O lento, mas dramático afundamento da economia de Cuba, na visão de Omar Everleny Pérez Villanueva (enviado por Mauricio David)

Comentário inicial de Mauricio David:  

Que dramático ! Cuba foi para minha geração, o símbolo da esperança na Revolução. Perdi muitos amigos e camaradas que deram a sua vida pela Revolução Cubana e acreditaram na sua Utopia. Por isto, sou profundamente crítico do Fidel, do Raúl Castro, do Ché e dos atuais dirigentes de Cuba. Quantos amigos perdi porque acreditaram que os dirigentes cubanos iriam conduzí-los à vitória dos ideais revolucionários !

E agora, Cuba está à beira de uma hecatombe ! Acredito piamente que o regime cubano vive os seus estertores...

Ainda mais agora com um ex-exilado cubano (e radicalmente anti-fidelista) como Secretário de Estado de Trump, o senador da Flórida Marco Rúbio. 

Não dou mais que alguns poucos anos de sobrevida para a ditadura cubana...

MD

P.S.1: Nos anos 70, quando eu vivia exilado na Suécia e trabalhava na Universidade de Stockholm, recebemos no Latinamerika-institutet a visita do ex-presidente da República Dominicana Juan Bosh. Bosh foi deposto da Presidencia nos anos 60 (creio que foi em 65, se não me fala a memória) por um golpe militar. O coronel Francisco Caamãno levantou-se em armas em contra dos militares que queriam tomar o poder. A coisa se degringolou e ao Estados Unidos fizeram mais uma das suas intervenções militares. Foi uma crise imensa, o novo regime brasileiro ( o ditador da época era o general – depois marechal...- Castello Branco)  enviou tropas para São Domingos supostamente a pedido da OEA para evitar que Caamaño barrasse o golpe (o Caamaño foi um dos heróis da minha adolescência, acompanhei cada minuto daquele período...).

Mas, voltando a Bosh em Stockholm, quando êle chegou lá a convite do governo sueco êle pediu para visitar o Latinamerika-institutet. Organizei na ocasião uma reunião com um grupo de pesquisadores do Instituto. Foi então que escutei boquiaberto o Bosh dizer que Cuba, no período anterior a Fidel, era o país mais adiantado da América Latina em todos os indicadores (Saúde, Educação, renda per-capita...). Eu quase caí das nuvens (o que, dizia o Machado de Assis, é melhor do  que cair de um quarto andar...). Eu, como todos os jovens de esquerda da época, não tinha a menor idéia disto. Acreditava piamente no “conto” de Fidel de que a situação em Cuba era degradante e de miséria total... Eu escutava o Bosh de olhos arregalados e êle me (nos) olhava, por sua vez, com olhos de descrença ante a nossa ignorância !

E agora, vejam só, Cuba vive uma falência total, está à beira dos que os franceses chamam de “débâcle”( uma ruína total). Com Trump e Marco Rúbio a alguns quilômetros das suas costas e a população cubana dando sinais de que “ ça sufit !!!), acho que a sobrevida do regime cubano é questão de alguns poucos anos, se não meses...

P.S.2 : Vivi isto na Alemanha Oriental, onde estive entre o final de 73 e meados de 74. Quando resolvi sair da antiga RDA- República Democrática Alemã e retornar à Suécia, eu estava completamente convencido de que a Alemanha Oriental vivia os seus estertores. Eu estava redondamente enganado. Durou ainda 15 anos, até que tudo ruiu em uma noite só (OK, uma ou duas semanas só...) levando à queda do Muro e à reunificação da Alemanha... Reunificação que o presidente socialista da França, François Mitterrand, fez de tudo para obstaculizar... Porca miséria !

MD

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Un 2024 con muchas sombras y pocas luces en la economía cubana

Omar Everleny Pérez Villanueva 

30/11/2024

 

El título puede ser engañoso, porque podría dar la impresión de que los años anteriores fueron viables y con crecimientos de la economía sostenidos. La realidad es que se esperaba que en 2024 fructificaran los centenares de medidas económicas tomadas en 2022 y 2023, y que el plan de estabilización del que solo el gobierno ha comentado diera resultados. Nada de eso ha sucedido.

Algo es cierto: el país ha tenido efectos meteorológicos provocados por los ciclones. Sin embargo, algo que ha impactado más que ellos es el déficit de combustibles y el deterioro de la generación eléctrica, que afecta a las familias y a las instituciones productivas. Llegar a un punto cero de generación eléctrica en septiembre y después en octubre fue un fenómeno desconocido para todos los cubanos.

Aún quedan por calcular las pérdidas ocasionadas por estos sucesos, tanto en el sector estatal como en el privado, ya sea por productos que se echaron a perder por falta de refrigeración o por el «tiempo muerto» en el que se dejó de producir. Sin duda, ya se están viendo algunos de sus efectos: más escasez y aumento de los precios.

El bloqueo se mantiene intacto y es otra variable de gran peso, pero si la nueva administración elegida cumple sus promesas de campaña, estaremos entre 2025 y 2029 en una situación aún más difícil. Por ende, el futuro del país solo podrá depender de la habilidad, aún no demostrada, de la dirigencia cubana en el desarrollo económico.

Las escasas estadísticas mensuales que se publican al cierre de octubre de 2024, apenas dos meses antes de que termine el año, no son nada halagüeñas. A continuación, analizaremos algunas de ellas.

Turismo: un vagón rezagado

El sector que más ha recibido inversiones en los últimos años es el turismo. Sin embargo, los planes acordados para que este sea algo así como un vagón de un tren —porque ya no es la locomotora— no han dado resultados hasta el momento.

Un reciente artículo en el diario Granma afirmaba que «el sector cuenta con una planta hotelera renovada que supera las 80 000 habitaciones; de ellas, el 75 % en hoteles de cuatro y cinco estrellas, y la presencia en la gestión hotelera de 18 cadenas extranjeras de reconocimiento internacional». Sin embargo, el gráfico de visitantes al cierre de octubre muestra claramente una cantidad de visitantes muy lejos de los niveles pre-pandémicos.

Un 2024 con muchas sombras y pocas luces en la economía cubana 5

Por otro lado, al analizar los orígenes de los visitantes, los cubanos residentes en el exterior, un grupo que crecía sostenidamente, se ha desacelerado en los últimos dos años. Asimismo, con la excepción de Rusia, ninguno de los primeros diez países en número de visitantes a Cuba ha recuperado los niveles de visitas anteriores a la COVID-19. Esta realidad contrasta con el resto de los países caribeños, como República Dominicana, que tienen un desarrollo turístico sostenido.

Inflación descontrolada

Un indicador fundamental para la vida de los cubanos, directamente relacionado con su poder adquisitivo, es la inflación. Aunque esta no crece a las tasas de periodos anteriores, se ha desacelerado, pero sigue en aumento, como demuestran las estadísticas al cierre de octubre.

