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quarta-feira, 28 de julho de 2010

Colombia: a politica externa do presidente Santos

Enviado por um amigo hispano-americano:

Cómo será la política exterior de Santos
SEMANA
Martes 27 Julio 2010

El Presidente electo Juan Manuel Santos es más sensible a la opinión pública internacional, lo cual supone un cambio en el norte de las relaciones con otros países.

RELACIONES INTERNACIONALES
Mayor diversificación, atención a la opinión internacional, más diplomacia, son algunos de los rasgos que podrían caracterizar las relaciones internacionales en el nuevo gobierno. ¿Por qué?

Institucionalización, diversificación, cooperación, diplomacia, integración, han sido algunas de las palabras más utilizadas por el presidente electo, Juan Manuel Santos, al referirse a cómo será la política exterior en su período de Gobierno.

Desde su llegada al poder varios medios de comunicación y analistas de la política internacional han señalado que uno de los principales rasgos distintivos de Santos será una relación más abierta y cordial con los demás países. Han advertido que el mandatario electo tiene interés en darle un rumbo a las relaciones con los vecinos distinto al que le dio el presidente saliente, Álvaro Uribe Vélez.
Para la especialista en Relaciones Internacionales Socorro Ramírez, “el comienzo de un nuevo Gobierno es una oportunidad para comenzar a construir una política exterior de Estado, de largo aliento, que vincule a los estamentos institucionales”.
En su criterio, no es suficiente con los gestos y anuncios de cambio, se requiere con urgencia una política exterior integral, que tenga una mirada de conjunto y que ponga al país en un lugar de liderazgo.

En medio de la ruptura diplomática de Venezuela con Colombia se abre la pregunta sobre cuáles serán los rasgos que caracterizarán la política exterior del mandatario electo. Nadie puede predecir sus efectos, pero sí se pueden advertir, desde ya, algunos de sus lineamientos.

Por ejemplo, en medio de la crisis con Venezuela, Santos ha preferido guardar silencio, lo que ha sido calificado por los especialistas como una actitud prudente. El presidente venezolano, Hugo Chávez, por su parte, ha dicho que espera que el nuevo mandatario de los colombianos se posesione para comenzar a dialogar. De esta manera ha quedado abierta la puerta a la normalización de las relaciones con los vecinos.

Falta mucho para saber si Santos mantendrá su tono conciliador, pero, por lo pronto, analistas, investigadores y hasta los funcionarios del servicio exterior confían en que habrá un cambio de rumbo en la manera en que Colombia se relacionará con otros países.

Diversificación
“Para avanzar hacia la prosperidad democrática, será necesaria una mayor diversificación de las relaciones internacionales de Colombia, tanto en el ámbito multilateral como también en la búsqueda de nuevos socios y alianzas estratégicas en el ámbito internacional”. Con estas palabras, el presidente electo Juan Manuel Santos, definió la prioridad de la política exterior en los próximos cuatro años.

Sus declaraciones fueron hechas en medio del debate electoral, en la presentación de los programas de los candidatos hecha por Semana.com y la Universidad del Rosario.
La gira de Santos por Europa (que incluyó Inglaterra, Alemania, Francia y España) y la actual por América Latina puede considerarse como la primera piedra de esa política de diversificación en las relaciones exteriores.

“Esa fue una señal de que la política exterior va a tener muchos cambios”, señala la internacionalista Laura Gil. “América Latina no estaba en el radar de la política exterior, salvo para buscar algún acercamiento con Venezuela”, explica.

La diversificación implica no un distanciamiento con Estados Unidos, pero sí cambios en la forma de relacionarse con ese país.

En una reciente columna de Michael Shifter, publicada por el diario El Colombiano y titulada Santos y Washington: ¿Una época diferente?, el presidente del Diálogo Interamericano adujo que, aunque no se sabrá cómo será a ciencia cierta esa relación, “lo más probable es que Santos no siga contando con el apoyo de Washington para la aprobación del Tratado de Libre Comercio (firmado hace cuatro años) y asistencia extendida en materia de seguridad y desarrollo. Probablemente (Santos) buscará alianzas económicas y políticas más sólidas con Perú, Chile, México, Brasil, y por supuesto Asia, en particular China”.

Varios analistas han advertido que Santos será amigo del país norteamericano, pero sin la subordinación que demostró Uribe a los intereses de Washington. Algunos coinciden en que ese es un requisito sine qua non, para lograr lo que el mandatario electo ha predicado: la integración con la región.

La internacionalista Ramírez aduce: “el país tiene que cambiar su forma de relacionarse, construir una política exterior más diversificada, que entienda que sus intereses no pueden ser iguales a los de Washington, que mire a la región con respeto”.

En su criterio, tanto Estados Unidos como el continente, y la propia Colombia, han cambiado en los últimos años, y la política exterior debe estar a la altura de esos cambios. Ramírez, aunque sostiene que lidiar con Venezuela “no es fácil”, insiste en que las relaciones internacionales deben ser construidas sobre los intereses del Estado, no sobre los intereses de un Gobierno.

