O que é este blog?

Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida.

domingo, 9 de março de 2014

UE: pressao sobre Franca e Italia, em grave desequilibrio das contas publicas

La Comisión Europea eleva la presión sobre Italia y Francia
España, Italia y Francia suman prácticamente la mitad del PIB del euro. Cada uno de esos tres países, por separado, podría soñar con sacar partido de una estrategia de austeridad y devaluación interna si toda Europa no se estuviera sometiendo simultáneamente a una cura de adelgazamiento. Pero Bruselas sigue empeñada en que todo el continente haga reformas y recortes a la vez: la Comisión Europea puso ayer definitivamente la proa hacia Francia e Italia, quesustituyen a España como los países más señalados del euro. Bruselas elevó varios grados la presión sobre Roma y París, que han pasado de puntillas por esta crisis, sin aprobar prácticamente una sola medida de calado. Metió a Italia en el grupo de los desequilibrios económicos excesivos —del que sale España— y le reclamó “acciones políticas urgentes”: reformas para sacar al país de su letargo. Con Francia fue aún más lejos: invocó un nuevo reglamento y le lanzó una advertencia (el paso previo a las sanciones) si París no hace lo posible por cumplir el déficit.
Francia debe acometer “recortes presupuestarios específicos” con rapidez, “dado su elevado nivel de gasto público”, según el informe presentado en Bruselas. La batalla política está servida: el Ejecutivo deFrançois Hollande ya ha anunciado un viraje en su política económica en línea con la ortodoxia europea, pero nunca como ahora había sentido el aliento de Bruselas en el cogote. La Comisión está ya casi de salida, pero quiere estampar su divisa en uno de los gigantes del euro: si los ministros de Economía de la UE dan luz verde a la propuesta, Francia podría enfrentarse a una (improbable) sanción del 0,2% de su PIB, unos 4.000 millones de euros, en caso de no hacer lo necesario.
Puede que a estas alturas —a 80 días de las elecciones europeas— se trate solo de gestos, pero hay que remontarse a 2003 para encontrar un pulso parecido. Y por aquel entonces Francia no estaba sola. Alemania tenía los mismos problemas y ambos países dinamitaron el pacto de estabilidad cuando y como quisieron. Ahora, Berlín lleva tres años mandando, disponiendo y gobernando: ha reforzado las medidas disciplinarias por el lado fiscal con la complicidad del presidente de la Comisión, el conservador portugués José Manuel Barroso, y del vicepresidente, el liberal finlandés Olli Rehn. Con la connivencia del resto del Ejecutivo comunitario. Y con el visto bueno de todo el Consejo.
Frente a las admoniciones a Italia y Francia, Bruselas levanta por fin el pie del acelerador en España después de tres reformas financieras, dos laborales, una y media de pensiones y una colección de recortes de gasto público que solo resisten la comparación en los países rescatados. Los sucesivos paquetes aprobados por España han permitido evitar la catástrofe, según el discurso en boga tanto en Bruselas como en Madrid, pero no han conseguido disipar totalmente las dudas sobre los bancos, ni rebajar el paro por debajo del listón del 25%, ni tapiar un agujero fiscal preocupante. Y la presión no ha terminado: la Comisión reclama a Madrid que dé la enésima vuelta de tuerca a la reforma laboral, y pide proseguir con la reducción de los costes laborales (en plata: más bajadas de sueldos) y con los recortes fiscales. Aun así, España, y la periferia en general, ceden gustosamente el testigo a Francia e Italia, los dos nuevos enfermos del continente a juzgar por el análisis de los desequilibrios de la UE, un procedimiento que funciona como una alerta temprana que detectará y curará enfermedades económicas antes de que se manifiesten. Al menos en teoría.
La eurozona está saliendo lentamente de la crisis. Registra ya un ligero crecimiento, pese a que Eurostat —la oficina estadística europea— acaba de anunciar que el PIB del euro cayó el 0,5% en el conjunto de 2013. La salida del túnel es tan farragosa y está tan amenazada que casi todo el informe de la Comisión está trufado de riesgos, diversos y variados como los colores de una verdulería. La banca, las tensiones desinflacionistas, la altísima deuda, los niveles alarmantes de paro, la dificultad para soltar lastre: hay multitud de factores que pueden descarrilar el tren de la recuperación. Con esos mimbres, la Comisión divide a los países del euro en varios grupos problemáticos, de los que solo se salvan Dinamarca, Luxemburgo y Malta. Todos los demás presentan desajustes.
En el pelotón de cola, el de los desequilibrios excesivos, se sitúan Italia (y su década larga de estancamiento), Eslovenia (con un agujero bancario morrocotudo) y Croacia, que acaba de entrar en la UE y ya está en el furgón de atrás, peor que los países de su entorno. España sale de ahí pero integra otro trío problemático con Francia e Irlanda, que necesitan “acciones políticas urgentes”: Bruselas amonesta a París y mirará con lupa a Dublín y Madrid a través de exámenes posrescate. Hay ocho socios europeos más que presentan desajustes: entre ellos figura Alemania, con un superávit comercial superior al 6% del PIB durante años, que dificulta el reequilibrio de la eurozona.
Pero con Berlín no hay más que reveses suaves con pinta de caricias: Rehn subrayó este miércoles que las dificultades asociadas a los déficits no son comparables a las de los superávits. Y recomendó a Berlín la misma receta que ha ido administrando Bruselas en los últimos tiempos en multitud de informes: la Comisión pretende que Alemania estimule su demanda interna y que eleve sus niveles de inversión pública y privada, que están a la cola de Europa. No parece en condiciones de conseguirlo ni siquiera con la entrada de los socialdemócratas en el Gobierno de Merkel: la canciller ha hecho caso omiso de esas recomendaciones una y otra vez. “Tanto Alemania como el resto de Europa se beneficiarían del refuerzo del capítulo inversor y de la demanda interna”, dijo el vicepresidente con exquisita diplomacia. Rehn fue claro como el agua en su comparecencia. Italia “necesita reformas con rapidez para mejorar la competitividad exterior y controlar la deuda pública”. Francia “debe hacer frente a su alto endeudamiento con recortes de gasto inmediatos”. El tono con Berlín fue diferente: “Nadie desea criticar a Alemania”. Esa inflexión lo dice todo sobre quién manda en la UE.

