O que é este blog?

Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida.

segunda-feira, 28 de outubro de 2024

China-Rússia: armas e diplomacia - Adbeel Barbosa Lucio (Observatorio de Politica China)

 Apenas transcrevendo: uma história incompleta das relações militares Rússia (ex-URSS) e RPC, desde o surgimento desta, em 1949, esquecendo tudo o que ocorreu pelo meio, inclusive guerra de frinteira e rompimento de relações politicas. Só se reaproximaram por erros do imperialismo americano em sua hegemonia já contestada pelos dois impérios ex-comunistas.

O titulo deveria ser mais armas que diplomacia. (PRA)


China-Rusia: armas y diplomaciaAdbeel Barbosa Lucio, analista independiente

In AnálisisSeguridad y defensa by Director OPCh


Conmemorando el 75° aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Rusia y China, se han llevado a cabo diferentes reuniones gubernamentales a lo largo de este año, con una amplia agenda en las diferentes áreas de cooperación entre estas dos naciones, este mes tuvo turno el campo militar.

El ministro de defensa ruso, Andrei Belousov acompañado de los integrantes del departamento militar, llegó a Beijing el pasado lunes 14 de octubre del año en curso, donde fue recibido por su homólogo el almirante Dong Jun, junto con una escolta de honor y una orquesta para celebrar una ceremonia de bienvenida.

Anterior a esto, el Ministerio de Defensa Ruso comunicó en la red social Telegram que “el ministro depositó una ofrenda floral en el Monumento a los Héroes del Pueblo en la Plaza de Tiananmen” (Ministerio de Defensa Ruso, 2024), este monumento de 37,94 metros está ubicado al norte del Mausoleo de Mao Zedong y fue construida en honor a las víctimas de la lucha revolucionaria en los siglos XIX y XX.

Andrei Belousov, nacido en 1959 y egresado de la Universidad Estatal de Moscú en la carrera de economía, fue nombrado ministro de Defensa el 12 de mayo de 2024, luego de doce años en donde Serghei Shoiugu estuvo al frente de la Defensa Rusa. Algo que sorprendió al mundo pues ¿cómo un economista podría ser el nuevo ministro de defensa en medio de la situación en Ucrania?

Desde el 2000 hasta la actualidad, el nuevo ministro ha trabajado en 7 puestos para el gobierno ruso entre los que destaca “Asistente Presidencial” de 2013 a 2020, cargo que le permitió trabajar con el presidente Vladimir Putin; ¿podrá ser esta la razón para darle el cargo?

Posterior a la ceremonia, se abrió un diálogo con el Almirante Dong Jun, quien llegó a la cabeza del Ministerio de Defensa chino en octubre de 2023; anteriormente fue comandante de la armada china desde 2021, gracias a esto alcanzó el rango de Shangjiang (almirante) y su formación comenzó en la Academia Naval de Dalian a los 17 años, esta academia fue creada en 1949; la primera de su tipo.

En el comunicado oficial del Ministerio de Defensa Nacional de la República Popular China, Jung le compartió estas palabras al representante del país más grande del mundo: “Los dos ejércitos deben seguir profundizando la coordinación estratégica, mejorar la calidad y la eficacia de la cooperación, impulsar el desarrollo de las relaciones entre militares, salvaguardar firmemente los intereses comunes de los dos países y trabajar juntos para mantener la estabilidad estratégica global.”

Para finalizar esta reunión, Belousov contestó a su homólogo que “Rusia está dispuesta a trabajar con China para seguir llevando a cabo una cooperación estrecha y eficiente, enfrentar conjuntamente los desafíos de seguridad e impulsar las relaciones militares bilaterales a un nuevo nivel.” (Ministerio de Defensa Nacional de la República Popular China, 2024)

Esta reunión muestra un avance significativo en el crecimiento de esta alianza e intentan ser un contrapeso a la postura militar estadounidense relacionada a Ucrania y Taiwán. Pero esta visita no es el único hecho que respalda la iniciativa de Putin y Xi en fomentar la cooperación militar de alto nivel; un día antes de la visita del ministro ruso, en el océano pacifico las dos armadas de estos países realizaron un entrenamiento conjunto.

El domingo 13 de octubre del 2024, “Varios buques de guerra de Rusia y China han llevado a cabo ejercicios de tiro con fuego real en el océano Pacífico como parte de los entrenamientos en lucha antisubmarina y defensa antiaérea”, informó el medio RT, citando al Ministerio de Defensa del país euroasiático. (Rusia Y China Realizan Ejercicios Navales Con Fuego Real En El Pacífico (VIDEO), 2024)

Ambos países mostraron su potencial naval al mandar buques como el Navío Antisubmarino ruso “Almirante Pantelyev”, el cuál alberga diferentes misiles antisubmarinos y puede transportar dos helicópteros KA-27, utilizados en la actual guerra con Ucrania. Por su parte, la armada china envió el Destructor Xining (117) puesto en servicio en 2017 y diseñado para albergar un sistema destructor de misiles guiados con un gran rendimiento en sigilo.

