Temas de relações internacionais, de política externa e de diplomacia brasileira, com ênfase em políticas econômicas, em viagens, livros e cultura em geral. Um quilombo de resistência intelectual em defesa da racionalidade, da inteligência e das liberdades democráticas.
O que é este blog?
Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida.
segunda-feira, 30 de setembro de 2013
Brasil-Paraguai: astuta diplomacia do Itamaraty? - Editorial ABC Color
segunda-feira, 2 de setembro de 2013
Paraguai, moderado, de volta ao Mercosul e a Unasul - ABC Color
ABC Color, 02 DE SETIEMBRE DE 2013 13:34
“Ya estamos en el Mercosur”
quinta-feira, 29 de agosto de 2013
O Brasil e a nao-intervencao: ABC Color lembra a intervencao nos assuntos internos do Paraguai
segunda-feira, 19 de agosto de 2013
Paraguai, Mercosul: stand-by, em todos os temas... - ABC Color
domingo, 21 de julho de 2013
Mercosur: to be or not to be: drama hamletiano no Paraguai (sobrandopara o Brasil)
Fuertes críticas al Mercosur y al Brasil en panel debate
terça-feira, 3 de julho de 2012
ABC Color (Paraguai) pinta tudo de negro (perdao, pela piada infame...)
Em todo caso, este importante jornal paraguaio, que sempre foi violentamente antibrasileiro (talvez sem motivos), tem agora motivos de sobra para ser virulentamente antibrasileiro, ou melhor, anti-governo brasileiro, já que fala bem dos brasiguaios...
Paulo Roberto de Almeida
03 DE JULIO DE 2012
Dilma traicionó al Paraguay por negocios con Venezuela
Esta persecución y atropellos tuvieron un impacto mortal en el aparato productivo del país, que se vio reducido a su mínima expresión, hasta el punto que la carestía de alimentos es una realidad constante en Venezuela. La situación de estrechez, inseguridad y falta de empleo de la mayoría de los venezolanos contrasta con la vida de abundancia y derroche que lleva la “nomenklatura” chavista, comenzando por su familia.
domingo, 2 de outubro de 2011
A miragem do Mercosul - Editorial ABC Color (Paraguai)
Paulo Roberto de Almeida
Dos décadas después de haberse firmado en nuestra capital el tratado que dio origen al proceso de integración regional, Asunción volvió a ser el escenario de una Cumbre presidencial del Mercosur. Desafortunadamente, esta no revistió la trascendencia de aquel destacado evento fundacional, celebrado en la sede del Banco Central del Paraguay el 26 de marzo de 1991. No solamente porque la máxima representante de uno de los Estados Miembros no se dio cita al encuentro, la presidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, sino porque ninguno de los relevantes principios que fueron invocados hace dos décadas para promover nuestro común desarrollo económico y social ha sido puesto en práctica hasta la fecha. Hasta el propio Fernando Lugo se vio forzado a reconocer los “retrocesos” registrados en el proceso.
Es así como ayer los presidentes se encontraron en la misma ciudad y en el mismo punto del que partimos hace veinte años. A él retornaron sus actuales protagonistas con las manos vacías y las palabras huecas. Se dijo que el Mercosur sería, a partir del 31 de diciembre de 1994, un Mercado Común. Pues no lo es. Se estableció que en él habría libre circulación de bienes, servicios y factores productivos. Pues no la hay. Se dispuso la creación de un arancel externo común. Pero él es constantemente perforado por los cuatro miembros. Se ordenó la coordinación de políticas macroeconómicas. Pero no existe. Se pidió armonizar las legislaciones en las áreas pertinentes. Pero ello solo se cumplió en una parte mínima.
¿Cómo se llegó a esta situación actual? Porque mientras en cada cumbre iba aumentando la escalada retórica de la integración, simultáneamente la realidad de los hechos se encargaba siempre de desmentir las promesas formuladas profusamente por nuestros mandatarios. Además, por egoísmo y espíritu imperialista, los socios mayoritarios del bloque, Argentina y Brasil, que tenían que haber sido los motores que impulsaran todo el proceso integrador, prefirieron anteponer sus intereses nacionales al bien comunitario.
