Paulo Roberto de Almeida
Temas de relações internacionais, de política externa e de diplomacia brasileira, com ênfase em políticas econômicas, em viagens, livros e cultura em geral. Um quilombo de resistência intelectual em defesa da racionalidade, da inteligência e das liberdades democráticas.
O que é este blog?
Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida;
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domingo, 29 de setembro de 2013
A doutrina do nos e eles: a polarizacao social, em curso na Venezuela - Carlos Malamud
Paulo Roberto de Almeida
domingo, 22 de setembro de 2013
Socialismo e'... quando falta papel higienico, e quando a privada nao funciona... - Venezuela, of course
Depois de falar da propriedade privada dos meios de produção, do papel do Estado, e de todas aquelas coisas que estão nos melhores manuais do marxismo-leninismo, eu resolvi perguntar a ele.
"E aí Pedro, você entendeu as diferenças entre socialismo e capitalismo?"
Ele me olhou bem seriamente, e em vista de todas as nossas experiências por hoteis até de luxo na Europa oriental, me disse, o mais candidadamente possível o que vai no título:
"Ah, já sei. Socialismo é quando a privada não funciona e falta papel higiênico."
Achei perfeita a definição, muito melhor que todos os exercícios eruditos de comparação entre sistemas políticos e econômicos, genial na sua simplicidade, tanto que nunca esqueci, e não me canso de dizer: socialismo é quando falta papel higiênico...
Pois bem, sob esse ponto de vista, a Venezuela já é um país perfeitamente socialista...
Paulo Roberto de Almeida
Venezuela desabastecimiento
Ocupan fábrica de papel higiénico por abatecimiento
Caracas, 22 de septiembre de 2013
- El desabastecimiento de alimentos, medicinas y otros productos se ha agravado este año en medio de una galopante inflación. Las largas filas frente a los supermercados son comunes cuando surten productos escasos.
- "La decisión se tomó al observar la vulneración de este derecho en el acceso al rubro papel higiénico", dijo la jefa de la reguladora Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop), Karlín Granadillo.
¿Qué pasa si Maduro gana?
El desabastecimiento de alimentos, medicinas y otros productos se ha agravado este año en medio de una galopante inflación. Las largas filas frente a los supermercados son comunes cuando surten productos escasos.
“La decisión se tomó al observar la vulneración de este derecho en el acceso al rubro papel higiénico”, dijo la jefa de la reguladora Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop), Karlín Granadillo, en un comunicado de prensa.
Sundecop dijo que la medida se decidió para verificar el proceso de producción, distribución y comercialización del papel higiénico, pero no dio detalles sobre las normas que habría vulnerado la empresa.
Manpa es una empresa local que fabrica papel higiénico, toallas sanitarias y pañales desechables.
“El equipo responsable de la ocupación temporal podrá adoptar las medidas que sean necesarias para la ejecución de lo ordenado en este acto administrativo”, agregó Granadillo.
“Incluso pueden asumir la dirección de las actividades de producción, distribución y comercialización desde la fecha de su notificación y por 15 días continuos”, sostuvo.
El Gobierno de Nicolás Maduro culpa a las empresas privadas de la escasez, mientras industriales e importadores se quejan de las dificultades para acceder a los dólares que les permiten comprar materia prima y bienes finales en el exterior, en medio de un estricto control cambiario.
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Carlos Malamud: Venezuela desabastecimiento
Papel higiénico e industrialización por sustitución de importaciones (ISI)
Madrid, 22 septiembre 2013
Por CARLOS MALAMUD
Esta solución conocida como industrialización por sustitución de importaciones (ISI) se concentraba en los años posteriores a la finalización de la Segunda Guerra Mundial en la producción de bienes de consumo final. Cuanta menos tecnología se incorpore, como ocurre con el papel higiénico, más fácil es producir determinados bienes.
En Venezuela el papel higiénico escasea de forma manifiesta y pese a haberse convertido en un tema político de importancia ni se han abierto de par en par las fronteras para importarlo ni se han adoptado los estímulos necesarios para que emprendedores privados comiencen su producción. Si bien en mayo pasado el gobierno aprobó la importación de 50 millones de rollos para solventar la crisis , las serias dificultades que constriñen al comercio exterior impidieron una rápida normalización de su abastecimiento.