En la misma noticia RT mencionó que “un grupo de buques realizó la detección de un submarino ‘enemigo’ y se le dio seguimiento en una zona del noroeste del Pacífico. Para neutralizar el sumergible, las tripulaciones rusas emplearon lanzacohetes RBU-6000.»

Ver navegar a esta clase de navíos, escoltados por otras fragatas, buques de menor tamaño y cruceros, todos con armamento y objetivos en batalla diferentes; deja claro que la alianza militar está en una muy buena etapa.

Este ejercicio conjunto no es el único en lo que va del año, el pasado mes de septiembre se llevaron a cabo tres grandes ejercicios militares en diferentes partes de los mares y océanos del mundo, los que llevaron por nombre “Ocean-2024”, “Northern/Interaction 2024” y “Beibu-Interaction 2024”.

Ambos países protagonizan dos importantes conflictos, por un lado, está la ocupación rusa en territorio ucraniano y por el otro la defensa por parte de China de que la isla de Taiwán es parte de su territorio.

La estrategia de estos aliados es fortalecer al máximo sus áreas de cooperación, además de impulsar el grupo BRICS y la OCS, la reunión de los ministros y la variedad de ejercicios navales conjuntos es ejemplo de esto, ahora la pregunta es ¿se preparan para algo más?

 

Referencias

-Ministerio de Defensa Nacional de la República Popular China. (2024, Octubre 14). El ministro de Defensa chino se reúne con su homólogo ruso en Pekín. Sitio web del Ministerio de Defensa China. Retrieved Octubre 16, 2024, from http://eng.mod.gov.cn/xb/News_213114/TopStories/16345363.html

-Ministerio de Defensa Ruso. (2024, Octubre 14). El Ministro de Defensa ruso llegó a China en visita oficial. Sitio Oficial en Telegram del Ministerio de Defensa de Rusia. Retrieved octubre 15, 2024, from https://t.me/mod_russia/44482

-Rusia y China realizan ejercicios navales con fuego real en el Pacífico (VIDEO). (2024, October 14). Actualidad RT. Retrieved October 17, 2024, from https://actualidad.rt.com/actualidad/526422-rusia-china-tiro-pacifico-ejercicio.


O jornalismo como história da política externa brasileira - Paulo Roberto de Almeida (Correio Braziliense)

 O jornalismo como história da política externa brasileira

Paulo Roberto de Almeida

Correio Braziliense, 28/10/2024

Resenha do livro:

Maria Helena Tachinardi

Politica Externa e Jornalismo

São Paulo: Contexto, 2024


Os primeiros historiadores são os jornalistas, antigamente chamados de cronistas dos eventos correntes ou de memorialistas do cotidiano. Não importa muito o nome; se não fosse por eles, não teríamos outra história que não aquela feita nos gabinetes de Estado, nos atos da imprensa governamental, reportando a atividade dos donos do poder e suas interpretações exclusivas. Sem eles, a história se resumiria a um longo desfilar de relatos oficiais.

Na política externa, sobretudo, a atividade jornalística é fundamental, uma vez que relações exteriores são conduzidas basicamente pelos governos, em nome do seus Estados. Em meus exercícios de historiador da diplomacia brasileira, além de recorrer ao exame dos documentos oficiais, sempre apelei aos relatos dos fatos correntes feitos por jornalistas brasileiros e estrangeiros. Mas esse tipo de material sempre foi mais abundante nas questões de política interna ou de economia, do que na informação e discussão dos fatos relativos à política externa. No plano interno, Carlos Castelo Branco talvez tenha sido o mais importante cronista da política brasileira, mas faltava alguém na área da política externa que pudesse competir com o seu padrão. Agora não falta mais: Maria Helena Tachinardi acaba de ocupar com maestria, e constância, um espaço que poucos jornalistas brasileiros souberam até aqui preencher: o relato circunstanciado, meticuloso, bem-informado, mas também opinativo, sobre mais de três décadas de política externa brasileira, um ver- dadeiro manancial de relatos objetivos que constituem um aporte decisivo a todos os historiadores que necessitam reconstruir os passos de nossa diplomacia desde os anos 1970 até nossa própria época.

