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quarta-feira, 14 de agosto de 2019

Vargas Llosa chora pela Argentina (La Nación)

Sí, lloro por ti Argentina

Argentina, un país que era democrático cuando tres cuartas partes de Europa no lo eran, un país que era uno de los más prósperos de la Tierra cuando América Latina era un continente de hambrientos, de atrasados.

El primer país del mundo que acabó con el analfabetismo no fue Estados Unidos, no fue Francia, fue la Argentina con un sistema educativo que era un ejemplo para todo el mundo. Ese país que era un país de vanguardia ¿Como puede ser que sea el país empobrecido, caótico, subdesarrollado que es hoy? ¿Qué pasó? ¿Alguien lo invadió? ¿Estuvieron enfrascados en alguna guerra terrible?
No, los argentinos se hicieron eso ellos mismos. Los argentinos eligieron a lo largo de medio siglo las peores opciones.
¿Cómo se entiende eso? Un país con gentes cultas, absolutamente privilegiado, una minoría de habitantes en un enorme territorio que concentra todos los recursos naturales. ¿Por qué no son el primer país de la Tierra? ¿Por qué no tienen el mismo nivel de vida que Suecia, que Suiza?
Porque los argentinos no han querido. Han querido en cambio ser pobres. Seguir a “caudillos” de pacotilla, “salvadores” de porquería, locos, desquiciados por su mismo odio a todo lo que sea diferente a su locura. Han querido vivir bajo dictaduras, han querido vivir dentro del mercantilismo más espantoso. Hay en esto una responsabilidad del pueblo argentino.
Para mí es espantoso lo que ha ocurrido en Argentina. La primera vez que fui allí quedé maravillado. Un país de clases medias, donde no había pobres en el sentido latinoamericano de la pobreza. ¿Cómo pudo llegar a la presidencia una pareja tan diabólica, manipuladora, populistas en grado extremo, corruptos de calle como los Kirchner gobernando ese país?. Al menos ya uno no está!.
Esperemos que la que queda no pueda seguir hundiendo a ese otrora gran país argentino!
Sin embargo, a juzgar por sus diabólicas relaciones estrechísimas con el desquiciado, paria, bestia troglodita, de la extinta y queridísima República de Venezuela, todo parece indicar que ahora “Cristinita” se apegará aún más a ese escoria, aprendiz de dictadorzuelo, quien ya bastante le ha financiado su mandato a costa del noble pero incomprensiblemente inerte pueblo Venezolano.
¡Qué degradación política, qué degradación intelectual! Argentina y Venezuela, dos países extraordinarios vueltos pedazos por una sarta de demoníacos desquiciados!!!
Por eso me pregunto ¿Cómo es eso posible?
Mario Vargas Llosa

quarta-feira, 28 de fevereiro de 2018

Vargas Llosa homenageia os intelectuais que o influenciaram - El Pais

Mario Vargas Llosa: “La corrección política es enemiga de la libertad”
Además de crear ficciones memorables, el Nobel de Literatura se ha batido incansable por la defensa de la sociedad libre. Con su nuevo ensayo, ‘La llamada de la tribu’, quiere reivindicar el pensamiento liberal y rendir homenaje a siete autores que lo marcaron. Con él hablamos del liberalismo, de la ceguera de los intelectuales con los totalitarismos y de los peligros que acechan hoy a la democracia.
Maite Rico
El País, Madri – 25.2.2018

