O que é este blog?

Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida.

segunda-feira, 24 de junho de 2013

Democraduras, ditacracias? Como sao as ditaduras do seculo 20? Oswaldo Hurtado (via Orlando Tambosi)

Esta eu devo a meu amigo de combates democráticos, de resistência aos novos totalitários, de denúncias anti-besteirol acadêmico, e de muitas outras falácias subinteliquituais, colega de blog e quilombola da racionalidade, como tenta ser este blog, que me chamou a atenção para este livro importante, que vou downloadar no Kindle; ele também transcreve sua apresentação.
Paulo Roberto de Almeida

Blog do Orlando Tambosi, 24/06/2013

Hurtado, Osvaldo (2012-11-16). Dictaduras del Siglo XXI. El caso ecuatoriano (Curso Delfico) (Spanish Edition) (Kindle Locations 301-306). Paradiso Editores. Kindle Edition. 

Em seu livro Dictaduras del siglo XXI (El caso ecuatoriano), Osvaldo Hurtado traça um paralelo entre as ditaduras militares do século passado e as ditaduras do século XXI, inspiradas no bolivarianismo. Sem repetirem o golpe tradicional, os regimes bolivarianos, após eleitos, convocam constituintes para elaborar cartas políticas a seu gosto, submetendo ao Executivo os poderes Judiciário e Legislativo, além de restringir liberdades e direitos, limitar o pluralismo, manipular os processos eleitorais, controlar a imprensa etc. Tudo isso com a participação de "conselhos populares" e outras entidades extra-parlamentares. As mudanças constitucionais servem apenas para eternizá-los no poder. 

Como mostrei no post anterior, propor uma constituinte, no Brasil, sob a gigantesca, corrupta e liberticida coalizão de poder montada pelo lulo-petismo, é seguir os passos do bolivarianismo.  A democracia corre perigo com iniciativas propostas a cavalo de manifestações de protesto - que, aliás, não levantaram essa bandeira de cores golpistas.
Orlando Tambosi

Abaixo, reproduzo a apresentação do livro de Hurtado, cuja leitura recomendo vivamente:

Hasta que en los albores del nuevo milenio apareció el socialismo del siglo XXI, en América Latina los militares fueron los actores de los golpes de Estado con los que, periódicamente, era abolido el orden constitucional, derrocados presidentes elegidos por el pueblo e instauradas dictaduras. Por entonces, si no mediaba un pronunciamiento de las Fuerzas Armadas no era posible que pudiera conformarse un gobierno de facto. 

El libreto que siguieron los golpes de Estado militares fue siempre el mismo. Comenzaban con la destitución del presidente, continuaban con la clausura del Congreso Nacional y terminaban con la instalación de un caudillo militar, ocasionalmente civil, en el palacio nacional . El jefe supremo o la junta militar, si bien estaban en condiciones de gobernar a su antojo y obtener las leyes que desearan mediante decreto, a fin de guardar las formas disponían que la constitución que habían atropellado continuara vigente, en todo lo que no se opusiera a sus fines, esto es a sus intereses políticos y a los de la revolución que ofrecían realizar. Fue lo que hicieron las dictaduras que gobernaron en América Latina en la segunda mitad del siglo XX y en el Ecuador en los años sesenta y setenta. 

En el siglo XIX y en la primera mitad del XX hubo dictadores que luego de apoderarse del gobierno buscaron legitimarse jurídicamente. Con este fin convocaron asambleas constituyentes, en ocasiones seguidas de referendos, que confeccionaron cartas políticas a su gusto y medida, además de confirmarles en la jefatura suprema del Estado. Algunos déspotas permanecieron en el poder por muchos años, mediante reelecciones alcanzadas en procesos electorales manipulados o simplemente fraudulentos. El general Augusto Pinochet fue el último dictador latinoamericano que siguió este camino, con el apoyo de buena parte del pueblo chileno. 

En años recientes, sin que se proclamaran dictaduras y se dieran golpes de Estado de factura militar, es lo que han hecho los mandatarios de los llamados países bolivarianos, a través de la utilización maliciosa de las instituciones democráticas. No depusieron al presidente constitucional y accedieron al poder mediante el voto libre de los ciudadanos, pero una vez instalados en el gobierno se las arreglaron para, a través de disimulados y sucesivos mini golpes de Estado, desconocer el orden jurídico bajo el cual fueron elegidos y conformar un sistema político contrario a los principios democráticos. 

Como antes hicieron las dictaduras militares, la constitución continuó vigente, pero solamente en lo que no se oponía a los objetivos políticos del caudillo en ciernes, hasta que dóciles asambleas constituyentes les entregaran la constitución que habían ordenado escribir a sus devotos. Las amplias facultades que les fueron asignadas les permitió burlar las leyes, ejercer un poder ilimitado, someter las funciones legislativa y judicial, subordinar los órganos de control, restringir libertades y derechos , limitar el pluralismo, eludir la rendición de cuentas, obstaculizar la alternancia política y manipular los procesos electorales. Como la constitución pronto terminó incomodándoles, a pesar de haber sido hecha según sus deseos, la sobrepasaron cuantas veces quisieron, interpretándola a su antojo, disponiendo que lo hicieran tribunales subordinados o reformándola mediante consultas populares.

Una vez que los autócratas del siglo XXI recibieron las amplias atribuciones que les otorgaba la nueva constitución, a través de dóciles órganos legislativos, del veto presidencial o de poderes habilitantes, armaron un enjambre de leyes en cuyas redes mantienen atrapadas a las instituciones democráticas. Mediante el sometimiento de las funciones Ejecutiva y Legislativa, y de los órganos de control, conformaron un sistema de dominación política, económica, social, electoral, cultural y comunicacional, del que se han valido para eternizarse en la presidencia y perseguir, apresar, exilar, silenciar y amilanar a críticos y opositores, a fin de que no pueda emerger ninguna alternativa política. Para controlar y manipular la opinión pública conformaron conglomerados de medios de comunicación —verdaderos imperios mediáticos—, llamados impropiamente públicos, que han usado como órganos de propaganda y de difamación. Para limitar o eliminar la libre expresión hostilizaron, amedrentaron y, en ocasiones, expropiaron periódicos, revistas, radios y televisoras. También se valieron de juicios penales, acciones administrativas, inspecciones laborales, fiscalizaciones tributarias y otras formas de intimidación, con las que aparentaron aplicar la ley cuando lo que en realidad hacían era perseguir de manera maliciosa, discriminatoria y discrecional a sus adversarios. Los fraudes electorales, más que en el día de las votaciones, los hicieron durante la campaña electoral, con la manipulación de los sistemas informáticos, el uso inmoral de recursos públicos , la abusiva propaganda oficial y la expedición de leyes, reglamentos y medidas dirigidas a favorecer a los candidatos del Gobierno y perjudicar a los de la oposición. 

Como las dictaduras del siglo XXI controlan todos los órganos del Estado y noexiste justicia ni tribunales independientes, los ciudadanos y la sociedad no pueden defenderse, hacer valer sus derechos y conseguir que sean invalidados los actos ilegales o persecutorios del gobernante. Con las particularidades propias de cada país, es lo que vienen haciendo Hugo Chávez en Venezuela desde 1999, Evo Morales en Bolivia desde 2006, Rafael Correa en Ecuador y Daniel Ortega en Nicaragua desde 2007. Sin embargo sus Gobiernos no han sido catalogados como dictatoriales, a pesar de que han socavado principios, normas e instituciones esenciales del Estado de derecho, así como las libertades y garantías de los ciudadanos. A la hora de juzgarlos, bajo el prisma de la democracia, solamente se ha tomado en cuenta la supervivencia nominal de la institucionalidad democrática y los triunfos que han obtenido en consultas, elecciones y referendos. Como si el voto de los ciudadanos fuera suficiente para subsanar arbitrariedades, legitimar autoritarismos, convertir en constitucionales actos que no lo han sido y calificar como democráticas instituciones que no lo son. Este modelo de acceder al poder, a través de las instituciones democráticas, para luego, bajo la conducción de un caudillo, desconocerlas, manipularlas e instalar gobiernos autocráticos y formas disimuladas de dictadura, no es un invento de Hugo Chávez y sus seguidores que se limitaron a darle un toque latinoamericano. Su origen es bastante más antiguo. Se remonta a la segunda y tercera décadas del siglo XX y fue concebido e implantando por el Duche Benito Mussolini en Italia y el Führer, Adolfo Hitler en Alemania, con la ayuda de los partidos fascista y nazi. La anomia democrática en la que viven los países del socialismo del siglo XXI, también llamados bolivarianos, es doblemente paradójica . Ocurre en una época en que las instituciones de la democracia liberal y representativa, por primera vez en casi dos siglos , han cubierto con su benéfico alero todos los países de América Latina, con excepción de Cuba. A diferencia de lo que sucedía en el pasado, hoy los enemigos de la democracia no son militares golpistas, sino líderes civiles, partidos políticos y dirigentes sociales que se dicen democráticos y hacen loas a la democracia [1] . 