Entre fevereiro de 1974, data de sua primeira matéria, e junho de 2015, o último artigo catalogado no anexo do livro Política externa e jornalismo, foram 305 reportagens no total, selecionadas dentre milhares de outras, geralmente veiculadas na Gazeta Mercantil, entre 1980 e 2003, incluindo sua fase como correspondente em Washington, de 1996 a 1988. O núcleo do livro está organizado por governos e décadas, começando pela Guerra Fria, ainda nos anos 1980, que compreende também a nossa “década perdida”, seguida pela globalização, nos anos 1990, logo agitada pelas manifestações antiglobalizadoras, até adentrar nos anos problemáticos da “guerra ao terror”, nos anos 2000, que também testemunharam os primeiros desajustes nas relações internacionais, com novas tensões surgindo no horizonte.

Mas, antes de percorrer todas essas décadas e governos, com base nas três centenas de trabalhos que redigiu ao longo de reportagens, viagens e estágios no exterior, ela oferece em três dezenas de páginas introdutórias os seus Princípios de política externa nas reportagens, com as ênfases sucessivas e as definições fundamentais dessa política: “soberania, autodeterminação, realismo, pragmatismo, autonomia e não intervenção” (página 33), que são também os eixos diretrizes com os quais sempre trabalhou a diplomacia brasileira. Para isso, ela se valeu não só de investigações e estudos próprios, bem como de ensaios acadêmicos e de declarações de diplomatas — entre eles, os embaixadores Rubens Barbosa (que assina o prefácio) e Fernando de Mello Barreto, que ofereceu uma orelha.

Acompanhei alguns atos de “fabricação” dessas matérias, sobretudo ao longo das negociações comerciais multilaterais da Rodada Uruguai, da difícil construção do Mercosul e dos embates da Alca. Maria Helena interrogou pacientemente diplomatas, empresários, autoridades estrangeiras e glosou notícias que vinham do mundo todo, em coberturas sempre certeiras. O resultado é uma historiografia da política externa brasileira, assim como da evolução do sistema internacional, nas décadas mais intensas da reinserção mundial do Brasil, desde o período final da ditadura militar até o capítulo conclusivo, que remete à guerra de agressão da Rússia contra a Ucrânia e ao primeiro ano de Lula III.

As notas, ao final, complementam a informação sobre alguns episódios e fornecem alguma bibliografia. A obra termina por onde começou, ao citar Gabriel Garcia Marques, que relatou sua “paixão insaciável” pela “melhor profissão do mundo”. Maria Helena possui essa paixão, e conseguiu convertê-la num livro essencial aos historiadores do passado, assim como aos diplomatas do futuro.


A Georgia firmemente nos braços de Putin - Bloomberg’s Balance of Power

 Não creio que a oposição pró-Europa consiga reverter mais uma eleição fraudada em favor da Rússia na Georfia, que já sofreu intervenção armada direta em 2008.


Welcome to Balance of Power, bringing you the latest in global politics. If you haven’t yet, sign up here.

In November 2003, protests over disputed parliamentary elections in Georgia spiraled into the pro-Western Rose Revolution. Today may show whether the pendulum is swinging back.

After denouncing weekend elections won by the ruling party as rigged, Georgian President Salome Zourabichvili, whose powers are largely ceremonial, has called for protests to safeguard the country’s “European future.” She termed the election a “Russian special operation” to restore control over the country.

The Georgian Dream party, in power for 12 years, drew intense recent criticism for passing a “foreign agent” law that the US and the European Union said emulated one Russian President Vladimir Putin used to crush democratic dissent.

A demonstration against the “foreign influence” law in Tbilisi on April 16. Photographer: Vano Shlamov/AFP/Getty Images

Georgia has sought EU and NATO membership since the 2003 revolt, which was followed by pro-democracy “color revolutions” in other former Soviet republics including Ukraine. Moldova’s 2009 “Twitter” revolution was also sparked by disputed parliamentary elections.

Putin was convinced the US and its EU allies were ousting Kremlin-friendly regimes to tilt Moscow’s former satellites toward the West.

Now he’s fighting a war to subjugate Ukraine. Moldova’s pro-European President Maia Sandu faces a challenging election runoff against a Moscow-backed opponent on Sunday.

Georgian Dream has drawn closer to Moscow even as it says it’s still committed to EU integration. Hungarian Prime Minister Viktor Orban, widely seen as Russia’s closest ally in the EU, congratulated the party on winning only minutes after voting closed and may visit Georgia as soon as today.

Brussels suspended membership talks over the “foreign agent” law and Washington is reviewing relations with Georgia. After the Rose Revolution, they bet on Georgia as a vital gateway for energy and trade routes between Europe and Asia that bypass Russia.

Today’s protests will show the strength of popular will to defend Georgia’s pro-Western path — or whether Putin has successfully played the long game to restore Russia’s influence.