Mario  Vargas Llosa está en plena forma. Combativo, desbordante, de carcajada fácil, el premio Nobel (Arequipa, Perú, 1936) se multiplica en viajes y en frentes intelectuales, urdiendo ficciones y escudriñando realidades. Esta semana publica su ensayo La llamada de la tribu(Alfaguara), un alegato a favor del pensamiento liberal a través de siete autores que le influyeron y a los que rinde homenaje: Adam Smith, José Ortega y Gasset, Friedrich von Hayek, Karl Popper, Raymond Aron, Isaiah Berlin y Jean-François Revel. Voces de una corriente que reivindica al individuo como ser soberano y responsable, y a la libertad como valor supremo; que defiende la democracia y la separación de poderes como el sistema que mejor concilia los valores contradictorios de la sociedad. Una doctrina que reacciona frente al “espíritu tribal” que han alimentado históricamente el fascismo, el comunismo, el nacionalismo o el fanatismo religioso. Y que quizás por eso, dice el escritor, ha sido “el blanco político más vilipendiado y calumniado a lo largo de la historia”. La llamada de la tribu es también una suerte de autobiografía intelectual del propio Vargas Llosa, de su evolución desde el marxismo y el existencialismo a la revalorización de la democracia y el descubrimiento del liberalismo.
¿Por qué el pensamiento liberal es la diana de tantos ataques? 
Ha sido el blanco de las ideologías enemigas de la libertad, que con mucha justicia ven en el liberalismo a su adversario más tenaz. Y eso lo he querido explicar en el libro. El fascismo, el comunismo han atacado tremendamente al liberalismo, sobre todo caricaturizándolo y asociándolo a los conservadores. En sus primeras épocas el liberalismo fue asediado sobre todo por la derecha. Ahí están las encíclicas papales, los ataques desde todos los púlpitos a una doctrina que se consideraba enemiga de la religión, enemiga de los valores morales. Creo que estos adversarios definen muy bien la estrecha relación que existe entre el liberalismo y la democracia. La democracia ha avanzado y los derechos humanos han sido reconocidos fundamentalmente gracias a los pensadores liberales.
Los autores que analiza tienen rasgos comunes, entre otros, que nadaron contra corriente. Incluso dos libros de Hayek y Ortega estuvieron prohibidos.
 ¿Un liberal está condenado a ser un corredor de fondo solitario? 
El liberalismo no solo admite, sino que estimula la divergencia. Reconoce que una sociedad está compuesta por seres humanos muy distintos y que es importante preservarla así. Es la única doctrina que acepta la posibilidad de error. Por eso insisto mucho: no es una ideología; una ideología es una religión laica. El liberalismo defiende algunas ideas básicas: la libertad, el individualismo, el rechazo del colectivismo, del nacionalismo; es decir, de todas las ideologías o doctrinas que limitan o cancelan la libertad en la vida social.
Hablando de nacionalismo, últimamente habrá pensado más de una vez en Ortega y Gasset y en sus advertencias premonitorias sobre los peligros del nacionalismo en Cataluña y País Vasco. 
¿Por qué los liberales rechazan el nacionalismo? 
Porque es incompatible con la libertad. El nacionalismo entraña, cuando uno escarba un poco en la superficie, una forma de racismo. Si crees que pertenecer a un determinado país o nación, o a una raza, o a una religión es un privilegio, un valor en sí mismo, crees que eres superior a los demás. Y el racismo inevitablemente conduce a la violencia y a la supresión de las libertades. Por eso el liberalismo desde la época de Adam Smith ha visto en el nacionalismo esa forma de colectivismo, de renuncia a la razón por un acto de fe.
Populismo, resurgimiento de los nacionalismos, el Brexit…, ¿está renaciendo el espíritu de la tribu? 
Hay una tendencia que se opone a lo que yo creo que es lo más progresista de nuestro tiempo, que es la formación de grandes conjuntos que están lentamente desvaneciendo las fronteras e integrando a diferentes lenguas, costumbres, creencias. Es el caso de Europa. Esto provoca mucha inseguridad y mucha incertidumbre y una tentación muy grande de regresar a esa tribu, a esa sociedad pequeña, homogénea que nunca existió en la realidad, donde todos son iguales, donde todos tienen las mismas creencias, la misma lengua… Ese es un mito que da mucha seguridad, y eso explica brotes como el Brexit, como el nacionalismo catalán, o los nacionalismos que hacen estragos en democracias como Polonia, Hungría, incluso Holanda. El nacionalismo está ahí, pero mi impresión es que, como ha ocurrido en Cataluña, es minoritario, y la fuerza de las instituciones democráticas va a ir socavándolo poco a poco hasta derrotarlo. Soy más bien optimista.
¿Cómo se puede luchar intelectual y políticamente contra esas corrientes? 
Hay que combatirlas sin complejos de inferioridad. Y decir que el nacionalismo es una tendencia retrógrada, arcaica, enemiga de la democracia y de la libertad, y que está sustentada en ficciones históricas, en grandes mentiras, en eso que ahora se llaman posverdades históricas. El caso de Cataluña es flagrante.
Su evolución desde el marxismo al liberalismo no es infrecuente. De hecho, es la misma que siguieron algunos de los autores que glosa, como Popper, Aron, Revel. ¿Conocer desde dentro el mecanismo totalitario actúa como revulsivo?
Mi generación en América Latina despierta a la razón en un continente de desigualdades monstruosas y dictaduras militares apoyadas por Estados Unidos. Para un joven latinoamericano que tenía cierta inquietud era muy difícil no rechazar esa especie de caricatura de democracia, con la excepción de Chile, Uruguay y Costa Rica. Yo quise ser comunista, me parecía que el comunismo representaba la antípoda de la dictadura militar, de la corrupción y sobre todo de las desigualdades. Entonces entré en San Marcos, una universidad nacional y popular, con la idea de que ahí debía de haber comunistas con los que vincularme. Y efectivamente, me vinculé. Ahora bien, en ese tiempo el comunismo en América Latina era el estalinismo puro y duro, con partidos subyugados a la Komintern, a Moscú. A mí me defendieron del sectarismo Sartre y el existencialismo. Yo tenía todo el tiempo discusiones en mi célula, y solo milité un año. Pero seguí siendo socialista de una manera vaga, y eso lo fortaleció la revolución cubana, que al principio parecía un socialismo distinto, no dogmático. Me entusiasmó. En los sesenta viajé a Cuba cinco veces. Y poquito a poco vino el desencanto, sobre todo a partir de la creación de las UMAP [Unidades Militares de Apoyo a la Producción]. Hubo redadas contra jóvenes que yo conocía, fue un trauma. Y me acuerdo de haber escrito una carta privada a Fidel diciéndole que estaba desconcertado, que cómo Cuba, que parecía un socialismo abierto y tolerante, podía meter en campos de concentración a “gusanos” y homosexuales con criminales comunes. Fidel me invitó a mí y a una docena de intelectuales a conversar con él. Estuvimos toda una noche, 12 horas, de las ocho de la tarde a las ocho de la mañana, oyéndolo hablar, básicamente. Fue muy impresionante, pero no muy convincente. Desde entonces empecé a tener una actitud un poco recelosa. La ruptura definitiva vino con el caso Padilla [el proceso contra el escritor Heberto Padilla, encarcelado en 1971 y obligado a una terrible autocrítica pública, que marcó el fin del idilio de importantes intelectuales con el régimen cubano]. Tuve un proceso difícil, más bien largo, de reivindicación de la democracia, y poco a poco de acercamiento a la doctrina liberal, a base de lecturas. Y tuve la suerte de vivir en Inglaterra los años de Margaret Thatcher.
El retrato que hace de Thatcher, como una mujer culta, valiente, de hondas convicciones liberales, contrasta con la imagen que se ha difundido de ella.Es una caricatura absolutamente injusta. Cuando yo llegué, Inglaterra era un país en plena decadencia. Un país con libertades, pero sin nervio, que se apagaba poco a poco dentro de ese avance del nacionalismo económico de los laboristas. La revolución de Margaret Thatcher despertó a Gran Bretaña. Fueron tiempos difíciles: acabar con las sinecuras sindicales, crear una sociedad de mercado libre, de competencia, y defender la democracia con la convicción con la que ella lo hizo, sin complejos, frente al socialismo, frente a China y la URSS, las dictaduras más crueles de la historia. Para mí fueron años definitivos porque empecé a leer a Hayek, a Popper, que eran autores a los que Thatcher citaba. Ella decía que La sociedad abierta y sus enemigos era un libro fundamental en el siglo XX. La contribución de Thatcher y de Ronald Reagan a la cultura de la libertad, a acabar con la Unión Soviética, que era el mayor desafío que había tenido la cultura democrática, es una realidad que está desgraciadamente muy mediatizada por la campaña de una izquierda cuyos logros son muy pobres.
¿Y cuál es hoy el principal desafío para la democracia occidental?El mayor enemigo hoy es el populismo. No hay nadie medianamente cuerdo que quiera para su país un modelo como el de Corea del Norte o el de Cuba, o el de Venezuela; el marxismo es ya marginal en la vida política, pero no así el populismo, que corrompe las democracias desde dentro, es mucho más sinuoso que una ideología, es una práctica a la que por desgracia son muy propensas las democracias débiles, las democracias primerizas.
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Para acessar íntegra da entrevista:

quarta-feira, 1 de junho de 2016

Mario Vargas Llosa: 80 anos de liberdade - Instituto Palavra Aberta

Um escritor inteligente (nem todos são), liberal (a maior parte não é), agradável de ouvir (nem todos são), possuidor de certa ironia sutil (raros os que tem...), sem qualquer embevecimento...
Paulo Roberto de Almeida 

Vídeo da palestra Mario Vargas Llosa – 80 anos: histórias de liberdade

Mario Vargas Llosa

 Assista o vídeo da palestra Mario Vargas Llosa – 80 anos: histórias de liberdade, realizada recentemente no auditório do Insper, em São Paulo, que ficou completamente lotado de fãs e convidados.