En contra de la premisa inicial, Venezuela no es un país normal, al menos en este sentido. Debido a una serie de políticas económicas erróneas el mercado ha sido laminado y no existe ningún sistema racional de fijación de precios, más allá de los decretos gubernamentales. En aras de construir el llamado socialismo del siglo XXI en Venezuela se han cometido verdaderas tropelías económicas, comenzando por las frecuentes nacionalizaciones de sectores no estratégicos de la economía.
La última medida del gobierno del presidente Nicolás Maduro para paliar los efectos de la falta de papel higiénico ha sido la ocupación militar de la fábrica de Manufactura de Papel (Manpa) en el centro del país. Teóricamente la maniobra tiene un carácter “temporal” y según la Superintendencia de Costos y Precios Justos su objetivo básico es “garantizar el abastecimiento normal de los rubros de primera necesidad para el pueblo”.
Un tweet del vicepresidente Jorge Arreaza, uno de cuyos mayores méritos políticos es estar casado con una hija de Hugo Chávez, ha provocado mayor confusión. Según Arreaza la medida se tomó “para verificar el proceso de producción, comercialización y distribución de papel higiénico”. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia (vigésima edición, 1984) el verbo verificar tiene tres acepciones: 1) Probar que una cosa que se dudaba es verdadera; 2) Comprobar o examinar la verdad de una cosa y 3) Realizar, efectuar.
Vayamos por partes. En el caso de aplicarse la primera acepción el gobierno trataría de comprobar que efectivamente en la planta de Manpa se produce papel higiénico y no otra cosa, y no se estaría burlando la confianza del consumidor. Con la segunda acepción presente uno podría pensar en una auditoría en toda regla del proceso de producción, distribución y comercialización (por este orden) del papel higiénico, desde que la pasta de celulosa llega a la fábrica hasta que el consumidor final tiene los rollos en sus manos.
La tercera es la más problemática, aunque es la que más condice con la filosofía rectora del gobierno venezolano en los últimos 14 años: el intervencionismo estatal. En este caso, el más probable de los tres, el operativo militar tendría el propósito de ocupar la fábrica, bien para que la producción sea controlada por el gobierno o bien para aprender los arcanos secretos de la producción de papel higiénico. De este modo, una nueva “Misión” bolivariana impulsaría la construcción de diversas factorías de papel higiénico en los distintos estados venezolanos para garantizar un abastecimiento normal y fluido.
La actual coyuntura no deja mucho margen para la sorpresa, dado el lamentable estado del sector manufacturero privado, por no hablar de las nacionalizaciones. A esto se agrega que Venezuela es el único importador neto de materias primas agrícolas en América Latina. En 2012 sus exportaciones agrícolas y de alimentos apenas sumaron u$a36,64 millones gracias al ron, cacao, frutas tropicales y camarones. Esta situación se complica aún más según reconoció el ministro de Agricultura Yván Gil, ya que el país importa el 50% de los alimentos que consume, una cantidad que fuentes privadas aumentan al 70 – 80% del total. El año pasado la factura por importación de alimentos ascendió a u$a8.120 millones, un 58% más que en 2011, según el INE (Instituto Nacional de Estadísticas).
Siguiendo la misma receta aplicada durante muchos años por Hugo Chávez, el gobierno venezolano busca resolver problemas políticos (y económicos) con una metodología y tácticas militares. Por eso se define a lo que está pasando como una “guerra económica” desatada por la oposición para acabar con el gobierno legítimo. Pero la formación militar de Maduro, a diferencia de su mentor político, es muy deficiente. De seguir por este camino no sólo es bastante probable que pierdan la batalla contra el desabastecimiento sino también la guerra por mantener vivo el proyecto bolivariano e incluso la figura misma de Hugo Chávez.
