El chavismo pone en la mira a Capriles
Por Daniel Lozano
La Nación (Argentina), 11/02/2013
Busca cercar al líder opositor con una estrategia amplia, que incluye la asfixia económica de su partido
"No tengo miedo al gobierno ni a los funcionarios que mandan a atacarnos. Que no crean que con amenazas y declaraciones malintencionadas van a desviarnos de nuestro camino." Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda y principal líder opositor en Venezuela , soporta desde hace semanas el cerco del chavismo, que se estrecha en torno al único dirigente que fue capaz de ganarles electoralmente a dos pesos pesados del oficialismo.
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, y Elías Jaua, ex vicepresidente y actual canciller, cayeron en las urnas frente a Capriles, que también arrancó un 45% de votos al todopoderoso Hugo Chávez , que convalece en Cuba desde hace dos meses.
En las encuestas del año pasado, Capriles también superaba al sucesor del líder, Nicolás Maduro. Hoy la situación es distinta. Los primeros sondeos muestran números muy parecidos entre ambos posibles candidatos ante un eventual llamado a elecciones anticipadas si el presidente no pudiera retomar sus funciones.
Se trata de un cerco programado, en el que interviene todo el Estado. Y que supera los límites de la lucha política. En pleno Carnaval, con las playas de Miranda atestadas de gente, el estado impidió anteayer que los tres helicópteros de la gobernación protegieran desde el aire a los turistas o que los trasladaran en caso de accidente.
Capriles lo tiene muy claro: "Vienen a por mí". LA NACION reunió seis estrategias que el oficialismo puso en marcha para maniatar al dirigente que más temen.
1) Golpe a Primero Justicia. El gobierno utilizó el Parlamento para atacar con saña a dos diputados del partido opositor, acusándolos de supuesta corrupción, y solicitó su apresamiento. La elección no es casual: Primero Justicia es el partido en el que milita Capriles y su mayor apoyo dentro de la alianza antichavista. Se los acusa de recibir donativos particulares, que es la única forma de financiación que permite la Constitución. La Asamblea involucró en la caza y captura a inteligencia militar, policía, Hacienda, el Tribunal Supremo, la Contraloría General, el supervisor bancario, la Oficina Nacional Antidrogas y al Consejo Nacional Electoral. Todos contra dos.
2) Asfixia económica. La denuncia por corrupción tiene un motivo oculto: asustar a todos aquellos que quieran financiar a Capriles. Cabello utilizó copias gigantes de los cheques para que se vieran nítidamente los nombres de las empresas y sus firmas. Poco importa que se trate de montos pequeños en un país en el que el oficialista PSUV se nutre con multimillonarios fondos del petróleo. La oposición ni siquiera pudo pagar las deudas de 2012. "Lo que quieren es desmoralizarlos", resumió Capriles.
3) Invisibilidad exterior. La campaña contra Felipe González, ex presidente español, tras su reunión con Capriles en Bogotá es un adelanto de lo que le espera a todo aquel que se atreva a recibir al líder opositor más allá de sus fronteras. A González lo vincularon con paramilitares, incluso con la foto falsa de Chávez publicada en El País. "Debería darle vergüenza ir a Colombia para conspirar contra la patria", disparó Maduro.
4) Persecución personal. El oficialismo busca "intimidar" en su vida personal a Capriles. "Hasta en los interiores" le registraron en el aeropuerto de Caracas. Su padre tampoco estuvo exento de la presión gubernamental: le grabaron conversaciones privadas, que luego fueron emitidas en la TV pública.
5) Campaña. Jaua recuperó una vieja campaña oficialista, en la que participó el propio Maduro cuando llamó "mariconsón" al gobernador. El canciller deslizó que el diputado Richard Mardo, acusado de corrupción, es el "amiguito" de Capriles.
6) Y la gorra tricolor. Lo que se da no se quita, dice el refrán. Menos en Venezuela. Durante la campaña, Capriles se encontró con un regalo inesperado del oficialismo convertido en símbolo de libertad: la gorra tricolor. La sorpresa llegó durante los actos del 4 de febrero (en conmemoración del alzamiento de Chávez contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, en 1992), cuando Maduro presentó la gorra de los chavistas, también tricolor. Rápidamente aparecieron miles de copias en Caracas. Incluso el gobierno dedicó una cadena obligatoria de radio y televisión a su nuevo capricho..
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