Assista o vídeo!

domingo, 1 de novembro de 2015

Argentina: da excelencia 'a decadencia e 'a...? - Mario Vargas Llosa

Uma esperança argentina
Mario Vargas Llosa
El País, 1/11/2015

Os resultados das eleições de domingo passado na Argentina desmentiram todas as pesquisas de opinião segundo as quais o candidato Daniel Scioli, apoiado pela chefa de Estado Cristina Fernández de Kirchner, ganharia no primeiro turno. E abriram a possibilidade de que o país, que já foi uma espécie de farol da América Latina, saia da decadência econômica e política em que se afundou há mais de meio século e recupere o dinamismo e a criatividade que no passado fizeram dele um país do Primeiro Mundo.

A condição é que no segundo turno eleitoral, em 22 de novembro, Mauricio Macri vença e o eleitorado confirme a rejeição frontal do primeiro turno ao kirchnerismo, um dos mais demagógicos e corruptos ramos dessa quimera indecifrável chamada peronismo, um sistema de poder semelhante ao antigo PRI mexicano, no qual cabem todas as variantes do espectro ideológico, da extrema direita à extrema esquerda, passando por todos os matizes intermediários.

A novidade que Macri encarna não consiste tanto nas ideias modernas e realistas do seu programa, na sua clara vocação democrática, nem na sólida equipe de plano de Governo que reuniu, e sim em que pela primeira vez o eleitorado argentino tem agora a oportunidade de votar por uma efetiva alternativa ao peronismo, o sistema que conduziu ao empobrecimento e ao populismo mais caótico e retardatário o país mais culto e com maiores recursos da América Latina.

Não será fácil, certamente, mas (pela primeira vez em muitas décadas) é de fato possível. A vitória de María Eugenia Vidal, de inequívocos créditos liberais, nas eleições para o Governo provincial de Buenos Aires, tradicional bastião peronista, é um indício claro do desencanto de um vasto setor popular com uma política que, por trás da aparência de medidas de “justiça social”, antiamericanismo e pró-chavismo, fez a inflação disparar, reduziu drasticamente os investimentos estrangeiros, abalou a credibilidade financeira do país em todos os mercados mundiais e deixou a Argentina à beira da recessão.

O sistema que a senhora Kirchner encarna vai se defender com unhas e dentes, como é natural, e já é um indício do que pode vir a acontecer o fato de, no domingo passado, o Governo ter permanecido mudo, sem anunciar os resultados, por mais de seis horas após conhecer o escrutínio, logo depois de ter prometido que o tornaria público imediatamente. A possibilidade de fraude está sempre aí, e a única maneira de esconjurá-la, para a aliança de partidos que apoia Macri, seria garantir a presença em todas as seções eleitorais de fiscais que defendam o voto genuíno e – se houver – denunciem sua manipulação.

Dois fatos notáveis das eleições de 25 de outubro são os seguintes: Macri aumentou seu cabedal eleitoral em quase 1,7 milhão de votos, e o número de eleitores cresceu de maneira espetacular, de 72% dos inscritos na eleição anterior para um pouco mais de 80% nesta. A conclusão é evidente: um setor importante do eleitorado, até agora indiferente ou resignado perante o status quo, desta vez, renunciando ao conformismo, se mobilizou e foi votar, convencido de que seu voto poderia mudar as coisas. E, de fato, assim foi. E discretamente, sem anunciar de antemão, por prudência ou temor a possíveis represálias do regime. Daí o pavoroso tropeço das pesquisas que anunciavam um triunfo categórico de Scioli, o candidato governista, no primeiro turno. Mas em 22 de novembro não ocorrerá o mesmo: o poder kirchnerista conhece os riscos que corre com um triunfo da oposição e acionará todas as alavancas ao seu alcance, que são muitas – a intimidação, o suborno, as falsas promessas, a fraude – para evitar uma derrota. Resta esperar que o setor mais saudável e democrático dos peronistas dissidentes, que contribuíram de maneira decisiva para castigar o kirchnerismo, não se deixe deslumbrar com os chamados à unidade partidária (que não existe há muito tempo) e não desperdice esta oportunidade de corrigir um rumo político que devolveu a Argentina a um subdesenvolvimento terceiro-mundista que ela não merece.

O fenômeno peronista é mais misterioso que o do povo alemão abraçando o nazismo
Não merece pela variedade e quantidade de recursos do seu solo, um dos mais privilegiados do mundo, pelo alto nível de integração da sua sociedade e por sua elevada cultura. Quando eu era criança, meus amigos do bairro de Miraflores, em Lima, sonhavam em se formar profissionalmente não nos Estados Unidos nem na Europa, e sim na Argentina. Esta ainda tinha na época um sistema de educação exemplar, que havia erradicado o analfabetismo – um dos primeiros países a conseguirem isso – e que o mundo inteiro tinha como modelo. A boa literatura e os filmes mais populares da minha infância boliviana e adolescência peruana vinham de editoras e produtoras argentinas, e as companhias de teatro portenhas percorriam todo o continente nos deixando a par das obras de Camus, Sartre, Tennessee Williams, Arthur Miller, Valle Inclán et cetera.

O empobrecimento sistemático do país multiplicou a desigualdade e as fraturas sociais
É verdade que nem sequer os países mais cultos estão imunizados contra as ideologias populistas e totalitárias, como demonstram os casos da Alemanha e Itália. Mas o fenômeno do peronismo é, ao menos para mim, mais misterioso ainda que o do povo alemão abraçando o nazismo, e o italiano, o fascismo. Não há dúvida alguma de que a antiga democracia argentina – a da república oligárquica – era defeituosa e elitista, e que eram necessárias reformas que estendessem as oportunidades e o acesso à riqueza aos setores operários e camponeses. Mas o peronismo não levou a cabo essas reformas, porque sua política estatista e intervencionista paralisou o dinamismo da sua vida econômica e introduziu privilégios e sinecuras partidárias junto com o gigantismo estatal. O empobrecimento sistemático do país multiplicou a desigualdade e as fraturas sociais. O surpreendente é a fidelidade de uma enorme massa de argentinos a um sistema que, claramente, só favorecia uma nomenclatura política e seus aliados do setor econômico, uma pequena oligarquia rentista e privilegiada. Os golpes e as ditaduras militares contribuíram, sem dúvida, para manter viva a ilusão peronista.