En ese indicador influyen en gran medida los precios de los alimentos, provocados por la escasez de estos, es decir, hay una baja oferta proveniente de la producción. Por otro lado, la libreta de racionamiento de la población ya no cumple el rol que se le asignó hace más de 60 años. Aunque aún existe, cada vez ofrece menos productos y en menores cantidades, con mayor afectación en las provincias orientales.

Índice de Precios al Consumidor de octubre 2024

Índice de Precios al Consumidor de Octubre  2024
Indice, Variacion mensual, acumulada e interanual por division
	Indice	Mensual	Acumulada	Interanual
IPC General	429.56	0.77	21.12	28.09
Alimentos y Bebidas no alcoholicas	744.98	0.90	23.84	33.37
Transporte	614.59	0.29	24.13	27.48
Restaurantes y Hoteles	445.94	1.36	23.78	31.49

Los productos que más inciden en el incremento del costo de los alimentos, según su nivel de precios, se detallan a continuación. Para evitar que se perciba como un análisis limitado a una visión urbana de La Habana, se presentan precios en varias ciudades importantes. Aunque podría parecer que en el resto de las provincias los precios son más bajos, es importante aclarar que el poder adquisitivo en la capital es significativamente mayor que en otras regiones, lo cual genera una desigualdad económica considerable.

Producto	UM	La Habana	Santa Clara	Ciego Avila	Las Tunas	Bayamo	Guantanamo
Aguacate	lb	100	80	60	100	66.6	53
Tomate	lb	900				150	150
Limon	lb	500	400	100	200	100	50
Platano Vianda	lb	80	70	75	61.5	90	60
Frijol Negro	lb	350	350	403	360	400	350
Arroz	lb	295	250	170	550	180	200
Malanga	lb	150	200	160	180	150	150
Pierna de cerdo	lb	980	700	700	750	700	700
Aceite	lb	650	500		480	395	450
Huevo	unidad	130	103	110	120	130	130
Leche	500g	1200	1000	1666	1000	1250	1304
Yogurt	1.5 litros	400	300	300	300	300	300

Estos precios denotan que aumentar la producción de alimentos en Cuba no puede ser una tarea subestimada, especialmente considerando que los cubanos gastan más del 70 % de sus ingresos en alimentación, según lo dicho por el presidente Díaz-Canel. Incrementar la producción local de alimentos ayudaría a reducir los precios y, con ello, aliviar la carga económica sobre las familias, mejorando su poder adquisitivo y calidad de vida. Además, una mayor producción permitiría disminuir la dependencia de importaciones costosas, favoreciendo la soberanía alimentaria y reduciendo las desigualdades entre las distintas regiones del país.

Para ello, es necesario crear incentivos a los productores, algo que, si bien se ha anunciado de forma general, aún no se materializa del todo. La reciente Resolución 329, que exime automáticamente del pago de aranceles a 192 partidas relacionadas con sectores como la agricultura y la industria alimentaria, es un paso en la dirección correcta. Esta medida simplifica el proceso de importación al eliminar la necesidad de una aprobación previa por parte del Ministerio de Finanzas y Precios, lo cual podría facilitar a los productores el acceso a insumos necesarios para mejorar su productividad. Sin embargo, es fundamental que se continúe promoviendo este tipo de incentivos y se reduzcan las trabas burocráticas que históricamente han retrasado las soluciones urgentes. Incentivar a los productores no solo aumentará la oferta de alimentos, sino que también contribuirá a reducir los precios, mejorar la seguridad alimentaria y, en última instancia, elevar la calidad de vida de la población cubana.

Zafra azucarera

La conocida locomotora cubana, al menos hasta 2002, cuando comenzó su reordenamiento, ha tenido resultados que, sin temor a equivocarnos, pueden valorarse como caóticos.

Se estima que la zafra que culminó a mediados de junio de 2024 no sobrepasó las 280 000 toneladas, una cifra por debajo de más de la mitad de las necesidades del consumo interno. Según las estadísticas oficiales de la ONEI, se importó azúcar en una cantidad elevada, nunca antes vista en la realidad cubana, ya que el país llegó a liderar la exportación mundial de azúcar durante muchos años.

Paradójicamente, las políticas económicas siguen apostando porque este sector se mantenga exclusivamente dentro del sector estatal, vedando las actividades vinculadas a la industria azucarera en la actualización del listado de prohibiciones para el sector privado. Paralelamente, los centrales y empresas estatales del azúcar carecen de inversiones significativas que permitan modernizar la maquinaria, como sí están haciendo otros países de la región, como Brasil o México.

***

No hay estadísticas financieras o, mejor dicho, no se publican con cortes semestrales, trimestrales o mensuales. Sin embargo, con la parálisis productiva del país, es muy difícil creer que las estadísticas de presupuesto no sigan siendo deficitarias.

La deuda externa se mantiene alta, pero, como es lógico, no sigue creciendo exponencialmente, dado que el endeudamiento es tan elevado que hay pocas posibilidades de nuevos créditos. Aunque existen excepciones, estas responden a criterios no económicos, sino políticos y geoestratégicos.

No quiero ahondar en el panorama social, pero es de suponer que existe un gran deterioro en los que fueron, en su momento, pilares del apoyo nacional al proyecto socialista, como la educación y la salud. La falta del cuadro básico de medicamentos, el deterioro de las instalaciones educacionales y el éxodo de los profesores de las enseñanzas primarias y medias han contribuido a ese deterioro.

En conclusión, no se entiende por qué los hacedores de política siguen pensando en armas melladas, en vez de hacer una reforma económica integral en el menor tiempo posible. La población no está siendo atendida por sus autoridades y está tomando el camino de la emigración, que los aleja de su realidad nacional, cuando podrían aportar muchísimo a su país.

Con niveles productivos de la economía nacional continuamente bajos, varias empresas estatales incapaces de ofrecer los bienes básicos que la población necesita, y el sostenimiento de los temibles apagones a lo largo de todo el año 2024… ¿por qué seguir haciendo lo mismo? ¿Por qué no se escucha a sus especialistas y al pueblo en general? ¿Qué temen?