Basta mirar lo que permanentemente le sucede a nuestro país en el Mercosur para sacar una conclusión al respecto. La liberalización del comercio dentro del bloque continúa siendo una utopía para el Paraguay, que periódicamente sufre trabas a su comercio exterior a causa de las recurrentes trabas paraarancelarias que le aplican argentinos y brasileños, hasta por medios intimidatorios como el oprobioso bloqueo portuario contra buques de bandera paraguaya impuesto a fines del año pasado por un grupúsculo de sindicalistas argentinos, envalentonados por un mal disimulado apoyo de su propio gobierno en manos de la señora presidenta de ese país, que no vino tal vez por evitar que se le pregunte sobre ese y otros tema urticantes de la relación bilateral.
Un proteccionismo salvaje por parte del Brasil prácticamente ha hecho colapsar la incipiente industria de neumáticos reprocesados en nuestro país, forzando a los empresarios del sector a sepultar sus ilusiones, acabar con sus perspectivas y despedir a cientos de paraguayas y paraguayos que trabajaban en sus fábricas.
Una voracidad sin límites de nuestros vecinos nos impide el uso legítimo de nuestros recursos energéticos, porque la remanida retórica integradora –reiterada ayer hasta el hartazgo– ni siquiera ha logrado mitigar el perjuicio que nos produce la sistemática explotación neocolonialista aplicada por Brasil y Argentina en la administración de las usinas hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá, al amparo de leoninos tratados concertados a espaldas del pueblo por los dictadores militares de turno.
Basta citar que, a causa de ello, hasta ahora el Paraguay no puede exportar su energía eléctrica excedente al Uruguay ni a Chile, por las insalvables dificultades que pone el Gobierno argentino para facilitar el usufructo de sus redes de interconexión eléctrica. Bien que ellos y los brasileños intercambian campantemente a precio de mercado nuestra energía eléctrica producida en Itaipú y Yacyretá a través de la central transformadora de Garaví, en abierta violación de los sendos tratados que tienen con nuestro país.
También avasallando disposiciones del propio Tratado de Asunción, funcionarios argentinos de cuarta categoría, argumentando impedimentos de carácter fitosanitario o de cualquier otra índole artificial, se permiten la osadía de frenar en las fronteras el paso de centenares de camiones con hortalizas paraguayas, haciendo de esta manera que el fruto del trabajo de humildes campesinos de nuestro país acabe pudriéndose y tirado a un basurero a causa de la altanería de burócratas despiadados.
Estos son claros ejemplos de cómo el Mercosur, en vez de facilitar una repartición equitativa de los beneficios de las usinas hidroeléctricas mediante una asociación energética estratégica regional, tiende más bien a consolidar una entente entre los socios más grandes, en directo perjuicio del Paraguay e, indirectamente, también del Uruguay.
Por esta razón, en esta ocasión de la Cumbre del Mercosur, el pueblo paraguayo reclamó, por intermedio de sus legítimas autoridades, la eliminación de esta sistemática política de mala vecindad para con el Paraguay. Nuestros vecinos debieran comprender que ha llegado el momento de dar un giro geopolítico en sus relaciones con nuestro país, de modo que ayuden a cicatrizar las dolorosas heridas del pasado histórico, constantemente reabiertas a raíz de la aplicación de medidas inamistosas y abiertamente violatorias del Tratado de Asunción, fundamentalmente en los puntos fronterizos.
Mientras tanto, hacemos cuestión de valorar y agradecer la fraterna y constante política de amistad y cooperación tradicionalmente brindada a nuestro país por el gobierno de la República Oriental del Uruguay, en la figura de don José “Pepe” Mujica, el ex líder guerrillero que supo demostrar a su pueblo y a la comunidad internacional que, en vez de reprimir las ansias populares, hay que luchar por liberarlas y hacer que suban hasta la superficie, a fin de construir una verdadera democracia.