Recordo minha surpresa na primeira vez que fui à Argentina, em meados dos anos sessenta, e descobri que em Buenos Aires havia mais teatros que em Paris, onde vivia. Desde então acompanhei sempre, com tanta fascinação quanto pasmo, as vicissitudes de um país que parecia empenhado em ignorar todas as vozes sensatas que queriam reformá-lo e que, em sua vida política, não deixa de perseverar no erro. Talvez por isso, comemorei com entusiasmo juvenil no domingo, dia 25, os resultados deste primeiro turno. E, cruzando os dedos, faço votos para que em 22 de novembro uma maioria inequívoca de eleitores argentinos demonstre a mesma lucidez e valentia, levando ao poder quem representa a verdadeira mudança com liberdade.

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© Mario Vargas Llosa, 2015.

segunda-feira, 30 de março de 2015

Venezuela e America Latina: governos timoratos ou coniventes? - Mario Vargas Lllosa

Venezuela oposición

Vargas Llosa critica actitud “timorata” Gobiernos de A.Latina con Venezuela

LIMA (PERÚ) 26/03/2015.- EFE/Paolo Aguilar
El escritor peruano, Mario Vargas Llosa (c) y las esposas de los opositores venezolanos presos Leopoldo López y Antonio Ledezma, Lilian Tintori (d) y Mitzy Capriles (i), participan en el seminario internacional "América Latina: oportunidades y desafíos" en la Universidad de Lima.
Infolatam/Efe
Lima, 26 de marzo de 2015
Las claves
  • El premio Nobel también les pidió a Tintori y Capriles que no piensen "que esa actitud de esos Gobiernos timoratos, de esos Gobiernos acobardados y a veces cómplices de la dictadura venezolana representa a sus pueblos".
El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa criticó la actitud “timorata” y “a veces cómplice” que, según su opinión, tiene la mayoría de los Gobiernos latinoamericanos con el régimen venezolano de Nicolás Maduro.
“Qué vergüenza que en América Latina haya tan pocos Gobiernos que hayan condenado” las prácticas represivas del régimen venezolano, afirmó hoy el escritor durante el panel “Venezuela y la libertad” que abrió en Lima el seminario internacional “América Latina: oportunidades y desafíos.”
Vargas Llosa participó en ese panel junto a Lilian Tintori y Mitzy Capriles, esposas de los líderes políticos opositores venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma, respectivamente.
“Les pido a ustedes, y a través de ustedes a todos los resistentes venezolanos, perdón por esa inconducta de los Gobiernos democráticos latinoamericanos, que muestran muy débiles convicciones democráticas, cuando no una secreta complicidad con la dictadura venezolana”, enfatizó el escritor dirigiéndose a Tintori y Capriles.
El escritor afirmó que le “alegra” que las dos mujeres hayan sido recibidas el miércoles por la primera ministra y por el canciller de Perú, Ana Jara y Gonzalo Gutiérrez, respectivamente, pero criticó que el presidente Ollanta Humala no haya hecho lo mismo.
“Lamento profundamente, que el presidente Humala y que (su esposa) Nadine Heredia no les hayan abierto las puertas”, enfatizó en medio de los aplausos prolongados de los asistentes al foro, que se celebra en la Universidad de Lima.
Vargas Llosa remarcó que es conocido que ha “defendido a este Gobierno” y acotó que lo sigue defendiendo, pero no por eso deja de criticar su actitud con la oposición venezolana.
El premio Nobel también les pidió a Tintori y Capriles que no piensen “que esa actitud de esos Gobiernos timoratos, de esos Gobiernos acobardados y a veces cómplices de la dictadura venezolana representa a sus pueblos”.
“No es verdad”, señaló antes de decir que los latinoamericanos quieren que “Venezuela vuelva a ser el país democrático, libre, que fue durante muchos años.”
Capriles agradeció, muy emocionada, las palabras de Vargas Llosa y dijo que “es imposible que las lágrimas dejen de saltarnos del corazón”.
Venezuela “hoy reclama solidaridad con su democracia”, agregó antes decir que la oposición venezolana tiene “la convicción de estar en el lado correcto de la historia.”
Tintori denunció que Venezuela está “al borde de una crisis humanitaria” y enfatizó que cualquier pronunciamiento de un presidente de otro país sobre este tema “no es injerencia”.
“El que calla es cómplice y estoy segura que Latinoamérica completa se va a pronunciar”, señaló antes de afirmar que van “a seguir hasta liberar a Venezuela.”
Las esposas de los líderes opositores venezolanos apresados Antonio Ledezma y Leopoldo López, Mitzy Capriles y Lilian Tintori, recibieron hoy el apoyo del expresidente peruano Alan García en Lima, así como pudieron dialogar con representantes del gobierno peruano.
Las venezolanas se reunieron con García, como parte de los encuentros que han sostenido desde ayer con varios líderes políticos peruanos, como la lideresa opositora Keiko Fujimori, y con representantes del gobierno de Ollanta Humala.
“Todo mi compromiso con la democracia venezolana. Y apoyamos la causa que defienden Lilian Tintori y Mitzy Capriles”, escribió García en Twitter acompañando una foto de su reunión.
Capriles y Tintori también fueron recibidas hoy por la presidenta del Consejo de Ministros de Perú, Ana Jara, y el canciller, Gonzalo Gutiérrez, por indicación del mandatario peruano, según informó una nota de prensa de la cancillería.
La jefa del gabinete peruano les manifestó que “el gobierno del Perú viene propiciando y apoyando el diálogo entre todas las fuerzas políticas” en Venezuela.
Asimismo, Jara agregó que “se alienta que en la próxima celebración de las elecciones congresales en ese país participen todas las fuerzas democráticas representativas”.

domingo, 8 de março de 2015

Venezuela: Vargas Llosa condena o apoio abjeto de paiseslatino-americanos a Maduro

Acho que ele foi até comedido na condenação...
Cumplicidade e conivência seriam as palavras certas.
Paulo Roberto de Almeida