 

Omar Everleny Pérez Villanueva 

 

Doctor en Economía por la Universidad de La Habana e Investigador. Profesor visitante en las universidades de Harvard y Columbia, Carleton University y la Sorbonne. Fuente: https://jovencuba.com/2024-sombras-economia/

A ideia sedutora de uma nova ordem mundial e a tolerância inaceitável para com a violação do Direito Internacional - Paulo Roberto de Almeida

Uma nota sobre o mais relevante problema diplomático da atualidade: 

4802. “A ideia sedutora de uma nova ordem mundial e a tolerância inaceitável para com a violação do Direito Internacional”, Brasília,10 dezembro 2024, 6 p. Nota sobre a adesão de acadêmicos à ordem proposta por duas autocracias. Divulgado Academia.edu, link: https://www.academia.edu/125993678/4802_A_ideia_sedutora_de_uma_nova_ordem_mundial_e_a_tolerancia_inaceitavel_para_com_a_violacao_do_Direito_Internacional 

A ideia sedutora de uma nova ordem mundial e a tolerância inaceitável para com a violação do Direito Internacional

 

Paulo Roberto de Almeida, diplomata, professor.

Nota sobre a adesão de muitos acadêmicos à ordem alternativa proposta por duas autocracias.

 

Não me surpreende tanto a atração, por vezes entusiástica, em certos meios, exercida pela ideia, ou projeto, de uma nova ordem global, mais democrática e mais inclusiva do que a atual, tanto quanto me choca, invariavelmente, a inconsistência, geralmente inconsciente, com respeito às realidades que subjazem tal proposta. É muito fácil, e até substantivamente atraente, demonstrar ou proclamar sua adesão a uma outra forma de organização internacional que melhore e corrija os defeitos da presente ordem mundial, tanto quanto é compreensível desejar, no plano interno, um arranjo constitucional, uma ordem legal, medidas governamentais, que garantam amplos direitos e distribuam benefícios aos mais necessitados ou, indistintamente, à maioria da população. 

Dito isto, cabe referir-se, concretamente, ao debate corrente, já presente na agenda diplomática brasileira, sobre a eventualidade de que uma “nova ordem global multipolar” possa ser estabelecida em algum momento de médio prazo. Não se tem notícias concretas do que seria essa nova ordem, em quais elementos institucionais ela se basearia, em que consistiriam seus principais fundamentos, que países ela alcançaria, ou integraria, sobre como ela seria implementada e funcionaria na prática, se de maneira concorrente à ordem atual ou se, talvez, mediante sua substituição, parcial ou completa. Todas essas questões não têm respostas atualmente, sequer tentativas de elucidação por parte de seus proponentes já em ação, nominalmente os presidentes da Rússia, Vladimir Putin, e o da China, Xi Jinping. 

(...)

Le a íntegra neste link: https://www.academia.edu/125993678/4802_A_ideia_sedutora_de_uma_nova_ordem_mundial_e_a_tolerancia_inaceitavel_para_com_a_violacao_do_Direito_Internacional 

Porta-voz da Rússia destaca proximidade entre Putin e Lula - O Antagonista

 Porta-voz da Rússia destaca proximidade entre Putin e Lula

Dmitri Peskov, porta-voz do Kremlin, foi questionado se o petista é visto como aliado do ditador russo.

Redação O Antagonista, 1/12/2024

Em entrevista à Folha, o porta-voz da presidência russa, Dmitri Peskov, destacou a proximidade entre o ditador Vladimir Putin e o presidente Lula. Questionado se o petista é visto como aliado de Putin, Peskov respondeu:

“Nós sabemos que o presidente Lula é a favor do desenvolvimento das nossas relações, e do diálogo sobre temas complexos e difíceis.

O Brasil é um parceiro comercial e econômico muito importante para nós. Esperamos que a nossa cooperação aumente, apesar de todos os obstáculos e dificuldades existentes.

O que muitas vezes nos une também é uma visão similar do mundo e da essência das relações internacionais.

Putin e Lula se falam bastante, e discutem sobre isso em suas conversas. Por isso estamos juntos em organizações como o Brics.

Nós gostamos muito do Brasil, nós amamos o Brasil. E contamos com a reciprocidade do Brasil.”

Lula tem sido alvo de reiteradas críticas do presidente da Ucrânia, Volodymyr Zelensky, por priorizar a “aliança com um agressor”. Recentemente, o petista aliviou para o ditador russodurante sua participação por videoconferência na reunião de cúpula dos Brics.

Em seu discurso, o presidente, ao se referir à guerra na Ucrânia, disse apenas que é preciso “evitar uma escalada e iniciar negociações de paz”.

“No momento em que enfrentamos duas guerras com potencial de se tornarem globais, é fundamental resgatar nossa capacidade de trabalhar juntos em prol de objetivos comuns”, afirmou Lula.

“Posição fraca”

Na semana passada, o presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, criticou Lula por ter permitido que a declaração do G20 refletisse uma “posição fraca” sobre a guerra na Ucrânia, sem mencionar a Rússia. 

A declaração de 24 páginas dos países do G20 fala apenas em soberania e autodeterminação dos povos de maneira geral e, de modo mais específico, para os palestinos. Mas não apresentou qualquer defesa dos ucranianos.

Zelensky afirmou ainda que o Brasil “é um grande país” e agradeceu o apoio da maioria do povo brasileiro à Ucrânia, mas ressaltou que, “infelizmente, a cúpula do G20 decorreu com um apoio muito fraco” a Kiev.

“Essa fraqueza permite a Putin, durante estes eventos globais, quando o G20 se reúne, atacar com novos mísseis, depois de [chanceler alemão Olaf] Scholz lhe ter telefonado. Penso que se houver declarações fortes, apelos fortes, passos fortes, então Putin não se comportará assim.”

Responsabilidade de Lula

Como mostramos, as tensões dominaram as negociações diplomáticas em 17 de novembro, quando os representantes das nações do G20 se depararam com um impasse em relação à declaração conjunta sobre a guerra na Ucrânia.

Após um ataque russo em larga escala, as nações europeias mais críticas à Rússia estavam diante de duas opções: solicitar diretamente a revisão do trecho específico sobre o conflito ou delegar essa decisão ao Brasil. Optaram pela segunda estratégia, transferindo assim a responsabilidade para o governo brasileiro. Lula decidiu não retomar as discussões.

A estratégia adotada pelo G7 foi deixar essa responsabilidade nas mãos do Brasil.

O chanceler alemão, Olaf Scholz, lamentou a ausência do presidente ucraniano Volodymyr Zelensky na reunião do G20. Apesar dos esforços do chanceler e de outros líderes para garantir sua presença, a Ucrânia não faz parte do grupo e Zelensky não foi convidado pelos anfitriões brasileiros.

