Varios testigos destacan la violencia extrema con la que han actuado este grupo de manifestantes, que han agredido a fotoperiodistas y policías. Los choques han comenzado a mitad del recorrido, cuando estas personas han empezado a lanzar adoquines y piedras a los policías que custodiaban la marcha y la han emprendido a puñetazos con un grupo de fotógrafos de agencias de prensa. “Sin mediar palabra, han empezado a pegarnos. Querían lincharnos”, relata uno de ellos, que ha recibido un fuerte golpe en la mandíbula. “Llevo 30 años de profesión y no había visto nunca tanta violencia en una manifestación”.
Al término de la marcha, los choques se han recrudecido. A los estibadores de los puertos de Amberes y Brujas se han sumado los de Dunkerque, Gante y Calais y juntos han iniciado una auténtica batalla campal contra la policía belga a apenas 50 metros del edificio de la Comisión Europea. El dispositivo policial se ha limitado a defenderse con cañones de agua y pelotas de goma mientras rodeaba el perímetro de las instituciones comunitarias. Los funcionarios europeos que abandonaban su puesto de trabajo a esa hora (las dos de la tarde) no salían de su incredulidad.
Los sindicatos convocantes se han apresurado a negar que los actos vandálicos tengan que ver con los sindicalistas. Según su versión, los choques se han limitado al tramo final del recorrido y han sido ocasionados por un grupo “ajeno” a la concentración. “Estos episodios violentos han sido muy aislados y en absoluto deslucen la manifestación, que ha sido una fiesta de los trabajadores”, señala un portavoz de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) que, sin embargo, sí ha reconocido “problemas” en la organización del dispositivo de seguridad interno de la marcha. “No hemos conseguido que este grupo de alborotadores no se infiltrara”, resume.
Contra la austeridad
La manifestación, a la que han asistido entre 25.500 personas, según la policía, y 55.000, según la CES, pretendía ser un “aviso serio” a la UE sobre el rumbo de salida de la crisis y abogaba por la aprobación de un plan de inversiones que movilice 260.000 millones —el 2% del PIB comunitario— en diez años. “La gente está bastante cabreada porque ve que las políticas de austeridad se extienden como una mancha de aceite”, ha señalado el secretario general de UGT, Cándido Méndez, al término de la marcha. “La mayor parte de manifestantes eran belgas, holandeses, franceses y alemanes. Es una prueba de que las políticas de austeridad también se dejan sentir en los países del norte de Europa”, ha apuntado el dirigente sindical. Su homólogo en CC OO y presidente de la CES, Ignacio Fernández Toxo, ha remarcado la importancia de esta jornada de movilización y ha reclamado a la UE y los Gobiernos europeos que emprendan un camino “diferente de la austeridad”. A su juicio, lo que Europa necesita en este momento de salida de la crisis económica es un “verdadero plan de inversiones, un Plan Marshall del siglo XXI”.Los líderes de los dos principales sindicatos españoles han solicitado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, una reunión en la que detallarán las líneas maestras del plan de acción acordado por unanimidad en el seno de la organización sindical europea. Su objetivo principal es, según los sindicatos, dinamizar la anémica actividad económica europea “anestesiada por años de austeridad e inmovilismo”. Tanto Toxo como Méndez han recordado que en Europa hay 26 millones de parados, 10 más que en 2008 cuando comenzó la crisis, y siete millones y medio de jóvenes europeos ni tienen trabajo ni estudian.
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