Russia e as bolsas: a nova guerra fria economica - James Stewart (NYT)



Photo

A Soviet tank on a street in Budapest, Hungary, in 1958. The old Soviet Union was all but impervious to foreign economic or business pressure. CreditAgence France-Presse — Getty Images

Continue reading the main storyShare This Page
Continue reading the main story
Russian troops pour over a border. An autocratic Russian leader blames the United States and unspecified “radicals and nationalists” for meddling. A puppet leader pledges fealty to Moscow.
It’s no wonder the crisis in Ukraine this week drew comparisons to Hungary in 1956 and Czechoslovakia in 1968 or that a chorus of pundits proclaimed the re-emergence of the Cold War.
But there’s at least one major difference between then and now: Moscow has a stock market.
Under the autocratic grip of PresidentVladimir PutinRussia may be a democracy in name only, but the gyrations of the Moscow stock exchange provided a minute-by-minute referendum on his military and diplomatic actions. On Monday, the Russian stock market index, the RTSI, fell more than 12 percent, in what a Russian official called panic selling. The plunge wiped out nearly $60 billion in asset value — more than the exorbitant cost of the Sochi Olympics. The ruble plunged on currency markets, forcing the Russian central bank to raise interest rates by one and a half percentage points to defend the currency.
Photo
A bank in Kiev. Ukraine’s central bank imposed limits on bank withdrawals last month.CreditYuriy Dyachyshyn/Agence France-Presse — Getty Images
Mr. Putin “seems to have stopped a potential invasion of Eastern Ukraine because the RTS index slumped by 12 percent” on Monday, said Anders Aslund, a senior fellow at the Peterson Institute for International Economics in Washington.
On Tuesday, as soon as Mr. Putin said he saw no need for further Russian military intervention, the Russian market rebounded by 6 percent. With tensions on the rise once more on Friday, the Russian market may again gyrate when it opens on Monday.
Mr. Putin seems to be “following the old Soviet playbook,” in Ukraine, Strobe Talbott, an expert on the history of the Cold War, told me this week. “But back then, there was no concern about what would happen to the Soviet stock market. If, in fact, Putin is cooling his jets and might even blink, it’s probably because of rising concern about the price Russia would have to pay.” Mr. Talbott is the president of the Brookings Institution, a former ambassador at large who oversaw the breakup of the former Soviet Union during the Clinton administration and the author of “The Russia Hand.”
Russia is far more exposed to market fluctuations than many countries, since it owns a majority stake in a number of the country’s largest companies. Gazprom, the energy concern that is Russia’s largest company by market capitalization, is majority-owned by the Russian Federation. At the same time, Gazprom’s shares are listed on the London stock exchange and are traded over the counter as American depositary receipts in the United States as well as on the Berlin and Paris exchanges. Over half of its shareholders are American, according to J. P. Morgan Securities. And the custodian bank for its depository receipts is the Bank of New York Mellon.
Many Russian companies and banks are fully integrated into the global financial system. This week, Glencore Xstrata, the mining giant based in Switzerland, was in the middle of a roughly $1 billion debt-to-equity refinancing deal with the Russian oil company Russneft. Glencore said it expected to complete the deal despite the crisis. Glencore’s revenue last year was substantially larger than the entire gross domestic product of Ukraine, which was $176 billion, according to the World Bank.
The old Soviet Union, in stark contrast, was all but impervious to foreign economic or business pressure, thanks in part to an ideological commitment to self-sufficiency. As recently as 1985, foreign trade amounted to just 4 percent of the country’s gross domestic product, and nearly all that was with the communist satellite countries of Eastern Europe. But the Soviet Union’s economic insularity and resulting economic stagnation was a major cause of the Soviet Union’s collapse. According to Mr. Talbott, the Soviet Union’s president at the time, Mikhail Gorbachev, was heavily influenced by Soviet economists and other academics who warned that by the turn of the century in 2000, the Soviet economy would be smaller than South Korea’s if it did not introduce major economic reforms and participate in the global economy.
To attract investment capital, Mr. Gorbachev created the Moscow stock exchange in 1990 and issued an order permitting Soviet citizens to own and trade stocks, bonds and other securities for the first time since the 1917 Bolshevik revolution. (Before then, Russia had a flourishing stock exchange in St. Petersburg, established by order of Peter the Great. It was housed in an elegant neoclassical building directly across the waterfront from the Winter Palace. As a symbol of wealth and capitalism, it was one of the earliest casualties of the revolution.)
