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Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida.

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sábado, 8 de dezembro de 2012

Os 25 melhores livros da Foreign Policy en Espanol

Sem comentários, inclusive porque não conheço praticamente nenhum, mas já li sobre vários...
Aliás, um comentário: o livro de Jean Ziegler, a despeito de tratar de um problema real, a fome no mundo, deve ser totalmente enviesado em favor de suas teses, que são as de sempre atribuir os problemas ao sistema capitalista. Não existe insegurança alimentar no mundo: existem problemas de distribuição, dos alimentos em si, e de renda.
O capitalismo é perfeitamente capaz de alimentar 10 bilhões de habitantes neste planetinha -- como diria outro idiota que deve pensar como o Ziegler -- e são os governos, com suas políticas equivocadas, assim como Estados falidos, que provocam insegurança alimentar e, no limite, fome...
Paulo Roberto de Almeida 

LOS 25 LIBROS DE FP 2012
05 de diciembre de 2012

Asia, capitaneada por China, es la región más codiciada por Occidente para establecer relaciones dentro del panorama internacional actual, la economía y la geopolítica siguen siendo imprescindibles para analizar y entender el mundo, EE UU y Europa permanecen con su propia crisis política y económica, el nuevo mundo árabe continúa cambiando, estos y otros muchos temas más son las lecturas destacadas por Foreign Policy en español para 2012. He aquí una selección de las obras publicadas en los últimos doce meses que son necesarias para entender el mundo.

Asia

asia
© misterelements - Fotolia.com
Un maravilloso porvenir
Katherine Boo
Editorial Aguilar, Madrid, 2012
Tras una investigación de más de tres años, Katherine Boo presenta un retrato conmovedor en el que reconstruye la dramática y sobrecogedora historia de unas familias que luchan por sobrevivir en un suburbio de Bombay. A pesar de la aterradora situación que sufren, se transmite su optimismo y esperanza por superar los obstáculos y alcanzar un futuro mejor fuera de la miseria y la desigualdad social.
From the ruins of empire. The intellectuals who remade Asia
Pankaj Mishra
Farrar, Straus and Giroux, Nueva York, 2012

Repaso a la biografía intelectual de varios pensadores asiáticos del siglo XIX y principios del XX y, con él, de los orígenes de corrientes intelectuales tan influyentes en el mundo contemporáneo como el islamismo, el comunismo o el nacionalismo anticolonialista, con la perspectiva de un momento histórico como el actual en el que lo que se conocía como Oriente está emergiendo con fuerza, tanto política como, económicamente.
China in ten words
Yu Hua
Vintage, Nueva York, 2012

Una colección de 10 ensayos que combina análisis e historias personales del novelista chino Yu Hua, que reside en Pekín y vivió su juventud durante los años de la Revolución Cultural. Una obra que retrata la enorme transformación del país y captura el alma del gigante asiático.
Afganistán, crónica de una ficción
Mónica Bernabé
Debate, Barcelona, 2012

La primera obra de la única periodista española que vive de modo permanente en Afganistán aborda en primera persona la realidad afgana, las complejidades de la labor periodística en el país, así como ofrece una crítica feroz del papel jugado por la comunidad internacional en los últimos años.

Economía
A capitalism for the people
Luigi Zingales
Basic Books, Nueva York, 2012

Frente a la erosión del actual sistema económico, cuya credibilidad se ha visto fuertemente dañada tras la crisis financiera global, Zingales sugiere persuasivas e inteligentes recetas para mejorarlo: fortalecer el lazo entre capitalismo y moralidad es una de ellas.
El precio de la desigualdad
Joseph E. Stiglitz
Taurus, Madrid, 2012

Cuáles son las causas de la desigualdad actual, por qué crece con una rapidez tan feroz y cuál es su efecto sobre la economía. Stiglitz proporciona las respuestas y presenta una crítica a las ideas del libre mercado y al rumbo que, tanto Estados Unidos como otras sociedades, han llevado a cabo durante los últimos años.
¡Acabad ya con esta crisis!
Paul Krugman
Crítica, Barcelona, 2012

El economista Paul Krugman muestra su punto de vista sobre la crisis económica mundial. A través de ejemplos sencillos explica las causas y consecuencias de esta situación, al tiempo que ofrece la certeza de que una pronta recuperación es posible y para ello plantea posibles soluciones retomando las teorías de Keynes.
Breakout nations: in search of the next economic miracle
Ruchir Sharma
Allen Lane (Penguin Books), Nueva York, 2012

Más allá de toda la retórica sobre los BRICS, un recorrido por aquellos países que, según el autor, jefe del área de renta variable en mercados emergentes de Morgan Stanley, están mejor preparados para dar el salto al estrellato económico, con Corea del Sur e Indonesia a la cabeza.