segunda-feira, 16 de setembro de 2013
Las interminables negociaciones UE-Mercosur - Carlos Malamud
Las negociaciones UE Mercosur a la espera de nuevas definiciones
segunda-feira, 26 de agosto de 2013
Bolivia: a deformacao da realidade pelas autoridades; a tentativa de impor uma mentira oficial - Carlos Malamud
Carlos Malamud: Bolivia, el censo y los populismos en América Latina
Fantasías y realidades en el censo boliviano
Madrid, 25 agosto 2013
Por CARLOS MALAMUD
Suele ocurrir que los hechos y los duros datos estadísticos son tozudos, aún así los líderes populistas latinoamericanos siguen inasequibles al desaliento. Los censos de población deberían ser mediciones objetivas que retratan demográficamente a las sociedades en un momento determinado. Sin embargo, el condicional entra en escena cuando hasta los resultados censales son objeto de manipulación y politización.
Esto ocurrió en Bolivia tras la publicación final del censo de población y vivienda de 2012, que provocó dos tipos de reacciones muy diferentes. La primera y más extendida fue de protesta frente a unas cifras finales bastante menores que las estimaciones iniciales. Esto supone la pérdida de recursos para los municipios y departamentos más afectados, ya que los recursos presupuestarios se distribuyen siguiendo criterios demográficos. Lo mismo ocurre para asignar los escaños de la Asamblea nacional.
La segunda reacción fue más llamativa, al relacionarse con la composición étnica boliviana.Según el censo de 2001 Bolivia era un país mayoritariamente indígena, con un 62% de población autoidentificada como indígena (un 55% como quechua y aymara). Sobre estas premisas se construyó el estado plurinacional y multiétnico impulsado por Evo Morales y el MAS, que intentó transformar el país de arriba a abajo, eliminando todos los vestigios coloniales que sojuzgaban a la población originaria.
El censo de 2012 hizo añicos las cifras anteriores, ya que si bien se excluyó la categoría de mestizo entre las autoidentificaciones posibles, la población que se reconocía como indígena bajó sensiblemente al 41% (y los quechuas y aymaras al 36%). De este modo, un 59% de la población boliviana no se siente representada por ninguna de las categorías étnicas (pueblos originarios y afrodescendientes) presentes en la Constitución indigenista de Evo Morales.
Estos datos provocaron algunas reacciones insólitas, comenzando por las más altas autoridades políticas del país. Morales mostró su asombro inicial y su incredulidad ante unas cifras que contradecían abiertamente su discurso: “A mí también me ha sorprendido, los datos anteriores eran muy diferentes, no sé si estamos en una etapa de desclasamiento, estamos en etapa tal vez de una mayor mentalidad colonizadora, es debatible”.
Su primera reacción fue considerar al pueblo boliviano como menor de edad. En tanto no se identifican con las premisas emanadas del poder, los ciudadanos bolivianos o bien se autodesclasan o bien poseen una mayor mentalidad colonizadora. Posteriormente intentó matizar algo más los resultados y llegó a una conclusión aún más impactante: en Bolivia la clara mayoría es indígena o, como les gusta decir a los actuales gobernantes, originaria. De forma novedosa explicó que casi todos los bolivianos son originarios milenarios u originarios contemporáneos, el nuevo eufemismo de mestizo. Esta última definición es la mejor prueba de la inutilidad absoluta del concepto originario, un mal sinónimo para referirse a los indígenas.
Como suele ocurrir en lo referente a las cuestiones ideológicas, el vicepresidente Álvaro García Linera fue aún más lejos. Para él, el concepto mestizo no se incluyó en el censo ya que “El mestizaje no es una identidad, es una categoría colonial tributaria; en sentido estricto, todo ser humano del mundo es biológicamente mestizo”. A partir de allí los resultados del censo sólo sirven para reforzar sus posiciones. De este modo “No sólo hay una consolidación de las naciones culturales indígenas originarias en Bolivia, sino también hay una fortificante indianización de la propia nación a partir del papel dirigente en la construcción del Estado por parte del movimiento indígena originario campesino, vecinal obrero y popular; es así como debemos leer los resultados del censo de 2012”.
