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Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida.

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segunda-feira, 3 de junho de 2024

El largo final de la revolución cubana - Carlos Malamud (Clarin)

 El largo final de la revolución cubana

Carlos Malamud,

Clarin, 2/06/2024

No está claro si el régimen sobrevivirá a esta compleja coyuntura, y, en el caso de hacerlo, cómo será el proceso. Lo que sí se intuye es que, de persistir este empecinamiento, una gran protesta social es bastante probable.

La misma pregunta que Mario Vargas Llosa se hizo al comienzo de Conversación en la catedral, ¿cuándo se jodió el Perú?, se trasladó posteriormente al pasado de muchos países latinoamericanos con el propósito de rastrear el inicio de un profundo malestar.

Pero al replicar la cuestión a Cuba no quiero remontarme a los orígenes de la Revolución Cubana, al momento cuasi mágico en que los barbudos entraron en La Habana y pusieron el país patas arriba, sino de ver su capacidad de supervivencia, partiendo de lo ocurrido en los últimos años, incluyendo el confinamiento infinito vivido durante la pandemia.

A lo largo de todos estos años tanto Fidel Castro como la Revolución fueron enterrados en múltiples ocasiones, pero pese a tanto pronóstico agorero el líder máximo gobernó hasta 2008 y murió a los 90 años (2016). Su hermano y sucesor, Raúl Castro, estuvo a cargo del gobierno hasta 2018 y aún hoy, con 92 años y un delicado estado de salud, mantiene el control de prácticamente todos los resortes del poder.

Incluso, más allá de ciertos vaticinios extremos y con fecha de caducidad, ni la economía se desplomó ni el régimen colapsó. Esto se vio, por ejemplo, durante el llamado “Período especial en tiempos de paz”, tras la desaparición de la Unión Soviética, o cuando dejó de fluir la vital ayuda petrolera venezolana.

¿Es inmortal la Revolución? O, a la vista de las múltiples crisis que golpean a Cuba, es necesario volver a preguntarse hasta cuándo durará el régimen socialista. La elevada inflación pulveriza los salarios y la falta de combustible afecta no solo al transporte, sino también a la producción de energía eléctrica.

La obsolescencia de los equipos de generación y el déficit de repuestos también potencia su desabastecimiento. Teniendo en cuenta la falta de alimentos y medicinas, los problemas con el agua potable, las carencias en educación y salud y la emigración de más de 700.000 cubanos es comprensible que la percepción de fin de ciclo se magnifique.

El empecinamiento de la vieja guardia en aferrarse a la ortodoxia revolucionaria frena las reformas políticas y económicas necesarias para salir de la crisis.

Cualquier mínima apertura, cualquier paso que implique consolidar a los actores económicos no estatales, por no hablar de empoderar a los ciudadanos con derechos políticos y facilidades para participar libremente en la vida pública, individual o colectivamente, es visto con temor desde la cúpula.

La obstinación del gobierno en no avanzar por la senda del deshielo facilitado por la reforma de Obama o la puesta en vigor en 2019 de una nueva Constitución, que decretaba el carácter imperecedero del socialismo, muestran cuán difícil es iniciar desde dentro un proceso de cambio que evite el estallido súbito del sistema. Por supuesto, el relato revolucionario sigue remitiendo a los efectos destructores y retardatarios del bloqueo.

Mientras Fidel y Raúl Castro estuvieron al mando, la mística del 26 de julio operaba como un parapeto frente al descontento político y social. ¿Qué pasará cuando Raúl Castro desaparezca definitivamente de la escena pública?

¿Se mantendrá la deferencia social con el gobierno, tan propia de la sociedad cubana o se repetirán, agravadas, las protestas anti – gubernamentales del 11 de julio de 2021? ¿De ocurrir algo así, qué harán los oficiales y suboficiales de la Fuerza Armada Revolucionaria (FAR) y de la policía, también golpeados por la crisis? ¿Agudizarán la represión o se sumarán a las protestas?

Por si todo esto fuera poco, el país está en bancarrota, con las remesas y el turismo por los suelos. El azúcar, un símbolo tradicional de Cuba y de su identidad, hoy debe ser importada ante una producción insuficiente. La concentración de la economía y de las finanzas en manos de GAESA, el holding empresarial controlado por contados miembros del establishment revolucionario, especialmente vinculados a la familia Castro, complica la gestión de la crisis.