Photo
Soviet tanks in Prague in 1968. CreditLibor Hajsky/Agence France-Presse
Even before this week’s gyrations, the Russian stock market index had dropped near 8 percent last year, and it and the Russian economy have been suffering from low commodity prices and investor concerns about the Federal Reserve’s tapering of bond purchases — factors of little significance during the Cold War.
By contrast, today “Russia is too weak and vulnerable economically to go to war,” Mr. Aslund said. “The Kremlin’s fundamental mistake has been to ignore its economic weakness and dependence on Europe. Almost half of Russia’s exports go to Europe, and three-quarters of its total exports consist of oil and gas. The energy boom is over, and Europe can turn the tables on Russia after its prior gas supply cuts in 2006 and 2009. Europe can replace this gas with liquefied natural gas, gas from Norway and shale gas. If the European Union sanctioned Russia’s gas supply to Europe, Russia would lose $100 billion or one-fifth of its export revenues, and the Russian economy would be in rampant crisis.”
Mr. Putin may be “living in another world,” as the German chancellor,Angela Merkel, put it this week, but surely even he recognizes that the world has changed drastically since 1956 or 1968. He has no doubt been getting an earful from his wealthy oligarch friends, many of whom run Russia’s largest companies and have stashed their personal assets in places like London and New York. The oligarchs “would not dare to challenge him,” a prominent Russian economist told me. (He asked not to be named for fear of retribution.) “But they would say something like they would have to lay off workers and reduce tax payments.”
During the Cold War, there were few, if any, Russian billionaires. Today, there are 111, according to Forbes magazine’s latest rankings, and Russia ranks third in the number of billionaires, behind the United States and China. The economist noted that the billionaire Russian elite — who are pretty much synonymous with Mr. Putin’s friends and allies — are the ones who would be severely affected by visa bans, which were imposed by President Obama on Thursday. Other penalties might include asset freezes. Many Russian oligarchs have real estate and other assets in Europe and the United States, like the Central Park West penthouse a trust set up by the Russian tycoon Dmitry Rybolovlev bought for $88 million. “This is what may have already forced Putin to retreat,” the Russian economist said.
And while the Cold War was a global contest between Marxism and capitalism, there is today “no real ideological component to the conflict except that Putin has become the personification of rejecting the West as a model,” Mr. Talbott said. “He wants to promote a Eurasian community dominated by Moscow, but that’s not an ideology. Russia’s economy may be an example of crony capitalism, but it is capitalism. There’s not even a shadow of Marxism-Leninism now.”
What brought down the old Soviet Union and ended the Cold War “was the economic imperative to make Russia into a modern, efficient, normal state, a player in the international economy, not because of military power but because of a strong economy,” Mr. Talbott continued. But “to have a modern economy, you need the rule of law and a free press.” Mr. Putin, he said, “isn’t advancing Russia’s progress.”
The Russian economist agreed. “The pre-2008 social compact was that Putin would rule Russia while Russians would see growing incomes,” he said. “Now, the growth has stalled, and he needs ideology, coupled with propaganda and repressions. Apparently, the Soviet restoration is the only ideology he can come up with.”
Russia does have uniquely strong ties to Ukraine. “Of all the former provinces of the old Soviet Union, it’s the most painful to have lost and the one many Russians would most want to have back,” Mr. Talbott said. “The ties between Kiev and Moscow go back over 300 years. Ukraine is the heart of Russian culture.” With Russian troops entrenched in the Crimean peninsula and some Russian Ukrainians clamoring for annexation, there may be little the United States or its allies can do to restore the status quo. “Containment, in a muted and modified way, will once again be the strategy of the West and the mission of NATO,” Mr. Talbott predicted.
But not another Cold War, which is surely a good thing. “A propaganda war is completely feasible,” the Russian economist said. “The recent events were completely irrational, angering the West for no reason. This is what is most scary, especially for businesses. Instead of reforming the stagnating economy, Putin scared everybody for no reason and with no gain in sight. So it is hard to predict his next actions. But I think a real Cold War is unlikely.”