Según su punto de vista los resultados del censo no sólo van a permitir el reforzamiento del estado plurinacional boliviano, sino que a partir de ahora éste puede ser el modelo para la construcción de un nuevo “Estado Continental Plurinacional”. Ya da igual cómo se autoidentifique la gente, en este terreno también lo que vale es la concepción apriorística de los redentores populistas que conducirán a América Latina por el camino de la salvación.
Mientras la fantasía se imponga a la realidad, mientras los relatos sean más importantes que los procesos, será imposible que algunos países de América Latina abandonen la situación de atraso en que se encuentran. No basta con crecer a tasas elevadas durante una larga serie de años si los recursos generados no se destinan a construir instituciones sólidas y reforzar sociedades bien estructuradas e integradas y no divididas y polarizadas. Puede que en un momento determinado el nivel de autosatisfacción sea elevado, pero en el largo plazo, sobre el que se basa el juicio de la historia, los devaneos populistas y sus efímeras aventuras políticas serán severamente condenados.
CARLOS MALAMUD. Catedrático de Historia de América de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de España e Investigador Principal para América Latina y la Comunidad Iberoamericana del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos. Ha sido investigador visitante en el Saint Antony´s College de la Universidad de Oxford y en la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires y ha estado en posesión de la Cátedra Corona de la Universidad de los Andes, de Bogotá. Entre 1986 y 2002 ha dirigido el programa de América Latina del Instituto Universitario Ortega y Gasset, del que ha sido su subdirector. Actualmente compatibiliza su trabajo de historiador con el de analista político y de relaciones internacionales de América Latina. Ha escrito numerosos libros y artículos de historia latinoamericana. Colabora frecuentemente en prensa escrita, radio y TV y es responsable de la sección de América Latina de la Revista de Libros.
segunda-feira, 22 de julho de 2013
Brasil y la Alianza del Pacifico - Carlos Malamud (Infolatam)
Brasil y la Alianza del Pacífico
Madrid, 21 julio 2013
Por CARLOS MALAMUD
En este sentido asistimos a una considerable paradoja que sólo esconde una profunda contradicción. Por un lado Brasil aspira a ser un destacado actor global y para ello reivindica su pertenencia a los BRICS y un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En este último sentido, recientemente Dilma Rousseff ha cambiado de táctica, dejando de insistir de forma altisonante en una política hecha bandera durante la administración Lula por otra más silenciosa y de más largo aliento, en mayor consonancia con el lento proceso de reforma de la ONU. Por otro lado, su política regional lo aboca al aislamiento internacional.
Volviendo a la animadversión brasileña con la Alianza, hemos escuchado la semana pasada declaraciones de dos altos cargos del gobierno federal totalmente opuestas al nuevo proyecto de integración regional y favorables al Mercosur. No se trataba de cualquier opinión, ya que fueron emitidas por dos de los mayores responsables de la política exterior de Brasil, Antonio Patriota, el ministro de Relaciones Exteriores y Marco Aurelio García, el principal asesor de la presidente para política internacional.
Marco Aurelio García, en un congreso académico que repasaba la política exterior brasileña de la última década, apuntó de forma concluyente que la Alianza del Pacífico “no tiene relevancia económica y no representa competencia para el Mercosur”. En la misma línea se expresó Antonio Patriota en un encuentro con corresponsales extranjeros cuando dijo que la Alianza era “un esfuerzo que reúne países con características semejantes, pero es una alianza, no una zona de libre comercio, una unión aduanera o mucho menos un proyecto de integración profunda como el Mercosur”.
Desde la perspectiva brasileña la evidencia es demoledora. La Alianza del Pacífico no sólo carece de relevancia económica, sino tampoco tiene un proyecto de integración profunda como sí posee Mercosur. Si bien la reacción brasileña es comprensible, no se entiende el porqué de tanta soberbia. Es verdad que la Alianza le da relevancia estratégica a México, el principal rival de Brasil en América Latina, y que por la vía de los hechos acaba con el dilema de América del Sur versus América Latina, pero esto no basta como factor explicativo.