El holding, dirigido por el general Luis Alberto Rodríguez López – Calleja, ex yerno de Raúl Castro, hasta su muerte en 2022, aún no tiene un claro sucesor. Entre 2008 y 2022, de los 108.500 millones de dólares generados por la exportación de servicios médicos, GAESA sólo invirtió en salud 1.750 millones y 24.000 millones fueron a la construcción hotelera. Si bien GAESA se embolsó casi 70.000 millones de dólares, su destino sigue siendo un misterio.

El declive del régimen castrista se acelera. Todo indica que entramos en tiempo de descuento, que el tiempo de las reformas se ha agotado o está en vías de hacerlo, sin contar con la inexistente voluntad transformadora de los altos cargos del gobierno, de las FAR y del Partido Comunista.

No está claro si el régimen sobrevivirá a esta compleja coyuntura, y, en el caso de hacerlo, cómo será el proceso. Lo que sí se intuye es que, de persistir este empecinamiento, sumado a la mala gestión de la crisis, el estallido de una gran protesta social es bastante probable. 

Carlos Malamud es Catedrático de Historia de América de la UNED, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano, España.


domingo, 10 de março de 2024

Los planes que tiene Putin para Ucrania, en un mapa: un paisito con Kiev como capital - Martin Idafe (Clarin)

Los planes que tiene Putin para Ucrania, en un mapa: un paisito con Kiev como capital

 

Territorio ucraniano

UCRANIA POSTGUERRA

Anexado por Rusia

Anexado por Polonia

Anexado por Hungría

Anexado por Rumania


El presidente ruso Vladimir Putin justificó hace dos años el ataque militar de su país a Ucrania diciendo que sus vecinos preparaban una agresión armada contra Rusia y negó al inicio de la guerra que Moscú tuviera tentaciones expansionistas. Se limitaba a decir, al principio del ataque, que su país exigía cosas como una supuesta “desnazificación” de Ucrania, un país con un presidente judío y nieto de judíos que lucharon contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial y en el que la presencia parlamentaria de la extrema derecha es de las menores de Europa.

La diplomacia occidental y sobre todo los gobiernos de Europa del Este siempre han corregido a Putin para decir que lo que busca el autócrata del Kremlin es expandir Rusia para que ocupe las partes de Europa oriental que un día ocuparon la Rusia zarista o la Unión Soviética. Acusan así a Moscú de buscar la desaparición de Ucrania y más cambios en las fronteras, lo que daría paso a años de inestabilidad y guerras, incluyendo un conflicto con la OTAN.

segunda-feira, 13 de junho de 2022

Putin vai para a escalada atômica? Cosi è, si vi pare… - Natasha Niebieskikwiat (Clarin)

 *

 

Clarín, Buenos Aires – 13.6.2022

Cumbre de las Américas

Biden alertó que el conflicto en Ucrania podría terminar en una Tercera Guerra Mundial

Sostuvo que, según información clasificada, Putin estaría dispuesto a utilizar misiles atómicos, lo que obligaría a Estados Unidos a entrar en acción militar directa.

Natasha Niebieskikwiat

 

Los presidentes que asistieron a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles tenían muchos reproches que hacerle evidentemente a Joe Biden que, en tren de que no fracasara la cumbre, escuchó como pocas veces ocurre, las críticas de la región en su propia casa. Pero Biden está también como todos los mandatarios enfocado en sus urgencias.

Este viernes, la delegación argentina escuchó del Presidente de los Estados Unidos algo con mucha preocupación. Que de información clasificada que no podía compartir surgía evidencia de que la guerra en Ucrania podría terminar en una Tercera Guerra Mundial.

Se le escuchó decir en ese tren que Putin estaría dispuesto a utilizar armas tácticas, misiles atómicos, lo que obligaría a Estados Unidos a entrar en acción militar más de lo que ya lo hace por Ucrania.

En el plano interno, la inflación, las desigualdades en su país, la violencia inusitadas por la tenencia libre de armas, y las próximas legislativas donde los demócratas pueden perder en manos de los republicanos tanto la Cámara de Representantes como el Senado.

En el plano externo la guerra con Ucrania, que Alberto Fernández ahora define ampliamente como "invasión" al tiempo que se declara "macronista" en eso de que "no hay que humillar a Rusia" y que hay que ir al dialogo con Moscú.