Por una extraña e inexplicable razón, los autoritarismos latinoamericanos del siglo XXI han sido medidos con una vara distinta a la que se empleó para catalogar a las dictaduras militares de derecha, doble rasero, particularmente visible en los grupos de izquierda de origen marxista. Esta contradicción , en ciertos países latinoamericanos como Ecuador, ha sido más notoria, quizá porque líderes y militantes de las organizaciones políticas y sociales de izquierda, no vivieron la experiencia de sus camaradas chilenos, argentinos, uruguayos y brasileños: prisión, tortura, ejecuciones y exilio [2] . Esta dolorosa vivencia personal, familiar y grupal, hizo que la izquierda en Brasil, Chile y Uruguay apreciara el valor de la democracia y de la libertad e hiciera suyas las instituciones republicanas, cosa que no ha ocurrido en Ecuador, Bolivia, Venezuela y Nicaragua. 

Al respecto, dos importantes ex dirigentes de la juventud comunista de Chile y militantes de la Unidad Popular en el Gobierno de Salvador Allende, en 2008 escribieron: “Hemos aprendido que cualquier fórmula política que avasalle a los seres humanos no vale como camino de redención social. Ningún tipo de autoritarismo o totalitarismo merece presentarse como alternativa progresista”. Para luego añadir, que las cruentas secuelas que acompañaron al derrocamiento de Allende, les hizo “reflexionar seriamente sobre el pluralismo y la llamada democracia formal como valores permanentes, y no como fases tácticas a ser superadas por una democracia popular o proletaria”. Y finalmente concluir con la proclama de que “ningún sueño igualitario que pase por debilitarla o suprimirla puede considerarse aceptable” [3] . 

Conceptos de esta naturaleza no han sido expresados por Chávez, Morales y Ortega, ni han guiado el ejercicio de sus gobiernos. Tampoco por el presidente del Ecuador, sus ministros, legisladores y miembros de Alianza PAIS, y de los grupos aliados ni por los que se distanciaron, quejándose del autoritarismo de Correa y que hoy forman parte de la oposición. Ni siquiera la persecución que hoy sufren les ha hecho apreciar el valor de las instituciones de la democracia representativa, que continúan impugnando , atribuyéndole falencias y proponiendo su remplazo por otra distinta que no acaban de definir.Tampoco han hecho un acto de contrición por haber coadyuvado, aupado y aplaudido las arbitrariedades y abusos del presidente Correa cuando formaron parte de su Gobierno. 

El pensamiento democrático de la nueva izquierda latinoamericana no inspiró a Correa ni a los grupos políticos y sociales que se juntaron alrededor de su candidatura presidencial; tampoco a los que acompañan a Chávez, Morales y Ortega. Haciendo suya la doctrina leninista de la toma y ejercicio del poder, consideraron lícito desconocer , vulnerar, sobrepasar y atropellar las instituciones del Estado de derecho, para llevar a cabo la revolución socialista, que permitiría alcanzar el sueño de construir una sociedad igualitaria en la que desaparecieran las desigualdades.

Estas viejas ideas, abandonadas por la izquierda ilustrada en casi todos los países del mundo, después de la caída del muro de Berlín, fue resucitada por la izquierda conservadora ecuatoriana (también por la boliviana, nicaragüense y venezolana) para justificar la demolición del orden constitucional y la instauración de un régimen político ajeno a los principios democráticos, acciones en el Ecuador metódicamente ejecutadas desde el día en que Correa asumió la Presidencia, a principios de 2007. 

Para que nunca más volvieran las dictaduras y la democracia permaneciera para siempre, los países del continente americano, incluidos Estados Unidos, Canadá y los del Caribe, en 2001, suscribieron en Lima La Carta Democrática Interamericana. En ella se definieron los elementos que debía reunir un régimen político para ser considerado democrático, se consagró el carácter inmutable de los derechos humanos y se establecieron mecanismos para que, mediante acciones colectivas, los países del continente impidieran que se vulneraran los “elementos esenciales de la democracia representativa”. 

A pesar de existir este solemne compromiso de las naciones del continente para defender la democracia y la libertad, los gobiernos de América, el Caribe y el organismo regional que los representa, la Organización de Estados Americanos (OEA), así como su secretario general, han ignorado la progresiva degradación que la democracia ha venido sufriendo en Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, omisión culposa en la que también han incurrido políticos, académicos y ciudadanos latinoamericanos. Unos porque no atinaron como actuar ante un novedoso fenómeno autoritario, que no encajaba en el tradicional concepto de dictadura. Otros por considerar que los abusos y arbitrariedades de los presidentes bolivarianos habían sido “legitimadas” por el voto de los ciudadanos, en elecciones y consultas populares. Muchos por creer que debían tolerarse sus excesos, en vista de que tales gobiernos estaban corrigiendo atávicas injusticias sociales y realizando cambios revolucionarios, sueños que siempre estuvieron presentes en el imaginario político latinoamericano. Algunos, curiosamente, por el temor a que sobre ellos cayera la iracundia verbal de presidentes proclives a sustituir razones por injurias. 

En realidad, los Estados Unidos ha sido el único país que ha puesto a Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela bajo la lupa de la Carta Democrática Interamericana. Es lo que dejan ver declaraciones del Departamento de Estado, del Congreso, de sectores académicos, medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil e incluso del presidente Obama, que llegó a mencionar a un periodista perseguido por el Gobierno ecuatoriano [4] . En cambio la solidaridad democrática, por parte de los “hermanos” latinoamericanos, ha permanecido ausente, con excepción de la expresada por los medios de comunicación. 

La invitación que recibí de la Universidad de las Américas (UDLA) y de la Red del Foro de Biarritz a participar, junto con los ex presidentes Carlos Mesa de Bolivia y Ernesto Samper de Colombia, en la conferencia América Latina: dos modelos, una sola región, dos sistemas (Quito , 2011), me ofreció la oportunidad de sistematizar y desarrollar mis reflexiones sobre las nuevas formas de autoritarismo que habían surgido en América Latina. La ponencia que presenté, con el título De la democracia a la dictadura, centrada en el análisis del caso ecuatoriano, fue recogida por la UDLA en el libro América Latina: dos modelos, una sola región ( 2012) y luego publicada en tres entregas por el diario El Universo de Guayaquil los días 20, 21 y 22 de febrero de 2012. 

Dos razones me incitaron a profundizar la investigación y ampliar el análisis contenido en dicho ensayo. La obligación moral de contribuir a que el pueblo ecuatoriano advierta que, bajo ninguna excusa, puede hipotecarse la democracia y la libertad. Y la necesidad de explorar, teórica y empíricamente, el novedoso fenómeno político por el que gobiernos democráticos elegidos por el pueblo se transforman en dictaduras, mediante la manipulación de las instituciones constitucionales. Este nuevo hito del autoritarismo latinoamericano debería merecer una reflexión de los académicos del continente que trabajan en el campo de la ciencia política, al que espero aportar. 