El día que Argentina y Brasil renuncien a su afán de sometimiento de los más débiles; el día que expresen una verdadera intención de promover una integración realmente basada en criterios de equidad y justicia para todos los que formamos parte del proceso; el día que antepongan el bien colectivo a sus políticas hegemónicas, ese día los paraguayos creeremos en las palabras que sus mandatarios pronuncian en este tipo de cumbres. Mientras tanto, mientras la verdadera integración no se sustancie en la realidad de los hechos, seguiremos considerándolas mentiras vulgares pronunciadas en discursos baratos con los que ya a ningún paraguayo es posible seguir engañando.
quarta-feira, 26 de maio de 2010
ABC Color: um jornal paraguaio contra a democracia prostituida
Seu ponto básico aqui é a oposição ao ingresso da Venezuela no Mercosul, que o editorialista considera unicamente do ponto de vista da cláusula democrática (esquecendo-se completamente das demais condições econômicas e regulatórias que a Venezuela tampouco cumpre), mas parece desconhecer que o Congresso brasileiro já aprovou esse ingresso
PS.: Agradeço ao leitor anônimo que corrigiu a data da publicação original desse editorial, primeiramente considerada como sendo contemporâneo do recebimento do material de fonte confiável, quando ele vem de três anos atrás.
Paulo Roberto de Almeida
Democracia puta
ABC Color, Paraguay, 07.10.2007
En estos días actuales las democracias latinoamericanas pasan por una dura prueba, pues con los mismos mecanismos de competencia electoral libre y plural algunos líderes izquierdistas que ganan elecciones se hacen del poder legítimo y desde el día siguiente de su triunfo comienzan a ejecutar sus proyectos de acabar con el sistema político mediante los cuales accedieron su mando. La eliminación de las normas que limitan el período presidencial es su primera meta a conquistar.
Tienen la intención de eternizarse en el poder y, con ello, reventar la democracia entendida como la rotación permanente de proyectos políticos y de personas. Pretenden excluir para siempre a todo el que no esté adherido a su partido.. Construyen dictaduras con fórmulas 'democráticas' y, cuando se sienten fuertes y disponen de los medios, inician el segundo plan: la exportación de su 'revolución'.
Internamente, su primera víctima son las Fuerzas Armadas, de la cual se excluye a todo militar q ue no merezca la completa confianza del nuevo único líder.. Una purga general despoja a las Fuerzas Armadas de los jefes y oficiales institucionalistas, dejándola a cargo de 'los leales'. Después arremete contra el Poder Judicial, realizando las mismas tareas depuratorias para luego, ya con los principales resortes controlados, iniciar el proceso de desmantelamiento de la prensa no alineada y la supresión progresiva de la libertad de expresión.
El resultado final de este procedimiento es la anulación completa, si no la supresión definitiva de toda idea, doctrina, orientación partidaria o movimiento contrario a la ideología oficial de la nueva dictadura. Sucumbe la libertad en todas sus formas tradicionales y lo que resta es un pueblo indefenso sometido a sus nuevas cadenas. Se confía en que el transcurso del tiempo borrará pronto el recuerdo de la democracia anterior y el beneficio del goce de sus libertades y, entonces, un pueblo atontado, obligado a trabajar para sobrevivir y para alimentar al Partido, a reprimir sus dudas, inquietudes y oposiciones, acabará convertido en un dócil rebaño de borregos, como bien recordamos los paraguayos que vivimos la era stronista.
Este es el proceso en marcha que vemos actualmente en el panorama político de Venezuela, Bolivia y Ecuador. En particular y más claramente en la primera, donde Hugo Chávez, con ya una década de gobierno, se apresta a dar el golpe final haciéndose coronar gobernante vitalicio imponiendo en el país una nefasta dictadura de corte marxista al estilo del que triunfara y se impusiera en Rusia en 1917, desconociendo el triste final que esos sangrientos regímenes tuvieron después de seis décadas de explotar y oprimir a sus pueblos, asesinar a sus adversarios y poner en grave riesgo la paz mundial.
