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quinta-feira, 9 de julho de 2020

La vigencia del ABC de Perón - Juan Gabriel Tokatlian

A inacreditável persistência do peronismo mesmo entre intelectuais.

Este conhecido intelectual argentino volta a um texto realista-surrealista de Perón, de 1953, considerado “premonitório” e “estratégico” na proposta de um novo Pacto  ABC— o primeiro, de 1914-15, era para evitar uma corrida armamentista entre os três grandes do Cone Sul, o segundo consistindo nessa ideia anti-dependentista do coronel-presidente sobre controle conjunto de reservas de alimentos e matérias primas — para novamente tentar fazer com que os mesmos três países consigam fazer juntos o que eles jamais conseguiram fazer separados, que é ser desenvolvidos, importantes e respeitados no mundo.

Não gosto de ser estraga-prazeres, mas essa necrofilia político-diplomática dos intelectuais argentinos por Perón continua a me surpreender, como se o caudilho argentino fosse o nec plus ultra do pensamento estratégico ligado a uma fantasmagórica “Tercera Posición”, que não se sabe bem para que serviria, pois as políticas nacionais nesses três países continuam dependentes da trajetória errática de seus líderes políticos, eventualmente medíocres como sempre foram suas elites respectivas. 

O ideal seria que um eventual Pacto ABC, dentro dos objetivos do primeiro, servisse para evitar uma custosa corrida armamentista ENTRE os três países, pois isso não faria sentido algum. Agora, qualquer objetivo de coordenar recursos nacionais para obter autonomia conjunta em matéria de recursos alimentares e de matérias primas me parece tão sem sentido, economicamente, racionalmente, quanto o velho mercantilismo dos séculos XVI a XVIII desmantelado por Adam Smith. 

O ideal, para mim, é a interdependência assumida das nações, no contexto do multilateralismo aberto — ou globalismo, como temem alguns —, que pode ser assumido unilateralmente pelos três paises, sem precisar de nenhum pacto independentista ou anti-dependentista, como pretendia o antigo caudilho fascista, pois essa visão continua a ser a da velha autarquia militar (ainda que a três), que se filia bem mais à concepção nazista de economia do que ao liberalismo econômico de Adam Smith.

Paulo Roberto de Almeida


Página 12, Buenos Aires -8.7.2020

La vigencia del ABC de Perón

Juan Gabriel Tokatlian

 

Mi interés con esta nota es alentar una reflexión estratégica en materia internacional, reflexión que ha estado postergada por tantas urgencias, padecimientos, recelos y perplejidades internas.

Me sirvo para hacerlo del discurso que pronunciara el presidente Juan Domingo Perón en la Escuela Superior de Guerra del 11 de noviembre de 1953, discurso reservado que solo fue hecho público en 1967 y que expone su ideario para la Argentina, Brasil y Chile (ABC).

Es su diagnóstico de aquellos años que “el problema fundamental del futuro es un problema de base y fundamento económicos, y la lucha de futuro será cada vez más económica…En consecuencia, analizando nuestros problemas, podríamos decir que el futuro del mundo, el futuro de los pueblos y el futuro de las naciones estará extraordinariamente influido por la magnitud de las reservas que posean: reservas de alimentos y reservas de materias primas.”

Observa además que: “es indudable que nuestro continente, en especial Sudamérica, es la zona del mundo donde todavía, en razón de su falta de población y de su falta de explotación extractiva, está la mayor reserva de materia prima y alimentos del mundo. Esto nos indicaría que el porvenir es nuestro y que en la futura lucha nosotros marchamos con una extraordinaria ventaja frente a las demás zonas del mundo”. Destaca que “si subsistiesen los pequeños y débiles países” fragmentados serían objeto fácil para ser explotados, por lo que es indispensable evitar la dominación. Por ello, subraya que eso “ha inducido a nuestro gobierno a encarar de frente la posibilidad de una unión real y efectiva de nuestros países, para encarar una vida en común y para planear, también, una defensa futura en común.” Su idea de unidad no es el resultado de una cuestión “abstracta e idealista”: es el producto de intereses específicos, de convergencias razonables con los vecinos y de una mirada de largo aliento.

En esa dirección, Perón afirma que “ponemos toda nuestra voluntad real, efectiva, leal y sincera para que esta unión pueda realizarse en el continente”. Y no se trataba solo de influir a los gobiernos, sino también—y singularmente—“a los pueblos…que son los permanentes, porque los hombres pasan y los gobiernos se suceden, pero los pueblos quedan.”

