segunda-feira, 15 de julho de 2013

A queda... e a queda do Mercosul? - Leonardo Vera (Venezuela)

Cabe destacar, antes qualquer outra informação, este trecho:

"[Nicolas Maduro] Llegó a Montevideo como ya acostumbra en sus más recientes giras como Presidente de Venezuela: En un avión de Cubana de Aviación, rodeado de un ejército de guardaespaldas y de una comitiva de centenares de burócratas.
No más llegar a la sede de Mercosur en Parque Hotel, el primer impase se suscito entre su escolta y la policía uruguaya, todo esto frente a reporteros y cámaras de televisión. Los escoltas intentaron tomar las instalaciones e ingresar por un acceso prohibido, la policía uruguaya se mantuvo firme, vetó el ingreso y esto originó la primera ofuscación del encuentro."
Boa sorte nos próximos encontros.
Paulo Roberto de Almeida 

Leonardo Vera: Venezuela y la Cumbre Mercosur

Mercosur: Espacio Regional de Incertidumbres

Infolatam
Caracas, 14 julio 2013
Por LEONARDO V. VERA

(Especial Infolatam).- Nicolas Maduro, asume no sin contratiempos y desafíos, la Presidencia Pro Tempore de Mercosur. La asume en un momento por lo demás crítico para la alianza que ya cumple 22 años desde la firma del Tratado de la Asunción. Llegó a Montevideo como ya acostumbra en sus más recientes giras como Presidente de Venezuela: En un avión de Cubana de Aviación, rodeado de un ejército de guardaespaldas y de una comitiva de centenares de burócratas.
No más llegar a la sede de Mercosur en Parque Hotel, el primer impase se suscito entre su escolta y la policía uruguaya, todo esto frente a reporteros y cámaras de televisión. Los escoltas intentaron tomar las instalaciones e ingresar por un acceso prohibido, la policía uruguaya se mantuvo firme, vetó el ingreso y esto originó la primera ofuscación del encuentro.
Durante el primer día los presidentes de los cuatro países activos del acuerdo se reunieron por casi tres horas. De ahí sólo tres decisiones políticas merecen ser destacadas. La primera condenando en forma unánime el percance sufrido por Evo Morales en Europa el pasado día 2 de julio, cuando su vuelo fue obligado a aterrizar en Viena, debido a la negativa de las autoridades de Francia, Italia, Portugal y España de permitir el paso aéreo por sus jurisdicciones. En ese sentido los Presidentes acordaron llamar a consulta a sus embajadores en estos países.
La segunda, condenando las acciones, cada vez más evidentes, de “espionaje cibernético” conducidas por el gobierno de los Estados Unidos y solicitando la suspensión de éstas prácticas.La tercera, correspondió al anuncio de asumir la incorporación de Paraguay como miembro pleno y activo en los órganos del Mercosur (a partir del 15 de Agosto), valorando positivamente las elecciones en ese país y considerando al mismo tiempo cumplidos los requisitos establecidos en el artículo 7 del Protocolo de Ushuaia.
Es en éste último punto donde la tensión no ha disminuido. Aunque Paraguay no fue invitado a las deliberaciones, el Canciller paraguayo, Fernández Estigarribia, se refirió de inmediato al levantamiento de la sanción política y señaló que con Venezuela a la cabeza del bloque, se complica el regreso de Paraguay, ya que el Congreso de su país no aceptó en su momento la inclusión del país caribeño. Es decir, desde la perspectiva del gobierno saliente de Paraguay, Venezuela y Maduroejercen ilegítimamente la presidencia del bloque.
Pero desde la perspectiva del gobierno entrante también hubo pronunciamiento y las pocas horas el presidente electo de Paraguay, Horacio Cartes, descartó la incorporación al Mercosur tras manifestar que el ingreso de Venezuela y la entrega de la Presidencia Pro Tempore a Nicolás Maduro, no se ajusta a los tratados internacionales firmados por los socios fundadores. Cartes no pudo ser más claro y preciso al señalar: “Las características jurídicas del ingreso de Venezuela como miembro pleno al Mercosur, en julio del 2012, no han sido subsanadas conforme a las normas legales… El derecho concerniente, internacional y nacional, debe ser reconocido, respetado y cumplido, tal como se ha acordado”.
La realidad es que las ventas dentro del propio Mercosur han descendido sensiblemente (7% en 2012)
La realidad es que en cierto sentido la cumbre ha perdido una vez más un momento valiosísimo. Más allá de estas polémicas en la intimidad política del bloque, y de las declaraciones y formulas de denuncia a los oídos del mundo, un conjunto de problemas económicos y comerciales asechan el desempeño de Mercosur y obstaculizan el avance de la integración en su seno. Ni una mención a estos problemas hubo en el encuentro. Tampoco un detalle sobre la naturaleza de los desafíos. Pero los problemas y los desafíos están allí.
