Cristina "pesificada": el efecto boomerang y la verdadera
batalla cultural a ganar
Por Fernando Gutierrez
iProfesional.com, 21/06/2012
Los funcionarios sacan cuentas de cuánto les costará en plata el gesto
político de pasar sus ahorros dolarizados a moneda local. Pero si todos
los particulares hiciesen lo mismo, esto traería dos consecuencias
negativas. Aun así, la verdadera victoria del "relato" no sería
ésa sino otra
El "relato"
kirchnerista alcanzó
uno de sus momentos de mayor intensidad con el llamado a que todos
los que están dolarizados demuestren
su adhesión a la "causa nacional" por la vía de pesificar
sus depósitos.
Es todo un
desafío para los militantes K, mucho más de lo que representó en su
momento larenuncia voluntaria a
los subsidios de
la factura energética. Es que, ahora, la demostración de lealtad al
"proyecto nacional y popular" tiene un costo
de 25% de los ahorros personales.
Tal vez
muchos de los funcionarios que semanas
atrás aplaudieron el anuncio de la Presidenta sobre la pesificación de sus
ahorros, hacían calladamente las cuentas sobre cuánto les costaráeste gesto político.
Porque lo
grave no es tener que ahorrar en pesos, sino que los dólares sean
convertidos a la paridad oficial de 4,50 en vez de los casi 6 pesos a los que
cotiza el "blue".
Hablando en
plata, a Aníbal Fernández, que había
encendido la polémica al reconocer que tenía ahorros por u$s24.000
dólares, su verborragia le cuesta $36.000 (que es lo que se pierde por cambiar al tipo de cambio oficial en vez de venderlo en el mercado
paralelo).
En el caso
de Cristina, al hacerlo a $4,50 el
monto que resignará será
de $4,5 millones.
Sin dudas, será interesante comprobar, con el correr del tiempo, cuántos
de los funcionarios K, intelectuales de Carta Abierta,
periodistas defensores del "modelo" y otros adherentestomarán la decisión de seguir el
camino propuesto por Víctor Hugo Morales y apoyado por la Presidenta.
Es claro el
objetivo perseguido con el anuncio de pesificar su plazo fijo: por un lado,
era unimperativo de la coherencia.
Hasta para los kirchneristas más fanáticos se hacía difícil de justificar
y defender un llamamiento a librar la "batalla cultural" en contra de la dolarizacióncuando los propios funcionarios declaraban tener sus ahorros
en moneda estadounidense.
"Ante
todo, al dar el ejemplo, igual que en sus discursos pero con más fuerza -pues
se trata ahora de la vida real y concreta- la
Presidenta y su gente se
desprenden de su rol de funcionarios y de los signos de su poder para presentarse
como personas iguales al resto, o mejor aún, personas
ejemplares, mejores. Porque se sacrifican y defienden a los débiles frente
a los poderosos", analiza Marcos Novaro, director del Centro de
Investigaciones Políticas (Cipol).
Por otra
parte, el otro objetivo de la jefa de Estado con su gesto tiene una
lógica económica: pretende diluir los rumores sobre una inexorable devaluación
brusca del peso.
Y, como prueba
de esa confianza, pone su propio dinero en moneda nacional. En
los últimos días han arreciado los informes y diagnósticos de los
principales economistas, en el sentido de que el
atraso cambiario es agudo y
que la paridad tendría que estar en no menos de 5
pesos por dólar.
El riesgo
del efecto boomerang
Los analistas manifiestan sus dudas respecto de que este tipo de estrategia
de comunicación dé resultado.
Es más,
hasta se vislumbra el riesgo de un "efecto boomerang",
porque los ahorristas que tienen dólares en el sistema bancario vienen
haciendo retiros a un ritmo cercano a los u$s80 millones diarios,
asustados por los rumores sobre medidas intervencionistas.
Ahora, con
la Presidenta anunciando que pesifica su plazo fijo y llamando a todos
los argentinos a imitar su ejemplo, estos ahorristas cuentan con un motivo adicional para sospechar que sus dólares
podrían no estar seguros en
los bancos.