Razona que países como la Argentina “no pueden tener en el orden de la política internacional objetivos muy activos ni muy grandes; pero tienen que tener algún objetivo.” Y en ese sentido, asevera: “la República Argentina sola, no tiene unidad económica; Brasil solo, no tiene tampoco unidad económica; Chile solo, tampoco tiene unidad económica; pero estos tres países unidos conforman” una formidable unidad económica. Por lo tanto, “toda la política argentina en el orden internacional ha estado orientada hacia la necesidad de esa unión, para que, cuando llegue el momento en que seamos juzgados por nuestros hombres frente a los peligros que esta disociación producirá en el futuro, por lo menos tengamos el justificativo de nuestra propia impotencia para realizarla.”

De esta alocución hay varios puntos que merecen ser destacados. Primero, es un diagnóstico realista de una época. Segundo, denota una comprensión de los fundamentos materiales para eludir la plena dependencia y procurar grados de relativa autonomía internacional.Tercero, manifiesta la vocación de unidad—sin hegemonía--que se resume tanto en la idea como en una práctica unificadora. Cuarto, expresa un sentir promisorio respecto a América del Sur, no exento de una templada auto-estima nacional. Quinto, supone el reconocimiento de que junto a la diplomacia interestatal es esencial alentar y reivindicar la diplomacia entre los pueblosSexto, valora la cercanía geográfica, la consolidación de una iniciativa tripartita y su proyección paulatina en el ámbito sudamericano. Y séptimo, expone la convicción de que un objetivo vital de la política exterior debe someterse a la evaluación concreta.

El mundo actual tiene sin duda notables diferencias con aquel que miraba Perón hace 67 años. Sin embargo, hay también continuidades. Hoy es indispensable para el desarrollo nacional la ciencia y la tecnología—sin desdeñar los recursos alimentarios y naturales--, al tiempo que la pugnacidad entre grandes potencias persiste, aunque sea entre actores diferentes a los de la Guerra Fría. Es evidente que la conjunción de fragmentación diplomática, inestabilidad política, fragilidad social y debilidad económica ha llevado a América Latina a ser menos gravitante y más vulnerable; lo cual ha derivado en una mayor dependencia de distintos centros de poder. Sin embargo, también es importante entender mejor las dinámicas socio-políticas del área en las que las aspiraciones progresistas de reforma para la inclusión, la justicia, la sustentabilidad y la autonomía siguen vigentes. La Argentina de entonces--una potencia regional muy relevante--no se asemeja a la de hoy que ha venido padeciendo un declive indisimulable que erosiona su capacidad de proyectar poder, influencia y prestigio. El espíritu asociativo que de tiempo en tiempo ha surgido en América del Sur con el empuje de diversos países según determinadas coyunturas, está muy desdibujado en la actualidad.

En ese contexto, ¿tiene sentido reflexionar hoy sobre el ABC? Las distancias evidentes en las creencias políticas y entre los liderazgos presidenciales en los gobiernos de Buenos Aires, Brasilia y Santiago y las trayectorias históricas entre los tres países ¿impiden re-conceptualizar la idea y su práctica? ¿Es posible recuperar en la actualidad aquel espíritu de unidad económica entre las tres naciones y agregar algún propósito político común entre ellas? ¿Cuál de los tres países puede retomar un intercambio tripartito que permita el florecimiento de un nuevo ABC?

A riesgo de ser controversial sugiero: a) el ABC puede regenerarse si se superan obstáculos dogmáticos, más que ideológicos, en los tres países; b) el ABC sigue teniendo un sentido económico formidable si las naciones quieren evitar la aquiescencia a los más poderosos en el escenario pos-pandemia; c) el ABC puede ser un ancla de estabilidad en una Sudamérica que vivirá un gran torbellino socio-político una vez se logre superar la covid-19; d) el nuevo ABC necesita de sustentación en los tres pueblos; y e) el renovado ABC puede ser promovido por Argentina como parte de una decisión consensual y plural que involucre al gobierno así como a distintos actores políticos, sociales, económicos, científicos, intelectuales e incluso militares.

El ABC de Perón fue en realidad el segundo; el primer ABC fue el de la mediación de la Argentina, Brasil y Chile de 1914 procurando evitar un conflicto entre México y Estados Unidos que, a su turno, facilitó la firma en 1915 de un pacto de no agresión y cooperación exterior entre los tres países. Quizás sea tiempo de concebir un tercer ABC en circunstancias muy diferentes y difíciles a las de los dos anteriores.