Heranca maldita dos companheiros em construcao: setor eletrico destruido

A conta deve aumentar muito: não só os valores nominais pagos pelos desequilíbrios financeiros, mas o imenso custo-oportunidade dificil de ser estimado a ser pago pelo que ainda precisa ser refeito para corrigir os imensos equívocos cometidos.
Paulo Roberto de Almeida 

Energia

Perdas no setor elétrico somam R$ 32 bilhões em um ano

Na avaliação de especialistas, a origem do problema deve-se à intempestividade do governo na renovação das concessões de geração e transmissão, que venceriam em 2015

Veja,com, 9/03/2014
Setor sofre com a combinação de chuvas escassas, nível baixo de reservatórios, preços elevados e decisões controversas do governo
Setor sofre com a combinação de chuvas escassas, nível baixo de reservatórios, preços elevados e decisões controversas do governo (Reinaldo Canato)
A combinação entre chuvas escassas, nível baixo de reservatórios, preços elevados e decisões controversas do governo conseguiu estragar a festa dos dez anos do modelo elétrico. Em pouco mais de um ano, o setor saiu de um quadro de estabilidade para desequilíbrio. Entre indenizações pela renovação das concessões e prejuízos com a falta de chuvas, a conta do setor já soma 32,4 bilhões de reais. Pior: se for considerada a perda de valor das companhias na Bolsa de Valores a conta já supera 60 bilhões de reais e pode aumentar ainda mais, dependendo da quantidade de chuvas nas próximas semanas. Em algum momento, essa crise poderá pesar no bolso do consumidor.
Na avaliação de especialistas, a origem do problema deve-se à intempestividade do governo na renovação das concessões de geração e transmissão, que venceriam em 2015. Crente de que todas as empresas aceitariam a proposta, a presidente Dilma prometeu, em rede nacional, que a conta de luz cairia 20% a partir de 2012. A equação era baseada no fato de que os contratos, que respondiam por 22% da geração do país, seriam renovados a preços módicos.
"Como algumas empresas (Cesp, Cemig e Copel) não aceitaram, as distribuidoras ficaram sem contrato de fornecimento de energia para honrar 100% de seu mercado", explicou o professor do Grupo de Estudos do Setor de Energia Elétrica da UFRJ, Nivalde Castro. Uma das bases do modelo começou a cair, já que a regra de que as distribuidoras teriam de estar 100% contratadas, com fornecimento garantido, foi quebrada.
Para piorar a situação, a falta de chuvas deteriorou o nível dos reservatórios das hidrelétricas, elevou o preço no mercado à vista (a 822 reais o MWh) e obrigou o governo a pôr todas as térmicas caras - usadas apenas em emergências - em operação.
O uso das usinas, aliado à falta de contratos das distribuidoras, que tem obrigado as empresas a comprar energia ao custo atual, provocaram um rombo de 11,4 bilhões de reais, que pode chegar a 25,6 bilhões de reais até dezembro.
Na sexta-feira, o governo publicou decreto autorizando que a Conta de Desenvolvimento Energético (CDE) pague 1,2 bilhão de reais pela descontratação das distribuidoras, mas não mencionou se vai incluir na conta os gastos com as térmicas. Ou seja: não está descartado o repasse dos valores para os consumidores.
A conta para bancar os 20% de redução nas tarifas é salgada. Além do rombo das distribuidoras, o governo gastou 21 bilhões de reais para indenizar ativos não amortizados. O valor foi retirado de fundos setoriais formados com o dinheiro dos consumidores. O governo vai pagar ainda cerca de 10 bilhões de reais em indenizações por investimentos das transmissoras feitos antes de 2000.
==============

Desordem no setor elétrico: até as manutenções estão proibidas

Para manter as usinas funcionando em sua capacidade máxima, ONS veta manutenção de equipamentos e expõe o setor a riscos que vão além da falta de água

No início de janeiro, semanas antes do apagão que penalizou 13 estados brasileiros, a estatal Eletronorte fez um pedido corriqueiro ao Operador Nacional do Sistema Elétrico (ONS): precisava interromper a operação de três turbinas na Usina de Tucuruí, no Pará, para manutenção. A princípio, o órgão autorizou a interrupção. Mas, rapidamente, mudou de ideia. O órgão ainda exigiu, ainda, que a empresa aumentasse sua disponibilidade energética de 89% para 98%, ou seja, que operasse em sua capacidade máxima — nível que a estatal não conseguiu cumprir, ficando em apenas 93% em fevereiro. Temendo por suas turbinas, a Eletronorte enviou um ofício reiterando o pedido. O ONS respondeu com uma negativa, sem dar qualquer explicação — assim como se recusou a conversar com o site de VEJA. Essa se tornou a regra tácita para todo o sistema de geração de energia: haja o que houver, nenhuma térmica ou hidrelétrica pode entrar em manutenção enquanto os reservatórios do Sudeste, que exibem seus piores níveis históricos, não voltarem à normalidade. Embora a Eletronorte afirme que a falta de manutenção não causará dano aos seus equipamentos, técnicos rebatem dizendo que, no mínimo, a vida útil das turbinas será reduzida.