Dictaduras del siglo XXI. El caso ecuatoriano, contiene un relato analítico y sistematizado de la forma en que el Gobierno del presidente Rafael Correa, paulatina y metódicamente, fue construyendo un sistema político contrario a los principios democráticos y a las normas del Estado de derecho. Se divide en dos partes: la Primera, estudia el proceso de acumulación de poder en la Presidencia de la República; la Segunda, la operación de las instituciones democráticas en un sistema político autocrático. 

En razón de que la investigación se circunscribe al ámbito político, el libro no aborda asuntos referidos a otras materias, como las instituciones económicas y sociales de la Constitución de 2008, la ideología socialista-populista del Gobierno, las políticas económica e internacional que ha seguido y las obras sociales, educativas y de infraestructura realizadas en estos años.

Por la naturaleza reciente de los hechos estudiados, las principales fuentes han sido las informaciones publicadas por los medios de comunicación escritos, documentos del Gobierno y del movimiento oficialista Alianza PAIS. Me han sido singularmente útiles las notas que comencé a tomar cuando apareció en la escena política un joven contestatario que, a pesar de haber tenido la singular oportunidad de observar de cerca las ejemplares democracias europeas y estadounidense, carecía de principios democráticos, rareza que me llamó la atención, además de preocuparme. 

En ocasiones ha resultado ardua la tarea de desentrañar el significado de normas jurídicas expedidas por la Asamblea Constituyente, la Asamblea Nacional, y el presidente Correa, como también de los textos publicados por Alianza PAIS [5] . 

En vista de que en estos años, además de observar la vida pública desde una perspectiva académica, ocasionalmente he criticado los excesos autoritarios del presidente Correa, en entrevistas de prensa, televisión y radio, y a través del foro cívico Cauce Democrático [6] , podría creerse que Dictaduras del siglo XXI. El caso ecuatoriano, ha sido escrito por el político opositor y no por el investigador de la realidad nacional con casi cincuenta años de ejercicio. Como lo señalé al introducir otros libros preparados en parecidas circunstancias (La victoria del No, 1986; La dictadura civil, 1988; Política democrática, 1990; Gobernabilidad y reforma constitucional, 1993; Una constitución para el futuro, 1998), espero que cuando los lectores volteen la última página consideren que tuvieron en sus manos un texto que, con objetividad, relató y analizó los hechos políticos ocurridos en el Ecuador entre 2007 y 2012. 

A los lectores podría llamarles la atención que se mencione más de una vez un mismo hecho político; la aparente redundancia se debe a que en cada capítulo el suceso es analizado desde una perspectiva diferente. 

Si bien el libro tiene una secuencia, que conviene seguir para tener una comprensión cabal de su contenido, la forma sistemática en que están presentados los temas permite que el lector comience su lectura por el capítulo que sea de su interés.

Ue'! Uma PEC 37 clandestina, sorrateira, escondida, envergonhada?

É o que parece: delegado de polícia agora é um alto investigador judiciário.
Parece que os membros do Ministério Público já não são mais necessários para a investigação.
Enfim, tudo o que queria a PEC 37.
É ou não é?
Paulo Roberto de Almeida  


Presidência da República
Casa Civil
Subchefia para Assuntos Jurídicos



A PRESIDENTA DA REPÚBLICA Faço saber que o Congresso Nacional decreta e eu sanciono a seguinte Lei:
Art. 1o  Esta Lei dispõe sobre a investigação criminal conduzida pelo delegado de polícia.
Art. 2o  As funções de polícia judiciária e a apuração de infrações penais exercidas pelo delegado de polícia são de natureza jurídica, essenciais e exclusivas de Estado.
§ 1o  Ao delegado de polícia, na qualidade de autoridade policial, cabe a condução da investigação criminal por meio de inquérito policial ou outro procedimento previsto em lei, que tem como objetivo a apuração das circunstâncias, da materialidade e da autoria das infrações penais.
§ 2o  Durante a investigação criminal, cabe ao delegado de polícia a requisição de perícia, informações, documentos e dados que interessem à apuração dos fatos.
§ 3o  (VETADO).
§ 4o  O inquérito policial ou outro procedimento previsto em lei em curso somente poderá ser avocado ou redistribuído por superior hierárquico, mediante despacho fundamentado, por motivo de interesse público ou nas hipóteses de inobservância dos procedimentos previstos em regulamento da corporação que prejudique a eficácia da investigação.
§ 5o  A remoção do delegado de polícia dar-se-á somente por ato fundamentado.
§ 6o  O indiciamento, privativo do delegado de polícia, dar-se-á por ato fundamentado, mediante análise técnico-jurídica do fato, que deverá indicar a autoria, materialidade e suas circunstâncias.
Art. 3o  O cargo de delegado de polícia é privativo de bacharel em Direito, devendo-lhe ser dispensado o mesmo tratamento protocolar que recebem os magistrados, os membros da Defensoria Pública e do Ministério Público e os advogados.
Art. 4o  Esta Lei entra em vigor na data de sua publicação.
Brasília, 20 de junho de 2013; 192o da Independência e 125o da República.
 DILMA ROUSSEFF
José Eduardo Cardozo
Miriam Belchior
Luís Inácio Lucena Adams

Este texto não substitui o publicado no DOU de 21.6.2013

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Uma opinião de juristas, mais ponderada:

INVESTIGAÇÃO CRIMINAL

Sancionada lei que amplia autonomia de delegados

Entrou em vigor nesta sexta-feira (21/6), com a publicação no Diário Oficial da União, a Lei 12.830/2013, que dá maior autonomia aos delegados de polícia.
A lei estabelece que o delegado só poderá ser afastado da investigação se houver motivo de interesse público ou descumprimento de procedimentos previstos em regulamento da corporação que possam prejudicar a investigação. O ato com essa finalidade dependerá de despacho fundamentado por parte do superior hierárquico. A lei também manda dar tratamento protocolar aos delegados igual ao recebido por magistrados, defensores públicos, membros do Ministério Público e advogados.
A presidente Dilma Rousseff vetou, no entanto, o parágrafo 3º do artigo 2º do projeto aprovado no Congresso (PLC 132/2012), segundo o qual o delegado deveria conduzir a investigação criminal de acordo com seu “livre convencimento técnico-jurídico”.
Nas razões para o veto, a presidente apontou a possibilidade de "conflito com as atribuições investigativas de outras instituições, previstas na Constituição Federal e no Código de Processo Penal".
A revista eletrônica Consultor Jurídico apurou que, dentro da Advocacia Geral da União, há o entendimento de que o veto dá indícios de que o governo entende que o Ministério Público tem poder para investigar.
A avaliação é semelhante à do criminalista Alberto Zacarias Toron. “A razão do veto é clara como a luz do dia: visa a impedir o conflito com outras autoridades com poder investigativo. O juiz não o tem. Só resta o MP, estadual e federal. Portanto, os signatários do diploma legal, incluído o Ministro da Justiça, entendem que o MP tem poder investigatório”, afirmou.
O criminalista Luís Guilherme Vieira também compartilha desse entendimento. “O teor do texto relativo ao veto presidencial conduz, de jeito oblíquo, ao raciocínio de que o Executivo sustenta poder o MP conduzir/investigar crimes, o que, em meu entender, é flagrantemente inconstitucional.”
Ele avalia que a questão será decidida apenas quando o Supremo Tribunal Federal se pronunciar. “Enquanto o STF não decidir, de uma vez por todas, a questão do ‘MP-investigador’ (a única hipótese constitucional de o MP investigar crime é quando o investigado for integrante de seus quadros), a questão não encontrará termo”.
Para Leonardo Sica, é possível inferir que quem redigiu a norma pretende preservar a possibilidade de outros agentes públicos investigarem crimes. Isso, porém, não indicaria aval à investigação pelo MP. “É um indício desse entendimento, mas esse assunto tem suscitado muitas controvérsias, por isso não me arriscaria a um palpite”.
O criminalista Pierpaolo Botini também considera que não é possível ser taxativo quanto ao entendimento do governo em relação ao poder de investigação do MP. Ainda assim, como a mensagem de veto fala em "atribuições investigativas de outras instituições", isso pode indicar um entendimento de que elas têm sim poder de investigação, com uma ressalva: "Desde que conveniadas com a polícia".
Ele avalia que a polêmica tem sido insuflada por interesses político-institucionais e por desconhecimento da opinião pública sobre o tema. “Não vejo necessidade para tanta polêmica. De maneira delimitada e regulada por lei, acho natural que outros agentes públicos, excepcionalmente, possam se incumbir de investigações criminais”.
Sergio Niemeyer também não vê o veto como insinuação de que o Planalto aprove a competência investigava do MP. Para ele, a decisão de Dilma é inclusive salutar, pois evita um conflito entre o livre convencimento da autoridade policial e a atividade fiscalizatória do MP.
“Tome-se, por exemplo, o caso do ex-delegado federal Protógenes Queiroz. Se esse dispositivo estivesse em vigor, ele jamais seria condenado, porquanto encastelaria sua conduta atrás do biombo do livre convencimento, como, aliás, fazem hoje muitos juízes, sem nenhum compromisso ético com a escorreita aplicação da lei, violando o juramento prestado na forma do artigo 79 da Loman”.
Responsável pela área criminal do Pinheiro Neto, Mario Panseri também considera difícil vislumbrar na mensagem de veto qualquer posição do governo em relação à PEC 37. "A precoupação está num possível mal entendido das palavras livre-convencimento técnico e imparcialidade. Sem isso poderia dar ao delegado a psossibilidade de negar o cumprimento de requisições de outros órgãos principalmente do MP".
Ainda que o parágrafo não tivesse sido vetado, Panseri avalia que ele não faria diferença para o mundo jurídico. "O delegado sempre deve conduzir as investigações de acordo com seu bom senso, livre convencimento, isenção e imparcialidade. Esses são atributos básicos para que a autoridade policial possa conduzir suas investigações". Com informações da Agência Senado.
Elton Bezerra é repórter da revista Consultor Jurídico.

