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quarta-feira, 26 de março de 2014

Venezuela: um golpe de Estado militar em curso: ruptura democratica

Quando se começa a falar de golpe de Estado, é porque ele já está a caminho. Nicolás Maduro já não tem mais condições de governar. Será apeado do poder pelos militares, que tampouco dispõem de unidade suficiente para colocar algum representante equilibrado em seu lugar, alguém que possam comandar um processo de transição de volta à democracia.
Em qualquer hipótese, o futuro venezuelano é de caos, político, econômico, militar, institucional, com muitas mortes mais, violência que ainda não chegou ao seu ponto máximo, pois militares e bandos armados, mercenários a serviço dos cubanos vão resistir a qualquer saída da atual ditadura chavista, a perder seus privilégios, a deixar o poder. A situação tende a piorar, nos próximos dias, nas próximas semanas, e estamos assistindo apenas aos primeiros momentos da derrocada final.
O problema é que não existe nada para ser colocado no lugar, pois os contendores, de todos os lados, estão dispersos, e têm ideias diferentes sobre o que fazer.
Essa é a herança maldita de Chávez, que começou dividindo o país, e de Maduro, que deixa um país em ruinas.
O Brasil tampouco se sairá bem nessa história, pois ainda que ocorra, como é inevitável que ocorra, uma ruptura democrática na Venezuela, qualquer que seja o sentido que se dê a essas palavras, e qualquer que seja o sentido da ação política, o Mercosul e a Unasul NÃO invocarão a cláusula democrática para ajudar numa transição ordenada.
Repito: isso não ocorrerá, e infelizmente, os demais países latino-americanos (a OEA não conta, nessas horas), não farão nada para ajudar os democratas venezuelanos, mas continuarão invocando a legitimidade da ditadura atual.
Existem momentos em que é preciso, é necessário, é absolutamente indispensável sentir vergonha pelo seu país.
Este é um dos momentos. Sinto vergonha pelo Brasil.
Paulo Roberto de Almeida

Crisis en Venezuela

Venezuela: tres escenarios posibles para un golpe de Estado

Infolatam, 26/03/2014

Venezuela: ¿Golpe de generales o golpe institucional?

El análisis
Maria Teresa Romero
(Infolatam).- “Luego de tantísimas denuncias de intentos golpistas de militares y/o civiles la opinión pública nacional e internacional tienden a tomar con cautela, a dudar, de esta nueva denuncia gubernamental. Lo que sí es notable y cada vez más preocupante es el atentado a la Constitución, normativas e instituciones de Venezuela por parte del gobierno de Nicolás Maduro”.
(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-.
El empate catastrófico en el que se encuentra suminada Venezuela no tiene una salida fácil ni clara. Una sociedad partida en dos, enfrentada en las calles, con un gobierno crecientemente represivo y una oposición radicalizada hacen factible que se produzca un golpe de Estado. Pero ¿qué tipo de golpe podría acontecer?
En realidad, son tres los posibles escenarios en los que se podría dar una intervención de corte militar: un autogolpe propiciado por Nicolás Maduro y los sectores más chavistas (Diosdado Cabello); un golpe promovido por los sectores más antichavistas de las Fuerzas Armadas; o un golpe blando en el que la capacidad de veto del ejército acabara acotando el margen de maniobra del ejecutivo encabezado por Maduro que eventualmente podría dejar el poder.
El golpe chavista
Es una de las salidas más improbables a la actual crisis. Las Fuerzas Armadas son leales a la herencia de Hugo Chávez pero dar un golpe de ese tipo implicaría sumergirse en una imparable escalada represiva, pues la mitad del país está en contra el régimen y se encuentra movilizada.
El guardián de esa lealtad es Diosdado Cabello que claramente prefiere mantenerse fuera del primer plano evitando el desgaste de asumir directamente las riendas del poder y, sobre todo, de la represión.
Sin embargo, su rol es clave en la actualidad y ha tenido un papel determinante tanto en la detención de Leopoldo López como en el desaforamiento de María Corina Machado.
A la vez es el garante de que las FFAA sigan obedeciendo y siendo el pilar fundamental del régimen.
En ese sentido, el presidente de la Asamblea Nacional y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello, no deja de reafirmar esa lealtad, la del Gobierno revolucionario y el pueblo venezolano, al líder de la Revolución bolivariana, Hugo Chávez: “Nunca traicionaremos a Chávez, seremos leales a él por siempre, pase lo que pase”.
“Aquí cuenta con un pueblo, con la Fuerza Armada, diputados, con el Psuv, con el Gran Polo Patriótico, con la Patria, el pueblo, las mujeres, los campesinos, niñas y niños, obreros, obreras, trabajadoras y trabajadores, y hasta Casa Militar que está resteada con usted”, ha manifestado.
CARACAS (VENEZUELA), 04/02/2014.- EFE/SANTI DONAIRE
El presidente venezolano, Nicolás Maduro (i), y el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello (d).
El golpe antichavista
Fue lo que ocurrió, un golpe antichavista, en 2002 cuando un golpe de Estado desalojó aHugo Chávez durante 48 horas del poder.
Pero aquel ejército ya no existe. Las purgas ejecutadas por el chavismo tras el 11 de abril de 2002 se llevaron por delante a esos sectores menos adictos al régimen.
Existen ciertas minorías al interior del las Fuerzas Armadas que se sitúan en posturas de ese tipo pero claramente son minoritarios y lo que es peor para ellos no tienen capacidad de arrastre.
En realidad ni siquiera son capaces de dividir a las Fuerzas Armadas en dos bloques antogónicos y de poder similares.
Incluso, hay que reconocer que esos rumores de golpe duro antichavista refuerzan a Maduro ante sus seguidores y con respecto a la comunidad internacional donde el actual presidente sigue teniendo legitimidad de origen.
“La crisis venezolana ha sido objeto de un tratamiento desigual en los más importantes foros de concertación regional del continente americano. La cuestión fue abordada en la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comunidad de Estados de Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y Unión de Naciones del Sur (Unasur). En ninguna de estas organizaciones las declaraciones aprobadas supusieron una condena al gobierno de Venezuela, lo cual debe ser visto como un importante triunfo diplomático y una clara señal de que a pesar de la muerte de Hugo Chávez, Caracas aún mantiene buena parte de sus apoyos continentales”, apunta Carlos Malamud en un análisis en el Real Instituto Elcano.
En ese contexto se inscribe el anuncio de Maduro, quien informó que tres generales de la aviación  pretendían alzar la Fuerza Aérea Venezolana contra el Gobierno a fin de realizar un golpe de Estado: “¿Cómo se descubrió este intento de golpe de Estado? Producto de la conciencia de los oficiales, los más jóvenes, generales, tenientes coroneles, vinieron alarmados a denunciar que se les estaba convocando a un golpe de Estado. Este grupo capturado tiene vínculos directos con sectores de oposición y decían que esta semana que se iniciaba ayer era “decisiva”.
Sin apoyos suficientes al interior de la institución y con una comunidad internacional nada proclive, el golpe duro antichavista no parece una opción viable.
Como señala Sonia Alda, especialista en temas militares del Instituto General Gutiérrez Mellado, “aunque no cabe duda que hay un número de militares retirados, y algunos en activo, en contra del régimen chavista no parece suficiente para que el ejército rompiera su lealtad al Presidente. Por estos motivos, si por el momento, se descarta entonces la posibilidad de un golpe de Estado por el ejército en apoyo a la oposición. Tampoco parece muy probable la intervención militar contra la oposición militar y a favor del gobierno”.
Un golpe blando
Los más probable es que de producirse, lo que acabe habiendo es un golpe blando, consistente en que las FFAA ejerzan su poder de veto sobre alguna, o algunas, decisiones del gobierno de Nicolás Maduro.