Hugo Chávez, un dinosaurio que surgió de las cavernas más oscuras de la historia, está a punto de convertirse en amo y señor definitivo de la suerte de su pueblo y de los cuantiosos recursos económicos de su país, excluyéndose de toda competencia real y suprimiendo todo obstáculo que pueda interponerse entre él y su proyecto de vitaliciado. Tiene, además, el dinero necesario para comprar voluntades y pagar el precio de 'lealtades', dentro y fuera de su país.
Chávez es un dictador, pero UN DICTADOR MUY RICO; dispone hoy del poder absoluto de hacer con el dinero producido por el petróleo lo que se le antoje; ya no tiene encima ninguna contraloría, nadie a quien deba rendir cuentas. Con su gruesa petrobilletera recorre ahora América Latina y financia partidos, movimientos, organizaciones sociales y campañas electorales. Lo que no puede comprar, lo alquila o neutraliza. Al gobierno argentino le compra bonos del tesoro de Kirchner que nadie quiere y así puede exhibir sus sonrisas de complicidad, aplausos y abrazos, pasear libremente por ese país pronunciando encendidos discursos llamando a la 'revolución popular' y haciendo otros teatros para exportar su dictadura. Entre los cuales figura en lugar prioritario su desesperada intención de introducirse en el Mercosur para, una vez dentro de él, agilizar su intervencionismo en la política interna de los países miembros, con los cuales ya no tiene ninguna afinidad, porque mal que bien, en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay continúan rigiendo principios básicos del estado de derecho, del régimen democrático y de libertades públicas. Chávez va a pagar en efectivo por su ingreso y tiene billetes a patadas. Quiere comprarles a Brasil y Argentina lo más barato posible la legitimidad internacional que su pertenencia del Mercosur cree le va a proporcionar. La pregunta que continuaremos formulando una y otra vez es ¿para qué sirve el Protocolo deUshuaia que pretendió establecer un compromiso para todos sus estados miembros de conservar intactas las instituciones democráticas? En este documento Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay declaran que 'La plena vigen cia de las instituciones democ ráticas es esencial para el desarrollo de los procesos de integración entre los Estados Partes del presente Protocolo' (Art. 1) y se comprometen formalmente a que 'toda ruptura del orden democrático en uno de los Estados Partes del presente Protocolo dará lugar a la aplicación de los procedimientos previstos en los artículos siguientes' (Art. 3).
¿Van a admitir a Venezuela, cuyo dictador por anticipado ya se excluyó de dichas cláusulas? ¿O lo van a admitir primero para luego aplicarle la 'Cláusula Democrática'? El absurdo y el ridículo rodean a esta intención de prostituir al Mercosur, pero está en marcha y solamente los parlamentarios brasileños y paraguayos tienen en sus manos la posibilidad de impedir esta vergonzosa deserción de los principios fundamentales declarados en nuestras cartas fundamentales y tratados de integración.
A los gobernantes actuales de nuestros países, que tanto cacarean su apego a la democracia y a las libertades fundamentales, y que ciertamente gracias a ellas alcanzaron el poder, ahora les tiemblan las rodillas y se les afilan los dientes a la vista de la deslumbrante petrobilletera abierta de un rústico dictador inescrupuloso, dispuesto a todo, incluyendo el soborno de los 'demócratas'.
Si nuestros presidentes del Mercosur, aun sabiendo cuál es su obligación histórica con la defensa de los principios y valores políticos que iluminan nuestros pueblos, son capaces de venderse o de liarse en una relación adúltera con un dictador megalómano surgido de las catacumbas de un pasado siniestro, tendremos que convenir que nuestras democracias se venden como auténticas putas. No cabe ya una calificación más dura para describirlas.