Evidencia de que algo no está funcionando al interior del bloque resulta de comparar la evolución que han tomado los flujos comerciales en otros bloques de la región. Al tiempo que las exportaciones de la Comunidad Andina en 2012 crecieron 5,1%, las del Mercado Común Centroamericano 5,5%, y las de México en 6,3%, las de Mercosur cayeron 2,2%. Cierto es que los países miembros de Mercosur encaran sus propias dificultades internas, y que la situación europea, hacia donde existe una concentración importante del comercio, ha significado una merma en las exportaciones del bloque, pero ¿no se supone en esta circunstancia que el comercio intra-regional debe constituirse como un mecanismo compensatorio?
La realidad es que las ventas dentro del propio Mercosur han descendido sensiblemente (7% en 2012). De hecho, después de la caída en las ventas a Europa (en crisis) lo que más ha caído son las ventas intra-mercosur: el reflejo de medidas restrictivas unilaterales, retaliaciones en la demora de licencias, restricciones en frontera por regulaciones. En fin, como bien señaló Pepe Mujica en alguna oportunidad, “Mercosur es una mala unión aduanera”.
Uno de los más importantes desafíos del Mercosur es la necesidad de que pueda moverse en una matriz de intereses comunes. Quien observa la evolución del bloque, notará que las motivaciones de cada país a menudo han estado atadas a los intereses de gobiernos de turno y por lo tanto el bloque sufre de frustraciones y malos entendimientos. Este argumento puede ilustrarse con ejemplos simples pero reveladores. En los años noventa la participación brasileña en el Mercosur estuvo movida más por consideraciones estratégicas de negociación internacional que por razones puramente comerciales de alcance regional. En parte esto explica la inclinación brasileña hacia una forma de integración del tipo “unión aduanera”, en oposición a un área de libre comercio.
En el año 2012 cuando Hugo Chávez decide aceptar la entrada de Venezuela en el acuerdo, la economía venezolana se encontraba (y se encuentra) en una de las peores condiciones para encarar los desafíos de un acuerdo de éste tipo. Con una tasa de cambio fija y sobrevaluada con respecto al dólar (en más de 100 por ciento), con un parque industrial en desmantelación y sin ventaja competitiva alguna, con una caída en las exportaciones no tradicionales de más de 50% en sólo dos años y con un sector agrícola arruinado por las malas políticas y la expropiación de más de 4 millones de hectáreas de tierra, Venezuela no está en capacidad de beneficiarse en forma alguna de las facilidades de Mercosur, y por el contrario, ahora avanza hacia una simple relación de intercambio de petróleo por espejitos ¿Qué buscaba afanosamente Hugo Chávez en Mercosur? Influencia geopolítica sobre la región con la expansión de un proyecto político sobre el bloque que consideraba más permeable.
Sin una matriz común de intereses que vaya más allá de las simpatías políticas y sin una adecuada combinación de flexibilización de sus instrumentos y reglas con la aceptación de sus países miembros de un mínimo de disciplinas colectivas que estén dispuestos a respetar, el Mercosur puede entrar entonces en una fase de creciente incertidumbre y desintegración, donde prevalecerá el escape unilateral de sus miembros hacia otros espacios de integración más promisorios.

LEONARDO V. VERA. Economista por la Universidad Central de Venezuela, Master en Economía por Roosevelt University, Chicago, Ph.D. en Economía en la University of East London. Ex economista Senior de la Oficina de Asesoría Económica del Congreso, Consultor de la Segunda Vice-Presidencia del Senado, de la Comisión de Energía y Minas del Congreso, de la Oficina de Análisis y Programación Macroeconómica del Ministerio de Finanzas y Director de Investigación Económica de la Pro-Competencia. Ganador del Premio Peltzer en el año 1999. Actualmente es profesor de la Cátedra de Teoría Económica Avanzada y de Macroeconomía de la Escuela de Economía de la UCV, profesor de la Maestría en Teoría y Política Económica de FACES, "Andrés Bello Fellow" de la Universidad de Oxford y Economista Senior de la Unidad de Investigación Económica del Banco Mercantil. Autor del libro "Stabilization and Growth in Latin America: A Critique and Reconstruction for Post Keynesian and Structuralist Perspectives", Palgrave, London, 2000 y de numerosas publicaciones en revistas internacionales arbitradas.
 

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