O BRIC e a economia mundial (2006) - Paulo Roberto de Almeida

Arquivo consolidado, segundo os materiais descritos abaixo: 

O BRIC e a economia mundial (2006)

Paulo Roberto de Almeida

Material consolidado em arquivo unificado, colocado na plataforma Academia.edu (28/10/2024; link: https://www.academia.edu/125094438/1686_O_BRIC_e_a_economia_mundial_2006_livro_de_2022_)

 

Introdução: transcrevo abaixo alguns materiais iniciais que escrevi sobre o BRIC-BRICS, antes que ele se tornasse um “sucesso de publicidade enganosa”, materiais que não foram incorporados a este meu livro:

A grande ilusão do Brics e o universo paralelo da diplomacia brasileira

 (Brasília: Diplomatizzando, 2022; ISBN: 978-65-00-46587-7; ASIN: B0B3WC59F4; disponível no link da Amazon.com: https://www.amazon.com/grande-ilus%C3%A3o-Brics-diplomacia-brasileira-ebook/dp/B0B3WC59F4/ref=sr11?keywords=A+grande+ilus%C3%A3o+do+Brics+e+o+universo+paralelo+da+diplomacia+brasileira&qid=1656513882&sr=8-1).

Apresentação no blog Diplomatizzando (11/06/2022; link: https://diplomatizzando.blogspot.com/2022/06/meu-proximo-kindle-sobre-miragem-dos.html). Publicado em 12/06/2022 Brasília: Diplomatizzando, 2022; ISBN: 978-65-00-46587-7; ASIN: B0B3WC59F4.

Sumário, prefácio e apresentação geral, no blog Diplomatizzando (1/02/2024; link:

https://diplomatizzando.blogspot.com/2024/02/brics-minha-opiniao-sobre-o-grupo-em.html

Elaborei igualmente um posfácio, em função da conjuntura pós-guerra de agressão da Rússia contra a Ucrânia:

“O Brics depois da guerra de agressão da Rússia contra a Ucrânia”, Brasília, 9 junho 2022, 6 p.

 

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Abaixo uma entrevista que eu dei para o jornalista Lourival Sant'Anna do jornal O Estado de São Paulo em novembro de 2006, quando ainda não se cogitava de se ter um BRIC diplomático, ou pelo menos quando ainda não existiam movimentações nesse sentido, mas quando, tanto Lavrov quanto Celso Amorim, já trabalhavam nesse sentido (e eu desconhecia esses encontros até então reservados).

O Estadão fez um editorial em cima dessa entrevista logo depois, o que deixou o chanceler Celso Amorim especialmente furioso comigo.

Encontrando-o no final do ano ocasionalmente, disse que estava voltando ao MRE para trabalhar sob sua gestão. Ele apenas me disse secamente:

"– É, mas a sua entrevista ao Estadão não lhe ajudou em nada."

Virou as costas e saiu. Nunca mais falei com ele.

Paulo Roberto de Almeida

 

A ficha do trabalho e dos artigos anexos:

1686. “Os BRICs e a economia mundial: Algumas questões de atualidade”, Brasília, 13 novembro 2006, 3 p. Entrevista concedida ao jornalista Lourival Sant’Ana, do jornal O Estado de São Paulo, no Rio de Janeiro, em 9 de novembro de 2006 (link no blog Diplomatizzando: https://diplomatizzando.blogspot.com/2019/11/o-bric-e-economia-mundial-2006-paulo.html). Publicado em outro formato n’O Estado de São Paulo em 04/12/2006, caderno Economia, pág. B7, sob o título “O Bric é só um exercício intelectual” (link na base de dados do Senado: https://www2.senado.leg.br/bdsf/bitstream/handle/id/323704/noticia.htm?sequence=1&isAllowed=y). Entrevista foi objeto de editorial do jornal em 5.12.06, sob o título “Atraso made in Brazil” (link na base de dados do Senado: https://www2.senado.leg.br/bdsf/bitstream/handle/id/324077/noticia.htm?sequence=1&isAllowed=y; link no blog Diplomatizzando: https://diplomatizzando.blogspot.com/2023/06/atraso-made-in-brazil-editorial-o.html). Entrevista republicada no site do Instituto Millenium (em 6/12/2006) e no site Defesa.NetDefesa, Estratégia e Inteligência (6/12/2006). Incorporado ao volume Via Política (2017). Postado novamente no Diplomatizzando (3/03/2022; link: https://diplomatizzando.blogspot.com/2022/03/os-brics-e-economia-mundial-entrevista.html). Refeito em formato de artigo sob n. 1691. Relação de Publicados n. 725.