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Uma longa mensagem a meu amigo Mauricio David - Paulo Roberto de Almeida

Tributo a Mauricio David por Paulo Roberto de Almeida: unidos no amor às leituras e ao conhecimento

Paulo Roberto de Almeida

 Transcrevo, a seguir, como forma de não perder, minha resposta de agradecimento a um envio matinal, neste domingo primeiro dia do último mês do ano de pouca graça de 2024, contendo diversas postagens sequenciais que meu grande amigo Mauricio David efetuou na sua remessa de bons materiais de leitura que ele envia religiosamente (êpa, eu continuo sendo um irreligioso) a todos os seus amigos, desta vez transcrevendo materias que eu mesmo postei, como repositório pessoal e “biblioteca aberta” aos meus seguidores ou simples curiosos, no blog Diplomatizzando, um pequeno espaço de culto à inteligência e à resistência intelectual (contra os dogmatismos) que mantenho ativo desde 2004, ou seja, por duas décadas inteiras e que foi precedido, ou foi contemporâneo de vários outros blogs pessoais que alimentei por certo tempo.

Paulo Roberto de Almeida 

Brasília, 1/12/2024

“Grato pela transcrição de varias postagens do meu blog Diplomatizzando, meu caro Maurício, um espaço que eu costumo chamar de “quilombo de resistência intelectual” (à imbecilidade e à burrice, geralmente presentes nas redes ditas “sociais”), mas que também pode ser visto como um espaço aberto à leitura de coisas inteligentes (na minha concepção pessoal), algumas quais vou buscar ou recebo gentilmente graças à pletora de um volume inacreditavelmente gigantesco de excelentes materiais de leitura que você oferece quase diariamente nos seus envios generosos aos amigos e destinatários. Retiro mais da metade do que posto no Diplomatizzando dos seus envios diários, o resto de assinaturas gratuitas ou pagas que eu mesmo fiz, ou de postagens de terceiros, às quais tenho acesso, esforçando-me para atribuir os devidos créditos, quando isso é possível.

Tenho, neste momento, de agradecer imenso essa sua variada, diversificada e inteligente oferta de boas leituras, aproveitando também para agradecer mais uma vez o precioso presente de que fui objeto , em Paris, onde nos conhecemos, da primeira edição da Topbooks, em um único volume encadernado (hard cover) das memórias de Roberto Campos, Lanterna na Popa, um título não condizente com a imensa importância que o genial economista-diplomata (nessa ordem) teve na formação (na vanguarda, ou seja, na proa) de tanta gente esclarecida neste país ignorante, uma pequena tribo de bem formados e bem-informados, entre os quais eu mesmo me incluo (graças ao Roberto Campos, entre outros).

Lembro-me perfeitamente (e isso foi decisivo em minha formação e itinerário intelectuais) de ter ido assistir nas Faculdades Mackenzie, em 1966, a uma palestra que ele deu sobre o PAEG. Eu era então um mero office-boy de 16 anos numa grande multinacional do centro de SP, convictamente marxista (condição a que me tinham levado minhas leituras não exclusivamente, mas essencialmente de esquerda, a que fui levado por uma precoce adesão política e leituras “sérias” logo depois do golpe de 1964). Eu entrei disposto a recusar preventivamente e dogmaticamente todos os argumentos em defesa da ditadura e do “arrocho salarial” por aquele a quem nós, esquerdistas, chamávamos depreciativamente de “Bob Fields), e acabei saindo da palestra atordoado e admirativo pelo rigor metodológico e factual de um dos mais inteligentes e esclarecidos indivíduos que “conheci” na vida, junto com Raymond Aron, San Tiago Dantas, Mauricio Tragtenberg, Rubens Ricupero, Stephen Jay Gould, David Landes, José Guilherme Merquior, Celso Lafer e poucos outros. Posso dizer que a palestra de Roberto Campis constituiu um dos marcos transformadores numa trajetória pessoal que estava destinada a ser apenas dogmaticamente esquerdista, mas que acabou ss transformando num itinerário a partir de então eclético e aberto às mais variadas leituras e absorções intelectuais.

Terminei por expressar meu reconhecimento por essa transformação tardiamente, num livro que coordenei (e escrevi mais da metade) em 2017, aos cem anos do nascimento de Roberto Campos, intitulado O Homem Que Pensou o Brasil: Trajetória Intelectual de Roberto Campos (Appris), que gostaria de lhe oferecer como agradecimento e retribuição pelas memórias dele, ganhas em 1994. 

Estou escrevendo mais um pequeno texto sobre essa loucura da “nova ordem global multipolar”, já aceita e incorporada como programa de governo e de Estado por Lula 3, invariavelmente seguido pelo bando de acadêmicos beatos que o seguem fielmente e dogmaticamente desde muito tempo. Também me preocupa muito essa outra adesão irrefletida, do Lula e dos submissos diplomatas que aceitam qualquer coisa vinda do alto, do Brics, manipulado por duas grandes autocracias que estão nas antípodas do que queremos ser como nação desenvolvida e inserida numa economia global preferencialmente liberal e democrática.
Muito grato, pois, pelo seu e-mail de 1/12/2024, quando recém começo a ler as coisas que me chegam quotidianamente.

O grande abraço do

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Sent from my iPhone

Paulo Roberto de Almeida”

Brasília, 1/12/2024

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On 30 Nov 2024, at 19:02, mauriciodavid@terra.com.br wrote:



Conheço o embaixador Paulo Roberto de Almeida há mais de 30 anos, desde quando êle foi designado para a nossa Embaixada em Paris e eu por ali estava. Nos tornamos grandes amigos. Sou suspeito para falar do Paulo Roberto. Além das suas excelsas qualidades humanas e profissionais, sempre nutri profunda admiração por sua capacidade intelectual e extraordinária capacidade de trabalho. O Paulo Roberto é um dínamo, capaz de fazer 30 coisas ao mesmo tempo (eu fico estupefato, porque eu mesmo não consigo fazer mais do que 3 ou 4...). Enquanto estou pensando em A ou B, o Paulo Roberto já está no XYZ... Fico babando de admiração, talvez porque percebo que há gente que fica babando de ódio pela sua extraordinária capacidade de trabalho. Também sempre admirei a sua resiliência (acompanhei de perto as discriminações que o Paulo Roberto sofreu na sua carreira no Itamaraty, vítima que foi de mentes invejosas. Como também sofri muito na vida discriminações odiosas, a capacidade de resilência do Paulo Roberto sempre foi uma fonte de inspiração para mim).

Recebi hoje este texto do meu amado amigo, que passo à leitura e reflexão dos que acompanham também as minhas reflexões.

MD

 

O Brasil na maior encruzilhada de sua história: pode-se escolher uma “nova ordem mundial”? - Paulo Roberto de Almeida

Book review; Leveringhaus on Cabestan, 'Facing China: The Prospect for War and Peace'

 H-Diplo: New posted content

Leveringhaus on Cabestan, 'Facing China: The Prospect for War and Peace' [Review]

H-Net Reviews

Cabestan, Jean-Pierre.  Facing China: The Prospect for War and Peace. Lanham, Maryland: Rowman & Littlefield, 2023. 248 pp. $34.00 (paper), ISBN 9781538169896.