À beira do abismo

 Mario Vargas Llosa *
O Estado de S.Paulo, 08.03.2015

Quando o governo venezuelano de Nicolás Maduro autorizou sua guarda pretoriana a usar armas de fogo contra as manifestações de estudantes sabia muito bem o que estava fazendo. Seis jovens foram assassinados nas últimas semanas pela polícia ao tentar acalmar os protestos de uma sociedade cada vez mais enfurecida contra os ultrajes desenfreados da ditadura chavista, a corrupção generalizada, o desabastecimento, o colapso da legalidade e a crescente situação de caos que se estende por toda a Venezuela.
Este contexto explica a escalada repressora do regime nos últimos dias: a prisão do prefeito de Caracas, Antonio Ledezma, um dos mais destacados líderes da oposição, quando completava um ano a prisão de Leopoldo López, outro dos grandes resistentes, e meses após María Corina Machado - figura relevante entre os adversários do chavismo - ter sido privada de sua condição de parlamentar e submetida a um assédio judiciário. 
O regime sente-se cercado pela crítica situação econômica à qual sua demagogia e inépcia levaram o país. Sabe que sua impopularidade cresce e, a não ser que massacre e intimide a oposição, sua derrota nas próximas eleições será cataclísmica (segundo as pesquisas, sua aprovação é de apenas 20%). 
Por isso, desencadeou o terror de maneira escancarada e cínica, alegando a costumeira desculpa: uma conspiração internacional dirigida pelos Estados Unidos da qual seriam cúmplices os opositores democráticos do chavismo. Conseguirá calar os manifestantes por meio de crimes, torturas e prisões em massa? 
Um ano atrás o conseguiu, quando milhares de venezuelanos foram às ruas pedindo liberdade (eu estava lá e vi com meus próprios olhos a formidável mobilização libertária dos jovens). Para isso foi necessário o assassinato de 43 manifestantes, muitas centenas de feridos e de torturados nos cárceres políticos e milhares de presos. Mas, um ano mais tarde, a oposição ao regime se multiplicou e a situação de libertinagem, desabastecimento, ultraje e violência só serviu para encolerizar cada vez mais as massas venezuelanas. Para prender e dominar este povo desesperado e heroico será necessária uma repressão infinitamente mais sangrenta que a do ano passado.
Maduro, o pobre homem que sucedeu a Chávez à frente do regime, demonstrou que sua mão não treme na hora de verter o sangue de seus compatriotas que lutam pela volta da democracia na Venezuela. Quantos mortos mais e quantas prisões políticas serão necessários para que a OEA e os governos democráticos da América Latina abandonem seu silêncio e comecem a agir, exigindo que o governo chavista renuncie à sua política de repressão contra a liberdade de expressão e a seus crimes políticos, e facilitem uma transição pacífica da Venezuela para um regime de legalidade democrática? 
Num excelente artigo, como costumam ser, Un estentóreo silencio, Julio Maria Sanguinetti (El País, 25/2/2015) censurou severamente estes governos latino-americanos que, com a tíbia exceção da Colômbia - cujo presidente se ofereceu para intermediar as conversações entre o governo de Maduro e a oposição - observam impassíveis os horrores que o povo venezuelano padece nas mãos de um governo que perdeu todo sentido dos limites e age como as piores ditaduras que o continente das oportunidades perdidas sofreu. 
Decência. Podemos ter a certeza de que o emocionado apelo do ex-presidente uruguaio (José Mujica) à decência aos mandatários latino-americanos não será ouvido. Que outra coisa se poderia esperar desse lamentável grupo em que abundam os demagogos, os corruptos, os ignorantes, os políticos rasteiros? Sem falar na Organização dos Estados Americanos, a instituição mais inútil produzida na América Latina em toda a sua história; a ponto de, toda vez que um político latino-americano é eleito ao cargo de seu secretário-geral, parece amolecer e sucumbir a uma espécie de catatonia moral.
Sanguinetti contrapõe, com toda a razão, a atitude destes governos "democráticos" que fingem não enxergar quando na Venezuela ocorrem violações dos direitos humanos, são fechados canais de TV, emissoras de rádio e jornais, com a celeridade com que estes mesmos governos "suspenderam" da OEA o Paraguai quando o país, segundo os mais estritos procedimentos constitucionais e legais, destituiu o presidente Fernando Lugo, medida que a imensa maioria dos paraguaios aceitou como democrática e legítima. A que se deve o uso de dois pesos e duas medidas? Ao fato de que Maduro, que assistiu à transmissão do cargo presidencial no Uruguai e foi recebido com honras por seus colegas latino-americanos, é de "esquerda" e os que destituíram Lugo eram supostamente de "direita".
Embora muitas coisas tenham mudado para melhor na América Latina nas últimas décadas - há menos ditaduras, uma política econômica mais livre e moderna, uma redução importante da extrema pobreza e um crescimento notável das classes médias - seu subdesenvolvimento cultural e cívico é ainda muito profundo e isso se torna patente no caso da Venezuela. Com o risco de serem acusados de reacionários e "fascistas" os governos latino-americanos que chegaram ao poder graças à democracia estão dispostos a cruzar os braços e fingir que não enxergam enquanto um bando de demagogos, assessorados por Cuba na arte da repressão, empurra a Venezuela para o totalitarismo.
Eles não se dão conta de que sua traição dos ideais democráticos permitirá que, no dia de amanhã, seus países sejam também vítimas desse processo de destruição das instituições e das leis que está levando a Venezuela à beira do abismo, ou seja, a tornar-se uma segunda Cuba e a padecer, como a ilha do Caribe, de uma longa noite de mais de meio século da ignomínia.
O presidente Rómulo Betancourt da Venezuela, que era de estofo diferente dos atuais, pretendeu, nos anos 60, convencer os governos democráticos da América Latina (eram poucos) da necessidade de buscar uma política comum contra os governos que - como o de Maduro - violentaram a legalidade e se transformaram em ditaduras. Ou seja, romper as relações diplomáticas e comerciais com eles e denunciá-los no plano internacional, a fim de que a comunidade democrática ajudasse desse modo os que defendiam a liberdade no próprio país. Não é preciso dizer que Betancourt não obteve o apoio de um único país latino-americano.
A luta contra o subdesenvolvimento sempre estará ameaçada de fracasso e retrocesso enquanto as lideranças políticas da América Latina não superarem este estúpido complexo de inferioridade em relação a uma esquerda à qual - apesar das catastróficas credenciais que pode exibir em questões econômicas, políticas e de direitos humanos (não bastam os exemplos dos Castros, Maduro, Morales, os Kirchners, Dilma Rousseff, o comandante Ortega e companhia?) concedem ainda uma espécie de superioridade moral em questões de justiça e solidariedade social.  
Tradução de Anna Capovilla
* É escritor peruano e prêmio Nobel

segunda-feira, 25 de agosto de 2014

A frase da semana: Mario Vargas Llosa sobre a liberdade

E, sobretudo, sobre a nossa responsabilidade, na terrível tragédia da Venezuela, que certos governos insistem em não ver, ou melhor, insistem em ficar do lado da ditadura...