Ao manter o sistema funcionando em sua capacidade máxima, o Planalto quer afastar qualquer risco de racionamento num ano eleitoral. Mas o veto aos procedimentos de reparo que o bom senso prescreve é apenas o capítulo mais recente de uma série de decisões de cunho intervencionista que o governo vem adotando há cerca de um ano e meio, sem atentar para a lógica de funcionamento quer técnico, quer financeiro, do setor elétrico. A primeira delas, tomada em setembro de 2012 por meio da Medida Provisória 579, mudou as regras do setor com o intuito de baixar o preço da eletricidade para o consumidor e acabou inclusive provocando saída de três das maiores companhias elétricas (Copel, Cesp e Cemig) do mercado regulado. A partir daí, houve uma reação em cadeia e as distorções se acumularam. Na semana passada, por exemplo, os observadores se surpreenderam quando o preço do megawatt/hora da região Norte no mercado livre dobrou de 200 para 400 reais, enquanto as estimativas apontavam para uma queda de 200 para 150 reais. Nesta semana, o preço vigente será de 670 reais – um novo salto.

Os efeitos perniciosos da MP 579 começaram a se manifestar menos de um ano depois de sua edição. A energia consumida pelas residências é proveniente de um mercado regulado pelo governo. As distribuidoras, como a Eletropaulo, compram energia em leilões promovidos pela Empresa de Pesquisa Energética (EPE), que estabelece o preço a ser pago por megawatt levando em conta as perspectivas de demanda das próprias companhias. Como Cemig, Cesp e Copel já não participavam desses leilões, a energia ofertada não foi suficiente para suprir a demanda. Diante da escassez, as distribuidoras tiveram de comprar energia no mercado livre, que negocia contratos de curto prazo — mais caros e voláteis. Anteriormente, tal mercado era frequentado apenas por grandes indústrias, como as siderúrgicas e químicas, com consumo altíssimo de energia.

“O erro estrutural foi a MP. Isso mudou o panorama do setor inteiro. Para que tudo desse certo, não poderia haver escassez de energia. Só que o governo não combinou isso com as elétricas que não aderiram às renovações, e muito menos com São Pedro”, afirma Claudio Monteiro, da Matrix Energia. A estiagem deste ano tornou a situação crítica. Para se ter uma ideia, na primeira semana de janeiro, o valor da energia no mercado livre para a região Sudeste era de 250 reais por megawatt/hora. Já no início de fevereiro, avançou para o patamar histórico de 822 reais. Os preços são calculados semanalmente pelo ONS e pela Câmara de Comercialização de Energia Elétrica (CCEE), uma espécie de bolsa de valores do setor, onde geradoras vendem e distribuidoras compram energia de curto prazo. “É um modelo suscetível a muitos solavancos de preço. E as distribuidoras não estavam acostumadas com isso”, afirma Erik Rego, da consultoria Excelência Energética.

Na região Norte, onde se encontra o maior potencial hidrelétrico do país, as cheias típicas do início do ano deveriam trazer abundância de energia e tranquilidade. Mais uma vez, não foi o que aconteceu – deu-se o salto inesperado na cotação do megawatt/hora. O ONS se recusa a prestar esclarecimentos públicos sobre esse fato. A CCEE alegou que o preço da energia no Norte avançou porque o sistema havia alcançado o limite de transmissão do Norte para o Sudeste, o Nordeste e o Centro-Oeste. Contudo, segundo dados do ONS obtidos pelo site de VEJA, os limites de transmissão de 4 000 megawatts médios para o Sudeste e 3 300 megawatts médios para o Nordeste não haviam sido atingidos e não estavam acima do patamar histórico. Segundo esses dados, as previsões do próprio ONS para as próximas semanas são de uso abaixo da capacidade de transmissão das linhas da região. Ou seja, a explicação oficial não é convincente, o que faz com que os analistas comecem a especular sobre o que acontece nos bastidores dos órgãos que determinam as regras do setor elétrico. Entre as hipóteses aventadas está até mesmo a de que os preços estão sendo manipulados pelo governo. Ao vender sua energia barata para o Sudeste, a Eletronorte vinha sofrendo prejuízos pesados nas últimas semanas. Sob a desculpa do gargalo no sistema de transmissão, o governo teria encontrado uma forma de equalizar os preços no mercado e minimizar as perdas da estatal do Norte. Esse tipo de especulação sinaliza o grau de desconfiança e incerteza que tomou conta de um setor antes bastante estruturado.

Ao se ver obrigadas a atuar no mercado livre de energia, as distribuidoras tem amargado perdas severas. Apenas em fevereiro, a Associação Brasileira de Companhias Elétricas (ABCE) estima que elas tenham sido da ordem de 3 bilhões de reais. No ano, a previsão é que atinjam 25 bilhões de reais. Para arcar com essa compra de energia, as distribuidoras precisam ter caixa. Caso não tenham, há duas opções: ou quebram ou são resgatadas pelo Tesouro, que pode cobrir os gastos com o mercado livre com dinheiro público, por meio da Conta de Desenvolvimento Energético (CDE). Na noite de sexta-feira o Ministério da Fazenda anunciou que fará um aporte 1,2 bilhão de reais proveniente da CDE nas distribuidoras.  “Não existe mágica. A conta vai ser paga pelo consumidor ou pelo contribuinte — que são a mesma pessoa“, afirma Alexei Vivan, diretor da ABCE. O aporte anuniciado nesta sexta-feira já está tirando dinheiro do bolso do contribuinte. Mas o bolso do consumidor também deve sofrer. Estima-se que a conta de luz tenha aumento de até 25% em 2015 – o que anularia completamente os efeitos que se pretendia obter com a edição da MP 579.