Y esto
ocurre cuando, según el consenso de todos los economistas, no
hay motivos para pensar que
el sistema financiero pueda quedarse sin divisas ante un eventual retiro de los
ahorristas.
En otras
palabras, que la crisis de confianza tiene más
fundamento político que económico.
Un informe
de Analytica, la consultora que dirige Ricardo Delgado, destaca que no se ha podido evitar "importantes retiros de depósitos en
dólares y baja en
las cotizaciones de títulos públicos por el riesgo, a todas luces
infundado, de que se pesifiquen esas acreencias".
En tanto,
Jorge Vasconcelos, desde la Fundación Mediterránea, advierte que la pérdida de
depósitos en el
sistema tiene su razón de ser en que "las medidas
implementadas generaronmayor nivel de incertidumbre".
Sus dichos
quedan ratificados por el propio informe del Banco Central. En efecto,
la entidad señalóque desde que se
implementara el cepo cambiario los ahorristas se
llevaron u$s4.400 millones del sistema.
De este
total, u$s1.600 millones fueron retirados en mayo y -a su vez- casi
el 40% de ese monto se
extrajo en la última semana de ese mes, cifras
que dan una idea del "efecto aceleración" ocurrido.
Lo curioso
del caso es que los dólares que están en el sistema (10.000 millones) son una parte ínfima de los que
los argentinos tienen en el "colchón", que según
estiman los economistas asciende a u$s190.000 millones, lo que equivale
a un 40% del PBI nacional.
Es decir,
en el anuncio de Cristina sobre su propia pesificación hay un castigo implícito,
no hacia quienes están fuera del sistema financiero, sino hacia los pocos ahorristas
de dólares que
están en los bancos (de los cuales, además, menos de la mitad está en
plazos fijos), que son los que le han creído al gobierno su versión de que no habrá una pesificación
compulsiva.
De manera
que el llamado de Cristina implica dos riesgos:
1. El
primero es que los ahorristas en dólares se asusten más de lo que están y siguan retirando
sus depósitos, lo cual engrosaría el monto de billetes verdes bajo el colchón y dejaría sin divisas a los bancos.
2. El otro
riesgo, paradójicamente, es que todo el mundo le haga caso, con lo
cual aumentarían las colocaciones a plazo fijo en pesos, pero también el
sistema se quedaría sin dólares. Y esto trae consecuencias.
Ocurre que, a diferencia de lo que sucedía durante la convertibilidad,
esos billetes son usados para apoyar las exportaciones y no para préstamos al consumo.
Así lo
admite incluso el exviceministro de economía, Roberto Feletti, quien afirma:
"Los dólares que ingresaron a los bancos o están en el Banco Central
o fueron prestados a exportadores a 180 días".
Es decir,
si esas divisas salieran del sistema, quedaría sólo
el Central con
la responsabilidad de financiar a quienes venden al mundo.
"Los
préstamos en dólares exhiben un descenso, lo que significa menor
financiamiento a las exportaciones, en un momento en que,
a la inversa, habría que estimularlas", advierte Jorge Todesca,
titular de la consultora Finsoport.
Hay más contradicciones en un eventual éxito
pesificador del
Gobierno: si todo el mundo teme por lo que pueda suceder con el destino de
la divisa estadounidense, ¿quién comprará los bonos argentinos destinados a oxigenar las arcas
fiscales? ¿Y quién pondrá su dinero entítulos en dólares que
está preparando la "recuperada" YPF para llevar adelante su plan de
incremento de la producción petrolera?
La gran
paradoja de la
Argentina es que tiene vedado el acceso al mercado internacional de
crédito y no
puede hacerse de dólares internamente, aun cuando éstos son, precisamente,
algo escaso en el país.
"Acá no
es que faltan billetes verdes. Por el contrario, son más
abundantes que los pesos. Elproblema
es que nadie los quiere vender", sostiene el consultor
Pablo Rojo, poniendo el dedo en la llaga del problema.
La
situación es reconocida hasta por Aldo Ferrer, principal defensor de la teoría
del "vivir con lo nuestro" y frecuentemente elogiado por la
Presidenta.