Revista Consultor Jurídico, 21 de junho de 2013

Parcerias Estrategicas do Brasil: novo livro na praça (A.C. Lessa; H. Altemani, orgs.)



Editora Fino Traço, o Centro de Estudos sobre o Pacífico e o Instituto de Relações Internacionais da Universidade de Brasília anunciam a publicação do livro ”Parcerias Estratégicas do Brasil: os significados e as experiências tradicionais”, obra coletiva organizada por Henrique Altemani de Oliveira, professor da Universidade Estadual da Paraíba – UEPB, e Antônio Carlos Lessa, professor do Instituto de Relações Internacionais da Universidade de Brasília.
A expressão parcerias estratégicas se converteu, ao longo dos últimos anos, em uma idéia importante das políticas externas de muitos países, inclusive do Brasil. Por isso, muita energia tem sido dispendida, em diferentes comunidades acadêmicas por todo o mundo, em esforços de análise em torno do sentido que a expressão adquiriu na prática diplomática de tantos e tão diferentes atores.
Nesta obra coletiva se procura debater a ideia de parcerias estratégicas, no Brasil e em outros países, como também as suas diferentes acepções e graduações. São apresentadas reflexões sobre alguns relacionamentos tradicionais que adquiraram sentido prioritário no cálculo da política externa brasileira contemporânea. Busca-se também avançar na reflexão acerca da origem e do desenvolvimento de novas formas de parcerias, como as que se observa em espaços multilaterais e em processos de regionalização. E, finalmente, trazer para a reflexão sob a perspectiva brasileira, algumas outras experiências, como as que se concretizam na Ásia e na integração européia.
Neste volume são examinados os marcos conceituais das parcerias estratégicas, os relacionamentos com os países que denominamos de parceiros tradicionais (Estados Unidos, União Européia, Portugal, Espanha e Japão) e os parceiros regionais (o conjunto sul-americano, a Argentina e a Venezuela).
Acesse aqui a apresentação e a introdução deste livro.
Este livro pode ser adquirido nas melhores livrarias, ou diretamente no site da Editora Fino Traço – clique aqui para comprá-lo.

Fim do populismo na politica brasileira? - Ricardo Velez-Rodriguez

Ricardo Vélez-Rodríguez
Blog Rocinante, 23 Junho 2013

Se vivo fosse, o general Golbery, o engenheiro da abertura nos anos oitenta do século passado, teria escrito no seu diário, após assistir pela TV às enormes manifestações dos jovens no Rio e em outras cidades brasileiras, neste final de outono e início de inverno de 2013: “é o fim do populismo”. Lembremos que o esclarecido militar escreveu no seu diário, após as passeatas e assembléias que se desenvolveram por todos os cantos do Brasil pedindo as Diretas Já: “é o fim do regime militar”. Só um louco poderia fazer ouvidos moucos diante dos milhões de pessoas protestando nas ruas, de forma pacífica, como tem acontecido nas últimas semanas pelo país afora. O Brasil custa a acordar. Mas, quando acorda, vira gigante que deixa no ar as suas mensagens, esquecidas pelos políticos e pela burocracia governamental. Aconteceu isso no movimento das “Diretas Já” (nos anos oitenta), nas manifestações populares que colocaram para fora o corrupto governo Collor e sua gangue (nos anos noventa). E está acontecendo a mesma coisa neste movimento pacífico de jovens de classe média, que percorrem alegremente praças e avenidas das cidades brasileiras, portando mensagens que, segundo os manifestantes, permanecem distantes dos partidos políticos. Manifestações multitudinárias que se caracterizam pela tranqüilidade e que terminam levando às ruas a pessoas de todas as idades. É importante e essencial para a sobrevivência de quem faz política ter o esclarecimento necessário para escutar a mensagem das ruas. O que é que a sociedade brasileira tem a dizer nas suas passeatas?

Os novos "caras pintadas" se organizaram nas redes sociais para mostrar ao governo que nem tudo está aparelhado pelos petralhas neste país. Gilberto Carvalho, no início do ano, dizia que "o bicho vai pegar". E está pegando. Só que está pegando no pé de quem esperava se beneficiar espertamente com a força das ruas e dos movimentos sociais. Militantes de partidos de esquerda e alguns sindicalistas simpáticos ao governo tentaram se somar à onda cívica, mas foram colocados para fora como oportunistas. Uma minoria de alucinados, que a polícia está identificando e prendendo, tentou desmoralizar com a sua barbárie a pacífica manifestação do milhão e meio de brasileiros que saíram às ruas. Mas foram identificados e isolados. São lamentáveis as cenas de vandalismo que essa minoria protagonizou. Contudo, isso não conseguiu silenciar as legítimas reivindicações dos manifestantes. O movimento ficou fora do controle dos estrategistas do governo e está dando ensejo às reivindicações da classe média, esquecida pelo Palácio do Planalto, do alto da prepotência de um partido que imaginou ter carta branca, ao longo destes dez anos, para colocar o partido acima do Brasil.

A voz das ruas, explicitada nos cartazes e na alegre voz dos manifestantes, tem deixado clara a sua mensagem. Chega de “bolsa-tudo-que-é-coisa” paga sem transparência com o dinheiro do contribuinte! Chega de corrupção! Chega de vigarice de políticos profissionais que não representam os interesses do eleitor, mas que se beneficiam com o dinheiro público! Chega de gastança federal, estadual e municipal com essas obras para eventos esportivos que nunca acabam e que custam cada vez mais! Chega de péssimos serviços públicos de transporte, educação, segurança pública, saneamento e saúde! Chega de um regime tributário injusto, que penaliza os que trabalham e criam empregos! “Chega de pão e circo"! Assim rezava o cartaz de um jovem manifestante em Belo Horizonte. Chega das tentativas do partido do governo para tentar inviabilizar a atividade do Ministério Público, na vergonhosa Proposta de Emenda Constitucional 37! Essas parecem ser as principais reivindicações. Certamente são lamentáveis os atos de vandalismo, causados por baderneiros infiltrados, que estão sendo enquadrados pelas autoridades. São lamentáveis, também, os excessos das forças policiais em algumas cidades. Mas as manifestações massivas estão aí e, certamente, conduzirão a mudanças profundas na política brasileira. Após este movimento de fim de outono o Brasil não será mais o mesmo.