Otro hecho importante de este viaje para Fernández es su primer diálogo con Jair Bolsonaro. Fue de pie a un lado del salón y los argentinos alardeaban de que fue un movimiento que buscó el presidente brasileño para "molestar" a Lula en medio de la campaña electoral que se definirá en octubre. Aun así hablaron de cuestiones importantes.

Una de ellas es la cuestión del futuro y la producción de alimentos y el potencial energético de los países del sur. También se habló de una idea de los mexicanos de crear una organización de países productores de minerales (la "OPEP del litio" la bautizaron emulando a la organización de paises productores de petróleo) que incluya a la Argentina, a Brasil, a Bolivia, Mexico y Paraguay.

La vicepresidenta lo había escuchado, pero por partes. Ahora quería leerlo completo. Después, hay distintas versiones. Una que le gustó mucho. Otra que quería a examinarlo de “pe a pa”.

Ese jueves ante los jefes de Estado presentes, Alberto Fernández había interpelado a Biden por no haber invitado a Cuba, Venezuela y Nicaragua, condenó los bloqueos a cubanos y venezolanos que fueron impuestos por Washington desde hace décadas. Embistió contra las autoridades del BID y las de la OEA, a las que siempre consideró “instrumentos” de Donald Trump. Reclamó que las destituyeran y como si fuera música para los oídos de Cristina y La Cámpora acusó a Trump de ayudara a Mauricio Macri a obtener un millonario crédito del FMI.

En la nutrida comitiva argentina (Sergio Massa, Jorge Argüello, Santiago Cafiero, Gustavo Béliz, Carla Vizzotti, Juan Manuel Olmos, Vilma Ibarra, Eduardo Valdés, Julio Vitobello, Cecilia Nicolini, entre otros) evaluaban una viaje "muy positivo".

Ya de regreso a Buenos Aires este último sábado, Fernández encara un país igual al que dejó el martes a la noche cuando voló a Estados Unidos. 

Y a su vez encara otros problemas que resonaron en su oídos en Los Angeles. Uno de ellos es la tormenta financiera que vivió el mercado esta semana con una muy pronunciada baja de los bonos argentinos. Massa, el otro protagonista de este viaje a Washington, le marcó al Presidente que se trata de un tema preocupante.

Massa viajó como invitado especial tras su enojo por el nombramiento de Daniel Scioli en reemplazo de Matias Kulfas en Desarrollo Productivo. El Presidente lo llevó de viaje. No se separó de él y lo consultó a toda hora. Aunque no da señales de querer un recambio en el Gobierno como le viene sugiriendo el presidente de la Cámara de Diputados, allí hay que leer un doble mensaje de Fernandez.  

 

Fernández está convencido de que le fue “muy bien” en la Cumbre de las Américas porque recibió el apoyo de la mayoría de mandatarios de la CELAC y que sus palabras, que no apuntaron a Biden sino al "sistema" fueron comprendidas en Washington. "Fue muy generoso conmigo" dijo el viernes en reportaje con Clarin y otros medios. 

Para el caso, cuentan en su entorno que en el privadísimo almuerzo del viernes, al que solo lo acompañó Massa porque era un formato de Presidente + 1, Biden habría dado una suerte de explicación ante una Latinoamérica y el Caribe que sigue pidiendo lo mismo de siempre a Estados Unidos: más atención. El estadounidense habría dicho que en tren de ir al socorro de los países asiáticos por el factor de China y de los europeos por Rusia, terminaban descuidando a su propia región.

En ese sentido Fernandez se autopercibe como un presidente con una mirada “global”, que reclama más atención “del norte al sur” con una propuesta de desarrollo e igualitarista, que le ofrece al mundo el potencial argentino en alimentos, minero y energético. Con lo cual el sábado se lo escuchaba decir que eso era lo "verdaderamente importante y no cuántas veces hablo con Cristina”.

Tan satisfecho estaba el Presidente con su propio desempeño que en su reunión con el gobernador de California, Gavin Newsom, lo invitó a integrar el Grupo de Pueblo, esa alianza de dirigentes y ex presidentes de la izquierda latinoamericana. Newsom es conocido por sus apoyo a los inmigrantes y a la legalización del cannabis en su Estado. Y por su oposición a las leyes de otros estados restrictivas para el aborto. 