Geopolítica
geopolitica
© beermedia - Fotolia.com
The revenge of geography: what the map tells us about coming conflicts and the battle against fate
Robert Kaplan
Random House, Nueva York, 2012
Robert Kaplan alude a geógrafos y a pensadores geopolíticos con el fin de explicar sus teorías para luego poder aplicarlas a las crisis actuales que se han observado en Europa, Rusia, China, India, Turquía, Irán y Oriente Medio. Las perspectivas de crecimiento y seguridad de estas regiones dependen de sus recursos naturales y su situación cartográfica. Por esta razón, la geografía es concebida como el elemento crucial que va a determinar el destino de una nación.
Destrucción masiva: la geopolítica del hambre
Jean Ziegler
Península, Barcelona, 2012
Este analista político defensor a ultranza del derecho a la alimentación por encima de todo quiere demostrar con este libro cómo a pesar de que el mundo tiene capacidad y riqueza suficientes para alimentar a todos los habitantes, son los intereses individuales los que priman. Ziegler analiza y critica como la especulación sobre los alimentos, las políticas corrosivas, las compañías sin escrúpulos, la corrupción endémica y el pensamiento ultraliberal hegemónico son los motivos que hacen que el hambre se siga cobrando vidas humanas.

Europa
La desgracia de ser griego
Nikos Dimou
Anagrama, Barcelona, 2012

Hace casi 40 años este escritor y filósofo escribió 139 aforismos analizando con sátira el significado der ser griego, con sus contradicciones, sus complejos, sus manías. Hoy, en plena crisis económica, institucional y casi existencial en Grecia, el libro ha sido reeditado y traducido al castellano y al alemán. Esta obra está más vigente que nunca y es perfectamente aplicable a otros países europeos (léase España).
Mafia State
Luke Harding
Guardian Books, Londres, 2012

“La Administración rusa ha conformado una moderna, pero no menos voraz, cleptocracia”, en palabras de Luke Harding, ex corresponsal en Moscú del diario The Guardian que sufrió el acoso de las autoridades rusas y la final expulsión del país. Los equilibrios de poder, la corrupción rampante y el dinero como única ideología explican el funcionamiento de la Rusia de hoy.
War is dead, long live the war: Bosnia: the reckoning
Ed Vulliamy
Bodley Head, London, 2012

Una obra sólida, comprometida, llena de datos y testimonios de la mano de uno de los periodistas que descubrió los campos de detención de Omarska y Trnopolje en la guerra de Bosnia. El autor da voz a las víctimas y reivindica que hasta que no se reconozca por completo la veracidad de las atrocidades perpetradas durante el conflicto no habrá verdadera paz para los Balcanes.
Política
Por qué fracasan los países: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza
Daron Acemoglu y James A. Robinson
Editorial Deusto, Barcelona, 2012

¿Por qué países que tienen la misma población, cultura y situación geográfica son más ricos que otros? Los autores de este libro plantean una nueva teoría: la prosperidad de un país no se debe al clima, a la geografía ni a la cultura, sino que son las instituciones políticas de cada uno las que influyen de manera directa en la fortuna o el fracaso del mismo. Una forma nueva de entender los motivos de la riqueza y la pobreza.
La civilización del espectáculo
Mario Vargas Llosa
Alfaguara, Madrid, 2012

El primer libro de Vargas Llosa tras la concesión del Nobel de Literatura es un conjunto de ensayos sobre la banalización de la cultura, la política y el resto de las manifestaciones de la sociedad contemporánea. La trivialización generalizada ha transformado en mera conservación de imagen a la acción política y ha hecho desaparecer la preocupación por lo trascendente y por cualquier ideal de compromiso social.

Latinoamérica

AL
© Pavel Ignatov - Fotolia.com
Antología de la crónica latinoamericana actual
Darío Jaramillo
Alfaguara, Madrid, 2012

Una muestra de la prosa narrativa mejor escrita y más atractiva hoy en América Latina. Ese género híbrido, la crónica –una hija incestuosa de la historia y la literatura, como la define uno de los autores antologados– captura historias de vidas insólitas con un único mandamiento: no aburrir. Un recordatorio de que la prensa escrita no ha muerto.
El narco. En el corazón de la insurgencia criminal mexicana
Ioan Grillo
Tendencias, Barcelona, 2012
El autor, corresponsal en México de la BBC y Time, hace un sobrecogedor retrato de un país desangrado por la guerra del Gobierno contra los cárteles del narcotráfico, trazando sus orígenes desde finales del siglo XIX, con el auge del opio de Sinaloa hasta los imperios criminales de la actualidad.