(com Estadão Conteúdo)

sábado, 8 de março de 2014

Ucrania: super-Kissinger tem a solucao ao imbroglio

Como resolver a crise ucraniana

Henry Kissinger
O Globo, 8/03/2014

O tema dos debates públicos na Ucrânia é o confronto. No entanto, sabemos para onde estamos nos encaminhando? Em toda a minha vida, presenciei quatro guerras que começaram com grande entusiasmo e apoio da população e, em todas, não sabíamos como terminariam. Em três delas, nos retiramos unilateralmente. O teste, em termos políticos, é como uma guerra termina, não como começa.
Com muita frequência a questão ucraniana é colocada como uma declaração de intenção: se o país adere ao Ocidente ou à Rússia. No entanto, se a Ucrânia pretende sobreviver e prosperar, não pode se tornar um posto avançado de um lado contra o outro. Deve funcionar como uma ponte entre ambos.
A Rússia tem de entender que forçar a Ucrânia a se tornar um país satélite e mexer novamente nas fronteiras russas, condenará Moscou a repetir sua história de ciclos que se concretizam, de pressões recíprocas com Europa e EUA.
O Ocidente precisa entender que, para a Rússia, a Ucrânia jamais será apenas um país estrangeiro. A história russa começou na chamada Kieva-Rus. A religião russa se propagou a partir dali. A Ucrânia fez parte da Rússia durante séculos e suas histórias já estavam entrelaçadas antes disso.
Algumas das mais importantes batalhas pela liberdade russa, a começar pela Batalha de Poltava, em 1709, foram travadas em solo ucraniano. A Frota do Mar Negro, o meio de a Rússia projetar o poder no Mar Mediterrâneo, está baseada, mediante um arrendamento de longo prazo, em Sebastopol, na Crimeia. Até mesmo dissidentes famosos, como Alexander Soljenitsyn e Joseph Brodsky, insistiam que a Ucrânia era parte integral da história russa e, de fato, da Rússia.
A União Europeia precisa admitir que sua demora e a subordinação do elemento estratégico a políticas domésticas nas discussões sobre a inserção da Ucrânia no bloco contribuiu para transformar a negociação numa crise. A política externa é a arte de estabelecer prioridades.
Os ucranianos são o elemento decisivo. Eles vivem num país com uma história complexa e poliglota. O lado ocidental foi incorporado à União Soviética, em 1939, quando Stalin e Hitler dividiram os botins de guerra. A Crimeia, com 60% da população russa, tornou-se parte da Ucrânia apenas em 1954, quando Nikita Kruchev, ucraniano de nascimento, recebeu-a dos cossacos no âmbito das comemorações dos 300 anos de um acordo firmado pelos russos com eles.
Na região ocidental, a maioria é católica. No leste, a população adota a religião ortodoxa russa. Do lado ocidental, a língua falada é o ucraniano. Do lado leste, a maioria fala russo. Qualquer tentativa de uma ala da Ucrânia de dominar a outra levaria eventualmente à guerra civil ou a uma ruptura. Tratar a Ucrânia como parte de um confronto entre Leste e Oeste seria destruir por décadas qualquer perspectiva de unir a Rússia e o Ocidente - especialmente Rússia e Europa - em um sistema internacional cooperativo.
A Ucrânia é um país independente há 23 anos. Antes, manteve-se sob algum tipo de domínio estrangeiro desde o século 14. Não é de surpreender que seus líderes não tenham aprendido a arte do compromisso, e menos ainda a perspectiva histórica.
Rivalidade. A política da Ucrânia pós-independência demonstra claramente que a raiz do problema repousa nos esforços dos políticos ucranianos para impor sua vontade às partes recalcitrantes do país, primeiro por uma facção, depois por outra. Essa é a essência do conflito entre Viktor Yanukovich e sua principal rival política, Yulia Tymoshenko.
Eles representam as duas alas da Ucrânia e não se mostraram dispostos a dividir o poder. Uma política inteligente com relação à Ucrânia deve ser no sentido de buscar uma maneira de as duas partes do país cooperarem uma com a outra. Devemos buscar a reconciliação, não o controle de uma facção.
Rússia e Ocidente, muito menos as diversas facções na Ucrânia, não agiram com base nesse princípio. E tornaram a situação ainda pior. A Rússia não imporia uma solução militar sem se isolar em um momento em que muitas das suas fronteiras já são precárias. Quanto ao Ocidente, a demonização de Vladimir Putin não é uma política, mas um álibi para sua ausência.
Putin deve entender que, sejam quais forem suas queixas, optar pela imposição militar só produzirá uma outra Guerra Fria. Os EUA, por seu lado, devem evitar tratar a Rússia como uma anomalia, um país que precisa ser ensinado pacientemente a respeitar as normas de conduta estabelecidas por Washington.
Putin é um estrategista sério - em termos de história russa. Compreender os valores e a psicologia dos americanos não é o seu forte. Tampouco compreender a história e a psicologia russa é um ponto forte dos estrategistas políticos dos EUA.
Os líderes de todos os lados devem voltar a examinar os resultados e não competir em termos de posições. Eis a minha noção de um resultado compatível com os valores e os interesses no campo da segurança de todos os lados.
Primeiro, a Ucrânia deve ter o direito de decidir livremente suas associações políticas e econômicas, inclusive com a Europa. Em segundo lugar, Kiev não deve aderir à Otan, posição que assumi há sete anos, quando o assunto emergiu pela última vez.
Em terceiro, a Ucrânia deve ser livre para criar um governo compatível com o desejo manifesto do seu povo. Líderes ucranianos sensatos precisam adotar uma política de reconciliação entre as várias partes do seu país. No plano internacional, devem assumir uma posição comparável à da Finlândia. Este país não deixou nenhuma dúvida quanto à sua brava independência e coopera com o Ocidente em muitos campos, mas atentamente evita qualquer hostilidade institucional no tocante à Rússia.
Por fim, é incompatível com as regras da ordem mundial vigente uma anexação da Crimeia pela Rússia. No entanto, deve ser possível manter o relacionamento da Crimeia com a Ucrânia em bases menos tensas. Para isto, a Rússia reconheceria a soberania da Ucrânia sobre a Crimeia. A Ucrânia reforçaria a autonomia da Crimeia em eleições realizadas na presença de observadores internacionais. O processo incluiria a eliminação de qualquer ambiguidade no tocante ao estatuto da Frota do Mar Negro, em Sebastopol.
Esses são princípios, não prescrições. Pessoas que conhecem bem a região saberão que nem todos serão de agrado de todas as partes. O teste não pretende ser uma satisfação absoluta, mas uma insatisfação equilibrada. Se uma solução com base nesses ou em outros elementos comparáveis não for encontrada, a tendência ao confronto irá se acelerar. O que poderá ocorrer muito em breve. /

