El color del dinero
¿Cómo sigue la película del dólar?
Carlos Fernández
Argentina Exporta, 23/01/2013
En medio de los sacudones de la cotización del dólar de los últimos días, para la que hay que retroceder varios años para ver un salto tan abrupto en la cotización diaria, nos vamos encontrando con otras medidas que también pretenden impactar en el balance de divisas.
En efecto, las últimas medidas de AFIP que restringen las compras al exterior vía internet, tienen el claro objetivo de reducir la salida de dólares por compras “hormiga” de bienes por este canal electrónico. Estas compras se pagan con tarjeta de crédito, y se estima que representan unos 3.000 millones de dólares al año.
Esta medida vino antecedida por otra aún más relevante (que sin embargo no proviene de resolución o circular alguna, sino que la aplicó de facto la Aduana a partir del 15 de enero), la cual implementó cambios en los datos requeridos para la solicitud de DJAIs, añadiendo el plazo y la forma de pago.
Estos cambios fueron anticipados por Argentina Exporta en nuestro informe titulado
“28-O, escenarios posibles” publicado previo a las elecciones legislativas de octubre 2013. En ese momento manifestamos que un escenario posible post-elecciones era el retorno a las políticas de comienzos de 2002 mediante las cuales se impusieron plazos mínimos de pago en función del tipo de producto, lo que implicó una moratoria comercial forzada por el régimen cambiario. Hoy en día, esos plazos probablemente sean regulados a través de las autorizaciones de DJAIs donde se prioricen las de mayor plazo de pago, en detrimento de los pagos anticipados y a la vista.
Ahora bien, ¿que escenarios podemos visualizar de cara a lo que resta del 2014, sabiendo que el dato cierto es que el gobierno necesita recuperar divisas para poder solventar los “fundamentals” del modelo, y que hasta ahora no ha tenido el éxito esperado?
Vale recordar que días pasados desde la misma autoridad monetaria estimaron que la caída de reservas va a tener una continuidad por lo menos hasta marzo del presente año (pudiendo llegar a un piso de 26.000 millones de dólares), donde se espera comience el ingreso de divisas proveniente de las liquidaciones de ventas de granos al exterior y se formalice el ingreso de capitales genuinos por inversiones externas en el sector energético.
Siempre desde el punto de vista cambiario, las opciones podrían pasar por:
Por el lado de los egresos (pagos al exterior), podrían intensificarle los controles del flujo diario a través de la planilla que el BCRA pide a las grandes empresas, bajando el tope actual de 300.000 dólares, tal vez a 100.000.
¿Puede haber desdoblamiento cambiario? No lo vemos probable en lo inmediato. Tal vez se intenten otros mecanismos, como por ejemplo el de subasta de cupos de divisas, tal como sucede en Venezuela (denominado SICAD). El país caribeño es ciertamente un espejo donde podemos ver una cierta inspiración para las autoridades locales en materia económica. Y lo más sorprendente tal vez es que la oposición (Capriles) también sostiene que les resultaría imposible liberar el mercado cambiario en las condiciones actuales ("Es imposible levantar los controles ahorita. Habría una fuga total de capital. Si fuera yo en Miraflores (sede del Gobierno), no lo haría", dijo Capriles). También es posible que continúe el ritmo devaluatorio hasta una nueva “flotación administrada” en torno de los $9, apuntando fuerte a estabilizar las expectativas en un piso más alto.
Pero por otra parte, no hay que descuidar el flanco de los ingresos de divisas, teniendo en cuenta que el ritmo devaluatorio actual incentiva a retrasar todo lo posible su liquidación a precio oficial.
Al intento fallido del ingreso de una masa importante de divisas a través del blanqueo, ya se han implementado medidas a fines del 2013 para estimular el ingreso vía anticipos y prefinanciaciones, dirigidos a los grandes exportadores del complejo oleaginoso. En ellos también pensaron cuando lanzaron los bonos del BCRA ajustables a precio dólar pagadero en 90 días. No vemos entonces mayores novedades por el lado de los bienes.
En nuestra opinión, la vuelta de tuerca vendrá por el lado de los servicios. ¿De qué manera?
Si bien hoy las exportaciones de servicios están obligadas a ser liquidadas en el mercado oficial, esto no ocurre según lo esperado, puesto que el BCRA obliga a liquidar lo efectivamente percibido, y no hay mecanismos de control entre lo que se factura y lo que se cobra. Los ingresos registrados por el BCRA en 2013 cayeron un 16% (1.500 millones de dólares) en los primeros 9 meses de 2013 vs. mismo período de 2012, con una caída proyectada interanual de 2.000 millones.
El problema es que se estima que lo liquidado en el mercado representa solo el 50% de lo facturado al exterior, por lo que la brecha sería de unos 4.000/5.000 millones de dólares. ¿Y qué pasa con la diferencia? O bien no se cobra, o bien se cobra pero se liquida por el canal informal.
¿Qué puede pasar entonces? Una posibilidad es que los controles vengan a través de la Declaración Jurada Anticipada de Servicios (DJAS), que hoy aplica solo a los pagos. La forma de control sería que se amplíe el régimen a los cobros, teniendo que declarar a la AFIP todo lo facturado por servicios para que de esta manera este organismo pueda cruzar esta información con el BCRA y detectar los faltantes de divisas.
La otra posibilidad es que se fijen plazos máximos para las facturas de servicios, equiparando los mismos a las exportaciones de mercaderías para forzar la liquidación de divisas.
En conclusión, nuestra intención no es preocuparlos sino proporcionarles un análisis de escenarios, para que puedan tomar decisiones empresarias en este contexto de incertidumbre, donde la política devaluatoria del valor oficial no se detiene y no se sabe a ciencia cierta hasta donde llegará.
Saludos cordiales.
Lic. Carlos Fernández
Asesor financiero del Programa Argentina Exporta.
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