Reviewed by Nicola Leveringhaus (King's College London)
Published on H-Diplo (November, 2024)
Commissioned by Seth Offenbach (Bronx Community College, The City University of New York)

Printable Version: https://www.h-net.org/reviews/showpdf.php?id=60707

Facing China offers an accessible all-in-one analysis of the risk of war with China, whether over Taiwan, the South China Sea, the Diaoyu/Senkaku islands, or the Indian border. A great merit of this book is its clarity of expression: the reader need not be an International Relations or area specialist to understand the cautionary arguments about the prospects for war today. The idea for the book stems from an article by the author in 2018 that evolved into a monograph published in French in 2021.[1] This English-language translation of the book, published in 2023, remains as timely as ever, with questions around the inevitability of conflict and all-out-war in Asia still looming large.

The author engages wholeheartedly with the dominant US debates on China’s rise and the potential for conflict, including the now-everywhere analogy of a Thucydides trap.[2] The introduction states plainly that Graham Allison’s 2017 book Destined for War “inspired this one” (p. 7). As such, this book sits squarely and comfortably in US debates about Chinese grand strategy and the challenges China’s rise seemingly poses to US primacy in Asia and beyond—from Destined for War to Rush Doshi’s 2021 The Long Game. 

In assessing possible risks of war, four areas of inquiry are outlined: (1) the potential for nuclearization, namely whether major war can avoid escalation to the nuclear level; (2) alternative domains for conflict: cyber and technological arms racing; (3) the likelihood that China seeks military conflict with Taiwan, over the South China Sea and with Japan as opposed to continued grey zone tactics; and finally, (4) Beijing’s ability and desire to use force beyond the region to protect its interests and impose its will on the world. Of these four, the book excels in addressing the third concern: possible conflict over Taiwan, the South China Sea, and Japan.

By far the strongest analysis of the book comes in chapter 3, on Taiwan. Indeed, this was one of the richest and most balanced accounts of possible conflict over Taiwan that the reviewer has read, offering meaningful political, social, and military accounts of conflict from the perspective of the PRC, Taiwan, and the United States. The discussion of Taiwanese debates and readiness at a social and military level is especially thoughtful and relevant. Indeed, in 2025, Taiwan will be streaming a new TV series, Zero Day, to further sound public alarm about the prospect of conflict. The sobering conclusion to this chapter is twofold: first, if the PRC does seek to take the island by force, then the war in Ukraine illustrates for Beijing the “need for speed” (p. 109) to secure military victory; and second, only democratization of the PRC can truly end the prospect of conflict over Taiwan. Both claims, though thought-provoking, could have been more fleshed out. For instance, how might “need for speed” be affected by possible crises occurring in parallel in the region such as between the DPRK and ROK? The second claim, though compelling in its boldness, is left unproblematized, not least because the wider democratic peace thesis in International Relations does not offer much reassurance here.[3]

The book’s main analytical strength—on the prospects of war over Taiwan—is reflected in the length of the third chapter, at over forty pages. By contrast, the chapter on the South China Sea (chapter 4), is half the size, at just over twenty pages. This chapter is excellent as an introduction to the topic, offering a succinct historical account of claimant narratives as well as the legal implications of the 2016 international arbitration case presented by the Philippines against China. The subsequent chapter, on the Diaoyu/Senkaku islands (chapter 5), is only fourteen pages; and the border conflict with India is even shorter, at nine pages. A reorganization of the chapters might have rebalanced the proportions, for example, given the importance Japan now attaches to the security of Taiwan, the discussion of China-Japan conflict might have flowed better if it had come straight after the chapter on Taiwan, rather than following the South China Sea chapter. The India chapter is too short to engage fully in widespread public debates in India on China. The last chapter, on missions abroad, is, as the book makes clear, really about the aspirational projection of future military power, not present or near-term capabilities. One wonders if these last two chapters—on India and missions abroad—were needed. Removing them would have allowed for longer empirical treatments of the South China Seas and Diaoyu/Senkaku islands, matching the depth of analysis in the Taiwan chapter.

Beyond Taiwan, the book sparks important thinking in the nuclear domain. The first of these is how changes to US strategic capabilities and doctrine since the early 2000s have affected China’s own calculations of military readiness and victory in war. For decades, Chinese scholarship has cautioned that US capabilities in the strategic domain seek not mutual vulnerability but underpin a desire for damage limitation and superiority against China.[4] Chapter 2 triggers these questions but misses an opportunity to examine Chinese concerns directly or deeply, whether in terms of US extended missile defense arrangements in East Asia since the 1990s or a series of US nuclear posture reviews since George W. Bush’s presidency (2001, 2016, and 2020) that speaks to a desire for damage limitation. Claims that the People’s Liberation Army has not ruled out using a neutron bomb in the Western Pacific (p. 19) are also off the mark given that officially China has no neutron bomb capabilities.[5] A second nuclear question relates to the catalyst for nuclear war between China and the United States over Taiwan. The scholarly debate on possible nuclear weapons use between the United States and China within the nuclear field is much less sanguine than the book presents. While most nuclear scholars would agree that the prospect of deliberate nuclear use is relatively low over Taiwan, many would assert that the risk of accidental use is worryingly high (and since the war in Ukraine, the risk of nuclear signaling/threats has arguably grown, too).[6] This concern over accidental use is in large part because there exist very few guardrails, whether in the form of official track 1 nuclear dialogues or other agreed confidence-building measures between the United States and China. Shockingly, despite repeated attempts (the most visible one by former US president Barack Obama in 2008) nuclear forces on both sides have yet to meet and dialogue with one another. Moreover, the official crisis hotline that exists has been tested at various points (in 1998 following the accidental NATO bombing of the Chinese embassy and in 2001 during the EP-3 incident, for example) and has not proved effective, with China seemingly reluctant to engage quickly through that platform.[7] Wider literature on entanglement speaks compellingly as to how technology (especially dual-use, hot-swappable warheads such as the DF-26) can confuse rivals and raise the stakes for escalation in a crisis.[8] In this vein, the third chapter, on Taiwan, would have particularly benefited from reference to entanglement and misunderstandings, engaging perhaps with Catilin Talmadge’s seminal work in 2017 on whether the United States might accidently push China into a nuclear corner over Taiwan.[9]

Nuclear questions aside, two other factors are left for greater development in the book. The first of these is the role of economic statecraft in any coming conflict with China. Here, the role of not just the United States, but also Southeast Asian, South Asian, and European states would have added an interesting angle to analysis. Indeed, any military conflict with China over Taiwan is now predicted to cause significantly more economic harm in Europe than the ongoing war in Ukraine. For its part, the Russian factor when facing China does not receive much treatment beyond what the war in Ukraine means for the region at the time of the first edition of the book (2021). Yet since then, Russia has deepened its security relationship with China, as well as other states in the region like North Korea—how does this affect the prospect of war across Taiwan, the South China Seas, and the Senkaku/Diaoyu islands? It should be said that assessments of Russia’s support for China in any future conflict with the United States remain poorly appreciated in the wider scholarship. Since at least 2019, Russia has been open about its collaboration with China on space, satellite, and laser technologies, which might offer China the ability to develop a launch-on-warning (LOW) capability it does not yet have that could be useful in any future conflicts with the United States. Other areas of China-Russia collaboration include joint military exercises, which have not ceased during the ongoing war in Ukraine. These exercises have so far not included a nuclear element but might perhaps in the future. A third area for expansion relates to basing, with the potential for Russia to open up and share its bases for the PLA in any future conflict against the United States.