Para além das reivindicações de serviços públicos de qualidade, a voz dos manifestantes explicitou um grito de patriotismo, que ficou preso nas gargantas dos cidadãos ao longo destes anos de cinismo oficial. “O meu partido é o Brasil”, rezava o cartaz de um jovem manifestante. O entusiástico coro dos que cantavam o Hino Nacional contrastava com o silêncio perplexo dos políticos que foram surpreendidos com a manifestação cívica das ruas. A classe média tornou-se porta-voz desse grito engasgado que clama por decência e que apregoa a volta aos valores do patriotismo, esquecido nas negociatas de políticos com empreiteiras e de governantes corruptos que se vangloriam dos seus malfeitos e que, cinicamente, reconduzem à vida pública, figuras condenadas pela Justiça. A era do lulopetismo, contaminada pelo modelo da antiética do herói sem nenhum caráter, foi colocada no pelourinho da crítica cidadã. Os jovens manifestantes querem sentir orgulho do seu país. Essa classe média, vilipendiada por intelectuais chapa-branca como refém do autoritarismo e do atraso, saiu às ruas apregoando o seu orgulho de ser brasileira.


Muita coisa deverá ser feita no âmbito do Estado, para colocar em sintonia a voz das ruas com as instituições republicanas. Quem se recusar a fazê-lo, colherá resultados negativos nas próximas eleições. A primeira coisa é renovar a representação. A reforma política é essencial e deve ser colocada em pauta. Sem a esperteza gramsciana de dirigir todo o esforço para fazer do partido do governo o ator hegemônico da vida republicana.

Fim da bonanca brasileira? Alemanha examina o Brasil (Der Spiegel)

The End of Brazil's Boom: Inflation and Corruption Fuel Revolt

By Jens Gluesing
Der Spiegel, June 24, 2013
Photo Gallery: A Middle Class in RevoltPhotos
AP/dpa
Brazil's middle class is outraged over corruption and the feeling that none of the country's new prosperity is trickling down to them. With the economy stagnating, the country urgently needs reforms.

The Hotel Glória was once Brazil's finest establishment. Heads of state stayed in the magnificent building when Rio de Janeiro was still the capital. But the hotel lost its luster and its high-class clientele. Five years ago, a multibillionaire bought the hotel and vowed to bring back the old glory.
Eike Batista, who was Brazil's richest man at the time, had big plans: He wanted to build a luxury resort, complete with a helipad and marina. He hired star architects and the building was gutted down to its foundation walls. The idea was to reopen the hotel in time for next year's World Cup soccer championship. But now the cranes are standing still and most of the workers have been laid off. The wind blows through the windows and a homeless man is sleeping under an awning. The hotel is for sale. The multibillionaire has run out of money.The downfall of the Batista empire symbolizes the end of the economic boom -- and the multibillionaire embodies everything that hundreds of thousands of Brazilians, primarily from the middle class, are protesting against: nepotism, delusions of grandeur and the fabulous wealth of a select few. It started with demonstrations against raising the bus fare by 20 centavos (9 US cents), but rapidly became a more general uproar over the issue of who should benefit from Brazil's riches and what is more important -- new hospitals or glittering sports stadiums.
Batista enjoyed close ties with Brazilian President Luiz Inácio Lula da Silva, who extolled him as a model for the new Brazil. He received massive loans from the state, and when his son hit and killed a cyclist with his sports car, expensive lawyers managed to keep the young man from serving a prison sentence. A consortium that included Batista was awarded the contract to manage the rebuilt Maracanã Stadium in Rio. The renovation of the Hotel Glória is also financed with a loan from the state development bank. And Brazil's state-owned Petrobras has signed a deal to make Batista's port facilities more profitable.
The entrepreneur became the seventh richest man in the world in 2012, with a net worth of $30 billion ($23 billion). Then everything collapsed: Stock prices have plummeted in his empire of oil, mining and energy companies. His fortune has melted away to nearly one-third of its former size. He has slipped to 100th place in Forbes magazine's ranking of the world's richest people. Last week alone one of his companies lost 40 percent of its stock market value.
Batista also attracted investors with the prospect of huge oil reserves off Brazil's coast and promised them an increase in infrastructure contracts. But the wells have not supplied as much oil as hoped and many predictions have not materialized. Batista's "X" empire, as he likes to call his consortium, has turned out to be nothing but a pipe dream.
Cultural Impunity
Brazil has always been a permissive society. Those who are rich are rarely held accountable for their crimes. Politicians invoke their parliamentary immunity and there are plenty of kleptocrats in the country's town halls, governor's palaces and the National Congress, the legislative body of Brazil's federal government. According to a cynical Brazilian saying, "tudo acaba em samba" -- everything ends in a samba. For decades, Brazil's rich and powerful have relied on this culture of impunity.
It is also the fury over this mentality that is fueling the wave of protests rolling across the country. But the government has apparently failed to grasp this new development. It has reacted as usual: First, it tried to violently suppress the protests, then it tried to co-opt the protesters. Brazilian President Dilma Rousseff praised the demonstrators, and the mayors of São Paulo and Rio de Janeiro rescinded the bus fare hike.
The protests are rocking the country at a critical moment. The Brazilian economy is starting to falter. Last year, it only grew by 0.9 percent, making Brazil the laggard among the emerging economies known as the BRICS -- Brazil, Russia, India, China and South Africa.
Will the boom of the Lula years now be followed by the Brazilian blues? "The optimism was exaggerated, as is the pessimism," says Ilan Goldfajn, chief economist at Brazil's largest bank, Itaú Unibanco. Rating agencies are predicting economic growth of 2.5 percent for this year. Rousseff is trying to fuel consumption in a bid to kickstart the economy again. She has lowered interest rates, but this approach hasn't been successful. Many Brazilians are deeply in debt. They have purchased homes and cars on credit, and now they have to save money.
A Jump in Inflation
Furthermore, lowering interest rates has led to a rise in inflation, with significant price increases primarily for food and services. For a while, tomatoes were so prohibitively expensive that smugglers brought them into the country over the Argentinean border. Although the government has now raised interest rates again, this move will hardly be enough to stop inflation. The decline of the Brazilian real is continuing to fuel price increases, and imports are becoming increasingly expensive.
The jumps in prices evoke memories of the decades in which the country suffered from high inflation. The construction of the capital Brasília and megaprojects launched by the military dictatorship saddled subsequent democratic governments with a huge mountain of debt. By the mid-1980s, prices had exploded. The Brazilian central bank has introduced five new currencies since then. It wasn't until 1994 that then-Finance Minister Fernando Henrique Cardoso managed to stabilize the economy with a combination of austerity measures and currency reform.
In 2002, when the former labor leader Lula was elected, many investors pulled out their money. They were afraid that Lula would abandon the stability policy of his predecessor. But the left-wing politician surprised the financial world, and there were no socialist experiments. At the same time, there was a rise in global prices for fuel and food, Brazil's main exports. Billions in investments flowed into the country and the real became a highly overvalued currency.
Reforms Mired in Bureaucracy
The government introduced generous social programs for the poor, allowing 20 million Brazilians to climb into the middle class. During his second term in office, though, Lula threw open state coffers to launch megaprojects and grant loans to the poor -- all of which helped the campaign of his successor Rousseff, who used this political capital to win the 2010 presidential election.
Economic experts hoped that Rousseff would return to an orthodox financial policy. Instead, she lowered interest rates and intervened in monetary policy. She has expanded state capitalism in the country and founded a number of new state-owned companies. Meanwhile, important structural reforms have become mired in government bureaucracy. The road network is dilapidated, the ports are run by corrupt trade unions and efforts to expand the airports have bogged down. Even the exploitation of deep-sea oil reserves has stagnated due to a lack of technology. In 2006, Lula proudly announced that Brazil would achieve self-sufficiency thanks to its crude oil production. Now, gasoline and ethanol have to be imported.
Not much happens without the government in Brazil and, not surprisingly, corruption continues to flourish. The renovation and new construction of sports facilities for the World Cup and the Olympic Games was negotiated with only a handful of large contracting companies, and the projects are billions over budget. This wheeling and dealing between the government and companies is yet another reason why the middle class is up in arms.
'Brazil Costs'
Along with the poor and students, a large number of business people are taking to the streets. Shop owners and cab drivers have spontaneously joined the demonstrations. "There's plenty of money -- we pay enormous amounts of taxes," says Raoni Nery, 27, who joined the protest marches in Rio, "but we don't receive anything in return."