No es negando la evidencia ni ocultando las amenazas bajo la alfombra como Brasil será un gran país, una potencia regional y un destacado actor internacional. Durante décadas Itamaraty ha sido escuela y escenario de una de las diplomacias mejor formadas y más eficientes del mundo. Los comentarios del ministro Patriota, embajador de carrera, desdicen esa trayectoria. En esta oportunidad abundó en una opinión vertida tras la Cumbre de Cali de la Alianza a la que definió como un excelente producto del marketing y la publicidad, pero con escasa sustancia: “Cuando hablo de que la Alianza del Pacífico es marketing o que se trata de un envoltorio nuevo de un producto existente no quiero disminuir nada, pues se trata de países que son importantes para Brasil. Y Brasil espera que su esfuerzo contribuya para dinamizar esas economías y eleven el nivel de vida”.
García reforzó el argumento: “La Alianza del Pacífico no debe hacernos abandonar nuestro sueño de ninguna manera. Su PIB regional es mucho menor que el del Mercosur [200.000 millones de dólares contra 330.000 millones]. El bloque no parece formado por países con dinamismo económico y surgió de un sistema de reducciones tarifarias existentes hace tiempo. La Alianza del Pacífico tuvo un efecto publicitario muy fuerte, pero tuvo pocos resultados, a no ser para aquellos que ya estaban convencidos antes de su creación”.
No sé si finalmente la Alianza del Pacífico dará los frutos esperados, pero lo que está claro es que apunta en la dirección correcta: apertura internacional e inserción en las cadenas de valor. En Brasil está ocurriendo todo lo contrario. En lugar de plantearse cómo abrirse al mundo prefieren recluirse en el Mercosur, insistiendo en su “profundidad” estratégica. Con Argentina y Venezuela de socios este último extremo es bastante cuestionable y todavía lo será más si el próximo país en incorporarse al bloque es Bolivia, a cuyo gobierno la sola mención de las palabras “libre comercio” le resulta contradictoria con su proyecto político. Sin embargo no todos los brasileños piensan igual. Cada vez son más los que creen en la irrelevancia de Mercosur.
Marco Aurelio García sigue convencido que fue la confluencia de gobiernos “progresistas” lo que permitió avanzar en la construcción de Unasur. En realidad ocurrió todo lo contrario ya que ésta es su mayor debilidad. Unasur, y ahora en Mercosur sucede lo mismo, no se está construyendo en torno a normas e instituciones sino a la voluntad y al protagonismo de los presidentes. Cuando este protagonismo deja de funcionar se observa una desaceleración de sus proyectos de integración, que comienzan a mostrar sus debilidades para luego entrar en crisis. La muerte de Hugo Chávez ha dejado algunas enseñanzas al respecto.
domingo, 14 de julho de 2013
Ascensao e queda do Mercosul? - Carlos Malamud (InfoLatam)
Carlos Malamud: Cumbre Mercosur
Mercosur: entre la bronca del discurso antiimperialista y el proteccionismo nacional-bolivariano
Madrid, 14 julio 2013
Por CARLOS MALAMUD
Hoy hay en juego temas mucho serios, como el proteccionismo a ultranza de Argentina, considerablemente reforzado tras el ingreso de Venezuela, que amenaza la inserción internacional de Mercosur. Y no es que Brasil o Uruguay no sean proteccionistas, pero las diferencias con los otros son abismales. Estas pulsiones contrarias a la libertad de los intercambios comerciales se reflejan en el breve listado de tratados de libre comercio (TLC) firmados por Mercosur: Israel, Palestina y Egipto. Con la UE la negociación está en un limbo de muy difícil retorno y con EEUU no hay noticias de preconversaciones de ningún tipo.
Para hacer más difíciles las cosas los países del Mercosur no pueden negociar tratados de forma individual sino colectivamente. Uruguay quiso abrirse camino con un acuerdo de inversiones con EEUU y fue severamente reprimido y reconducido disciplinadamente al redil. Ahora le ha llegado el turno a Brasil, que ve con una preocupación en aumento como el crecimiento económico basado en el desarrollo del mercado interior ha tocado techo y es necesaria una nueva oleada aperturista.Pese al coqueteo europeo, o proveniente de otras latitudes, Brasil no puede dar pasos en solitario salvo que esté dispuesto a acabar con Mercosur.
