Desde el post de José Antonio Sanahuja Persles (Linkedin)
Con Camilo López Burian, de la Universidad de la República, estudiamos el ascenso de las nuevas ultraderechas tratando de combinar factores situados en la trayectoria histórica de cada país, con una mirada global, que nos permite situarlas en un ciclo histórico de alcance mundial. Con esos antecedentes hablamos, como categoría analítica, de “ultraderecha neopatriota”, situándola en el cruce de dos clivajes: el que establece la ideología, y el que definen los posicionamientos ante una globalización en crisis: rechazo o aceptación del libre comercio y la transnacionalización económica, con sus ventajas, costes y riesgos globales; rechazo o aceptación de la migración y la multiculturalidad, o sobre las instituciones y normas regionales e internacionales respecto al marco soberano del Estado nación. Este segundo clivaje se puede resumir como la disputa entre nacionalismo y cosmopolitismo, o entre soberanismo y globalismo.
La combinación de la extrema derecha, en el eje o clivaje ideológico; con posiciones soberanistas, ultranacionalistas y antiglobalistas en el segundo eje o clivaje entre nacionalismo y globalismo, conforma a lo que denominamos las ultraderechas neopatriotas. Siendo fuerzas conservadoras, incluso reaccionarias, también arremeten contra el orden liberal internacional y el “globalismo” de Naciones Unidas, el Foro Económico Mundial de Davos, la Agenda 2030, o las reglas de la Organización Mundial de comercio, en nombre de la libertad y la soberanía de las naciones y los individuos. La reciente Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos es un ejemplo de esas posiciones y de las alianzas políticas que se quieren promover a partir de ellas.
En ese grupo de ultraderechas neopatriotas, con las lógicas diferencias derivadas de su trayectoria nacional, se encuentra hoy el movimiento MAGA y Donald Trump en Estados Unidos; el bolsonarismo en Brasil; Javier Milei en Argentina; Putin en Rusia, Erdogan en Turquía, el movimiento Hindutva de Narendra Modi y el Bharatiya Janata Party en la India, las ultraderechas sionistas que apoyan a Netanyahu en Israel, y, por supuesto la pléyade de fuerzas de ultraderecha que hoy reúne el grupo “Patriotas por Europa” en el Parlamento Europeo, impulsado por Viktor Orbán, y que alberga a Vox. Denominación, por cierto, que se ajusta a nuestra categoría de análisis, aun siendo más reciente.
¿Cómo se explica en este contexto el triunfo electoral de José Antonio Kast, líder del Partido Republicano de Chile, vencedor en las elecciones presidenciales de 2025? Este interesante artículo de Natalia Chientaroli en elDiario.es lo relaciona con esa categorización, en diálogo con otras perspectivas, para explicar su ascenso y posiciones políticas, y cómo se relacionan con el rechazo a la inmigración y la inseguridad, factores clave en esas elecciones.
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