Ese sensación de triunfo -mucho de lo que se debe tambien a que trabajó de verdad su discurso y obedeció al asesoramiento de los propios sin improvisar- lo blinda en su interna, habrá que ver por cuánto tiempo. Por empezar, dio la orden de que se cree un area especial que siga la obra licitación para la obra del gasoducto Néstor Kirchner, bajo la órbita del ministro de Economía, Martín Guzmán. Se trata del proyecto que cuestionó Kulfas, y que está bajo dominio de Cristina y La Cámpora.

Este viernes,en un reportaje con la agencia EFE el principal asesor para Latinoamérica de la Casa Blanca, Juan González, le concedió otro triunfo a Fernandez. Dijo que “definitivamente” asistirla a una Cumbre de las Americas futura en la que estén invitados Cuba, Venezuela y Nicaragua. Por pedido de Andrés Manuel Lopez Obrador y Nicolas Maduro, Fernández encarnó la voz de los excluidos. Y como le pidió el venezolano, invitó a Biden a la CELAC. Es dificil igual proyectar que los demócratas sigan en la Casa Blanca dentro de tres o cuatro años cuando tenga lugar la próxima cumbre.  

Pero al mismo tiempo Gonzalez marcó la cancha en un terreno en que a veces difieren y a veces no republicanos y demócratas. “Estados Unidos siempre está dispuesto a dialogar", empezó diciendo a EFE. "La comunidad de democracias de la región estamos reunidos aquí, cubiertos por la prensa de una forma transparente, debatiendo estos temas, como debería ser; y es algo que la comunidad cubana, venezolana y de Nicaragua, son derechos que ellos no disfrutan" dijo. Y señaló "en las conversaciones, incluso en el retiro de líderes, sí se habló un poco de Cuba. Nadie habló de Nicaragua. Pero muy rápidamente el enfoque se centraba en qué podemos hacer juntos para responder a los retos".

Entre tanto, sobre el final del viaje Alberto F. se quiso dar un gusto. Retrasó más de dos horas la partida del charter de Aerolíneas Argentinas en el que viajaba la delegación nacional de regreso a Buenos Aires para ir a comer con el músico Gustavo Santaolalla, su amigo. Fueron a comer con sus parejas a un restaurante llamado Capitol Grille, a la vuelta del hotel.

quarta-feira, 16 de fevereiro de 2022

Argentina: índice de pobreza em constante aumento nos últimos 40 anos, agora chegando perto do Brasil - Ricardo Esteves (Clarin)

Será que os argentinos já se conformaram com a sua decadência? Eles têm muito a nos ensinar...

Entre el abismo y la esperanza

En los primeros doce años de kirchnerismo no solo se “fumaron” toda la bonanza que prodigó la década de oro de los precios de las materias primas, sino que le dejaron al país una pesadísima y nefasta herencia difícil de revertir.

Ricardo Esteves

 Clarín, Buenos Aires – 16/02/2022

 

El indicador más relevante para medir el desempeño de un país en vías de desarrollo como es el caso de la República Argentina es el índice de pobreza. Bien se puede decir que el país viene arrastrando desde hace varias décadas un nivel de pobreza estructural levemente superior al 30% (aunque en el presente ha superado el 40%).¿Cómo se logran revertir estos funestos índices? La única forma es a través de la inversión y el empleo. Sin inversión y sin empleo será imposible reducir la pobreza.

Si bien inversión hay hasta en las circunstancias más adversas, se requieren tasas más elevadas para modificar el actual cuadro social. ¿Qué necesita la inversión para ser estimulada? Muchos factores coadyuvan, sin embargo hay dos dimensiones que son fundamentales: condiciones de rentabilidad (presión impositiva, estabilidad monetaria y libertad cambiaria son requisitos imprescindibles, aunque no los únicos) y clima favorable, donde la seguridad jurídica y el mantenimiento de las reglas de juego desempeñan un rol central.

Visto desde esta perspectiva, es un largo y arduo camino que le resta a la Argentina por andar. Sin mejoras sustanciales en estos dos planos el país no podrá reducir su pobreza estructural.

Se trata de objetivos que se alcanzan luego de disciplinados procesos. Para colmo, el sistema político y el cronograma electoral no ayudan. El clima favorable a la inversión requiere de la continuidad de las políticas más allá de un mandato gubernamental. Y mucho mejor aun si la continuidad se da entre partidos de distinto signo político, como sucedió en Brasil, Chile o Uruguay, países que a diferencia de Argentina lograron mejoras contundentes en el campo social.