Hasta ahora, los gobiernos de Brasilia han apostado por la “paciencia estratégica” con Argentina, aguantando todo, y más, en aras de la supervivencia del bloque, considerado un proyecto estratégico. Sin embargo, ante los nuevos aires que invaden la economía global, con macro TLC en discusión, como el TPP (Trans Pascific Partnership) o el TAFTA (Trans Atlantic Free Trade Agreement), son cada vez más las voces brasileñas que claman por que Brasilia negocie por su cuenta y luego que se sume el que quiera, o por enterrar a Mercosur y dejar librada a Argentina (y al kirchnerismo) a su suerte. Entre las voces más poderosas destacan la de los industriales paulistas de la FIESP (Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo) o los grandes agricultores, que ven que de mantenerse el actual rumbo comercial y el aislamiento global el futuro del país estaría condenado.
En la Cumbre de Montevideo se prestó más atención al azaroso vuelo de Evo Morales , a las desventuras de Edward Snowden o al espionaje masivo de EEUU en América Latina que a los problemas reales del bloque. Es más, estaba prevista una reunión bilateral a “agenda abierta” entreDilma Rousseff y Cristina Fernández, al margen del programa oficial, pero por determinados problemas no suficientemente aclarados debió cancelarse. Después del último encuentro de ambas presidentes, que según fuentes brasileñas terminó fatal, era necesario aquietar las desavenencias mutuas, pero mal debían estar las cosas para que ni siquiera pudieran reunirse y conversar amigablemente.
Tampoco hubo una discusión profunda y al más alto nivel sobre los impactos económicos que para la región supondrían el TPP y el TAFTA. Para algunos gobiernos del Mercosur el libre comercio sigue siendo un tabú. En su momento Venezuela impulsó el ALBA (inicialmente Alternativa Bolivariana de las Américas) frente al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), el proyecto estadounidense de crear un gran mercado desde Alaska a Tierra del Fuego. La Venezuela de Hugo Chávez impulsó en su momento, junto a Cuba y Bolivia, el TCP (Tratado de Comercio de los Pueblos), en un documento que literalmente satanizaba al libre comercio como herramienta imperialista de dominación y explotación de los pueblos latinoamericanos.
Es verdad que Rousseff señaló en la Cumbre que: “Mercosur debe tener una política externa que refleje todas nuestras potencialidades. En este espíritu creo que una nueva agenda de inserción externa para el Mercosur podría contemplar cronogramas más acelerados para la negociación comercial entre el Mercosur y otros países de América del Sur y también con la Unión Europea”. Pese a ello, las respuestas no fueron demasiado ilusionantes y no permiten pensar, a corto plazo, en un cambio de tendencia.
El otro problema al que no se dio solución ninguna, ni se profundizó en la discusión de cómo debían hacerse las cosas para hacerlas bien, fue el retorno de Paraguay. Tanto el presidente saliente como el entrante han coincidido en que para facilitar el regreso de su país a Mercosur el gobierno de Asunción debería ostentar la presidencia pro témpore rotatoria en lugar de Venezuela. En lugar de dar una respuesta adecuada, todos los presidentes presentes en Montevideo invocaron nuevamente su profundo amor por Paraguay pero ninguno quiso reconocer el error cometido al apartarlo de la disciplina del Mercosur. Es más, dando una clara idea de por dónde iban a ir las cosas en un contexto de creciente autoritarismo, el ministro argentino de Exteriores, Héctor Timerman dijo: “Paraguay va a volver al Mercosur… [pero] la vuelta implica la aceptación de todo lo que hemos hecho hasta ahora”, comenzando por la incorporación de Venezuela.