Aqueles que chegaram à deprimente conclusão de que a política é uma atividade imunda, de medíocres e ladrões, e que é preciso, portanto, dar-lhe as costas, venham à Venezuela, onde ouvindo estes jovens, falando e aprendendo com eles, comprovarão que a ação política pode ser também nobre e altruísta, uma maneira de enfrentar a barbárie e derrotá-la, de trabalhar pela paz, convivência, justiça e liberdade, sem dar tiros nem detonar bombas, com razões e palavras, como fazem os filósofos e os poetas – criando a cada dia gestos, espetáculos, ideias, como fazem os artistas, que comovam e eduquem os outros e os embarquem num empreendimento libertário. Centenas de milhares, milhões de jovens venezuelanos estão dando nestes dias à América Latina e ao mundo inteiro um exemplo de que ninguém deve renunciar à esperança, de que um país, não importa quão profundo seja o abismo no qual a demagogia e a ideologia o precipitaram, sempre pode sair dessa armadilha e redimir-se.

Mario Vargas Llosa, em visita à Venezuela, em abril de 2014.

domingo, 27 de julho de 2014

Intelectuais franceses: sempre tropecando na historia, e na economia -Mario Vargas Llosa

Vargas Llosa não se refere, entre outros, a François Furet, que no seu livro Le Passé d'une Illusion (fiz uma resenha e deve talvez ser encontrada neste blog) examina esses stalinistas tardios, mas é bastante crítico de Tony Judt, que partilhava, sim, de todos os vieses dos progressistas acadêmicos e mantinha um preconceito fundamental contra o capitalismo, que foi quem devolveu a riqueza aos europeus no pós-guerra.
Aliás, até hoje os franceses brigam contra a economia de mercado e continuam a afundar alegremente o seu país.
Grato ao Orlando Tambosi pela transcrição.
Paulo Roberto de Almeida 
Mario Vargas Llosa analisa o livro de Tony Judt, recentemente falecido, sobre o lamentável passado da intelectualidade francesa, particularmente identificada com posições de esquerda. Parece demonstrar certa nostalgia por essa cultura contaminada pelo totalitarismo marxista, e que estendeu sua influência negativa pela América Latina. Concordo que Judt deveria ter incluído Revel, o rebelde liberal, na obra Passado Imperfeito(também publicada no Brasil pela editora Nova Fronteira, tradução que li há alguns anos), mas, no geral, acho que sua crítica da intelectualidade do pós-guerra vai bem. Como também viveu em Paris duante anos, Vargas Llosa é ambíguo em relação à atmosfera criada por pensadores que, por seu encarniçamento ideológico, merecem esquecimento - Sartre na linha de frente. Quanto a Judt, que morreu em Nova York, li outros livros dele e acho que, no fundo, partilhava a lamntável doutrina politicamente correta - ausente, porém, na sua crítica aos franceses. Segue o texto publicado no El País pelo escritor peruano e Prêmio Nobel de Literatura:


Acaba de ser reeditado nos Estados Unidos um livro de Tony Judt que apareceu pela primeira vez em 1992 e que eu não conhecia: Past Imperfect: French Intellectuals, 1944-1956. Impressionou-me muito porque eu vivi na França por cerca de sete anos, em um período - 1959-1966 - ainda impregnado pela atmosfera e pelos preconceitos, acrobacias e desvarios ideológicos que o grande ensaísta britânico descreve em seu ensaio com tanta severidade e erudição.

O livro pretende responder a esta pergunta: por que, nos anos do pós-guerra europeu e até meados da década de setenta, os intelectuais franceses, de Louis Aragon a Sartre, de Emmanuel Mounier a Paul Éluard, de Julien Benda a Simone de Beauvoir, de Claude Bourdet a Jean-Marie Doménach, de Maurice Merleau-Ponty a Pierre Emmanuel etc., foram pró-soviéticos, marxistas e companheiros de viagem do comunismo? Por que escritores e pensadores europeus acabaram sendo os últimos a reconhecer a existência do Gulag, da brutal injustiça dos julgamentos stalinistas em Praga, Budapeste, Varsóvia e Moscou que mandaram revolucionários comprovados para o paredão? Houve exceções ilustres, com Albert Camus, Raymond Aron, François Mauriac e André Breton entre eles, mas foram escassas e pouco influentes em um meio cultural no qual as opiniões e os posicionamentos dos primeiros prevaleciam de maneira esmagadora.

Judt pinta um quadro de grande rigor e leveza do renascer da vida cultural na França após a libertação, uma época em que o debate político impregna todo o movimento filosófico, literário e artístico e permeia os meios acadêmicos, os cafés literários e revistas como Les Temps Modernes, Esprit, Les Lettres Françaises e Témoignage Chrétien, que passam de mão em mão e alcançam tiragens notáveis. Comunistas e socialistas, existencialistas e cristãos de esquerda, seus colaboradores divergem sobre muitas coisas, mas o denominador comum é um anti-americanismo sistemático, a convicção de que entre Washington e Moscou a primeira representa a incultura, a injustiça, o imperialismo e a exploração, e a última o progresso, a igualdade, o fim da luta de classes e a verdadeira fraternidade. Não chegam todos aos extremos de um Sartre, que, em 1954, após sua primeira viagem à União Soviética, afirma, sem o menor pudor: “O cidadão soviético é completamente livre para criticar o sistema”.

Nem sempre se trata de uma cegueira involuntária, derivada da ignorância ou da mera ingenuidade. Tony Judt mostra como ser um aliado dos comunistas era a melhor maneira de limpar um passado contaminado pela colaboração com o regime de Vichy. É o caso, por exemplo, do filósofo cristão Emmanuel Mounier e de alguns de seus colaboradores na Esprit, que, no início da ocupação, tinham sido seduzidos pela chamada experiência de nacionalismo cultural Uriage, patrocinado pelo governo, até que, advertidos de que era manipulada pelas forças nazistas da ocupação, se distanciaram. E eu me recordo que, no princípio dos anos setenta, diante de alguns manifestantes universitários que queriam impedi-lo de falar e citavam Sartre, André Malraux respondeu a eles: “Sartre? Eu o conheço. Fazia suas peças de teatro serem representadas em Paris, aprovadas pela censura alemã, enquanto a Gestapo me torturava”.