Fue en aquel discurso del 1953 que Perón aseveró: “el año 2000 nos va a sorprender o unidos o dominados”.De no actuar con audacia este primer cuarto del siglo XXI nos puede sorprender con otro dilema como naciones: inviables o realizables.

 

Juan Gabriel Tokatlian es vicerrector de la Universidad Di Tella. 

quinta-feira, 12 de julho de 2012

O Mercosul no seu pantano - Juan Gabriel Tokatlian

O autor, um argentino, dá um ar de tangos e tragédias a este seu artigo razoavelmente dramático sobre a atualidade patética, confusa, do Mercosul. Ele acha que o drama novelesco atual tem sabor de geopolítica e cores de importância estratégica, quando só é o resultado da confusão mental que predomina atualmente em certas mentes emboloradas.
Não consigo, de minha parte, levar a sério a série de trapalhadas rocambolescas protagonizadas por certos dirigentes do bloco: penso que tudo é o resultado de equívocos monumentais, adotados à la legère por gente que não leu os tratados fundacionais, confundiu alhos com bugalhos, foi atender a reclamos bolivarianos e se atrapalharam um bocado nessa ópera bufa com pretensões de tragédia circense.
Enfim, tem gente que leva a sério tudo isso, que ainda vai nos fazer rir, em algum momento do futuro intermédio. No curto prazo a tragédia, no médio o tango, no longo a ópera cômica...
Paulo Roberto de Almeida 

Opinión: El Mercosur está en arenas movedizas

POR JUAN GABRIEL TOKATLIÁN DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA Y ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA UNIVERSIDAD DI TELLA

Clarín (Argentina), 9/07/2012



La decisión, que se hará efectiva en la próxima reunión del Mercosur en Brasil, de que Venezuela se convierta en miembro pleno del bloque adquiere significado político con la nueva modalidad de golpe desplegada en Paraguay, aunque trasciende lo acontecido allí.
Más temprano que tarde habrá un contexto turbulento en Caracas : ante el escenario del fallecimiento de Hugo Chávez, el potencial de inestabilidad crecerá. Nada indica, hasta ahora, que aliados y opositores internos hayan fijado “reglas” mínimas para una transición incruenta. Todo hace prever que lo que acontezca contará con el interés y la participación de varios actores externos tanto de la región como de Estados Unidos. Muchos protagonistas claves, dentro y fuera de Venezuela, saben que hay mucho en juego en el desenlace político en esa nación.
La determinación de incorporar a Venezuela al Mercosur no tiene mucho que ver con el comercio, ni con una presunta compensación por la suspensión de Paraguay . El estancamiento económico del Mercosur es palpable desde hace años y las tensiones derivadas de medidas proteccionistas intra-grupo son evidentes en los últimos meses. Cuando se reincorpore, si lo hace, Paraguay, se exacerbará un problema preexistente y es que difícilmente un nuevo Congreso paraguayo (con probable mayoría de derecha y centroderecha) ratifique el ingreso de Venezuela al Mercosur.
En breve, el tema de Venezuela en Mercosur no es comercial ni diplomático; es geopolítico y estratégico.
Si por alguna razón existiese un clima golpista en la transición venezolana, el problema para Sudamérica sería mayúsculo. Si se produjera una ruptura del orden democrático y se instalara un gobierno que diera reversa a todo lo hecho, las implicancias a lo largo y ancho de la región serían notables.
De cierto modo, y salvando las diferencias obvias, sería la instalación de una segunda Guerra Fría ideológica en el continente.
Si la primera Guerra Fría multiplicó las fricciones internas e impidió el surgimiento de potencias de envergadura en el área, una segunda Guerra Fría sembrará nuevas tensiones y afectará la ambición de Brasil de convertirse en un poder emergente. De allí el interés de que el mensaje en Caracas, Washington y otras capitales resuene con claridad: producir y justificar una situación crítica y descontrolada en Venezuela sería afectar directamente los intereses de Mercosur.
Para que este razonamiento sea verosímil, el caso de Venezuela requiere un elemento fundamental ausente en Paraguay: Buenos Aires, Brasilia y Montevideo deben desplegar una diplomacia activa, discreta y anticipada que eluda el estallido de una crisis inmanejable. Ese es el tamaño del desafío que se ha colocado el Mercosur con la incorporación plena de Venezuela.