Venezuela en el Mercosur: optimistas, pesimistas y todos los demás
Abraham Zamorano
BBC Mundo, Caracas
Martes, 31 de julio de 2012
Lo último que se esperaban los parlamentarios paraguayos cuando depusieron a Fernando Lugo era que servirían en bandeja el acceso de Venezuela al Mercosur, pero así fue, casi a trompicones.
El presidente Hugo Chávez certifica este martes en Brasilia la entrada de Venezuela al bloque mientras en su país está abierto un intenso debate entre optimistas y pesimistas.
Chávez, a la cabeza de los optimistas, habla de "una bendición" que va a generar cientos de miles de empleos y que puede atraer la instalación en su país de grandes empresas brasileñas y argentinas atraídas por la energía y la materia prima barata con puertas al Caribe.
Los más pesimistas, economistas e internacionalistas –muchos de oposición– lo dudan porque recuerdan que Venezuela es una economía monoexportadora de petróleo (que representa hasta el 95% de lo que vende al exterior) y muy dependiente de las importaciones (hasta el 70% de los alimentos que consume viene de fuera). Aseguran que el ganador evidente es Brasil.
Más allá de ese debate, están las dudas en torno a cómo van a encajar en el Mercosur los acuerdos económicos de Caracas con China, dónde queda la Alianza Boliviariana de las Américas (ALBA) o las intenciones del presidente Chávez de salirse del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
En cualquier caso, por delante quedan largas negociaciones pues el protocolo de adhesión, firmado en 2006, contempla que Caracas tendrá cuatro años para adaptarse a los muchos cambios que derivarán de incorporarse al bloque sudamericano.
Quienes reciben con satisfacción la entrada de Venezuela al bloque destacan que la superpotencia petrolera, en tanto una economía de tamaño medio, aportará energía y equilibrios a lo que hasta ahora eran dos grandes (Argentina y Brasil) ante dos pequeños (Paraguay y Uruguay). "Su incursión en el bloque regional rompe ese círculo vicioso", afirmó el brasileño Emir Sader.
Según el analista e internacionalista Nícmer Evans, "Venezuela entra en un momento perfecto para ser además, dentro de la polaridad entre las dos grandes potencias, ser un punto medio perfecto, una bisagra que va a permitir estabilizar aún más, generar más equilibrio".
"Mercosur nace con esencia neoliberal, no lo podemos negar, pero ha evolucionado como consecuencia de las disparidades, los mecanismos de integración han tenido que irse afinando para evolucionar de una estructura de competencia y libre mercado a una solidaridad y complementariedad que toma en cuenta las asimetrías, si no fuese así, ya Uruguay y Paraguay estarían quebrados y no tendrían beneficios de mantenerse", le dijo Evans a BBC Mundo.
Evans no niega la debilidad del sector exportador no petrolero de Venezuela, pero se muestra optimista ante el hecho de que "se abre un mercado de 400 millones de personas". "Y de principio podemos potenciar energéticamente al granero del mundo en función de las búsquedas de los equilibrios".
"El Estado está empezando a asumir la inversión para la expansión de la capacidad productiva y tener capacidad de exportación. Eso no va a pasar de un día para otro, tendrá que pasar un mediano tiempo, pero se abre la posibilidad", comentó.
"Los que critican el ingreso al Mercosur son los que aplaudirían el ingreso al ALCA. ¿Qué es más perjudicial entrar a competir con EE.UU. o tratar de generar un mercado de equilibrios y compensaciones con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay? Sin duda alguna, nuestros vecinos y hermanos son la alternativa lógica".
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