As with nuclearization, the role of economic statecraft and the China-Russia factor in any possible future conflict with China is ongoing and difficult to assess. This book offers a great introduction (and, on Taiwan, an especially robust deep dive) on what remains one of the most, if not the most, important geopolitical question of our times. Above all, this book is both scholarly and policy-relevant—what more could a reader ask for?

Notes

[1]. “Le piege de Thucydide vu de Pekin. Affirmer son leadership, eviter la guerre [Beijing’s view of the Thucydides Trap: Asserting leadership, avoiding war],” Le Debat, 202 (November-December 2018): 4-15, and Demain la Chine: guerre ou paix?[China Tomorrow: War or Peace?] (Paris: Gallimard, 2021).

[2]. Gideon Rachman, “Year in a Word: Thucydides's trap,” Financial Times, December 18, 2018; and for a rejection of the term in our understanding of US-China relations, see Hal Brands and Michael Beckley, Danger Zone: The Coming Conflict with China (New York: W. W. Norton, 2022).

[3]. Bruce Bueno de Mesquita, James D. Morrow, Randolph M. Siverson, and Alastair Smith, “An Institutional Explanation of the Democratic Peace,” American Political Science Review 93, no. 4 (1999): 791–807, doi:10.2307/2586113. ISSN 0003-0554. JSTOR 2586113. S2CID 54953575.

[4]. A recent technical assessment can be found in Bin Li and Riqiang Wu, “U.S. Strategy of Damage Limitation vis‑à‑vis China: Long‑Term Programs and Effects,” China International Strategy Review 6 (2024): 9-21, https://doi.org/10.1007/s42533-024-00153-w.

[5]. It developed that ability but abandoned the program during the Cold War. Jonathan Ray, “China’s ‘Capitalist Bomb’: Inside the Chinese Neutron Bomb Program,” CIRA, January 1, 2015, https://cira.exovera.com/research-analysis/china/red-chinas-capitalist-bomb-inside-the-chinese-neutron-bomb-program/

[6]. Sheryn Lee, “Towards Instability: The Shifting Nuclear-Conventional Dynamics in the Taiwan Strait,” Journal for Peace and Nuclear Disarmament 5, issue sup. 1 (2022): 154–66, https://doi.org/10.1080/25751654.2022.2055912.

[7]. Christian Ruhl, “Beijing Is Unavailable to Take Your Call: Why the US-China Crisis Hotline Doesn’t Work,” Bulletin of Atomic Scientists, June 24, 2024; and Brad Glosserman, “If a Phone Rings in a Forest and No One Answers, Is It a Hotline?,” Japan Times, July 2, 2024.

[8]. Tong Zhao and Li Bin, “The Underappreciated Risks of Entanglement: A Chinese Perspective,” in Entanglement: Russian and Chinese Perspectives on Non-Nuclear Weapons and Nuclear Risks, ed. James M. Acton (Washington, DC: Carnegie Endowment for International Peace, 2017), 47–75, http://carnegieendowment.org/files/Entanglement_interior_FNL.pdf.

[9]. Caitlin Talmadge, “Would China Go Nuclear? Assessing the Risk of Chinese Nuclear Escalation in a Conventional War with the United States,” International Security 40, no. 4 (2017): 50-92.

Dr. Nicola Leveringhaus is senior lecturer in war studies in the Department of War Studies, School of Security Studies, King’s College London, UK.

Citation: Nicola Leveringhaus. Review of Cabestan, Jean-Pierre. Facing China: The Prospect for War and Peace. H-Diplo, H-Net Reviews. November, 2024.
URL: https://www.h-net.org/reviews/showrev.php?id=60707

This work is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 United States License.

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Uma luz no fim do túnel - Bolívar Lamounier (O Estado de S. Paulo)

Uma luz no fim do túnel

Bolívar Lamounier

O Estado de S. Paulo.

30 de nov. de 2024

A desordem política em que o Brasil vive há mais de duas décadas decorre de três fatores: o pequeno número de pessoas genuinamente vocacionadas para a vida pública, deformações grotescas em nosso sistema institucional e, mais importante, a obscena desigualdade de nossa sociedade.

Aos fatores acima haveria que acrescentar o quadro mundial, no qual despontam ditadores como Nicolás Maduro, um presidente condenado eleito para a presidência dos Estados Unidos e ditaduras totalitárias como as da Rússia, China e Coreia do Norte. Vladimir Putin chega a ameaçar o mundo abertamente com o recurso a seu gigantesco arsenal nuclear.

Quanto ao Brasil, a escassez de vocações políticas a que me refiro diz respeito ao excesso de indivíduos ávidos por viver “da política” e não “para a política”. O quase total desaparecimento da geração de líderes do Congresso constituinte (1987-1988) deixou aberto o espaço para o discurso ideológico vazio do PT, o populismo de Lula da Silva e um Congresso no qual, com as exceções de praxe, pululam larápios e trapaceiros. Essa “oferta” molda a “demanda”, ou seja, aprofunda o descrédito da instituição legislativa, que afugenta possíveis bons candidatos e assim por diante, num círculo vicioso cujo fim não está à vista.

As deformações do sistema político-institucional têm sido amplamente discutidas, sem que apareçam lideranças lúcidas, dispostas a agarrar pela unha o touro da reforma política. Sabemos que o sistema presidencialista de governo é ruim mesmo onde haja partidos políticos; onde não os há, como é o nosso caso, é péssimo. Associado a contínuas rixas entre os Três Poderes, na contramão do que a Constituição estipula, não há como visualizar um panorama diferente desse que Brasília nos oferece dia sim, outro também.