Ler a íntegra dos materiais neste link: 
https://www.academia.edu/125094438/1686_O_BRIC_e_a_economia_mundial_2006_livro_de_2022_

 

Atraso 'made in Brazil' - Editorial do Estadão (2006), citando entrevista minha com Lourival Sant'Anna

 

Minha oposição primordial ao BRIC, e a tudo o que lhe seguiu.
A Biblioteca do Senado Federal é imbatível para certos tipos de material noticioso. Ela preservou um editorial do Estadão de 2006, no qual eu sou referido nominalmente como contrário ao projeto então inicial (fase ministerial) de coalizão do Brasil com os outros três países do BRIC. Transcrevo o que está em sua base de dados:
Título: Atraso 'made in Brazil'
Fonte: O Estado de São Paulo, 05/12/2006, Notas e Informações, p. A3
Contrastando com a apagada e vil tristeza do noticiário político pós-eleitoral - dominado pelo ramerrame dos conchavos mofinos sobre o tal governo de coalizão e das brigas de praxe pelo controle das duas casas do Congresso, enquanto o presidente Lula confessa que não sabe como "destravar" o crescimento -, uma entrevista publicada ontem neste jornal traz para o primeiro plano os problemas que tirariam o sono das elites políticas brasileiras, não fossem elas o que são.
O entrevistado é o diplomata Paulo Roberto de Almeida, professor de Economia Política Internacional do Centro Universitário de Brasília (Ceub) e membro do Núcleo de Assuntos Estratégicos da Presidência da República. Falando a título pessoal, com cortante clareza e sem receio de chamar as coisas pelos nomes, ele traça um quadro sombrio das possibilidades do País na ordem mundial, em razão das realidades made in Brazil, como diz, para que não se culpe por elas a globalização.
[A entrevista foi por mim concedida ao jornalista Lourival Sant'Anna, do jornal O Estado de São Paulo, no Rio de Janeiro, em 9 de novembro de 2006 (disponível no blog Diplomatizzando: https://diplomatizzando.blogspot.com/.../o-bric-e...).]
 
Mesmo quando se refere a problemas que já freqüentam o limitado debate público sobre os verdadeiros obstáculos ao desenvolvimento nacional - no sentido pleno do termo -, o estudioso vai mais longe do que a maioria dos seus pares na identificação de suas conexões e conseqüências. Retomando o enfoque de sua palestra no recente Encontro Nacional de Estudos Estratégicos, no Rio, ele dissocia o Brasil da China e da Índia, os quais, além da Rússia, formariam o que ficou moda chamar Bric.
O acrônimo designa o bloco dos principais países emergentes. Mas, para Almeida, isso não existe. "Eles não interagem, não atuam de forma coordenada. Cada um tem uma forma específica de inserção na economia mundial", esclarece. E, pelo que caracteriza essa forma no caso do Brasil, o professor tirou o B do Bric. Numa visão superficial, o País se distingue da China e da Índia por ser o único dos três que exporta commodities em larga escala, "o que é bom", e como grande fornecedor de energias renováveis, "o que é excelente".
Numa visão aprofundada, porém, o que em última análise afasta o Brasil dessas duas nações, pelo critério crucial do modo de participação na economia globalizada, é a dificuldade aparentemente insuperável de o País viver no tempo presente. A China se inseriu na divisão internacional do trabalho, descartando com uma velocidade espantosa o passado autárquico, e a Índia alimenta a nova economia do conhecimento - a primeira é "um laboratório, um ateliê ou uma fábrica", a segunda, "um escritório de concepção e desenho", sintetiza o pesquisador.
Já o Brasil "é um pouco avestruz, introvertido, recusa a competição, recusa acordo comercial". O resultado inexorável é o crescimento lento. O pior é que não se divisa a proverbial luz no fim do túnel. Exatamente devido ao predomínio dessa arcaica mentalidade de avestruz, o problema nem sequer é a falta de consenso entre a elite sobre a agenda de reformas modernizadoras. Na lúcida avaliação do diplomata, "não há consciência de que a reforma é necessária" - sobretudo na educação.
Já era tempo de alguém familiarizado com o tema dizer em público o que Almeida diz da educação nacional, sem medir palavras. ¿É pior do que possamos imaginar, muito pior do que as estatísticas revelam. Não é só do ponto de vista organizacional e de investimentos, mas no plano mental, de preparação de professores¿, aponta, com precisão cirúrgica. "A situação educacional é pavorosa." Não surpreende, portanto, o despreparo brasileiro, seja para capacitar a mão-de-obra, no plano puramente industrial, seja para enfrentar as exigências da modernidade.
Esse segundo aspecto é o mais assustador. Fala-se muito da má qualidade do ensino, mas não se fala tudo que se deveria. Sabe-se que cada nível do sistema exporta para o seguinte as suas deficiências. Não se ressalta, porém, que, acumuladas, elas limitam dramaticamente a capacidade de adquirir novos conhecimentos da minoria que já não desistiu no começo do percurso. A deseducação, em suma, contamina por inteiro a esfera produtiva e permeia o cotidiano dos brasileiros.
Por isso, para o diplomata Paulo Roberto de Almeida, o Brasil continuará tendo desenvolvimento lento e inserção na economia mundial limitada ao fornecimento de commodities e fontes renováveis de energia.

