a melhorar o meio ambiente. Assim vamos nos consolar por um tempo, estaremos entretidos e, naturalmente, continuará a parecer que a acumulação é boa, para a alegria do sistema financeiro.
Continuarão as guerras e, portanto, os fanatismos, até que, talvez, a mesma natureza faça um chamado à ordem e torne inviáveis nossas civilizações. Talvez nossa visão seja demasiado crua, sem piedade, e vemos ao homem como uma criatura única, a única que há acima da terra capaz de ir contra sua própria espécie. Volto a repetir, porque alguns chamam a crise ecológica do planeta de consequência do triunfo avassalador da ambição humana. Esse é nosso triunfo e também nossa derrota, porque temos impotência política de nos enquadrarmos em uma nova época. E temos contribuído para sua construção sem nos dar conta.
Por que digo isto? São dados, nada mais. O certo é que a população quadruplicou e o PIB cresceu pelo menos vinte vezes no último século. Desde 1990, aproximadamente a cada seis anos o comércio mundial duplica. Poderíamos seguir anotando dados que estabelecem a marcha da globalização. O que está acontecendo conosco? Entramos em outra época aceleradamente, mas com políticos, enfeites culturais, partidos e jovens, todos velhos ante a pavorosa acumulação de mudanças que nem sequer podemos registrar. Não podemos manejar a globalização porque nosso pensamento não é global. Não sabemos se é uma limitação cultural ou se estamos chegano a nossos limites biológicos.
Nossa época é portentosamente revolucionária como não conheceu a história da humanidade. Mas não tem condução consciente, ou ao menos condução simplesmente instintiva. Muito menos, todavia, condução política organizada, porque nem se quer tivemos filosofia precursora ante a velocidade das mudanças que se acumularam.
A cobiça, tão negatica e tão motor da história, essa que impulsionou o progresso material técnico e científico, que fez o que é nossa época e nosso tempo e um fenomenal avanço em muitas frentes, paradoxalmente, essa mesma ferramenta, a cobiça que nos impulsionou a domesticar a ciência e transformá-la em tecnologia nos precipita a um abismo nebuloso. A uma história que não conhecemos, a uma época sem história, e estamos ficando sem olhos nem inteligência coletiva para seguir colonizando e para continuar nos transformando.
Porque se há uma característica deste bichinho humano é a de que é um conquistador antropológico.
Parece que as coisas tomam autonomia e essas coisas subjugam os homens. De um lado a outro, sobram ativos para vislumbrar tudo isso e para vislumbrar o rombo. Mas é impossível para nós coletivizar decisões globais por esse todo. A cobiça individual triunfou grandemente sobre a cobiça superior da espécie. Aclaremos: o que é “tudo”, essa palavra simples, menos opinável e mais evidente? Em nosso Ocidente, particularmente, porque daqui viemos, embora tenhamos vindo do sul, as repúblicas que nasceram para afirmas que os homens são iguais, que ninguém é mais que ninguém, que os governos deveriam representar o bem comum, a justiça e a igualdade. Muitas vezes, as repúblicas se deformam e caem no esquecimento da gente que anda pelas ruas, do povo comum.
Não foram as repúblicas criadas para vegetar, mas ao contrário, para serem um grito na história, para fazer funcionais as vidas dos próprios povos e, por tanto, as repúblicas que devem às maiorias e devem lutar pela promoção das maiorias.
Seja o que for, por reminiscências feudais que estão em nossa cultura, por classismo dominador, talvez pela cultura consumista que rodeia a todos, as repúblicas frequentemente em suas direções adotam um viver diário que exclui, que se distância do homem da rua.
Esse homem da rua deveria ser a causa central da luta política na vida das repúblicas. Os gobernos republicanos deveriam se parecer cada vez mais com seus respectivos povos na forma de viver e na forma de se comprometer com a vida.
A verdade é que cultivamos arcaísmos feudais, cortesias consentidas, fazemos diferenciações hierárquicas que, no fundo, amassam o que têm de melhor as repúblicas: que ninguém é mais que ninguém. O jogo desse e de outros fatores nos retém na pré-história. E, hoje, é impossível renunciar à guerra cuando a política fracassa. Assim, se estrangula a economia, esbanjamos recursos.
Ouçam bem, queridos amigos: em cada minuto no mundo se gastam US$ 2 milhões em ações militares nesta terra. Dois milhões de dólares por minuto em inteligência militar!! Em investigação médica, de todas as enfermidades que avançaram enormemente, cuja cura dá às pessoas uns anos a mais de vida, a investigação cobre apenas a quinta parte da investigação militar.
Este processo, do qual não podemos sair, é cego. Assegura ódio e fanatismo, desconfiança, fonte de novas guerras e, isso também, esbanjamento de fortunas. Eu sei que é muito fácil, poeticamente, autocriticarmo-nos pessoalmente. E creio que seria uma inocência neste mundo plantear que há recursos para economizar e gastar em outras coisas úteis. Isso seria possível, novamente, se fôssemos capazes de exercitar acordos mundiais e prevenções mundiais de políticas planetárias que nos garantissem a paz e que a dessem para os mais fracos, garantia que não temos. Aí haveria enormes recursos para deslocar e solucionar as maiores vergonhas que pairam sobre a Terra. Mas basta uma pergunta: nesta humanidade, hoje, onde se iria sem a existência dessas garantias planetárias? Então cada qual esconde armas de acordo com sua magnitude, e aqui estamos, porque não podemos raciocinar como espécie, apenas como indivíduos.