Henry Kissinger é ex-secretário de Estado dos EUA entre 1973 e 1977.
(Artigo transcrito de O Estado de S. Paulo de 7/3/2014. Tradução: Terezinha Martino)


Venezuela: marcando gente, como nos velhos tempos do nazismo?

Tatuar números nos braços é um triste souvenir dos campos de concentração nazistas, mas é o estado a que se chegou com a penúria do "socialismo do século 21".
Paulo Roberto de Almeida 

Rationing In Venezuela Brings Eerie Markings On People’s Arms


Image HT “Carlos C” https://twitter.com/cwcarabia/status/442315176369328128
In Venezuela food, cosmetics, toiletries and even toothpaste are being rationed because of government policies extricating foreign corporations from Venezuela.
As a means of controlling the available supply of these products, Venezuelan authorities are now marking human beings with serial numbers and in some cases barcodes. It is applied with permanent marker and takes hours to remove.
These numbers or barcodes allow government officials waiting outside supermarkets to know whether you’ve had your quota of goods for the week or month. All out? Well you’re screwed then.

Venezuela, Crimeia, Cuba, URSS, etc: ditaduras ordinarias sao sempre ordinarias - Demetrio Magnoli

A cena que Garcia viu
Demétrio Magnoli
Folha de S.Paulo, 8/03/2014

O 'povo valente' de Maduro não são os venezuelanos, mas apenas os chavistas. O ministro-fantasma ouviu