Belarus: A Mirror for the Anti-Maduro Cause - Caracas Chronicles

 

Belarus: A Mirror for the Anti-Maduro Cause

Belarusians couldn’t trigger a transition by calling out Lukashenko’s 2020 election fraud with protests and solidarity. What lessons are useful to Venezuelans?

Drawing a parallel between Svetlana Tsikhanouskaya’s bid for the presidency in Belarus in 2020 and Edmundo González in Venezuela in 2024 is a sobering exercise. Venezuela’s president-elect wasn’t prepared for the blackmail and threats he faced after July 28, or for his forced exile—just as Tikhanovskaya hadn’t been four years ago in Minsk. This Belarusian teacher and mother of two found herself swept into the currents of history by sheer chance.

Like González Urrutia, Tsikhanouskaya never aspired to lead a mass movement. Yet, she became the face of an electoral surge in Europe’s most closed-off regime. She was tasked with leading a victory, and when it was stolen, a popular uprising—the likes of which Belarus had never seen. Tikhanovskaya was arrested the night the official results came out. Two days later, a video surfaced in which she reluctantly acknowledged Lukashenko’s “victory,” credited with 80% of the vote. Hours later, she was forced into exile in Lithuania, leaving behind her husband,Sergey Tsikhanouski, a digital activist and would-be presidential candidate who was imprisoned by Lukashenko. He remains behind bars.

The post-Soviet space—riddled with captured states, unfulfilled revolutions, great powerbalancing, ethnic conflicts, and destruction—offers lessons for Venezuela. One is the challenge of transforming institutions that have served kleptocratic rulers and dismantling the tools they’ve used to concentrate power and crush dissent.

The deadlock and the children of backsliding

Aleksandr Lukashenko, Belarus’s dictator, along with Nicolás Maduro and Hugo Chávez, are part of a vanguard of leaders who froze their countries’ development, hijacked entire societies, and justified state terrorism as a necessity whenever change was on the horizon. Being outcasts from the international community doesn’t seem to faze them—it’s a reality they’ve embraced.

Maduro and “Luka” may not share ideologies or worldviews, but they do share an unwavering desire to cling to power at all costs and a visceral disdain for the West.

Like Chávez, Lukashenko moved swiftly to control institutions, the economy, and the police. After taking office in 1994, he purged military leaders, set up a Security Council packed with loyalists, and doubled the security budget. By 1996, he held nearly absolute power, altering the constitution and filling parliament with his allies. By 1999, any trace of pluralism was extinguished: the opposition leader died under mysterious circumstances, and a month later, a dissident former military leader disappeared. Lukashenko entered the new millennium with total control.

Despite decades of varying degrees of authoritarianism, both Venezuela and Belarus managed to build a network of grassroots activists and leaders, prepared for potential electoral openings—like those who rallied around the July 28 elections, many of them young, torn between hopes of democratic transition or forced migration. These Venezuelans, following María Corina Machado and González Urrutia, seek and need political space urgently. Without real change by 2025, these spaces could disappear entirely.

Meanwhile, in Belarus, young figures like Pavel Liber (head of the Golos initiative) and activist Lena Zhivoglod (of Honest People) played a key role in exposing the fraud Tsikhanouskaya denounced, using citizen organization and digital platforms to process photos of voting records. Sound familiar?

People like Liber and Zhivoglod had to flee after the fraud. Overthrowing Lukashenko in a militarized Belarus seems impossible. Efforts are now focused on protecting the exiled community and supporting organizations still operating within the country. As the persecution of leadership continues and political parties weaken, the question looms: will the Venezuelan counterparts of Liber and Zhivoglod face the same fate in the coming years?

Rebellion and the elites

Belarus may offer answers through another lens: Lukashenko’s relationship with his country’s economic elites, which he consolidated as soon as Belarus became independent.

Unlike other post-Soviet states like Ukraine, Lukashenko halted the privatization of Belarus’s industrial sector, preventing the rise of oligarchs independent of the state. In fact, up until 2013, state-owned companies represented 60% of Belarus’s GDP. Lacking institutional support for the opposition, Lukashenko had no trouble projecting himself as a strong leader and winning uncompetitive elections. Centralizing economic power may have been his greatest source of control.