La estabilidad monetaria -desterrar la inflación- y un nivel impositivo adecuado no se logran de un día para el otro, sino que son el fruto de una senda de sacrificios y autocontrol. Por tanto, no se percibirá una reacción contundente de la inversión hasta que esos objetivos se encuentren plenamente afianzados.

La reacción de los inversores será paulatina, y no por el solo hecho de que se opte por el camino apropiado. Quien volcará su dinero en un proyecto de inversión debe saber que al final del proceso habrá un beneficio, y no que su capital va a parar al fisco vía impuestos o se licuará en la volatilidad de la inflación o el tipo de cambio.

El gran problema de asumir esta ruta, la genuina ruta de la reducción de la pobreza y el desarrollo, es que quien la tome corre el riesgo de trabajar para perder las siguientes elecciones, ya que será un trayecto de austeridad y privaciones sin percibir los beneficios que conlleva alcanzar las metas.

Tendrá que ir convenciendo a la sociedad en base a su palabra y contra la constante cantinela irresponsable del populismo y la acción desestabilizadora de su aguerrida militancia. En ese trance, será muy importante la concepción que tenga la sociedad de nuestra historia reciente.

Por de pronto, que entienda que los primeros doce años de kirchnerismo no solo se “fumaron” toda la bonanza que prodigó la década de oro de los precios de las materias primas, sino que le dejaron al país una pesadísima y nefasta herencia difícil de revertir.

Por muy poco o muy malo que pueda haber hecho la gestión de Macri, es poco relevante en relación a la bomba que recibió. Si bien posiblemente los medios académicos y profesionales independientes sean conscientes de estas realidades y de los mecanismos que conducen al desarrollo, la pasividad de la oposición en esta materia, y sobre todo la propaganda masiva que ha implementado esta nueva versión de kirchnerismo para adosarle el rotundo fracaso de sus doce iniciales años de gobierno a la transitoria administración de Macri impregnen a la sociedad de esa gran falacia.

Ese falso relato puede calar en la gran masa de votantes -y no solo en la clientela natural del kirchnerismo- y condicionar el destino del país. Por otro lado, ¿quién le explica a la sociedad como es el proceso de inversión y como impacta en su bienestar? Y que fomentarla no consiste en “regalarle plata a los ricos” con medidas que la tornen atractiva, sino que implica incentivar a quien tiene capital a que lo convierta en un emprendimiento con empleos genuinos.

Se habla, sí, de la inversión, pero para el hombre común no deja de ser un término abstracto. Hecha esta reseña, no habría mucho margen para el optimismo. Sin embargo, es altamente probable que la Argentina sea nuevamente bendecida, aunque no con la intensidad del ciclo anterior, con otro período de precios favorables en los productos de exportación -y no solo de las materias primas-.

Por lo tanto, sería muy importante que esas condiciones si se concretaran, se aprovechen para sentar las bases para un crecimiento basado en la inversión y el empleo, y no sean dilapidadas solo en consumo como tristemente sucedió con el ciclo anterior.

¿Cuáles son las opciones hoy de la Argentina? ¿Seguir arrastrándonos con el actual modelo tratando que la pobreza no supere el 50%? ¿Encarar el camino de la estabilidad la inversión y el empleo? ¿O promover el caos y la descomposición social en todos los órdenes para concretar ese proyecto hegemónico que anhela un sector minoritario del país?

 

Ricardo Esteves es empresario y Licenciado en Ciencia Política.

quinta-feira, 26 de agosto de 2021

Como liquidar com os capitalistas nacionais, na Argentina… - Ricardo Esteves (Clarin)

 Clarín, Buenos Aires – 26.8.2021

La decapitación del empresariado

En tiempos feudales el tributo se concebía como una parte de la cosecha, pero nunca toda la cosecha.

Ricardo Esteves

 

Comienzan a escucharse nuevamente expresiones propiciando la prórroga de las abusivas tasas de Bienes Personales o la implantación de un nuevo impuesto a la riqueza, ambos hechos tributarios que han provocado un daño irreparable al país: la perdida de buena parte del empresariado nacional.