Tony Judt diz que, além da necessidade de fazer esquecer um passado politicamente impuro, por trás do esquerdismo dogmático desses intelectuais havia um complexo de inferioridade do meio cultural, pela facilidade com que a França se rendeu aos nazistas e aceitou o regime fantoche do Marechal Pétain, e foi libertada de maneira decisiva pelas forças aliadas lideradas pelos Estados Unidos e pela Grã-Bretanha. Ainda que tenha existido, sem dúvidas, uma resistência local e uma participação militar (gaullista e comunista) na luta contra o nazismo, a França jamais teria conquistado sozinha sua própria libertação. Isso, somado à substancial ajuda que recebia dos Estados Unidos para seus trabalhos de reconstrução, através do Plano Marshall, teria disseminado um ressentimento que pode explicar, segundo Judt, essa doença infantil do esquerdismo pró-stalinista que marcou sua vida intelectual entre 1945 e os anos sessenta.

No polo oposto, destaca-se a figura de Albert Camus. Nos anos cinquenta, não era necessária apenas lucidez para condenar os campos soviéticos de extermínio e os julgamentos duvidosos; também era preciso uma grande coragem para enfrentar uma opinião pública tendenciosa, a demonização de uma esquerda que tinha o controle da vida cultural e uma ruptura com seus antigos companheiros de resistência. Mas o autor de O Homem Revoltado não hesitou, afirmando, contra tudo e contra todos, que dissociar a moral da ideologia, como fazia Sartre, era abrir as portas da vida política ao crime e às piores injustiças. O tempo lhe deu razão e por isso as novas gerações continuam lendo suas obras, enquanto a maior parte dos que então eram os mestres da vida intelectual francesa foi engolida pelo esquecimento.

Um caso muito interessante, que Tony Judt analisa detalhadamente, é o de François Mauriac. Resistente desde o primeiro momento contra os nazistas e Vichy, suas credenciais democráticas eram impecáveis na época da libertação. Isso o permitiu enfrentar, com argumentos sólidos, a maré pró-stalinista e, sobretudo, como católico, os progressistas da Esprit e daTémoignage Chrétien, que em muitas ocasiões, como durante as polêmicas sobre o Gulag desatadas pelos testemunhos de Viktor Kravchenko e de David Rousset, serviram de meros porta-vozes das mentiras inventadas pelo Partido Comunista francês. Por outro lado, tanto em suas memórias quanto em seus ensaios e colunas jornalísticas, ele se adiantou a todos os seus colegas ao iniciar uma profunda autocrítica dos delírios de grandeza da cultura francesa, em uma época na qual – ainda que muitos poucos além dele tenham percebido na ocasião – ela entrava justamente em um declínio do qual até hoje não conseguiu sair. Nunca gostei dos romances de Mauriac e por isso descartei seus ensaios; mas este livro Past Imperfect de Judt me convenceu de que cometi um erro.

No entanto, nem tudo é convincente no livro. É imperdoável que, além de Camus, Aron e outros, a obra não faça menção a Jean-François Revel, que, desde o fim dos anos cinquenta, travava também uma batalha bastante intensa contra os símbolos do stalinismo. Ou que não ressalte suficientemente a denúncia do colonialismo e o apoio às lutas do Terceiro Mundo para se livrar das ditaduras e da exploração imperial, que foi um dos cavalos de batalha e talvez o aporte mais positivo de Sartre e de muitos de seus seguidores na época.

Por outro lado, ainda que a dura crítica de Tony Judt ao que chama de “anestesia moral coletiva” dos intelectuais franceses seja, feitos os cálculos, justa, ele omite algo que nós que de alguma maneira vivemos aqueles anos dificilmente poderemos esquecer: a vigência das ideias, a crença – por vezes exagerada – de que a cultura em geral, e a literatura em particular, desempenhariam um papel de primeiro plano na construção daquela futura sociedade na qual a liberdade e a justiça finalmente se uniriam de maneira indissolúvel. As polêmicas, as conferências, as mesas redondas no auditório lotado da Mutualité, o público ávido, principalmente de jovens, que acompanhava tudo aquilo com fervor e prolongava os debates nos bistrôs do Quartier Latin e de Saint Germain: impossível lembrar-se de tudo isso sem nostalgia. Mas é verdade que foi bastante efêmero, menos relevante do que acreditávamos, e que o que então nos pareciam ser os grandes anais da inteligência eram mais os estertores da figura do intelectual e os últimos instantes de uma cultura de ideias e palavras, não limitada aos seminários do meio acadêmico, mas sim derramada sobre os homens e as mulheres das ruas.

quarta-feira, 25 de junho de 2014

Vargas Llosa sobre a vida, o amor, etc. - Entrevista El Pais

“Esta realidade pode ser o inferno”

O escritor acha que a falta de transparência leva aos jovens à indiferença e ao desprezo pelo social

Pergunta. Que papel o senhor assume quando fala com jovens?
Resposta. O de um curioso. O abismo entre gerações é o maior da história. Os jovens gostam mais das telas, onde sua desenvoltura é imbatível. Nós continuamos sendo livrescos.
P. O que mais mudou?
R. Tornam-se adultos muito rápido. Em relação a sexo, por exemplo. É uma liberdade que os torna mais saudáveis do que nós fomos. Os tabus e as proibições fizeram com que o sexo fosse traumático.