Mundo árabe
Yo muero hoy
Olga Rodríguez
Debate, Barcelona, 2012

Las revueltas árabes no fueron un chispazo ni surgieron por generación espontánea, sino que fueron el resultado de una larga lucha social clandestina de activismo, movimientos obreros, agrupaciones y blogueros que luchaban por los derechos humanos. Yo muero hoy analiza las claves de las revoluciones, cómo se crearon y los retos narrados desde las historias individuales de los protagonistas.
On Saudi Arabia
Karen Elliot House
Knopf, Nueva York, 2012

Esta periodista, ganadora del premio Pulitzer, lleva más de 30 años escribiendo sobre Arabia Saudí. Tras un trabajo de investigación con entrevistas a líderes religiosos, funcionarios del Gobierno y disidentes Elliot hace una reflexión de una de las sociedades más misteriosas para los occidentales. No pretende cambiar la idea que se tiene del Reino pero sí profundizar en el entendimiento generalizado que se tiene de él.

Estados Unidos
EEUU
© fabioberti.it - Fotolia.com
Un día difícil
Mark Owen y Kevin Maurer
Crítica, Barcelona, 2012

El relato en primera persona de la operación que acabó con la vida de Bin Laden, por parte de uno de los marines que participó en ella. El libro describe el tipo de formación y las motivaciones de un miembro de un equipo muy especial y hace un recorrido pormenorizado y cinematográfico de uno de los acontecimientos más relevantes de los últimos años.
Strategic vision: America and the crisis of global power
Zbigniew Brzezinski
Basic Books, Nueva York, 2012

Cuando la hegemonía global de Estados Unidos está siendo seriamente cuestionada, por sus propios errores y por los éxitos de otros –sobre todo del Este- es necesaria una visión estratégica que permita al país recuperar el liderazgo geopolítico en un mundo en el que el equilibrio del poder está cambiando. Brzezinski, uno de los más experimentados y reconocidos expertos estadounidense en política exterior, ofrece las bases para esa nueva visión en esta obra.
El despertar del sueño americano
Pilar Marreno
Penguin Books, Nueva York, 2012

La campaña electoral en EE UU ha traído al debate político el significado de los inmigrantes en el país y la cada vez mayor influencia de éstos en el panorama político estadounidense. Sin embargo, la realidad es distinta y la política de inmigración está estancada y politizada. Este es el análisis principal del libro de Marreno, que a su vez defiende la tesis de cómo el sueño americano podrá seguir siendo una realidad siempre que el sistema migratorio cambie.
Drone Warfare. Killing by remote control
Medea Benjamin
OR Books, Nueva York, 2012

¿Los drones han impregnado los conflictos de una mentalidad de videojuego? Esta activista política estadounidense reflexiona sobre cómo los aviones no tripulados están cambiando los parámetros de la guerra y advierte de los efectos adversos de la falta de transparencia en el uso que hace Estados Unidos de estos aparatos en países como Afganistán y Pakistán.

África
Dancing in the glory of monsters
Jason Stearns
PublicAffairs, Nueva York, 2012

Este análisis desenreda las dinámicas que se esconden tras las guerras que ha vivido la República Democrática del Congo desde finales de los 90. Una obra imprescindible para entender la actualidad de uno de los Estados más fallidos del mundo y que de nuevo experimenta un estadillo de violencia: esta vez entre el grupo rebelde M23 y las fuerzas gubernamentales.

Internet
No sin nuestro consentimiento
Rebecca McKinnon
Grupo Planeta, Barcelona, 2012

Una mirada exhaustiva sobre los riesgos a los que se enfrenta Internet en nuestras sociedades. Esta periodista e investigadora estadounidense alerta de los peligros de censura por parte de los gobiernos y las empresas privadas en los países democráticos. Según McKinnon, la batalla por las libertades se está luchando en la Red.
Esta información y selección ha sido realizada por: Ignacio Álvarez-Ossorio, Lola Bañón, Nazaret Castro, Eli Cohén, Guillermo de la Dehesa, Nicolás de Pedro, Pablo Díez, Nacho Espinosa, Ana Fuentes, Moisés Garduño García, Lino González, Carlos Hernández-Echevarría Monge, Juan Luis Manfredi, Ana Mangas, Cristina Manzano, Salvador Marti i Puig, Carlos Murillo, Antonio Navarro, Elisa Reche, Lourdes Romero, Sebastián Royo, Marta Torres Ruiz, Juan Luis Sánchez, Carlos Sardiña.

quarta-feira, 11 de abril de 2012

O Brasil por vezes nos surpreende, nem sempre para melhor...