The computer expert runs a small IT company and would like to hire someone to help: "But I can't afford it because social security contributions are too high. Our employment legislation is totally outdated," he says. It takes months to establish a company, and nobody seems to understand the maze of laws and regulations. Anyone who wants to open a business often has to pay bribes to inspectors from the city administration.Large companies write off special expenses for transport, bureaucracy and corruption as "custo Brasil," meaning "Brazil costs." Ultimately, it's the customers who pay for this.
In view of the upcoming presidential election next year, the government is again opening its coffers. Two weeks ago, President Rousseff announced a special election present: Anyone who has been granted a low-interest state loan for a house can acquire an additional low-cost loan of up to 5,000 reais -- to purchase appliances and furniture.
Translated from the German by Paul Cohen

Fresh Air [huummm] on History of International Relations - Seminario na UnB, 1-2/07/2013

Seminário Internacional "Fresh Air on History of International Relations"


O Instituto de Relações Internacionais da Universidade de Brasília – UnB divulga o Seminário Internacional "Fresh Air on History of International Relations", que ocorrerá nos dias 1º e 2 de julho. A programação incluirá a participação de professores do IREL – Eiiti Sato, Sombra Saraiva, Antonio Carlos Lessa, Amado Luiz Cervo, Pio Penna Filho, Tania Pechir Gomes; da Sorbonne – Hugues Tertrais, Robert Frank; da UFRJ - Lucia Maria Paschoal Guimarães, entre outros.
Serão discutidos temas como: Pour l’histoire de relations internationales: penser la complexité du monde actuel; Rethinking Friendships and Conflicts in New Historiographies; CHIR and World Congress of Historical Sciences in China (2015): opportunities for fresh air on History of International Relations and possibilities for Brazilian historians.
Os interessados em participar podem mandar email para natalia.coelho@itamaraty.gov.br ou maria.notari@itamaraty.gov.br. Será emitido um certificado ao final do evento com 10h de participação.

Encore les manifs au Bresil, cette fois, au journal Le Monde

Corruption, éducation et santé : les trois points de la discorde brésilienne

Le Monde.fr |  • Mis à jour le  |Par 
Manifestants près de la plage de Copacabana à Rio de Janeiro, le 23 juin.
Manifestants près de la plage de Copacabana à Rio de Janeiro, le 23 juin. | AFP/YASUYOSHI CHIBA
Rio de Janeiro, correspondant. Il aura suffi d'une augmentation de 20 centimes pour faire voler en éclat l'image d'un Brésil conquérant, sûr de lui et promis à unavenir économique et social harmonieux. Lorsque les autorités de Sao Paulo ont décidé, le 2 juin, de faire passer le billet de bus de 3 à 3,20 réals (1,12 euro), elles étaient loin d'imaginer l'onde de choc qui allait suivre. La fronde sociale s'est répandue en l'espace de quelques jours dans tout le pays. Elle atteint désormais plus d'une centaine de villes. Les sommes colossales investies dans les préparatifs de la Coupe du monde – 27,4 milliards de réals pour un budget prévisionnel total de 33 milliards de réals – servant, dès le début, de catalyseur à un mouvement aux revendications multiformes.

D'après un sondage de l'institut Ibope publié samedi 22 juin par la revue Epoca, quelque 75 % des Brésiliens soutiennent désormais le mouvement de protestation. Le prix et la qualité des transports en commun sont le principal motif de ce soutien (77 %), devant le rejet de la classe politique (47 %) et la corruption (33 %). Ils sont 78 % à estimer que la santé publique est le secteur le plus sinistré. Partout sur les réseaux, les textes et exemples abondent pour illustrer les défaillances d'un système public dépassé ou défaillant. Un maelstrom de revendications révélateur d'un profond malaise dans ce Brésil où la croissance économique donne de sérieux signes d'essoufflement.