Temos dois ministros das Relações Exteriores. O ministro oficial, Luiz Alberto Figueiredo, não tem jurisdição na América do Sul, esfera de operação do ministro-fantasma, Marco Aurélio Garcia, que opera como plenipotenciário do presidente fantasma, Lula da Silva. Garcia assistiu, na Venezuela, às cerimônias governamentais que marcaram o primeiro aniversário da morte de Hugo Chávez. Ele viu, mas não falará.
Ele viu o desfile no Paseo de Los Próceres, a esplanada de Caracas delimitada por postes de iluminação situada no perímetro do Forte Tiuna e adornada por objetos esculturais de inspiração helenística que se abre para o monumento aos heróis da independência. Não foi exatamente um evento em memória ao caudilho "bolivariano", mas uma exibição do equipamento militar importado da Rússia e da China: caças Sukhoi, mísseis terra-ar, blindados T72. Nos discursos, entremeados por torrentes de palavras de ordem, Chávez foi mencionado como "comandante eterno", "nosso pai" e "líder supremo", enquanto a Venezuela ganhou a qualificação de "pátria socialista, revolucionária e majoritariamente chavista".
A nação, Garcia viu, é um movimento, um partido, um ponto de vista político, uma ideologia. Isso, porém, não passa de déjà vu. O novo é outra coisa, que Garcia também viu. O presidente Nicolás Maduro alertou que "somos um povo valente na defesa de nossos direitos" e --mensagem direta!-- insistiu em esclarecer o sentido de conjunto da performance em curso. Maduro disse que as tropas equipadas, as milícias armadas e os franco-atiradores treinados cumprem uma função política: estão ali para enfrentar "quem ouse se contrapor ao projeto cívico-militar". O "povo valente" de Maduro não são os venezuelanos, mas apenas os chavistas. Garcia viu e ouviu.
O conceito de "inimigo interno" tem história na América do Sul. À sua sombra, deflagraram-se os golpes militares no Brasil, na Argentina, no Chile e no Uruguai. Em nome do combate ao "inimigo interno", a Junta Militar promulgou o AI-5 e, entre tantos outros, Dilma Rousseff foi presa e torturada. A linguagem da "revolução bolivariana", expressa tanto em discursos oficiais como nos palanques dos comícios, estrutura-se em torno do mesmo conceito que sustentou as "ditaduras de segurança nacional". Garcia permaneceu calado. O governo brasileiro afunda-se na cumplicidade com um regime que, imitando Cuba, qualifica a divergência política como traição à pátria.
A Venezuela não é, ainda, uma ditadura: ditaduras não promovem eleições em cenários de liberdade partidária. Contudo, já não é uma democracia: democracias conservam a independência do Judiciário e não restringem a liberdade de imprensa. A ditadura nasce no solo da linguagem. Leopoldo López, uma destacada liderança da oposição, foi preso na onda de protestos sem nenhuma acusação específica: o governo substituiu o ônus de acusá-lo pela facilidade de insultá-lo, crismando-o como "fascista" e "incitador do ódio". Entidades de direitos humanos pedem a sua libertação; Garcia, não.
A linguagem importa. Numa entrevista em que criticou a "metodologia" de bloqueios de ruas dos protestos oposicionistas nos bairros de classe média do leste da capital, um líder opositor local de Catia, na periferia da Grande Caracas, ofereceu uma aula gratuita de ciência política aos jornalistas. Saverio Vivas disse que os "coletivos" (as milícias chavistas) servem, principalmente, para atemorizar a população das periferias pobres. Nessas periferias, também ocorrem manifestações. Mas, explicou Vivas, sob a intimidação dos "coletivos", os manifestantes apressam-se em qualificá-las como "sociais", não "políticas". Na Venezuela, "política" é para poucos: só pode ser feita pelo regime --e, ainda, mas cada vez menos, por opositores nos santuários de classe média. Isso é o que Garcia viu.


A nova Guerra Fria economica - Floyd Norris

OFF THE CHARTS

New Cold War Would Differ From Old



RUSSIA had some real economic problems even before the Ukrainian crisis led the United States and European countries to threaten sanctions on the country after the Russian flag was raised in Crimea, a part of Ukraine, and troops who spoke Russian appeared to take over a significant part of the region.
Russia’s growth had slowed to almost nothing: Its real gross national product in the third quarter of 2013 was just 0.6 percent larger than it had been a year earlier. The ruble was weak.
Its manufacturers appeared to be doing much worse than competitors in other countries. Its stock market has trailed markets in most other countries over the last year.
If this is a new incarnation of the Cold War, it will be very different from the old one.
Back then, the Soviet Union and the members of its empire were in some ways in their own economic world. They largely traded with each other, and they controlled the value of their currencies. Now, the world is a far more globalized place.
Just which side would have the ability to frustrate the other is the subject of debate now that John Kerry, the United States secretary of state, has threatened to throw Russia out of the Group of 8, to which it had been added in 1997. The other members are seven traditional economic powers: the United States, Britain, Germany, France, Italy, Japan and Canada.
On the one hand, Russia is a major supplier of energy to Western Europe. If it cut off its natural gas exports, several countries — notably the Netherlands — would have a hard time coping. On the other hand, energy accounts for most of Russia’s exports. Its supply of foreign currency reserves could be depleted rapidly if cash from Western Europe stopped arriving.
Germany is a substantial customer for Russian gas, but it also is a major exporter to Russia. It would be damaged more than most countries if a trade freeze developed. Last year, Germany supplied 12 percent of Russia’s imports, more than double the share provided by the United States. Western Europe has more to fear than the United States does from a prolonged Cold War.
On Monday, the same day that stock prices plunged around the world because of the Ukrainian crisis, Markit reported on the results of monthly surveys of manufacturers around the world, and Russia stood out on the negative side.
In those surveys, companies are asked if business is better that month than it was the previous month, both over all and in several areas. The accompanying charts show the results in two of those areas: output and new export orders. Figures over 50 indicate that more companies reported improvement than reported declines, while those under 50 indicate the reverse.
The charts compare the Russian results with the averages of two groups of neighbors. One includes the four Eastern European countries where the surveys are conducted — Poland, Hungary, the Czech Republic and Turkey. The other includes the four troubled members of the euro zone that are surveyed. Ireland and Greece had to be bailed out, while Italy and Spain have seen bond markets grow fearful of their ability to meet their obligations.
In 2012, manufacturers in Russia were reporting much better results than either of those two groups. But now, both of the groups say that export orders and output are rising. In Russia, they are shrinking.
If the new Cold War lasts for a long time, a substantial reduction in trade could damage both sides; each is far more dependent on the other than it ever was in the old Cold War. That provides a reason for both sides to compromise, but it also may provide a reason for each to be stubborn, expecting that the other will have to give in.
Floyd Norris comments on finance and the economy at nytimes.com/economix.