O autor se engana em vários capítulos: o ritmo de crescimento do Brasil depende mais da taxa de investimentos do que da coalizão promíscua que caracteriza hoje o sistema político. Tampouco é provável que, mesmo que não faça reformas, o Brasil caia numa recessão do tipo da dos anos 1980; mais fácil ele continuar nesse crescimento medíocre da atualidade, do que enfrentar uma crise enorme como a que enfrentou anteriormente.
Paulo Roberto de Almeida 


La euforia que vive Brasil, avalada por el desarrollo económico de los últimos años y su mayor relevancia internacional, contrasta con el reciente anuncio de que el crecimiento en 2011 solo fue del 2,7%, la sobrevaloración de su divisa y los impedimentos para hacer negocios en el país. La amenaza de una nueva crisis planea sobre el gigante latinoamericano.
Brasil
Vanderlei Almeida/AFP/Getty Images 
Cuando la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, entre en la Casa Blanca, llevará consigo una cosa que seguro que provoca la envidia de su homólogo estadounidense, Barack Obama: nada menos que un 77% de índice de aprobación. Encantado con su posición dentro de los BRIC, el favorito de los inversores internacionales, en plenos preparativos para albergar la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, Brasil está envuelto en una descarga nacional de adrenalina comparable –aunque quizá sea un estereotipo– a la que sienten los bailarines cuando desfilan entre vítores en el Sambódromo de Río de Janeiro.
La euforia se vio en la edición más reciente del Foro Económico Mundial en Davos, donde los contribuyentes brasileños sufragaron la fiesta oficial de la noche del sábado. Davos, a menudo, incluye sesiones dedicadas a países concretos, y este año volvió a dedicar una a Brasil.  La principal conclusión fue, da la impresión, que las autoridades no deben dejar que la economía se recaliente. Un veterano corresponsal que participaba en la discusión observó: “Los brasileños están encantados consigo mismos. Es como si hubieran resuelto todos los problemas”. Su voz tenía un deje, o algo más, de ironía, tal vez porque, en su tiempo, informó sobre el milagro brasileño de los 60 y 70. Con un crecimiento medio anual de dos cifras durante cinco años seguidos, aquel milagro generó un exceso de endeudamiento y desembocó en una década perdida de hiperinflación y estancamiento tras la crisis de la deuda latinoamericana de 1982.
Con unas políticas macroeconómicas sensatas en materia fiscal y de bienestar social desde que venciera la hiperinflación a mediados de los 90, Brasil ha tenido un crecimiento constante, si no espectacular. Ha logrado capear el temporal de la crisis mundial actual y ha empezado a reducir, por fin, su legendaria brecha de pobreza, gracias a la aparición, por primera vez, de una clase media verdaderamente significativa: con 95 millones de personas, constituye más de la mitad de la población. Quizá ha llegado el momento de enterrar el viejo chiste: “Brasil es el país del futuro... y siempre lo será”. Quizá ha llegado el momento de que el escritor austriaco Stefan Zweig, conocido entre los brasileños sobre todo por su libro de 1941 Brasil, país de futuro, reciba los elogios que se merece por haber sido profeta.
Así que los brasileños están encantados consigo mismos. Y no son los únicos. Los gringosviajan a Brasil como los aquejados de la fiebre del oro de 1949 corrían a California. El número de residentes extranjeros aumentó más de un 50% el año pasado, de poco menos de un millón a alrededor de 1,5 millones, según un informe que aparece en The Washington Post. “Ahora, la gente nos vende Brasil a nosotros”, me dijo el primer presidente de la Comisión de Valores brasileña, Roberto Teixeira da Costa, durante una conversación reciente. Teixeira da Costa, hoy miembro de los consejos de administración de varias importantes empresas brasileñas, lo resumía así: “Como el resto del mundo está en una situación tan caótica, la gente cree que Brasil es la salvación. Antes éramos el problema. Ahora somos la solución”.