  • LA CORRUPTION
D'après une enquête réalisée par le magazine économique Exame, en août 2011, la corruption détournerait des coffres publics au moins 51 milliards de reais par an. Une estimation basse qui correspond, selon la Fédération des industries de Sao Paulo (Fiesp), à une perte d'au moins 1,4 % du PIB chaque année, l'hypothèse haute tablant sur une perte de 2,3 % du PIB. Si cette somme était appliquée à un programme d'habitation pour des familles aux faibles revenus comme "Minha Casa, Minha Vida" ("ma maison, ma vie"), lancé par le Parti des travailleurs (PT, gauche au pouvoir), elle permettrait d'en faire bénéficier immédiatement 918 000 familles. Ce programme d'accession à la propriété est prévu pour 2 millions de familles.
Une spectatrice du match Brésil-Mexique, le 19 juin à Fortaleza.
Autre grief, les retards dans les travaux et les réalisations qu'engendrent les effets de la corruption. "Ils créent des difficultés qui entravent l'avancement des projets, imposant des coûts supplémentaires, et des frais supplémentaires pour éliminer les obstacles qu'ils ont eux-mêmes engendrés", explique José Ricardo Roriz Coelho, directeur du département de la compétitivité à la Fiesp.
A cela s'ajoutent les affaires récurrentes de corruption d'acteurs politiques. Un mal chronique qui remonte aux sources même de la fondation de cette république fédérative marquée par les potentats locaux et la période du "coronelisme" (1889-1930), pendant laquelle le pouvoir local était confié à des propriétaires fidèles au gouvernement brésilien, les coroneis.
Selon Transparência Brasil, le Congrès de Brasilia est celui qui coûte le plus à lapopulation, comparé aux parlements de 10 autres pays (AllemagneArgentine,CanadaChiliEspagne, Etats-Unis, France, Grande-BretagneItalieMexique etPortugal). D'après leurs calculs, le Congrès consommerait 11 545 réals par minute (chiffres de 2007). Le pays se trouve à la 69e place sur la liste des 178 pays classés par l'organisation non gouvernementale. Soit derrière la Namibie ou le Rwanda.
"Tous les indicateurs indiquent que la corruption est devenue chronique au Brésil", affirme l'économiste Gil Castello Branco, fondateur de l'ONG Contas abertas ("comptes ouverts"). Le projet de loi PEC 37, un texte soumis au Congrès et visant àrestreindre le pouvoir des enquêteurs et des procureurs, n'a fait qu'ajouter au ressentiment des manifestants.
  • L'ÉDUCATION
C'est le point noir, peut-être le plus gros grief fait par les protestataires. Autant les universités publiques sont d'un niveau d'excellence et au même rang que les meilleures institutions mondiales, autant le primaire et encore plus le secondaire sont dans un état déplorable. Ironie du système : il faut passer par des lycées privés pour entrer dans les facultés publiques.
Les écoles, collèges et lycées publics sont défaillants tant au niveau des infrastructures qu'en termes d'enseignement. Le manque d'établissements entraîne un roulement des classes où les enfants du primaire optent soit pour des cours le matin soit pour l'après-midi. On observe dans certaines régions ou zones particulièrement déficientes la mise en place d'un troisième roulement quotidien.
En 2000, 97 % des enfants et adolescents de 7 à 16 ans bénéficiaient de l'accès universel à l'enseignement primaire, avec une diminution du taux d'analphabétisme de 20,1 % à 11,8 %. La situation s'est certes améliorée par rapport aux décennies précédentes, mais reste nettement insuffisante, selon tous les spécialistes.
L'absence ou le manque chronique de professeurs est aussi un mal récurrent. Leur formation est de mauvaise qualité. Eux-mêmes sont extrêmement mal payés. Les salaires variant d'un Etat à l'autre, les revenus d'un enseignant débutant varient autour de 300 à 400 euros par mois, pour une moyenne de seize heures par semaine.
La corruption, l'éducation et la santé forment le trio de tête des revendications, révélant un profond malaise dans la société brésilienne.
A Rio de Janeiro, par exemple, d'importants efforts ont été réalisés ces dernières années par le secrétaire d'Etat à l'éducation, Wilson Risolia Rodrigues, avec notamment une augmentation des salaires et un meilleur accompagnement descarrières. Mais les résultats, par nature, prennent du temps.
Au niveau de l'Etat de Rio, ils étaient 8,3 millions de lycéens à entrer en classe de seconde en 2009. Ils n'étaient plus que 1,7 million en terminale en 2011. Le taux d'échec scolaire sur le plan national s'élève à plus de 50 %.
Des efforts ont été fait par la présidente Dilma comme l'école obligatoire à 4 ans (applicable en 2016) ou encore la mise en place de quotas (raciaux et sociaux) dans les universités publiques afin d'ouvrir l'enseignement supérieur aux populations les plus défavorisées. Mais là encore cela prend du temps. "Le pays est train de payer cinquante ans d'absence de politique publique", affirmait de façon prémonitoire au Monde Wilson Risolia Rodrigues quelques mois avant le déclenchement du mouvement de protestation.
  • LA SANTÉ
C'est l'autre secteur largement déficient au Brésil, surtout pour les plus pauvres. Les conditions sanitaires d'une grande partie de la population restent précaires même si l'espérance de vie s'est allongée (74 ans et 29 jours). Le système de santé reflète les inégalités du pays, où les gens assez riches reçoivent des soins d'une qualité égale voire supérieure à ceux prodigués en Europe, alors que la grande majorité de la population n'a accès qu'au système public de santé de moindre qualité, même s'il s'est amélioré cette dernière décennie.
Les prestations payantes d'opérateurs privés se sont développées en réponse aux lacunes du secteur public, et constituent une alternative pour désormais plus de 48 millions de Brésiliens (plus de 30 % de la population). Le sud-est du Brésil (zone la plus riche) est la région qui concentre le plus d'affiliés à des plans de santé privés avec 36 millions d'assurés, soit 67 % du nombre total d'assurés.
Cette augmentation des assurances privées porte atteinte à la santé publique, a affirmé Ana Maria Costa, présidente du Centre brésilien d'études sanitaires (Cebes), qui dénonce "une marchandisation de la santé". D'un point de vue global, le budget de la santé reste relativement faible et ne représente encore que 410 euros par habitant (moins de 4 % du PIB), même si l'augmentation a été forte depuis 2005 (de l'ordre de 160 %, chiffre d'Awex).
Le secteur emploie directement 2 millions de personnes et 5 millions indirectement. Il compte plus de 4 750 hôpitaux privés et 2 000 publics. On dénombre également 17 000 cliniques en tout genre. Au total, le pays compte 331 000 médecins, 1,2 million d'infirmiers et aides-soignants, ce qui représente en principe une capacité suffisante pour répondre aux besoins de la population. Toutefois, avec près de 60 % des hôpitaux situés dans les zones urbaines du Sud ou du Sud-Est, l'accès aux soins en zone rurale et dans le Nord et le Nord-Est reste très inégal.
L'idée de faire venir 6 000 médecins cubains dans ces régions démunies – projet formulé par le gouvernement de Dilma Rousseff en mai et repris lors du discours de la présidente le 21 juin – n'a pas eu l'heur de convaincre les professionnels de santé. Dès samedi, plusieurs cortèges de médecins ont exigé une meilleure répartition des soins et dénoncé la mauvaise qualité des infrastructures.

Maquiavel 500 anos: O Moderno Principe, por Paulo Roberto de Almeida

O Moderno Príncipe: 
Maquiavel revisitado
Maquiavel Senado asp
Capa de Pedro Paulo Palazzo de Almeida sobre tela de de Santi di Tito (circa 1560-1600); 
© Archivo Iconografico, Corbis.
(Brasília: Senado Federal, Conselho Editorial, 2010, volume 147, 195 p.; ISBN: 978-85-7018-343-9)

Paulo Roberto de Almeida

Doutor em ciências sociais. Mestre em economia internacional. Diplomata.

Se, por alguma fortuna histórica, Maquiavel retornasse, hoje, ao nosso convívio, com as suas virtudes de pensador prático, quase meio milênio depois de redigida sua obra mais famosa, como reescreveria ele o seu manual “hiper-realista” de governança política? Seriam os Estados modernos muito diversos dos principados do final da Idade Média?
Este Maquiavel revisitado, voltado para a política contemporânea, dialoga com o genial pensador florentino, segue seus passos naquelas “recomendações” que continuam aparentemente válidas para a política atual, mas não hesita em oferecer novas respostas para velhos problemas de administração dos homens.
Sumário:
Prefácio
Dedicatória

1. Dos regimes políticos: os democráticos e os outros
2. Das velhas oligarquias e do Estado de direito
3. Da variedade de Estados capitalistas
4. Do governo pelos homens e do governo pelas leis
5. Da transição política nos regimes democráticos
6. Da conquista do poder: a liderança política
7. Da eficácia do comando e da manutenção do poder
8. Da ilegitimidade política: da demagogia e da força
9. Das repúblicas democráticas e sua base econômica
10. Das forças armadas e das alianças militares
11. Do Estado laico e da força das religiões
12. Da profissionalização das forças militares
13. Dos gastos com defesa e da soberania política
14. Da preparação estratégica do líder político
15. Do exercício da autoridade
16. Da administração econômica da prosperidade
17. Do uso da força em política
18. Da mentira e da sinceridade em política
19. Da dissimulação como forma de arte
20. Da dissuasão e da defesa do Estado
21. Da construção da imagem: verdade e propaganda
22. Dos ministros e secretários de Estado
23. Dos aduladores e dos verdadeiros conselheiros
24. Da arte pouco nobre de arruinar um Estado
25. Do acaso e da necessidade em política
26. Da defesa do Estado contra os novos bárbaros

Carta a Niccolò Machiavelli
Recomendações de leituras

Maquiavel: o nascimento da politica moderna - Corrado Vivanti ( book review)

Birth of the Modern
Harvey C. Mansfield
The Wall Street Journal, June 23, 2013

Five-hundred years ago, Machiavelli wrote a guide for the

 busy executive so shocking that it wasn't published 

until after his death.


It is now 500 years since Niccolò Machiavelli produced the most famous book on politics ever written. On Dec. 10, 1513, he wrote a letter to a friend describing a day in his life and remarking by the way that he had composed a "little work," one of his "whimsies," on principalities. This was "The Prince," a short book for the busy executive so shocking that it wasn't published until 1532, after Machiavelli's death. It was coupled with the "Discourses on Livy" (1531), a much longer book for those readers with more time to observe and reflect. These are his major works, the ones that he said contain everything he knew.

In them he openly denounced both Christianity and the church: the "ambitious idleness" that Christianity imposed on Christians by demeaning worldly honor and also the "dishonesty" of priests, who govern by invoking the fear of God but "do not [themselves] fear the punishment that they do not see and do not believe." He attacked morality by declaring it unaffordable: A good man will "come to ruin" among so many others who aren't good. And he redirected politics by asserting that a prince must "learn to be able not to be good." Yet he also said, still more shockingly, that he believed that his advice to do evil "would bring common benefit to everyone."

[image]

Niccolò Machiavelli: An Intellectual Biography

By Corrado Vivanti 
(Princeton, 261 pages, $27.95)

The general response to this blast from its first appearance was to make Machiavelli's name into an epithet of scheming evil. Since the 19th century, however, almost all Machiavelli scholars have made excuses for him, blaming the corruption of his time or his "context" rather than him. The question is how well this attempt to rescue Machiavelli from condemnation serves either our understanding or his reputation.