CARACAS (VENEZUELA), 24/03/2014.-EFE/Miguel Gutiérrez
l presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en una reunión con los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas






Existe una línea roja que con seguridad el ejército chavista no traspasará, la represión contra la ciudadanía.
Es cierto que aspiran a mantener su influencia y a salvaguardar sus intereses, pero ese futuro y esos intereses solo perdurarán si cuentan con la legitimidad social.
Si vía represión las Fuerzas Armadas pierden su legitimidad ante la población, más pronto que tarde pagarán las consecuencias. Y no se trata solo de una especulación académica. El recuerdo del Caracazo de 1989 sigue bien cerca, fresco y presente.
Entonces el gobierno de Carlos Andrés Pérez utilizó el ejército para reprimir las protestas sociales. A corto plazo el gobierno se mantuvo pero tres años más tarde se producían los golpes de Estado de febrero y noviembre que minaron la estabilidad del gobierno (finalmente Carlos Andrés Pérez caía en 1993).
Además, el pensamiento de Norberto Ceresole permea a unas Fuerzas Armadas que tienen interiorizado que existe una “alianza entre el pueblo y el ejército” con lo que salir a reprimir a una parte de ese pueblo se antoja complicado de ver.
Por eso, si en algún momento el gobierno de Maduro tomara la decisión de sacar el ejército a las calles a reprimir las protestas, en ese momento se haría realidad la capacidad de veto de las Fuerzas Armadas para evitar esa medida y verse mezclados en un nuevo “Caracazo”.
A partir de ese momento Madura habrá perdido totalmente su capacidad de acción y habrá quedado a merced de unas Fuerzas Armadas que, más que nunca, tendrán la llave del futuro del régimen.
Como recuerda Fernando Ochoa Antich, “Nicolás Maduro… busca eliminar la posibilidad que ella pueda transformarse en una alternativa política. Nuestro pueblo siempre ha considerado que la Fuerza Armada debe intervenir en la solución de  las grandes crisis históricas. Ese sentimiento surge de sus acertadas y equivocadas actuaciones durante el siglo XX. Siempre, en los momentos más críticos de nuestro devenir como país, sus actuaciones han reorientado el rumbo de Venezuela”.

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