Todo el mundo cuenta con que Brasil, junto con los otros países BRIC, India y China, ayude a mantener la economía mundial a flote hasta que todos los demás arreglen sus problemas. El Banco Santander, el mayor prestamista de los bancos españoles, gana más dinero hoy en Brasil que en cualquiera de los demás países (alrededor de 40) en los que opera: la cuarta parte de sus ingresos procede del gigante latinoamericano. Hace poco, General Electric proyectó que sus ingresos aumentarán un 25% en América Latina de aquí a 2016 y que la región tendrá mejor comportamiento que Asia; los directivos predicen que Brasil, México y Perú estarán en cabeza. Las inversiones extranjeras directas (IED) en territorio brasileño han sentado un récord por segundo año consecutivo, 66.700 millones de dólares, frente a los 48.500 millones del año anterior.
Sin embargo, esta fiebre del oro parece estar deslumbrando tanto a políticos como inversores. Algunos brasileños astutos califican la psique de su país de bipolar. Todos conocen la cara buena: el carnaval, la samba, el fútbol y las playas. Pero pocos son conscientes del lado oscuro. Los brasileños aseguran que tienen su propia variedad de melancolía, definida en una palabra, saudade, que afirman que es intraducible. El compositor más venerado de Brasil, el difunto icono de la bossanova Tom Jobim, escribió una canción junto con su colega Vinicius de Moraes que se llamaba Felicidade y tenía este estribillo: “La tristeza nunca acaba/ la felicidad, sí”. Igual que el carnaval, continúa la letra de la canción: “Todo termina el miércoles (de Ceniza)”. En el caso de la economía brasileña, puede que el miércoles se haya visto cerca con el reciente anuncio de que el crecimiento en 2011 fue del 2,7%, un fuerte descenso respecto al 7,5% de 2010 y mucho menos que la mayoría de los demás mercados emergentes. De hecho, Banco Santander achacó los beneficios obtenidos durante el último trimestre de 2011, menores que los esperados, a los problemas en Gran Bretaña y Brasil.
Nouriel Roubini, el economista que se hizo famoso por predecir la caída del mercado inmobiliario en Estados Unidos y la posterior recesión mundial en 2008, visitó Brasil en febrero, precisamente durante la exultante época del carnaval. Salió todo menos eufórico: “Una valoración realista indica que Brasil podría decepcionarnos en muchos aspectos durante los próximos años a no ser que se emprendan importantes reformas estructurales”. Después de predecir un futuro poco optimista, añadió que “este posible descenso del crecimiento deja a Brasil vulnerable a sufrir ciclos de expansión y contracción porque pronto alcanzará su máximo límite de velocidad”.
Aunque existen otros factores que intervienen, como el desarrollo de la clase media, el reciente crecimiento de Brasil se ha debido en gran parte a su capacidad de vender minerales y productos agrarios a China. Entre 2000 y 2010, las exportaciones brasileñas a dicho país pasaron del 3% al 16%. El dinero que eso produce, junto con las IED y los capitales de cartera, está ejerciendo presión sobre la divisa brasileña, el real. Los tipos de interés, que se han mantenido altos para combatir la inflación en vez de hacer reformas fiscales y de la administración pública que habrían sido más complicadas desde el punto de vista político, atraen a los inversores extranjeros incluso a pesar de los controles de capitales. Los tipos de interés casi inexistentes en Estados Unidos y los problemas en la eurozona agudizan la situación, porque el dinero está abandonando las regiones que rinden poco para irse en busca de mejores oportunidades.
      