In Ukraine—and in Russia until Vladimir Putin’s consolidation—economic power was divided among multiple elites and oligarchs born of the perestroika era. Some backed the ruling elite, while others eventually created their own political platforms to protect their interests, giving rise to figures like Poroshenko, Yushchenko, and Tymoshenko. That’s why liberal revolutions, mass protests, and electoral mobilization succeeded in removing presidents eight times in Ukraine’s modern history. Ukrainian opposition movements have been bolstered by economic elites, as seen in the 2014 Euromaidan protests that seized the heart of Kyiv for months, forcing pro-Russian president Viktor Yanukovych to flee.

Belarus’s dissidents took to the streets fearlessly between August and September 2020. There was no shortage of heroism, despite mass arrests and torture. Around 200,000 people participated in the “March for New Belarus” on August 23; factory workers went on strike in solidarity and booed Lukashenko during a visit. Two weeks later, Lukashenko was seen flying over the protests in Minsk, brandishing an assault rifle from his helicopter.

Yet, despite the massive movement denouncing Lukashenko’s fraud, it was crushed by brutal repression and a lack offunding and logistical support for the resistance—key factors that had been decisive in Ukraine.

In Venezuela, the economic elite once represented a significant anti-Chávez force between 2001 and 2003. But Chávez swiftly set about dismantling private enterprise, much like Lukashenko. Today, those businesses that survived hyperinflation, price controls, and expropriations are careful not to project any discontent or desire for change, at least not since 2019-2020.

While these groups have sought to adapt to the bleak prospects for change and ensure their survival, questions remain about the long-term expectations for non-chavista oligarchs in the status quo. Without legal security, access to credit, or foreign investment on the horizon, can they thrive under an authoritarian peace, or can they aim for an actually prosperous and developed Venezuela?

The collapse of all mediation and the imposition of that authoritarian peace may be a prelude to what Belarus is today—atotalitarian experiment with no tolerance for dissent (or disagreements with Russia), democracy ghettos, or semi-competitive elections. Lukashenko now rules through a constituent assembly, much like Maduro’s 2017 version, and in February 2021 held parliamentary elections contested by four pro-government parties. By 2021, the aftermath of repression was comparable only to Stalin’s purges 90 years ago: 35,000 arrests, 4,690 indictments, and the exodus of about 400,000 people—roughly 4.5% of the population.

Venezuelans will need a great deal of creativity and courage to avoid a similar fate, one that increasingly mirrors our own.


domingo, 27 de outubro de 2024

A irrealista política externa do governo de Lula é movida a ideologia - Irapuan Costa Junior (Jornal Opção)

A irrealista política externa do governo de Lula é movida a ideologia

Contrariando o bom senso, o governo petista vetou a compra de carros de combate de Israel por causa da guerra entre o país e o Hamas

 https://www.jornalopcao.com.br/colunas-e-blogs/contraponto/a-irrealista-politica-externa-do-governo-de-lula-e-movida-a-ideologia-650122/

“A política externa se tornou uma agressão maciça aos interesses brasileiros.” — J. R. Guzzo, em “O Estado de S. Paulo”, no dia 13 de outubro.

A esquerda brasileira, a nossa sinistra, como toda a esquerda latino-americana, nada esquece e nada aprende, com o correr dos anos. É o segmento social do samba de uma nota só: opressores x oprimidos.

Recentemente, o Exército Brasileiro abriu concorrência pública internacional para aquisição de carros de combate de última geração. Foram vencedores os israelenses, o que não é surpresa, dado o avanço tecnológico de Israel.

Porém, no momento de assinar os contratos, o presidente, aconselhado por seu chanceler de fato, Celso Amorim, resolveu suspender a compra.

O que motivou esse rompimento comercial? O argumento brandido pela dupla Lula-Amorim foi o de que Israel oprime os palestinos.

Sem esquecermos que Israel trava uma guerra com o grupo terrorista Hamas por ter sofrido um sangrento ataque-surpresa, com mortes e sequestros, lembremo-nos de que a diplomacia brasileira é movida, depois que os petistas se aboletaram no governo, não pelo interesse nacional, mas pela ideologia.

Postergaram agora a importância de nossa soberania, do equipamento de nossas Forças Armadas, para agradar a pior esquerda dos dias atuais, a esquerda terrorista. Não digo coisa nova. Reproduzo trechos de um artigo publicado nessa coluna em junho de 2008, década e meia atrás:

“Ao dividir o comando da diplomacia brasileira em três fatias, o Presidente Lula só poderia colher, no “front” externo, o que vem colhendo: seguidos insucessos. De fato, comandam o relacionamento externo nacional, três figuras, das quais apenas duas são profissionais, e mesmo essas não são as mais brilhantes dentro dos quadros do Itamaraty. A primeira, mas não a mais influente, é o Chanceler Celso Amorim.  A segunda é o Secretário Geral do Itamaraty, Samuel Pinheiro Guimarães Neto. A terceira, a única não profissional e a mais bizarra nesse contexto, é a do Assessor Especial Marco Aurélio Garcia, que, por ser a mais próxima do Presidente, pode ser a mais influente. Celso Amorim não é propriamente um homem de esquerda, tendo sido, quando embaixador na ONU, até bastante subalterno no trato com os americanos, principalmente pressionando para que o Brasil assinasse o famigerado Tratado de Não Proliferação de Armas Nucleares.  Sua função hoje é pouco mais que a de mordomo do Presidente em suas viagens internacionais. E de negociador nos organismos internacionais de comércio. Apesar de sua vontade de agradar a Lula, a ponto de tê-lo designado como “nosso guia”, não se projeta como primeira figura de nossa representação internacional. Já Samuel Pinheiro Guimarães é da tradicional esquerda do Itamaraty e hoje sua proeminência…  Marco Aurélio Garcia não só é de esquerda, mas da esquerda revolucionária, o que ele não faz questão de esconder. Fundador do Foro de São Paulo, que abriga o que há de mais atrasado em crenças ditatoriais, suspeito de ligações bastante próximas com as FARC, sem preparo diplomático, (dizem alguns que sem preparo nenhum) contudo é, dos três, como foi dito, o mais próximo do Presidente, logo o que mais capacidade de influir tem… Essa a política externa de Lula: agradar ditadores africanos para tentar liderar, agradar neomarxistas sul-americanos para tentar liderar, agradar à China para tentar mostrar importância e nada disso conseguir… (junho de 2008).

Morreram Marco Aurélio Garcia e Samuel Pinheiro Guimarães, mas Celso Amorim continua firme e forte, e herdou a tarefa de apontar os rumos errados da diplomacia brasileira, o que faz alegre e constantemente, e que Lula aceita, pois esses rumos condizem com sua visão esquerdista de mundo. Amorim age como chanceler de fato e deixa constrangido o chanceler de direito, Mauro Vieira. Mas o pior é que a política externa de Lula e de Amorim desfalca os recursos de nossa sociedade e constrange o Brasil perante o mundo civilizado. Nos outros mandatos petistas, a Bolívia esquerdista de Evo Morales se apossou das instalações da Petrobrás naquele país, com o consentimento de Lula. Dilma deu de graça e ao arrepio do tratado de Itaipú aumento na tarifa de energia para beneficiar o bispo comunista Fernando Lugo que governava o Paraguai. As obras da Odebrecht em países africanos de esquerda e em Cuba contrariavam todas as normas da boa economia, mas agradavam dirigentes marxistas. Hoje não é diferente, como mostram alguns exemplos:

1      

Atuação brasileira na questão venezuelana: ao contrário da maioria das nações civilizadas, que condenaram o tiranete Maduro pela fraude até grosseira nas eleições venezuelanas e pela repressão impiedosa à oposição, o Brasil não condenou a ditadura vizinha. Lula já havia, no ano passado, recebido em Brasília, com todas as honras, o ditador Maduro, que é investigado por narcotráfico nos EUA, é censurado na ONU por violação de direitos humanos e tem prisão decretada na Argentina.

2

O Governo brasileiro trata com hostilidade Israel, que é o único país democrático de sua região, sofre ataques terroristas e convive com a ameaça constante de aniquilação, desejada pelos antissemitas de todo o Globo. Lula chegou ao extremo de comparar o regime de Benjamim Netanyahu ao regime nazista, ofensa máxima que se pode dirigir a um israelense.

3

É constrangedora a atuação brasileira na guerra Rússia-Ucrânia: Além de não condenar a invasão russa, Lula propôs um acordo de paz em que a Ucrania entregasse ao invasor os territórios invadidos, algo totalmente desarrazoado. E impediu a venda de mísseis brasileiros à Alemanha, temendo que fossem cedidos à Ucrânia.

4      

O Brasil prodigaliza afagos ao Irã, uma das mais rígidas ditaduras hoje existentes no Mundo. O país financia o terrorismo do Hamas, do Hezbollah e compartilha da ideia de riscar Israel do mapa. Ele sim, oprime as mulheres. Na posse do presidente-ditador Iraniano, lá estava o vice Geraldo Alckmin, enviado por Lula e Celso Amorim.

5

São muitas as cortesias com Cuba, exemplo vivo de ditadura. Sem falar no Porto de Mariel, que levou um bilhão de dólares do trabalhador brasileiro, e o programa Mais Médicos, feito para repassar dinheiro nosso à ditadura da ilha, doações de alimentos foram feitas e declarações enfáticas de apoio ao governo de Cuba são frequentes na fala de Lula.

E Lula e Celso Amorim sequer se ruborizam.