The late Corrado Vivanti, editor of the standard edition of Machiavelli's works, helps to answer this question with this sensible and useful book. First published in 2008 in Italian and now appearing in translation to mark the quincentenary of "The Prince," it is a scholar's book, addressing a general audience but with a view to the choir of fellow academics. With the benign calm appropriate to messages from the grave, Vivanti delivers some hurtful blows, as when he declares the widespread republican interpretation of Machiavelli, holding that republics can avoid the faults of princes, to be a "somewhat forced reading." Jacob Burckhardt, the 19th-century Swiss historian who invented the term "Renaissance," is reproved for his fancy aesthetic slant on Machiavelli's "art of the state."

Vivanti devotes the first half of his book to events in Machiavelli's life, for Machiavelli himself had spoken of his knowledge from "long experience with modern things," as well as his "continuous reading" of the ancients. One experience was watching the popular preacher Savonarola being hanged and burned in Florence for heresy in 1498, but Vivanti doesn't explain why Machiavelli could have praised him in the "Discourses" for his "learning, prudence, and virtue of spirit."

The second half then briefly analyzes each of Machiavelli's writings, most of them done after he left office as secretary of the Florentine republic in 1512. Vivanti calls "The Prince" "typically humanist" because it mixes together ancient and modern examples. To do this today would be considered ahistorical. But since the practice was typical in Machiavelli's time, the author says, it is "cloaked in history." In this way, Vivanti uses history to cloak the Machiavellian call for republics to adopt "well-used cruelties"—and not be upset about it. Other humanists recommended no such thing. But then Machiavelli never hesitated to arouse "the indignation of God-fearing souls."

Machiavelli's political experience was by no means glorious, certainly not as notable as that of the several figures that he disparages in "The Prince"—to say nothing of Cesare Borgia, the bastard son of Pope Alexander VI, whose example he cites as the best teacher. Yet Machiavelli's "The Prince" is as momentous as it is famous. His writings, even the minor ones, show the greatness for which he is being remembered this year. How then can the greatness of his writings be interpreted in the light of his deeds, which are mediocre at best and overall a failure? For as secretary he tried and failed to secure a vigorous citizen militia so that Florence wouldn't have to depend on mercenaries. Machiavelli in other words failed to live up to his own signature motto—its depth explored in his writings—of relying on "one's own arms."

The error of trying to explain a great thinker through his "sources," as scholars like to say, whether in other writings or in the events of his time, consists in trying to explain greatness by means of non-greatness, which is to explain it away. Vivanti is aware of the problem. Quoting another historian, he says that "from the mind of Machiavelli flows the modern world of the state." In his preface, he sets forth the greatness of Machiavelli, not as a figure of his time, the Renaissance, but as a founder of modernity.

For this grand role, the mind of Machiavelli must have been capable of acting on its own, informed but not dictated by the events of the time. Machiavelli had much to say on this issue himself. The prince, he said, must act "according to the times," but in such a way as to change those times. To be successful a prince must be a new prince, one who doesn't accept the status quo. Even an established prince must take account of his rivals and enemies and not wait for them to displace him but move ahead of them "proactively," as we would say, virtuously, as he said. The new prince must strive to set the trend and make everyone else depend on him, so that he doesn't merely follow the trend.

Is this piece of Machiavelli's mind beginning to feel familiar to our modern eye and ear? Here, in the constant need for novelty and acquisition—our freedom in combat with our necessity—we have the germ of our modern politics, our business, our intellectuals, our arts, our morals.

Mr. Mansfield is a professor of government at Harvard University.

A version of this article appeared June 24, 2013, on page A17 in the U.S. edition of The Wall Street Journal, with the headline: Birth of the Modern.

Desgraca pouca e' bobagem: alem dos manifestantes, o deficit externo (preparem-se...)

Bem, o dólar vai subir, ao que parece, e alguns vão faturar, enquanto outros vão amargar...
Depois não digam que ninguém avisou; eu, e o velho do Restelo, já falamos disso há muito tempo...
Paulo Roberto de Almeida

Pioram as contas externas

Editorial O Estado de S.Paulo, 23/06/2013
O buraco nas contas externas cresceu em maio, será bem maior neste ano que em 2012 e o investimento estrangeiro direto será insuficiente para cobri-lo, segundo o Banco Central (BC). Com essa coleção de más notícias, o relatório mensal do banco sobre o balanço de pagamentos fechou uma semana penosa para o governo, marcada por marchas de protesto, vandalismo e violência nas ruas e forte instabilidade cambial.
O déficit em conta corrente ficou em US$ 6,42 bilhões no mês passado, US$ 54,23 bilhões no ano e US$ 72,97 bilhões em 12 meses. Em cinco meses o déficit correspondeu a 4,18% do Produto Interno Bruto (PIB). Em 12 meses, equivaleu a 3,2%. Nesse período, o investimento estrangeiro direto chegou a US$ 64,22 bilhões (2,82% do PIB). A diferença foi coberta com recursos de outros tipos - empréstimos e investimentos no mercado de capitais. O financiamento das contas externas ficou mais dependente, portanto, de recursos mais especulativos e mais instáveis.
Um déficit pouco acima de 3% do PIB é em geral financiável sem muita dificuldade, mesmo quando é insuficiente o investimento de qualidade mais alta, aquele dirigido à compra de empresas, à criação de negócios e ao fortalecimento do setor produtivo.
Não existe uma fronteira clara entre a zona segura e a de perigo, quando se trata de conta corrente deficitária. Muitos países têm conseguido conviver com déficits próximos de 4% do PIB, mas a segurança depende de vários fatores, como a situação fiscal, a inflação, o ritmo de crescimento econômico e, naturalmente, o cenário internacional.
Os três primeiros fatores compõem a imagem do país e afetam a disposição dos investidores e emprestadores estrangeiros. Um quadro externo favorável pode ser insuficiente para garantir os financiamentos necessários, quando é baixa a confiança no país.
No caso do Brasil, todas as condições importantes evoluem na direção menos favorável. Para começar, as contas externas estão em clara deterioração. O BC acaba de reduzir de US$ 15 bilhões para US$ 7 bilhões o superávit comercial previsto para o ano.
A projeção das exportações diminuiu de US$ 264 bilhões para US$ 248 bilhões. A das importações caiu bem menos, de US$ 249 bilhões para US$ 241 bilhões.
O déficit previsto para serviços encolheu ligeiramente, para US$ 42,7 bilhões, e o estimado para rendas (como juros e dividendos) aumentou um pouco, para US$ 42,4 bilhões.
Para as transferências correntes (como remessas de trabalhadores no exterior) a nova projeção continua positiva, em US$ 3,1 bilhões.
Somadas essas contas - de mercadorias, de serviços e rendas e de transferências unilaterais - se chega a um déficit de U$ 75 bilhões em transações correntes.
Na estimativa anterior, o rombo era de US$ 67 bilhões. Pela nova projeção, o déficit será de 3,22% do PIB. O investimento estrangeiro direto chegará a 2,79% e o resto será, portanto, coberto com recursos menos seguros.
O primeiro dado preocupante é a tendência de aumento do déficit em conta corrente. Esse dado é conhecido tanto no mercado interno quanto no externo. A deterioração resulta principalmente da piora da conta de comércio, atribuível, sem muita discussão, ao baixo poder de competição da indústria - resultante de uma porção de fatores também conhecidos.
Não há perspectiva de grande mudança nesse quadro nos próximos 12 meses. Outros indicadores também são ruins e tendem a piorar - especialmente no caso das contas públicas.
Outro fator de preocupação é o quadro financeiro internacional. O Federal Reserve, o banco central americano, deverá até o fim do ano reduzir a emissão de dólares para irrigar o mercado.
Não haverá enxugamento imediato, mas diminuição do ritmo de emissões. Bastou o anúncio do plano para o mercado se agitar. Se a tendência se confirmar, os financiamentos serão mais caros e os países com imagem comprometida serão os mais prejudicados.
Será o governo capaz de esquecer as eleições por um momento para cuidar da economia?