Brasil quiere apurar creación del Banco del Sur para “proteger” a la región
Brasilia, 14 de diciembre de 2011
- La intención política de los Gobiernos que forman parte del Banco del Sur se refuerza ahora por las dudas y los peligros que entraña la crisis global, apuntó García.
Sudamérica “ya enfrenta problemas de crédito” derivados de la crisis global, por lo que “la idea del Banco del Sur debe avanzar más rápido, pues ayudará a resolver una serie de problemas” y será una “nueva herramienta” para “proteger” a la región, declaró García en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros.
En la iniciativa participan los Gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, que en septiembre de 2009 firmaron el convenio constitutivo de la institución.
Según el acta de constitución, el Banco del Sur contará con recursos autorizados por 20.000 millones de dólares y un capital suscrito de 10.000 millones de dólares, con un aporte inicial de sus socios por 7.000 millones de dólares.
De ese total, García dijo que Brasil participaría con unos 2.000 millones de dólares, aunque aclaró que la cifra aún no está del todo definida.
Según el asesor de Rousseff, el Banco del Sur facilitaría los proyectos volcados a integrar las cadenas productivas regionales, lo cual sería un elemento generador de empleo que, además, reduciría la elevada dependencia de la industria sudamericana.
La intención política de los Gobiernos que forman parte del Banco del Sur se refuerza ahora por las dudas y los peligros que entraña la crisis global, apuntó García, quien citó como ejemplo las dificultades que ya enfrentan los sectores automotrices de Brasil y Argentina.
En ambos países, con fuertes industrias en esa área, “hay una elevada dependencia de autopiezas” que sería reducida con una mayor producción regional, mediante proyectos que pudiera financiar el Banco del Sur, explicó García.
“Queremos reducir las importaciones extra-regionales y también buscar que el mercado regional de autopiezas entre en el circuito internacional”, señaló.
García reconoció que, pese a que la Unión Europea (UE) ha dado algunos pasos en su intento de atajar la crisis global, persisten la “preocupación” y las “dudas” en relación al futuro inmediato y a la repercusión que esos desajustes pudieran tener en Sudamérica.
“Esta región sigue siendo demasiado dependiente de los países desarrollados por lo que nada de lo que ocurra en ellos nos será ajeno”, indicó.