Venezuela FF.AA
Militares venezolanos dicen que “nunca más empuñarán armas contra el pueblo”
Infolatam/Efe
Caracas, 28 de febrero de 2016
Caracas, 28 de febrero de 2016
Las claves
- El "Caracazo" fue una revuelta popular que comenzó en las barriadas pobres de la capital venezolana y sus alrededores en rechazo a las alzas de precios y tarifas exigidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un acuerdo con el Gobierno.
Después de 27 años de
la masacre conocida como “El Caracazo”, los militares de Venezuela
tienen “la firme convicción” de que “nunca más empuñarán sus armas
contra el pueblo”, dijo el jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana
(FANB), general Vladimir Padrino.”Tenemos la firme convicción de que
los soldados y soldadas de la patria nunca más empuñaran sus armas
contra el pueblo y permanecerán siempre a su lado en procura de la
suprema felicidad, la paz y la convivencia de un Estado democrático, con
verdadera justicia social y libertades plenas”, dijo en un comunicado.
El “Caracazo” fue una revuelta popular que comenzó en las barriadas
pobres de la capital venezolana y sus alrededores en rechazo a las alzas
de precios y tarifas exigidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un acuerdo con el Gobierno.
La jornada de disturbios y saqueos fue sofocada a tiros por militares y policías que dejaron un número de muertos aún no determinado y que van de 300 a 3.000 según fuentes oficiales de entonces y de ahora.
Los seguidores del presidente Hugo Chávez (1999-2013) y de su sucesor, Nicolás Maduro, exaltan esa masacre como el suceso que impulsó al nacimiento de la llamada revolución bolivariana, iniciada por el primero con su llegada al poder en 1999.
“El 27 y 28 de febrero de 1989 quedaron grabadas como unas de las páginas más tristes y oscuras de nuestra historia contemporánea. La grotesca actuación de la dirigencia política de entonces, que de manera irresponsable y criminal ordenó la actuación de la fuerza pública, desencadenó una brutal represión”, añadió Padrino.
La institución castrense de finales del siglo pasado, evaluó el también ministro de Defensa, “se caracterizaba por un marcado distanciamiento de la población civil”, lo que se cambió con Chávez.
El gobernante fallecido hace tres años fue “modelando y forjando la nueva FANB, que tiene carácter eminentemente popular (…) y está profundamente comprometida con el respeto irrestricto a los derechos humanos”, remarcó.
A 27 años de la masacre y tras “profundas reflexiones y rectificaciones”, prosiguió Padrino, la FANB “ha alcanzado un nivel de conciencia superior” que se ha afianzado “bajo el acertado liderazgo” de Maduro.
“Nos sentimos plenamente integrados a la sociedad venezolana, en perfecta unión cívico-militar, y participando activamente en el desarrollo nacional”, agregó y también expresó a los familiares de las víctimas de la masacre su “profundo pesar” y abogó a sus creencias religiosas para pedir “que jamás regrese la violencia”.
Henrique Capriles, el candidato opositor en las dos últimas presidenciales, ganadas por Chávez en 2012 y Maduro en 2013, subrayó hoy que “los venezolanos no queremos otro estallido social”.
“Tenemos que hacer uso de nuestra fuerza constitucional y evitar otro estallido social o un golpe de estado”, escribió en Twitter.
Al respecto, el presidente de la unicameral Asamblea Nacional (AN, Parlamento), controlada por la oposición gracias al triunfo que cosechó en las parlamentarias de diciembre, Henry Ramnos Allup, dijo que la alianza opositora definirá en los próximos días cómo sacar a Maduro del poder.
“Vamos a salir de esto porque Venezuela se lo merece, porque su gente se lo merece y porque tenemos suficiente fuerza, suficientes talentos y suficiente gana para darle a Venezuela un destino mejor sacándola de esta tragedia”, declaró en un mitin sabatino de uno de los partidos aliados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Las deliberaciones permitirán definir, dijo, “la fórmula” constitucional que adelante el fin del Gobierno de Maduro, elegido en 2013 para un período que debería culminar en 2019.
“Esa decisión que vamos a tomar de manera unitaria para ponerle fin a este Gobierno a lo mejor se demora un día más o un día menos”, pero hasta tanto “lo que más angustia” en el seno de la MUD es que el pueblo, “por decaimiento, por hastío, por cansancio, rabia o por lo que sea, abandone su vocación de lucha”, admitió.
La jornada de disturbios y saqueos fue sofocada a tiros por militares y policías que dejaron un número de muertos aún no determinado y que van de 300 a 3.000 según fuentes oficiales de entonces y de ahora.
Los seguidores del presidente Hugo Chávez (1999-2013) y de su sucesor, Nicolás Maduro, exaltan esa masacre como el suceso que impulsó al nacimiento de la llamada revolución bolivariana, iniciada por el primero con su llegada al poder en 1999.
“El 27 y 28 de febrero de 1989 quedaron grabadas como unas de las páginas más tristes y oscuras de nuestra historia contemporánea. La grotesca actuación de la dirigencia política de entonces, que de manera irresponsable y criminal ordenó la actuación de la fuerza pública, desencadenó una brutal represión”, añadió Padrino.
La institución castrense de finales del siglo pasado, evaluó el también ministro de Defensa, “se caracterizaba por un marcado distanciamiento de la población civil”, lo que se cambió con Chávez.
El gobernante fallecido hace tres años fue “modelando y forjando la nueva FANB, que tiene carácter eminentemente popular (…) y está profundamente comprometida con el respeto irrestricto a los derechos humanos”, remarcó.
A 27 años de la masacre y tras “profundas reflexiones y rectificaciones”, prosiguió Padrino, la FANB “ha alcanzado un nivel de conciencia superior” que se ha afianzado “bajo el acertado liderazgo” de Maduro.
“Nos sentimos plenamente integrados a la sociedad venezolana, en perfecta unión cívico-militar, y participando activamente en el desarrollo nacional”, agregó y también expresó a los familiares de las víctimas de la masacre su “profundo pesar” y abogó a sus creencias religiosas para pedir “que jamás regrese la violencia”.
Henrique Capriles, el candidato opositor en las dos últimas presidenciales, ganadas por Chávez en 2012 y Maduro en 2013, subrayó hoy que “los venezolanos no queremos otro estallido social”.
“Tenemos que hacer uso de nuestra fuerza constitucional y evitar otro estallido social o un golpe de estado”, escribió en Twitter.
Al respecto, el presidente de la unicameral Asamblea Nacional (AN, Parlamento), controlada por la oposición gracias al triunfo que cosechó en las parlamentarias de diciembre, Henry Ramnos Allup, dijo que la alianza opositora definirá en los próximos días cómo sacar a Maduro del poder.
“Vamos a salir de esto porque Venezuela se lo merece, porque su gente se lo merece y porque tenemos suficiente fuerza, suficientes talentos y suficiente gana para darle a Venezuela un destino mejor sacándola de esta tragedia”, declaró en un mitin sabatino de uno de los partidos aliados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Las deliberaciones permitirán definir, dijo, “la fórmula” constitucional que adelante el fin del Gobierno de Maduro, elegido en 2013 para un período que debería culminar en 2019.
“Esa decisión que vamos a tomar de manera unitaria para ponerle fin a este Gobierno a lo mejor se demora un día más o un día menos”, pero hasta tanto “lo que más angustia” en el seno de la MUD es que el pueblo, “por decaimiento, por hastío, por cansancio, rabia o por lo que sea, abandone su vocación de lucha”, admitió.
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