El ingreso de Venezuela en Mercosur ha tornado en inevitable lo que era previsible, el predominio de la política sobre la economía y el comercio. Si bien sin política no se puede avanzar en la integración regional, tampoco se irá muy lejos sólo con declaraciones altisonantes de corte imperialista. La presencia de Evo Morales en la cita de Montevideo dotó al encuentro de una gran carga emotiva y sirvió de cauce a los retóricos discursos presidenciales. A su vez, y esto es lo grave, fue la gran excusa para no hablar de los graves problemas, como el proteccionismo nacional-bolivariano, que están hipotecando gravemente el futuro del bloque.
CARLOS MALAMUD. Catedrático de Historia de América de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de España e Investigador Principal para América Latina y la Comunidad Iberoamericana del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos. Ha sido investigador visitante en el Saint Antony´s College de la Universidad de Oxford y en la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires y ha estado en posesión de la Cátedra Corona de la Universidad de los Andes, de Bogotá. Entre 1986 y 2002 ha dirigido el programa de América Latina del Instituto Universitario Ortega y Gasset, del que ha sido su subdirector. Actualmente compatibiliza su trabajo de historiador con el de analista político y de relaciones internacionales de América Latina. Ha escrito numerosos libros y artículos de historia latinoamericana. Colabora frecuentemente en prensa escrita, radio y TV y es responsable de la sección de América Latina de la Revista de Libros.
segunda-feira, 11 de fevereiro de 2013
O nacionalismo exacerbado e' a mae de todas as guerras...
Veja-se, por exemplo, este início de análise do Stratfor, um dos mais conceituados think tanks americanos, sobre os desafios da Alemanha contemporânea.
Germany: A Power Among Powers
The crisis in Europe continues to make headlines around the world, as nations from China to Russia to the U.S. have an interest in the outcome. But the country arguably with the most at stake is Germany.
Surrounded by powerful neighbors, Germany inhabits one of the most competitive environments in the world. In our upcoming video, we take a centuries-long step back to look what makes Germany Germany (hint: a healthy distrust of neighbors)... and how that shapes its economic policy today.
A Alemanha foi, justamente, o país que produziu três dos três grandes últimos conflitos inter-europeus, dois dos quais estiveram na origem de guerras mundiais, que destruiram metade da Europa e a retiraram, definitivamente, da liderança dos assuntos mundiais, permitindo a ascensão de poderes "periféricos" que assumiram a liderança da geopolítica mundial.
O nacionalismo é uma desgraça, pelo menos em sua forma canhestra, xenófoba, militarista, irredentista e agressiva. No plano econômico, igualmente, o nacionalismo é responsável pelo atraso de muitas sociedades, entre elas as latino-americanas, que sofrem por falta de capitais e tecnologia, mas que não gostam de depender de conhecimentos e know-how estrangeiros. O Brasil, particularmente, é um país que ama o capital estrangeiro -- pois que depende dele -- mas que detesta os capitalistas estrangeiros, por preconceito, inveja, despeito, ou qualquer outro sentimento assemelhado.
O nacionalismo já provoucou algumas das piores guerras da humanidade, e ele continua a provocar atrasos, subdesenvolvimento (sobretudo mental) e perda de oportunidades.
Abaixo a análise do articulista argentino Carlos Malamud, do Instituto Elcano e do InfoLatam, sobre um recente episódio vergonhoso para o exército chileno (mas que deve se reproduzir entre os vizinhos também...).
Paulo Roberto de Almeida
Algumas Mostras Execráveis do Nacionalismo Latino-Americano
Por Carlos Malamud
Se olharmos para as ideologias e os sentimentos populares latino-americanos perceberemos que os discursos do catolicismo do séc. XIX, da direita liberal, do zapatismo mexicano em qualquer de suas versões, do castrismo cubano e do bolivarianismo new age, para citar apenas alguns exemplos, estão todos permeados pelo mesmo nacionalismo que é a única opção possível, o que sempre tira o pior de nós, especialmente ao se contrapor com os demais. E nessa contraposição, sempre somos os bons ou os melhores e eles os perdedores ou a soma da maldade absoluta.