Os países que viveram a utopia demonstraram que ela provocava mais injustiças do que as corrigia
P. O que o senhor entende agora e não compreendia quando era jovem?
R. A igualdade entre o homem e a mulher. Os jovens agora são mais conscientes disso, e nós éramos bastante cegos. O sexo os torna mais livres. Ainda que essa liberdade os faça perder, mais rápido, a inocência que pouco a pouco ia fomentando o amor e enriquecendo a relação sentimental.
P. Quando o senhor perdeu sua inocência?
R. Entre os 10 e os 11 anos. Eu não sabia como as crianças vinham ao mundo; que cegonhas as trouxessem me parecia algo fantasioso; não suspeitava do tipo de vida sexual que estava na origem da procriação.
P. E que outras descobertas naturais o comoveram?
R. O amor. Foi fundamental, e o descobri antes do sexo. Meu primeiro amor foi uma trapezista de circo. Eu era muito jovem; e os circos vinham para Cochabamba para o 6 de Agosto, dia da Bolívia. Havia uma equilibrista vestida de rosa. Foi meu primeiro amor.
P. E o primeiro beijo?
R. Talvez aos 12 anos. Fazíamos jogos maliciosos entre meninos e meninas. O prêmio era um beijo. O meu primeiro foi o de Teresita. Foi por isso que batizei com esse nome a protagonista do meu primeiro romance!
P. O senhor abraçou a utopia na juventude. Quando ela ruiu?
R. Quando os países que viveram a utopia demonstraram que ela provocava injustiças piores que as injustiças que nós queríamos corrigir com as medíocres democracias.
P. A realidade de hoje não é motivo para soltar fogos.
R. Esta realidade democrática não apenas não é o paraíso como pode chegar a ser o inferno. Há corrupção, falta de transparência, de vitalidade das democracias, e isso leva os jovens a aderirem à indiferença e ao desprezo pelo social e pelo político; o que acho muito grave. É uma realidade do nosso tempo.
P. O que o surpreende quando conversa com os jovens?
R. O enorme desprezo pela política e pelo compromisso; acham que é uma perda de tempo, que todos os políticos são corruptos. Essa atitude cínica que assumem tão rápido é perigosa para o futuro da democracia, da liberdade, de tudo que nos tirou da barbárie.
P. Consegue convencê-los do contrário?
R. É difícil fazê-lo, se o que tem a oferecer é viver em sociedades nas quais não há emprego, a não ser para uma minoria. A grande revolução tecnológica transforma o mundo e faz desaparecer, cada vez mais, oportunidades de trabalho.
P. O que o senhor não entende do que escuta?
R. Há um deslumbramento com a tecnologia como panaceia para resolver tudo. Uma utopia perigosa: ameaça a maior conquista da humanidade, a liberdade. É um pesadelo orwelliano que se tornou realidade.
P. Disse que imaginava a velhice junto com um dogue alemão, de frente para o mar. Acha que está longe?
R. Ha, ha, ha! Meu sonho é poder continuar lendo e escrevendo até o final. Se for assim, será uma morte feliz.
P. Um pai, quase da sua idade, deixa o lugar para alguém que pode seu filho, Vargas Llosa. Que futuro prevê para o novo Rei?
R. Acredito que seja um jovem muito bem preparado para enfrentar um futuro enormemente incerto e difícil.

terça-feira, 1 de abril de 2014

Think tanks: Mario Vargas Llosa joins Mont Pelerin Society - Alex Chafuen

Away From Socialism: Mario Vargas Llosa Joins The Mont Pelerin Society – by Alejandro Chafuen

The Mont Pelerin Society (MPS), has been credited as being one of the key groups that succeeded in moving the world away from socialism and into a more liberal world order. In the move away from socialism, few can be such good witnesses as Nobel Laureate Mario Vargas Llosa. He recently became a prominent new member of MPS.
Few organizations can show a history with so many Nobel Laureates. Vargas Llosa, however, is the first from the world of literature. MPS was founded by F.A. Hayek in 1947, who later became a Nobel Laureate in 1974. Other Nobel Laureates in the society included Milton Friedman, Ronald Coase, James Buchanan, and George Stigler. They are deceased, but they left an enormous legacy. Vernon Smith and Gary Becker are still going strong and are active members.
Despite coming from the world of literature, Vargas Llosa is no stranger to the world of economic liberty. In 2002, he founded the Fundación Internacional para la Libertad. In 2005, he won the American Enterprise Institute’s Irving Kristol award, and in 2010, he became an Atlas Templeton Fellow. Few can match his track record as keynote speaker for free-market think tanks. In a recent presentation at the Montreal Economic Institute he explained in detail his personal journey away from socialism.
A short history of the society shows how well Vargas Llosa fits in, and emblazons its membership. MPS is not a secret society, it is a private society. Any person can find ample information on the official website, however a few things are private: the member list, the discussions, and the pictures of meetings.
The MPS founders saw that the major threat came from “the spread of creeds which, claiming the privilege of tolerance when in the position of a minority, seek only to establish a position of power in which they can suppress and obliterate all views but their own.”  These were generated by “a view of history which denies all absolute moral standards and by the growth of theories which question the desirability of the rule of law.”
The six goals of the society have not changed, nor have their relevance:
1.       The analysis and exploration of the nature of the present crisis so as to bring home to others its essential moral and economic origins.
2.      The redefinition of the functions of the state so as to distinguish more clearly between the totalitarian and the liberal order.
3.      Methods of re-establishing the rule of law and of assuring its development in such manner that individuals and groups are not in a position to encroach upon the freedom of others and  private rights are not allowed to become a basis of predatory power.
4.       The possibility of establishing minimum standards by means not inimical to initiative and functioning of the market.
5.      Methods of combating the misuse of history for the furtherance of creeds hostile to liberty.
6.      The problem of the creation of an international order conducive to the safeguarding of peace and liberty and permitting the establishment of harmonious international economic relations.
The permanence of its aims, such as focusing on moral origins, avoiding private rights from becoming a “basis of predatory power,” keeping in mind the true lessons of history, and helping create an international order that assures the peace and liberty most want, all explain part of the great prestige of their meetings. The quality of the papers and speakers, as well as the private setting of the discussions, is also essential. Among free-market groups, the Mont Pelerin Society meetings ranked first in the GoToThinkTank list for “The Best Think Tank Conference.” This despite never promoting or advertising its conferences beyond its members.
GoToThink Tank rank among free- market groupsOrganizationAttendance and length of largest meetingsProfile of most participants
1The Mont Pelerin Society5 days, 500 peopleAcademic economists, intellectuals and think tank leaders
2Acton Institute4 days, 900 peopleReligious studies professors and students from different denominations
3Atlas Economic Research Foundation2 days, 500Think Tank leaders, staff members, and their supporters
4The Fraser Institute(Canada)500 for dinners, 80 for networkingBusiness leaders for dinners
Think Tank Academics for the Economic Freedom Network
5CEDICE Libertad(Venezuela)400 (2 days)50% business persons, 25% students 25% policy leaders
6Istituto de Estudos Empresariais(Brazil)5000 (2 days)85% students, 10% policy leaders, 5% business persons
F.A. Hayek dedicated his “Road to Serfdom” to “Socialists of all Parties.” Vargas Llosa was one of them. The magic of the well spoken word, coupled with his insights that go deep into the human spirit, helps him attract audiences that fill the largest lecture halls and theaters. His vision of liberalism is respectful of the free market and grounded on personal freedom, it is open to conservatives and libertarians, religious and atheists, and will be a stronger magnet for “freedom lovers of all parties.”
* Alejandro Antonio (Alex) Chafuen, Ph.D., has been president of Atlas Economic Research Foundation since 1991. A member of the board of advisors to The Center for Vision & Values and a trustee of Grove City College, he is also the president and founder of the Hispanic American Center of Economic Research. Dr. Chafuen serves on several boards including the Chase Foundation of Virginia, the Acton Institute, the Fraser Institute (Canada), and is an Active Honorary Member of the John Templeton Foundation.
Source: Forbes.com