"Paraguay debe encarar una negociación firme a favor del derecho y la estabilidad"
Por Adrián Cattivelli
Ultima Hora (Paraguai), 19/07/2013
El ex canciller del Uruguay durante el gobierno del doctor Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995) y actual senador Sergio Abreu se refiere, en una entrevista con Última Hora, a los caminos que el Paraguay debería explorar para encontrar una salida a la crisis institucional que supuso su suspensión del Mercosur, que será levantada el próximo 15 de agosto, con la asunción del mando del presidente electo Horacio Cartes. La solución debe ser “negociada”, pero sobre la base de que el Paraguay asuma la Presidencia del Mercosur, se retire la República Bolivariana de Venezuela y se aguarde el pronunciamiento del Parlamento paraguayo sobre este sensible tema, opina el legislador.
–¿Qué opinión le merece a usted el levantamiento de la suspensión?
–Eso es realmente un acto de cinismo político y de reiteración de lo que es la violación del derecho internacional, porque se ha avanzado en este esquema de ingreso de Venezuela por la ventana. No tiene la suspensión de un Estado una suspensión en su condición de Estado miembro y en las exigencias que se autoimpusieron los estados en que, para ingresar al Mercosur, se necesita la aprobación parlamentaria de todos.
–Es difícil imaginar que Argentina o Brasil asuman actos que, aunque sea tácitamente, impliquen un reconocimiento de que se equivocaron.
–No lo van a hacer porque tienen un espíritu totalitario. Hay un espíritu de hemiplejia moral, se condena y se persigue a quien no es amigo y se le justifica todo al que es amigo.
–¿Qué consejo le daría al presidente electo para superar la actual coyuntura?
–Yo no estoy en condiciones de dar consejos, pero sí de emitir alguna opinión. Yo he dicho muchas veces que el Paraguay tiene que defenderse con mucha fuerza por la violación del derecho internacional que sufrió. Lo tiene que hacer de forma inteligente, lo tiene que hacer con toda la apertura y participación de sus embajadas en todo el mundo, con una presencia más activa y profesional y más fuerte en las Naciones Unidas, en la OEA... Librar un combate serio, fundado y pacífico, pero no genuflexo, a favor del derecho y de la estabilidad de la seguridad jurídica. Hay que impulsar una cantidad de negociaciones previas a la eventual aceptación de Venezuela, negociaciones que le den al Paraguay el máximo de seguridad para esto. Lo importante es entender que Venezuela no es miembro del Mercosur. No está legitimado en función de las disposiciones internacionales. Tampoco puede ser presidente del Mercosur quien para nosotros no ingresó.
–¿Cuáles considera usted que son los caminos válidos para encarar la situación?
–Yo no estoy en el pellejo paraguayo, no lo conozco, pero sí acá saben cómo es el tema. Hay tres opciones: aceptar (la situación) tal como está y volver –que eso afecta enormemente la dignidad del país–; la segunda es volver después de que se negocian algunos aspectos sobre el tema de Venezuela, sobre su Presidencia (del Mercosur), su compromiso de acceso a los mercados, incluso negociar en la vuelta la posibilidad de tener apertura de mercado con terceros países sin verse afectados por la Decisión 32, que es la que los obliga a actuar en bloque; y la tercera opción es decir: “Me voy del Mercosur”. Ahora, esa es una solución muy fácil en la teoría. La conectividad del Paraguay es muy importante. Yo no perdería los principios ni las líneas de lo que he pensado y de lo que pienso sobre el tema del Paraguay y del atropello del que ha sido objeto, pero hay que buscarle, en todo caso, una línea que sea una concesión sobre todo del Brasil. Para mí el principal obstáculo es sobre todo el Brasil.
–Usted, entonces, se inclinaría por la segunda opción, la de la negociación.
–Por la negociación con la firmeza necesaria y además en cumplimiento de los tratados, porque si no, no va. Y eso yo diría que es el gran capital que tiene el Paraguay, en materia de convocatoria de una conferencia diplomática.
–¿Cree usted que esa vía contaría con la “comprensión” del Brasil?
–Brasil es un país que tiene una visión lusitana imperial, sobre todo que es la de imponer. Brasil va a tener que hacer una concesión: Maduro se va a tener que ir de la Presidencia; pero, claro, la gran discusión es si nosotros reconocemos que fue formalmente electo, si eso está previsto en el estatuto. Pero, pongámosle que resiste y que se arme un nuevo sistema.
–La cuestión presenta varias aristas, entonces...
–Creo que hay que buscar la parte jurídica, la parte política y la parte comercial, pero sobre todo con el criterio de que estos países que están al lado no son confiables, en especial por sus políticas proteccionistas, por su visión de la región. Por eso hay que tener mucho cuidado, hay que plantear la autonomía, pero tampoco puede ser un elemento que irrite mucho más a los socios. Hay que evitar eso. Por esa razón es preciso encarar esta tarea con mucha fuerza, con mucha profesionalidad, que desde luego la hay, y, por sobre todas las cosas, no dejarse llevar de un lado para otro.
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