As instituições mundiais, particularmente hoje, vegetam à sombra consentida das dissidências das grandes nações que, obviamente, querem reter sua cota de poder.
Bloqueiam esta ONU que foi criada com uma esperança e como um sonho de paz para a humanidade. Mas, pior ainda, desarraigam-na da democracia no sentido planetário porque não somos iguais. Não podemos ser iguais nesse mundo onde há mais fortes e mais fracos. Portanto, é uma democracia ferida e está cerceando a história de um possível acordo mundial de paz, militante, combativo e verdadeiramente existente. E, então, remendamos doenças ali onde há eclosão, tudo como agrada a algumas das grandes potências. Os demais olham de longe. Não existimos.
Amigos, creio que é muito difícil inventar uma força pior que nacionalismo chovinista das grandes potências. A força é que liberta os fracos. O nacionalismo, tão pai dos processos de descolonização, formidável para os fracos, se transforma em uma ferramenta opressora nas mãos dos fortes e, nos últimos 200 anos, tivemos exemplos disso por toda a parte.
A ONU, nossa ONU, enlanguece, se burocratiza por falta de poder e de autonomia, de reconhecimento e, sobretudo, de democracia para o mundo mais fraco que constitui a maioria esmagadora do planeta. Mostro um pequeno exemplo, pequenino. Nosso pequeno país tem, em termos absolutos, a maior quantidade de soldados em missões de paz em todos os países da América Latina. E ali estamos, onde nos pedem que estejamos. Mas somos pequenos, fracos. Onde se repartem os recursos e se tomam as decisões, não entramos nem para servir o café. No mais profundo de nosso coração, existe um enorme anseio de ajudar para que o homem saia da pré-história. Eu defino que o homem, enquanto viver em clima de guerra, está na pré-história, apesar dos muitos artefatos que possa construir.
Até que o homem não saia dessa pré-história e arquive a guerra como recurso quando a política fracassa, essa é a larga marcha e o desafio que temos daqui adiante. E o dizemos com conhecimento de causa. Conhecemos a solidão da guerra. No entanto, esses sonhos, esses desafios que estão no horizonte implicam lutar por uma agenda de acordos mundiais que comecem a governar nossa história e superar, passo a passo, as ameaças à vida. A espécie como tal deveria ter um governo para a humanidade que superasse o individualismo e primasse por recriar cabeças políticas que acudam ao caminho da ciência, e não apenas aos interesses imediatos que nos governam e nos afogam.
Paralelamente, devemos entender que os indigentes do mundo não são da África ou da América Latina, mas da humanidade toda, e esta deve, como tal, globalizada, empenhar-se em seu desenvolvimento, para que possam viver com decência de maneira autônoma. Os recursos necessários existem, estão neste depredador esbanjamento de nossa civilização.
Há poucos dias, fizeram na Califórnia, em um corpo de bombeiros, uma homenagem a uma lâmpada elétrica que está acesa há cem anos. Cem anos que está acesa, amigo! Quantos milhões de dólares nos tiraram dos bolsos fazendo deliberadamente porcarias para que as pessoas comprem, comprem, comprem e comprem.
Mas esta globalização de olhar para todo o planeta e para toda a vida significa uma mudança cultural brutal. É o que nos requer a história. Toda a base material mudou e cambaleou, e os homens, com nossa cultura, permanecem como se não houvesse acontecido nada e, em vez de governarem a civilização, deixam que ela nos governe. Há mais de 20 anos que discutimos a humilde taxa Tobin. Impossível aplicá-la no tocante ao planeta. Todos os bancos do poder financeiro se irrompem feridos em sua propriedade privada e sei lá quantas coisas mais. Mas isso é paradoxal. Mas, com talento, com trabalho coletivo, com ciência, o homem, passo a passo, é capaz de transformar o deserto em verde.
O homem pode levar a agricultura ao mar. O homem pode criar vegetais que vivam na água salgada. A força da humanidade se concentra no essencial. É incomensurável. Ali estão as mais portentosas fontes de energia. O que sabemos da fotossíntese? Quase nada. A energia no mundo sobra, se trabalharmos para usá-la bem. É possível arrancar tranquilamente toda a indigência do planeta. É possível criar estabilidade e será possível para as gerações vindouras, se conseguirem raciocinar como espécie e não só como indivíduos, levar a vida à galáxia e seguir com esse sonho conquistador que carregamos em nossa genética.
Mas, para que todos esses sonhos sejam possíveis, precisamos governar a nos mesmos, ou sucumbiremos porque não somos capazes de estar à altura da civilização em que fomos desenvolvendo.
Este é nosso dilema. Não nos entretenhamos apenas remendando consequências. Pensemos na causa profundas, na civilização do esbanjamento, na civilização do usa-tira que rouba tempo mal gasto de vida humana, esbanjando questões inúteis. Pensem que a vida humana é um milagre. Que estamos vivos por um milagre e nada vale mais que a vida. E que nosso dever biológico, acima de todas as coisas, é respeitar a vida e impulsioná-la, cuidá-la, procriá-la e entender que a espécie é nosso “nós”.
Gracias.