Una reunión entre Argentina y Brasil que debía intentar resolver los conflictos comerciales más apremiantes entre los dos países terminó literalmente a los gritos y llevó a los funcionarios brasileños a levantarse de la mesa de negociaciones.
Según indicaron a esta enviada miembros de la delegación de Brasil, la secretaria de Comercio Exterior Tatiana Prazeres se encontró antes de ayer con su colega porteña Beatriz Paglieri en el marco de la Cumbre del Mercosur, en Mendoza. La cita se desarrollaba en “un clima de alta tensión” y, en un momento determinado, la número 2 de Guillermo Moreno “empezó a alterarse” y hablar en voz demasiado alta. F u e entonces que Prazeres le pidió: “Por favor, baje el tono” y amenazó con retirarse.
Paglieri, afirman testigos, moderó el estilo pero el daño ya estaba hecho. Cuando a Tatiana Prazeres le preguntaron por los resultados a los que presuntamente habían llegado en ese encuentro, la funcionaria (tercera en la jerarquía del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio brasileño) replicó: “¿De qué acuerdo me habla?”.
Paglieri pasó a comandar las discusiones con los técnicos brasileños luego de ser promovida a la secretaría de Comercio Exterior por su jefe Moreno, con quien parece compartir algunos rasgos de “arrogancia”. El secretario carga en su haber con algunas disputas folklóricas que mantuvo en el pasado con empresarios brasileños. Y otras más comprometedoras que al parecer involucró al embajador en Buenos Aires Enio Cordero y que en su momento mereció el repudio formal del Senado brasileño.
Lo que está en el fondo de los arranques poco diplomáticos de Paglieri es la discusión p or las barreras que levantó Brasil contra las exportaciones de productos regionales argentinos.
Es el caso de las aceitunas, de las pasas de uva y de los aceites mendocinos, que enfrentan trabas para ingresar al mercado brasileño. En verdad esa situación es un espejo del bloqueo que impuso el gobierno de Cristina Kirchner al ingreso de carnes porcinas de Brasil, como también de calzado y autopartes.
La falta de entendimiento entre Prazeres y Paglieri obligó al ministro brasileño Fernando Pimentel y su colega Débora Giorgi a retomar el hilo de las conversaciones interrumpidas por aquel entredicho. En una entrevista con la agencia de noticias Reuters, Pimentel reveló que no hay avances en ese terreno. Dijo textualmente: “No hay condiciones para un acuerdo que permita levantar las licencias no automáticas de importación de productos argentinos perecedero”. Esto significa que se mantendrán las mismas restricciones que contaminan desde hace más de un año el intercambio comercial. Para no dejar lugar a las dudas, el ministro brasileño subrayó: “No hay todavía ningún acuerdo que justifique la eliminación de los permisos previos para los productos argentinos”. Sí hubo en cambio un compromiso de palabra para el ingreso de camiones con aceitunas argentinas por la frontera.
Pimentel, uno de los ministros más allegados a la presidenta Dilma Rousseff, discutió con Giorgi los plazos para elaborar un nuevo acuerdo de la industria automotrizque deberá entrar en vigencia una vez que expire el actual, en diciembre de 2013. De acuerdo con el funcionario, el criterio que debe tener ese nuevo convenio es el de priorizar un aumento de los contenidos regionales (argentino y brasileño) en las autopartes y unidades terminadas. Ambos discutieron la posibilidad de que sectores de la industria naval argentina puedan integrar la lista de beneficiario en las compras gubernamentales de Brasil.
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