Contudo, para avaliar a hipótese da descida aos infernos, como ocorreu na Argentina, é preciso repisar o óbvio: somos uma das sociedades mais desiguais do planeta. Uma minoria inferior a 10% açambarca metade da riqueza nacional e não assume o que deveria ser sua cota de responsabilidade na arrumação do País. Na parte inferior da pirâmide social, podemos dizer sem medo de errar que 30% dos cidadãos são incapazes de transmitir num simples bilhete o que tenham ouvido pelo telefone. São infracidadãos. Na última eleição municipal, o alto índice de abstenção resultou deste conjunto de elementos: candidaturas em sua maioria inexpressivas, ausência de propostas realistas para a melhoria da vida nas cidades, desânimo geral.

Sendo a realidade o que acima resumidamente se expôs, nada há a estranhar no desinteresse generalizado pela atividade política. Menos ainda quando se considera que a pequena parte capacitada da elite não tem sabido como motivar os eleitores e reverter tais tendências. Menos ainda a estranhar que o desinteresse se agudize entre os jovens, se a eles não se oferece o que mais lhes interessa: um mínimo de esperança. Esta, outrora, se consubstanciava nas ideologias, hoje moribundas, fato que só não enxergam os que não querem enxergar, ou que se valem de mitos ideológicos a fim de organizar partidos de araque, através dos quais assegurem acesso ao erário, a empregos públicos e prebendas, que são seus meios de vida.

Mas, exultai, uma luz começou a reluzir no fim do túnel. Ainda Estou Aqui, o já celebrado filme de Walter Salles, despertou os corações e mentes, notadamente no seio da juventude. Mostrou que os cidadãos, de todas as idades, não viraram as costas à vida pública. Desde que verdades relevantes lhes sejam ditas, com franqueza, clareza e competência, seus corações despertam. O filme vai fundo num dos episódios mais macabros do período dos governos militares, o desaparecimento do deputado Rubens Paiva, narrado em livro por seu filho Marcelo Rubens Paiva. Esse fato não ocorreu na pré-história, ocorreu algumas décadas atrás, mas só agora chega com toda a sua força dramática aos jovens, seja porque a informação lhes tenha sido sonegada, seja porque só agora surgiu um grupo de artistas com competência para relatá-lo como deve ser relatado: em sua simples verdade.

O êxito do trabalho de Walter Salles suscita uma questão muito mais ampla. Nós, brasileiros, não conhecemos nossa história. Não a conhecemos em seus momentos horrendos, que foram muitos, nem nos relativamente promissores, que foram poucos e curtos, mas existiram.

Essa constatação permitenos ousar mais um pouco, ampliando esta reflexão: por maior que seja o descrédito das instituições, por mais generalizadas e cruéis que sejam nossas desigualdades sociais, é possível enfrentá-las com esta arma simples: a oferta de verdades relevantes.

A mudança de atitude sugerida no parágrafo anterior vai muito além do sempre desejável adensamento da cidadania. Diz respeito à prevenção da grave crise que já nos espreita. Sabemos todos que um ajuste fiscal sério é a condição sine qua non para a retomada do desenvolvimento econômico e social. Mas a bússola pela qual se pretende orientar o País é ainda a polarização idiota que temos vivido desde 2016. 

Eles, os torturadores de Rubens Paiva, AINDA ESTÃO AQUI, e nunca foram punidos - Chico Otávio (PlatôBr)

 REPORTAGEM 

Caso Rubens Paiva: processo ainda está aqui (e com Alexandre de Moraes)

Revisitado nos cinemas em "Ainda estou aqui", caso da morte do ex-deputado pode ser reaberto por decisão do mesmo ministro do STF que toca o inquérito da tentativa de golpe. Agentes da ditadura, dois acusados estão vivos

NOV. 30, 00:36

CHICO OTAVIO, ESPECIAL PARA O PLATÔBR

Como o Centro de Informações do Exército (CIE) dispensava formalidades, como bater continência para um oficial superior, o então capitão Paulo Malhães foi direto ao ponto, ao entrar: “Podem escavar e dragar o país inteiro que não irão achá-lo”. Dois anos depois da morte do ex-deputado Rubens Paiva durante sessão de tortura na carceragem do Destacamento de Operações de Informações do Exército, o DOI, no Rio de Janeiro, entre os dias 20 e 22 de janeiro de 1971, Malhães garantiu aos seus comandantes que a missão de desaparecer com os restos mortais da vítima para sempre, sem deixar rastros, estava cumprida.

Desde 2014, ano em que Malhães revelou o episódio a este repórter, o Ministério Público Federal (MPF) trava uma queda de braço com os advogados dos acusados para reabrir o caso e punir os responsáveis. Até aqui, a defesa tem levado a melhor. Porém, no mês de lançamento do filme “Ainda estou aqui”, que conta o drama da víuva de Paiva, Eunice, após a morte do marido, o processo que corre no Supremo Tribunal Federal (STF) voltou a andar. E pelas mãos do ministro Alexandre de Moraes, relator do caso. Ele deu um despacho no dia 25 de novembro, abrindo vista à Procuradoria-Geral da República (PGR).

A medida, aparentemente de rotina, foi recebida com desconfiança pela defesa. Ao provocar a PGR no momento em que a morte de Rubens Paiva volta ao noticiário, o ministro estaria buscando um caminho para autorizar o prosseguimento da ação, trancada há dez anos por decisão do Superior Tribunal de Justiça (STJ). Em outra frente dessa guerra judicial, em parecer assinado no dia 21 de novembro, o procurador-geral da República, Paulo Gonet Branco, pediu a extinção de uma reclamação ajuizada pelos acusados no mesmo Supremo.

Pombo-correio
Ex-deputado, cassado após o golpe de 1964, Rubens Paiva foi preso em sua casa, no Leblon, Zona Sul do Rio, em 20 de janeiro de 1971, por agentes do Centro de Informações de Segurança da Aeronáutica (Cisa). Eles acreditavam que Paiva seria “pombo-correio” entre exilados políticos no Chile e militantes da luta armada no Brasil. Ao prendê-lo, esperavam chegar ao paradeiro do ex-capitão do Exército Carlos Lamarca, naquela altura considerado o inimigo número um do regime.

Eunice, a mulher de Paiva, e uma de suas filhas, Eliana, de apenas 15 anos, também foram detidas. O ex-deputado foi levado, no dia seguinte, para o cárcere do DOI na Rua Barão de Mesquita, na Tijuca, onde morreu na madrugada seguinte por não resistir a bárbaras sessões de tortura. Os torturadores, inicialmente, ocultaram o corpo no Alto da Boa Vista, e simularam uma fuga de Paiva do local. Em seguida, pelo temor de que a cova clandestina acabasse descoberta, transferiram os restos mortais para um ponto da Praia do Recreio dos Bandeirantes, Zona Oeste da capital fluminense.

A violência contra Paiva, um homem obeso e de meia idade, foi tão escancarada que os torturadores não se preocuparam em fechar a porta da sala, abafar os gritos do ex-deputado e ainda chamar um médico para examiná-lo, já moribundo. Por isso, não foi difícil para o Ministério Público Federal (MPF) chegar aos culpados.