En respuesta a las demandas de la industria local, las autoridades han ido aplicando de forma gradual una serie de medidas proteccionistas
      
Como consecuencia, el real está sobrevalorado en un 35% en comparación con el dólar estadounidense, según el Big Mac Index de The Economist. Quizá Brasil está sufriendo ya la llamada enfermedad holandesa, porque, al estar sobrevalorada su moneda, sus exportaciones son más caras en el extranjero y sus importaciones son proporcionalmente más baratas para los consumidores brasileños. Esta situación puede derivar en una incipiente desindustrialización: la fabricación nacional de bienes de consumo descendió casi un 2% en 2011, mientras que las ventas se dispararon por el aumento de la demanda.
El Gobierno brasileño culpa de la apreciación del real a lo que el ministro de Finanzas, Guido Mantega, llama una “guerra de divisas”, una entrada de capital especulativo que busca obtener rendimientos en Brasil. Las autoridades han tomado algunas medidas concretas para cortar el flujo, como la modificación, en marzo, de un impuesto sobre los préstamos extranjeros, que extiende la aplicación de un impuesto del 6% ya existente a los vencimientos de hasta tres años, en lugar de dos años como era antes.
En respuesta a las demandas de la industria local, las autoridades han ido aplicando de forma gradual una serie de medidas proteccionistas que han molestado a muchos países, desde Japón hasta México. “Brasil sigue improvisando en sus políticas industriales y comerciales”, se lamentaba la columnista económica Míriam Leitão en el periódico de Río de Janeiro, O Globo. “En su intento de encontrar una forma de salir de la ligera caída en números rojos que ha sufrido la balanza comercial y un remedio para mejorar las cifras de la producción industrial en 2011, lo único que ha hecho el Gobierno es repetir una reacción instintiva: proteccionismo y favores a los grupos de presión e intereses especiales”.
Igual que sucedía en la película de Luis Buñuel El ángel exterminador, en la que los invitados a la cena no son capaces de irse a lo largo de la noche, pese a la falta de obstáculos físicos que se lo impidan, las soluciones a los problemas de Brasil parecen obvias pero no se ponen en práctica. Casi todos los economistas responsabilizan de la situación a lo que denominan el “Coste de Brasil”, un baturrillo de problemas que hacen que sea más caro hacer negocios allí que casi en cualquier otro país del mundo. Brasil ocupa el puesto 126 (de 183) en el índice de facilidad para hacer negocios que elabora el Banco Mundial, por detrás de Bangladesh, Uganda, Suazilandia y Bosnia-Herzegovina.
Su receta para cambiar suele incluir las siguientes medidas: simplificar la estructura impositiva, reformar la administración pública y la seguridad social para mejorar la eficacia y reducir el gasto, transformar las normas laborales para que sea más barato contratar e invertir en infraestructuras. Además, la reforma fiscal daría a las autoridades una herramienta más para luchar contra la inflación y quizá les permitiría bajar más rápido los tipos de interés y estimular la economía, al tiempo que les ayudaría a cortar la entrada de capital especulativo.
La agenda para disminuir el “Coste de Brasil” es ambiciosa, sin duda, pero el país no ha progresado prácticamente nada en ningún aspecto. Las infraestructuras parecerían esenciales en vísperas de la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, pero las inversiones se han retrasado tanto que han creado un caos diplomático. Un funcionario de la FIFA sugirió hace poco que los organizadores necesitaban “una patada en el trasero” porque iban muy retrasados con los preparativos. A los brasileños, que están eufóricos, no les hizo ninguna gracia.
A lo mejor es que Brasil está viviendo en una burbuja. Desde luego, eso puede ser lo que les pasa a sus políticas económicas. Aunque el predecesor de Roussef, Luiz Inácio Lula da Silva, era increíblemente popular, su mayor contribución a la política económica fue seguir el lema de los médicos: “lo primero, no hacer daño”. Como dijo O Globo en un número especial que le dedicó cuando dejó el cargo, “el presidente Lula termina sus ocho años de mandato con una popularidad jamás alcanzada por ningún otro presidente anterior de este país, a pesar de que deja un legado contradictorio. No hemos tenido avances ni mejoras en educación, sanidad, seguridad pública, servicios sanitarios básicos, infraestructuras ni reformas”. Según el sociólogo de Rutgers, Ted Goertzel, autor de sendas biografías de Lula y su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, “Lula prefirió retirarse con unos índices de popularidad del 80% que utilizar esa popularidad para impulsar unas reformas polémicas”.
El mayor triunfo de Lula fue seguramente conseguir, como un Reagan cualquiera, que los brasileños se sintieran satisfechos de sí mismos y de su país, pero también convencer de eso mismo a los extranjeros, que es más de lo que Reagan logró jamás: de ahí que vayan a organizar la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos. Sin embargo, esa confianza se ha convertido en la arrogancia y la suficiencia que tanto molestó al veterano corresponsal en Davos y ha impedido que las autoridades comprendan la necesidad de abordar el “Coste de Brasil”. Durante su campaña para la presidencia, en septiembre de 2010, Rousseff regañó a un periodista de Reuters que le sugirió, en una entrevista, que quizá no fuera posible mantener un crecimiento del 7% sin hacer reformas. “¿Está creciendo Brasil (a ese ritmo) ahora?”, le preguntó ella en tono brusco. Sí, tuvo que reconocer el periodista. “Pues entonces, es posible”.
Es evidente que hoy, que crece a un 2,7%, no. Y, si Rousseff quiere recuperar el crecimiento de los años de Lula, tendrá que lidiar con los aliados políticos que ha escogido su Partido de los Trabajadores (PT), un partido de aglomeración y lleno de intereses especiales denominado partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), sin ideología política identificable. Técnicamente, el PMDB permite a la presidenta contar con una mayoría en el Congreso, pero, a la hora de la verdad, sus miembros suelen hacerse de rogar hasta que se les hacen concesiones personales.
El hecho de que nos interese lo que ocurre en la economía brasileña demuestra lo mucho que ha avanzado el país desde que abordó la hiperinflación hace casi 20 años. Pero la historia económica enseña que todo se desarrolla en ciclos. La pregunta es: ¿La próxima crisis de Brasil será larga y profunda, como la “década perdida” que sucedió al “milagro” de los años setenta, o corta y relativamente indolora, como cuando, en 2009, tuvo una recuperación inmediata de la crisis mundial de 2008? Sin reformas, parece más probable que ocurra lo primero.
Como los estadounidenses, los brasileños poseen un optimismo propio del Nuevo Mundo y mantienen el optimismo incluso en periodos de crecimiento mediocre. Sin embargo, salir del paso no es suficiente para un país que es el salvador o al menos un nuevo pilar de la economía mundial. Quizá el miércoles de Ceniza llegue antes de lo previsto.
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quinta-feira, 25 de agosto de 2011