"La
Argentina tiene una considerable capacidad de ahorro, próxima al 30% del PBI,
pero carece deun
sistema financiero y de un mercado de capitales capaces de canalizar
ese ahorro hacia
la inversión productiva y el desarrollo social. El prolongado período
de inestabilidad en la economía argentina erosionó la confianza en la
moneda nacional y promovió la fuga de capitales" señala.
Cristina se
pesifica ¿pero piensa en pesos o en dólares?
Tal vez haya quienes se entusiasmen ante la perspectiva de que, con un sistema
financiero completamente pesificado, pueda finalmente darse ese cambio que
propone Ferrer para que los recursos propios del país puedan ser el catalizador del desarrollo.
Sin
embargo, hay también allí componentes contradictorios. Porque una
cosa es tener pesos en el banco y otra cosa muy distinta es pensar
en pesos.
Nadie lo
dejó más claro que la propia Cristina Kirchner. Porque es
necesario tener la mente dolarizada, pero muy dolarizada,
para sostener que es más rentable tener un plazo fijo en moneda
local que
en la divisa estadounidense.
La
Presidenta argumentó que su
anterior decisión de mantener ahorros en billetes verdesobedecía más
a una cuestión de costumbre y
tradición que a una conveniencia financiera, porque los plazos fijos en pesos
rinden más interés. Pero existe una contradicción involuntaria en tal planteo.
Ocurre que
las tasas de plazos fijos son fuertemente negativas si se las compara con
la inflación. Los bancos líderes del mercado pagan 11% anual en un país
que espera una suba de precios del 25%. De manera que para quien
sólo piense en pesos, no hay incentivo para elegir esta alternativa.
Por el
contrario, sólo avanzan en esta opción quienes miden
su patrimonio en dólares.
¿Por qué? Porque comparan
la tasa del plazo fijo (en
moneda local) con la suba esperada para el billete verde.
Entonces deducen que es buen negocio recibir un 11% porque la divisa estadounidense se movió un 7%.
Contra la
inflación perdieron, pero su patrimonio medido en dólares ganó.
Resta saber
si ahora, que el tipo de cambio oficial se está moviendo más rápido y
podría tener un deslizamiento de 15% en el año, las tasas de los plazos
fijos también se moverán en consecuencia, y saltarán hasta un nivel que
vuelva a hacer rentables las colocaciones.
Con gran
cantidad de pesos que hay ahora en el sistema bancario, una suba en los
tipos de interés no parece probable en el corto plazo. Y esto es algo que
pone nerviosos a los analistas.
"La
pregunta clave es qué van a hacer particulares y empresas con toda la liquidez en pesos disponible que
se está acumulando", observa Delgado, de Analytica.
"Más
allá de las señales que pueda dar Cristina Kirchner y algunos funcionarios con
la pesificación de sus depósitos en dólares, lo cierto es que los
pesos -lamentablemente- no constituyen reserva de valor.
Todos saben que el poder adquisitivo de la moneda nacional se
deteriorafrente a todos los activos de la economía y buscarán
hacer algo para proteger su capital", agrega.
No
obstante, según Novaro, de Cipol, la Presidenta es plenamente consciente de
que su gesto es apenas simbólico,
pero de todas formas le jugará a favor en el plano político: "Lo que el Gobierno podrá
decir cuando se lo reprochen es que Cristina quiso convencer a los ricos de comportarse solidariamente y no
le hicieron caso".
De todos
modos, por más que el 100% de los fondos depositados en los bancos
en moneda extranjera se conviertan a pesos no significa que el Gobierno se
alce con una victoria en
haber convertido una crisis cambiaria en una epopeya épica. Por el
contrario, puede ser incluso hasta contraproducente.
La
verdadera victoria en la "batalla cultural" no es que los
argentinos conviertan sus tenencias de una moneda a otra, sino convencerlos
de que saquen los dólares del colchón para que estos
multimillonarios fondos vayan al sistema financiero. Pero, tal como están
dadas las cosas, esto por ahora parece ciencia ficción.