Como si los empresarios argentinos no hubieran padecido las consecuencias negativas de la pandemia al igual que otros sectores del país, o como si operaran en campo propicio y no en arenas movedizas, lo que es tener que producir con alta inflación, con uno de los niveles impositivos más asfixiantes del mundo, o expuestos a la extorsión sindical -empresas que son bloqueadas mientras el poder mira para otro lado-, para que encima de eso tuvieran que padecer los zarpazos de la suba de la alícuota en Bienes Personales y el impuesto a la riqueza aplicados desde finales del 2020 a la fecha.

Esas dos movidas implicaron la decapitación de buena parte de lo más representativo del empresariado nacional, que emigró, y que contrarresta los efectos recaudatorios en un país con tanto despilfarro público.

Llama la atención la saña con que se actuó sobre los patrimonios atesorados en el exterior, que es la forma en que los argentinos buscan proteger su capital de los cíclicos saqueos que se producen en el país,como sucedió al inicio del gobierno de Menem con el Plan Bonex (canje compulsivo de los depósitos bancarios en pesos por bonos a largo plazo), o en el 2002, cuando los que tenían depositados dólares en los bancos recibieron pesos.

En general, la esencia de un sistema impositivo es que debe afectar a una parte de la renta de las personas o las empresas, pero no a toda su renta -¿para qué producir entonces si el Estado se queda con todo?-.

Mucho menos si el impuesto incauta toda la renta y parte del patrimonio, como sucedió con la alícuota de Bienes Personales, que superó la tasa que pagaban los bancos internacionales en el exterior a los depósitos en dólares.

En tiempos feudales el tributo se concebía como una parte de la cosecha, pero nunca toda la cosecha, y muchísimo menos aspiraba a quedarse con parte de las herramientas o la vivienda de los agricultores. Hubiera significado romper el equilibrio productivo.

El sistema impositivo argentino es un engendro que ha ido acumulando gravámenes absurdos, promulgados por única vez y que han quedado enquistados en el sistema, como el impuesto al cheque o las retenciones o el referido Bienes Personales, implantado como excepción por un año y luego prorrogado.

Este gravamen no debería existir estando ya Ganancias: o se gravan las utilidades o el capital, nunca ambos.

Si bien las tasas a que se han aplicado estos nuevos impuestos pueden parecer no elevadas, al computarse sobre los activos (o sea, sobre todos los bienes) y no sobre el patrimonio (los activos menos las deudas) en muchísimos casos resultaron confiscatorios y provocaron la estampida migratoria de destacados empresarios de los más variados rubros. A su vez, estos grandes contribuyentes del fisco argentino no solamente dejan de tributar al erario nacional, sino que dejarán de invertir, de emplear, de consumir y de soñar en la Argentina. Fue la ventaja circunstancial de un año -el de la recaudación de los impuestos- contra un daño permanente.

¿Qué negocio hizo la Argentina al forzar la salida de Galperin y tantos otros emprendedores jóvenes y talentosos que podrían haber seguido generando iniciativas en el país? Cuando más que nunca son necesarias la inversión y el empleo, saltan voces a la palestra que intentan volver a aplicar esos funestos gravámenes contra el único sector que puede sacar al país del estancamiento.

Daría la impresión que estamos ante un acto supremo de mezquindad, para que un miembro del gobierno pueda “zafar” de una situación judicial complicada y asegurarse luego que no haya un cambio de autoridades que pueda modificar el “salvoconducto” que hubiera alcanzado. Para evitarlo y garantizarse la sucesión a perpetuidad, se pretendería llevar a la Argentina hacia un modelo hegemónico del tipo venezolano, con la colosal destrucción de valor y recursos productivos y aumento de la pobreza que un régimen de esas características provocaría.

Resulta inexplicable que el peronismo tradicional acompañe semejante plan demencial. En aras a ese objetivo se inscribe el desquicio de las cuentas públicas tras el reparto de planes y subsidios por doquier, las alianzas internacionales que nada tienen que ver con los intereses del país y el resucitar de una ideología obsoleta para enmascarar y darle sentido épico a esa macabra jugada.

Para consumar ese plan es necesario decapitar al empresariado nacional como un pre-requisito. En ese siniestro proyecto se inscriben esas embestidas impositivas como el aumento de las tasas en Bienes Personales y el impuesto a la riqueza. Y así los que se queden estarán sumisos al servicio del poder. Mientras, resuena el hipócrita discurso exhortando al empresariado a que invierta en el país cuando en simultaneo se lo está decapitando.