Profecias nao realizadas: megatendencias que fizeram chabu - Foreign Policy en Espanol

Pronto: vou desistir de fazer minhas "previsões imprevidentes" (se bem que estas são para coisas que realmente NÃO vão acontecer). Depois dessa ducha fria de previsões fracassadas, acho melhor aposentar minha pouco promissora carreira de profeta do futuro. Vou ficar com o passado, que tampouco é seguro, mas pelo menos os mortos não vão poder mais reclamar comigo, só os seus sucessores...
Paulo Roberto de Almeida

MEGATENDENCIAS QUE NO ERAN TALES
Joshua Keating
Foreign Policy en Español, agosto 2011

Un repaso a las grandes novedades más vaticinadas, desde el ascenso de Japón a la escasez de recursos.

Del ascenso del resto a las guerras por los recursos, pontificar sobre las grandes tendencias que darán forma al futuro de la política y la economía globales se ha convertido en un gran negocio. Pero la historia puede ser terriblemente cruel con los expertos con bola de cristal. Cualquier cosa, desde una inundación de las que ocurren una vez cada siglo al suicidio de un vendedor de fruta tunecino, puede desbaratar creencias aceptadas durante décadas. Como muestran los siguientes ejemplos, la gran novedad de hoy puede convertirse rápidamente en una tendencia que nunca fue tal, mañana.

La superpotencia japonesa
Los paranoicos de China deben tener cuidado: esta no es la primera vez que EE UU se ha sentido amenazado por una potencia en ascenso procedente de Oriente. En la década de 1980 y principios de los 90, cuando la producción industrial de Japón aumentaba en más de un 50%, nació una industria casera que pronosticaba el predominio económico de este país, que comenzó con el best seller de 1979 de Ezra Vogel, Japan as Number One. Los ejecutivos estadounidenses acudían en manada a seminarios sobre las prácticas niponas en los negocios, mientras acontecimientos reales como la compra por Japón del Rockefeller Center en 1989 y escenarios ficticios como la novela de Michael Crichton de 1992 Rising Sun elevaban lo japonés a la categoría de hombre del saco nacional.

Por supuesto, justo cuando la moda de Japón alcanzó su punto álgido, el país entraba en su década perdida de estancamiento económico. Aunque el imperio el sol naciente todavía era uno de los países más ricos del mundo, fue adelantado por China como la segunda mayor economía en 2010.

El permanente ‘boom’ económico
Sólo hay dos cosas que pueden predecirse sobre los mercados. En primer lugar, que son impredecibles; en segundo lugar, que siempre hay alguien que predice que los buenos tiempos no tienen por qué que terminar. El optimismo desenfrenado ha sido una característica integral del negocio financiero desde que los holandeses padecieran la famosa “locura del tulipán” en el siglo XVII, y era muy evidente en los momentos previos a la actual crisis financiera, cuando los expertos depositaron una fe excesiva en el poder del comercio informatizado, la “innovación financiera” y la burbuja del mercado de la vivienda.