Podemos alegar que os marinhos chilenos que cantavam ameaçadoramente contra bolivianos, peruanos e argentinos eram uns simples descerebrados. Ao menos da mesma categoria que os gendarmes (agentes de polícia) argentinos que proferiam insultos semelhantes contra os “chilenitos” vizinhos, em um vídeo um pouco mais antigo, mas que serve para a ocasião. E se continuarmos pesquisando, provavelmente encontraríamos outras evidências próximas. Esta alusão à idade mental dos envolvidos só serve para esconder a maior parte da verdade. Descerebrados semelhantes podem ser encontrados em qualquer país da região e fora dela. Por isso, o problema está na forma como os cantores e suas canções são utilizadas por quem pode e que permanentemente se gaba de um nacionalismo semelhante.
Os insultos chilenos, que chegam a ferir a sensibilidade dos ouvintes, foram justamente condenados no Chile e no exterior. No Chile, as autoridades civis e militares pronunciaram-se duramente contra o escândalo internacional que se aproximava. Mas também se escutaram vozes rebaixando a importância do ocorrido ou o justificando com o pueril argumento de que em todos os lados ocorrem coisas semelhantes, como depois foi visto no caso argentino.
O ministro de Defesa chileno Alfonso Vargas, ao mesmo tempo que qualificou os cânticos de “ofensivos ”, assinalou que: “Em todas as instituições armadas em nosso país e em todos os países do mundo, é habitual o trote com cantos alusivos de diferentes tipos. O importante destes é que as letras dos cantos sejam adequadas e aqui o que ocorreu é que o grumete improvisava”. Inclusive um parlamentar da oficialista UDI (União Democrata Independente), depois de criticar as vozes críticas e justificar os fatos concluiu de forma tachante: “para evitar esses cantos violentos dos marinhos [teria que inscrevê-los] em aulas de bordado e ponto cruz”.
Fora do Chile alguns despiram as armaduras até limites indescritíveis. Quem rapidamente se colocou à frente da procissão foi o governo de Evo Morales, que clamou por uma forte condenação internacional contra aqueles que tinham manchado a honra pátria. O vice-ministro de Coordenação com os Movimentos Sociais, César Navarro, disse que “em pleno século XXI não podemos ter, entre vizinhos, inimigos desta envergadura”. E foi mais longe ao apontar, em relação à reclamação boliviana de uma saída ao mar, que “O Governo do Chile não pede união na América Latina e vê seus vizinhos como inimigos, sejam argentinos, peruanos ou bolivianos. A isso responde a atitude excessivamente conservadora e ortodoxa do presidente (Piñera) de dizer não a tudo”. Ademais, um deputado do MAS (Movimento ao Socialismo), não descartou que a Assembléia Legislativa emita um pedido oficial pelas expressões xenófobas, já que “isto confirma que o Chile é um mau vizinho”.
Por sua vez, uma publicação argentina, claramente amarela e sensacionalista, falava dos “covardes cânticos da armada chilena” e chamava-os de cultura pinochetista”. No entanto, em todo o continente praticamente não se ouviram vozes que apontassem a conveniência de limpar a própria casa ao invés de se intrometer nos assuntos vizinhos. É bem mais fácil clamar vingança contra o agressor externo do que se esforçar em evitar casos semelhantes em nosso país.
As reações provocadas pelos cânticos militares nacionalistas também contradizem o discurso de integração regional, tão agitado ultimamente por uns e outros na América Latina. Algo do tipo foi visto na última Cúpula da CELAC, em Santiago do Chile, quando Cuba assumiu a presidência pró tempore. Raúl Castro, novo presidente da Comunidade Latino-Americana, proclamou a necessidade de uma batalha “a sangue e fogo” contra o narcotráfico, já que: “Nossas leis permitem a pena de morte. Está suspensa, mas aí está de reserva, porque uma vez que a suspendemos, o único que fizemos com isso foi estimular as agressões e as sabotagens contra o meu país”. Seu discurso esteve cheio de quase todos os tópicos do nacionalismo anti-imperialista latino-americano, começando pelo vitimismo e as responsabilidades de fora. Em definitiva, trata-se de combater o narcotráfico com receitas similares às que alguns militares chilenos e argentinos recomendam para seus vizinhos.