Em 2014, ao cruzar depoimentos de militares da repressão e ex-presos com documentos do Exército e da comunidade de informações, o MPF decidiu denunciar o general reformado José Antônio Nogueira Belham, comandante do DOI em 1971, e o coronel reformado Rubens Paim Sampaio, ex-agente do Centro de Informações do Exército (CIE), por homicídio triplamente qualificado, ocultação de cadáver e associação criminosa armada. Já o coronel Raymundo Ronaldo Campos, oficial de plantão no DOI-I no dia 22 de janeiro, e os sargentos Jurandir e Jacy Ochsendorf e Souza foram acusados de fraude processual e associação criminosa armada.

A denúncia chegou a ser aceita pela 4ª Vara Federal do Rio de Janeiro, decisão ratificada pelo Tribunal Regional Federal da 2ª Região (TRF-2), mas não prosperou no Superior Tribunal de Justiça (STJ). A Corte preferiu acolher um habeas corpus ajuizado pela defesa dos acusados, que alegou a ilegitimidade da Justiça Federal para conduzir o processo - que caberia à Justiça Militar, segundo sustenta -, a incidência da Lei de Anistia no caso e a prescrição da pretensão punitiva.

Se dúvidas restavam sobre o papel dos militares no caso, o coronel reformado Paulo Malhães, o “doutor Pablo", codinome usado por ele na repressão, tratou de afastá-las ao revelar que recebeu em 1974 a missão de sumir com os restos mortais de Paiva. Seus comandantes no CIE temiam que a ossada do ex-deputado pudesse ser desenterrada no Recreio. Malhães disse que uma equipe de 15 homens, disfarçados de turistas, passou 15 dias abrindo buracos — as escavações eram feitas dentro de uma barraca — até encontrar o corpo ensacado.

Malhães disse que gostava de “montar teatrinhos” em suas ações e era sempre acionado para consertar as “cagadas” dos colegas da repressão. Ele garantiu que não teve dificuldade de escavar durante duas semanas sem que os frequentadores do local desconfiassem. Os agentes tomavam banho de sol e mergulhavam para expressar naturalidade. Não havia coordenada precisa sobre a localização do corpo, mas apenas pontos de referência. Para a operação, foram usadas duas barracas civis - uma destinada às escavações e outra, à logística. As refeições eram fornecidas pelo CIE, conferindo caráter oficial à missão.

O coronel reformado acrescentou que, do Recreio, a ossada seguiu de caminhão até o Iate Clube do Rio, em Botafogo, na Zona Sul, onde foi embarcada numa lancha e lançada no mar. Para o êxito da missão, a equipe estudou o movimento das correntes marinhas para saber o momento certo em que os restos mortais iriam para o oceano. No mês seguinte à entrevista a este repórter, Paulo Malhães foi assassinado em Nova Iguaçu, na Baixada Fluminense. As investigações atribuíram o crime ao ex-caseiro e a comparsas, em decorrência de desavenças com o patrão.

Acusados vivos
Dos cinco denunciados pelo MPF, restam vivos apenas o ex-comandante do DOI, general reformado José Antônio Nogueira Belham, e Jacy Ochsendorf e Souza, um dos militares envolvidos na montagem da falsa fuga.

Os procuradores da República, para formular a denúncia, ouviram 24 pessoas, colhendo mais de 30 horas de depoimentos. Um dos mais importantes foi prestado pelo coronel da reserva Armando Avólio Filho, que, na época, servia no Pelotão de Investigações Criminais da Polícia do Exército (PIC-PE). Ele contou que viu, por uma porta aberta, o ex-deputado sendo torturado pelo então tenente Antônio Carlos Hughes de Carvalho e levou o fato ao comandante do DOI, o então major Belham, no dia 21 de janeiro de 1971.

Um depoimento escrito, deixado pelo coronel Ronaldo José Baptista de Leão, ex-chefe do Pelotão de Investigações Criminais (PIC) do quartel da Rua Barão de Mesquita, confirmou a versão de Avólio. Já o coronel da reserva da PM Riscala Corbage, ex-interrogador do DOI, fez um relato inédito e detalhado sobre a tortura no destacamento, incluindo-se entre os carrascos.

Passeio pela Justiça
Além de trancar o processo no STJ, a defesa dos acusados ingressou com uma reclamação junto ao Supremo Tribunal Federal (STF), alegando suposta violação da autoridade da decisão proferida pelo Plenário na Corte nos autos da Arguição de Descumprimento de Preceito Fundamental (ADPF) nº 153, que reconheceu a constitucionalidade da Lei de Anistia. O ministro Teori Zavascki, relator inicial da reclamação, deferiu a liminar a favor dos acusados em setembro de 2014.

A Procuradoria-Geral da República recorreu das duas decisões - o trancamento no STJ e a liminar no STF. Na época, foi autorizada pelo ministro Teori a ouvir as testemunhas mais importantes do caso, ainda que o processo estivesse trancado. Isso porque essas testemunhas tinham idade avançada e, caso a acusação vencesse a queda de braço com a defesa em algum momento, a instrução processual seria prejudicada.

Com a morte de Teori Zavascki em 2017, o acervo do ministro foi herdado por Alexandre de Moraes. Caberá a ele, como relator do Caso Rubens Paiva, decidir se arquiva a reclamação da defesa, pedido feito recentemente pelo procurador-geral Paulo Gonet. Mas a decisão importante ficará para o recurso extraordinário da PGR contra o trancamento da ação penal.

Moraes, que também é o responsável no STF pelo caso em que o ex-presidente Jair Bolsonaro e militares de alta patente são apontados como participantes de um plano para dar um golpe de Estado entre 2022 e 2023, sinalizou interesse no caso ao abrir vista ao Ministério Público Federal (MPF) no mesmo período em que o filme “Ainda estou aqui” enche as salas de exibição do país.

Procurado, o advogado dos acusados, Rodrigo Roca, disse que fica frustrado “como cidadão” ao constatar que até o cinema passou a funcionar como motor do Judiciário brasileiro. "O processo estava parado havia cerca de dez anos. Voltou a ser movimentado depois da première (do filme). A impressão que o país passa para o cenário internacional é que as agências públicas brasileiras só funcionam quando há alguém espiando", afirmou Roca.

"O cidadão deve ter muito cuidado com esses movimentos e essas produções providenciais. Não nos esqueçamos de que nos idos de 2006, as mesmas telas fizeram o mundo aplaudir a violência do Capitão Nascimento. E seguimos assim, como se o brasileiro precisasse sempre que um roteirista de humor instável - e gênio histérico - escrevesse o texto da sua próxima fala", prosseguiu o advogado.