El promedio del índice industrial Dow Jones nunca superó el pico de 2007 de 14,164.53, pero el libro36.000 Dow, de James Glassman y Kevin Hassett, no fue el crimen más atroz, sólo el más conocido; otros dos volúmenes prometieron, en 1999, un Dow a 40.000 y un Dow a 100.000. Podemos citar también a David Lereah, antiguo miembro de la Asociación Nacional de Inmobiliarias y autor, en 2005, de Are you missing the Real Estate boom? (¿Echa de menos el boom inmobiliario?).

Hoy en día, están más de moda títulos pesimistas como Caída libre de Stiglitz y The Great Stagnation de Tyler Cowen. Esperemos que el tiempo sea tan cruel con sus autores como con sus desbocados predecesores.

El pico del petróleo
Es cierto que hay una cantidad finita de crudo en el planeta y que va a agotarse antes o después. Pero determinar la fecha en que comenzará la disminución de la producción mundial ha resultado ser más difícil de lo esperado. En 1956, el geofísico M. King Hubbert creó un modelo ─ahora conocido como pico de Hubbert─ que predijo que la producción global de petróleo alcanzaría su cénit a principios de la década de 1970. No fue así.

Los teóricos del pico del petróleo no tuvieron en cuenta el descubrimiento de nuevos yacimientos de oro negro y los nuevos medios de extracción de reservas difíciles de recuperar, enterradas a gran profundidad bajo el océano o en arenas alquitranadas de la tundra canadiense. En realidad, en los últimos veinte años, las reservas probadas a escala mundial han aumentado en más de 380.000 millones de barriles.

Pese a que los teóricos del pico del petróleo van cambiando la fecha en la que llegaremos al pico de Hubbert ─desde hace cuatro décadas hasta el año próximo─ la teoría sigue siendo popular. Su defensor más destacado en los últimos años fue el fallecido inversor en energías de Texas Matthew Simmons, quien sostuvo que las reservas de Arabia Saudí son mucho más reducidas de lo que se ha reconocido y que es inminente un shock global del crudo. De hecho, hay dudas sobre las reservas saudíes ─a diferencia de otros petroestados, el reino árabe no permite que sus campos sean auditados de forma independiente─ pero los precios del petróleo, aunque han permanecido volátiles, no han vuelto a los niveles previos a la recesión.
Sin duda, tiene sentido buscar alternativas a los combustibles fósiles, pero tratar de determinar con precisión la fecha del apocalipsis petrolífero no parece la mejor manera de fomentarlo.

La escasez de recursos
En 1798, el erudito inglés Thomas Malthus escribió Ensayo sobre el principio de la población, en el que predecía que las enfermedades y el hambre globales acabarían limitando el crecimiento de la población humana. Aunque la población mundial ha aumentado más de seis veces y media desde los tiempos de Malthus, las mejoras en los rendimientos de los cultivos y la salud humana han evitado que sus terribles predicciones se hicieran realidad.

El defensor moderno más conocido del pensamiento maltusiano tal vez sea el biólogo Paul Ehrlich, autor de La bomba demográfica, en 1968, obra en la que advertía de la hambruna y la catástrofe global inminentes a causa del rápido crecimiento demográfico. Ehrlich perdió, también, una de las apuestas más famosas de la historia, cuando apostó contra el profesor de negocios Julian Simon, en 1980, que los precios de cinco metales muy empleados subirían enormemente durante la siguiente década, debido al aumento de la demanda. A pesar de que la población presentaba un rápido crecimiento, los precios de los metales cayeron y Ehrlich perdió la apuesta.

La 'Internetmanía'
‘Comprar’ predicciones demasiado optimistas puede ser peligroso. Pero un excesivo escepticismo también tiene riesgos, sobre todo cuando se trata de tecnología. Por cada enloquecido sueño sobre coches voladores y comida en pastilla, hay aguafiestas como el empresario británico Alan Sugar, quien predijo in 2005 que el iPod estaría kaput en un año, o el entonces presidente de IBM, Thomas Watson, que en 1943 previó que el mercado global de ordenadores sería de “tal vez cinco ordenadores”.
Tomemos el caso del astrónomo y popular autor de obras de ciencia-ficción Clifford Stoll, quien, en su libro de 1995 Silicon Snake Oil y en un artículo en Newsweek se burló de la idea de que “pronto compraremos libros y periódicos directamente por Internet” y sostuvo que “ninguna base de datos online sustituirá nuestro diario”. Citó como prueba que este “centro comercial local hace más negocio en una tarde que todo Internet en un mes”. A veces compensa creerse la propaganda.