Para Gil, “Santos va a aprovechar la condición de privilegio que tienen las relaciones con Estados Unidos, pero eso no quiere decir que no vaya a diversificar las relaciones”, dice.

Más diplomacia
“La diplomacia y el respeto serán la base de nuestras relaciones”, dijo el presidente electo en el discurso triunfal de las elecciones. “Aspiro a trabajar de la mano con los países vecinos para desarrollar una agenda conjunta de cooperación e integración en todos los frentes”, agregó.

En esas palabras quedó consignada la voluntad de Santos de dialogar por la vía institucional, antes que usar el micrófono para zanjar las diferencias.

Una de las críticas más recurrentes de los analistas a la manera como se han manejado las relaciones internacionales por el Gobierno saliente son las reacciones en caliente, muchas improvisadas, en lugar de acudir a las vías institucionales. Aunque la mayoría de analistas piensa que tratar con Chávez no es fácil, también es cierto que la actividad diplomática hubiera evitado que las relaciones llegaran al punto de quiebre.

En ese sentido, el nombramiento que hizo Santos de María Ángela Holguín en la cartera de Relaciones Exteriores fue interpretado por los diferentes sectores políticos como una muestra de su interés en “institucionalizar y profesionalizar” el servicio diplomático.

“Como Ministra, probablemente, no va a poder hacer todo lo que se proponga. Pero sabemos que reconoce la importancia de la carrera diplomática. Esperamos que influya para que los nombramientos en el ministerio sean por meritos y con menos criterio político”, dice Samira Algecira Díaz-Granados, presidenta del sindicato del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Una de las debilidades señaladas por los expertos de la política exterior es que hasta ahora los nombramientos en esa cartera se han manejado como forma de pago de los compromisos políticos. Muestra de ello es que en las embajadas el personal de carrera es tan solo del 12 por ciento, aproximadamente. En la parte administrativa del servicio exterior, la cifra aumenta al 45 por ciento.

Sin embargo, la participación de personal cualificado sigue siendo baja en esa cartera. “La carrera tiene unos niveles de exigencia bastante altos. Lo que se requiere no es “profesionalizar” el servicio diplomático, como ha prometido el Gobierno, sino que utilicen el personal profesional que ya hay”, explica Gil.

La falta de expertos en el manejo de la diplomacia dificulta las relaciones con los connacionales, y es muestra de lo que muchos interpretan como desprecio de Colombia por las relaciones con los demás países.

¿La seguridad como prioridad?
“En las relaciones conflictivas siempre hay dos alternativas: mirar con amargura hacia el pasado o abrir caminos de cooperación hacia el futuro. ¡Los invito a abrir caminos, por el bien de nuestros pueblos!”, dijo Santos en el mismo discurso ya mencionado.

Para el ex vice ministro de relaciones Diego Cardona, las relaciones con Venezuela son una prioridad debido al modelo de desarrollo económico que el mandatario electo tiene en la cabeza. “Su modelo de desarrollo se parece más al de los tigres asiáticos. Pero para poder hacerlo realidad necesita un mercado como el de Venezuela, que es un mercado natural”, explica.

En criterio de Gil, la diversificación en las relaciones internacionales de Colombia no sólo requiere abrir las puertas a las relaciones con otros países, sino también cambiar los temas prioritarios en esas relaciones. La internacionalista aduce que es muy probable que la seguridad ya no esté en el centro de los intereses de Colombia. De hecho, Santos durante la campaña señaló que había que avanzar hacia la “prosperidad democrática”, con lo que trazó un nuevo camino.

A esto se debe la búsqueda de acercamientos con Chávez. No es que Santos sea blando, sino que en el fondo tiene un interés pragmático. “Él dice: ‘no se consiguió nada con el tono confrontacional, pues ahora hay que explorar otras vías’”, argumenta Gil, quien considera que Santos sabe desde hace rato, por ejemplo, que en Venezuela hay presencia guerrillera.

Al final, aunque se recuperen sólo las relaciones comerciales, es ganancia.

Derechos Humanos
Otro de los temas sensibles en la política internacional son las violaciones a los derechos humanos. Las denuncias en Colombia de asesinatos a sindicalistas, entre otras, han servido de argumento al Partido Demócrata de Estados Unidos para impedir la ratificación del TLC con Colombia.

El Presidente electo sabe que ese es uno de los temas que más afectan la imagen de Colombia en el exterior.

Por esta razón suscribió en el trabajo hecho por la Universidad del Rosario y publicado por Semana.com: “otra de las prioridades dentro de la política exterior colombiana será la lucha por los derechos humanos. En un mundo donde la idea de responsabilidad estatal es cada vez más importante, los derechos humanos constituyen uno de los pilares sobre el cual se construye la política exterior. El discurso colombiano frente a la defensa de los derechos humanos se basará en el compromiso del Estado colombiano para desarrollar el Estado Social de Derecho y los compromisos internacionales”, suscribió Santos al exponer su programa de Gobierno.

Santos sabe que enfrentará los coletazos de las ejecuciones extrajudiciales de civiles presentados por el Ejército como combatientes. En criterio de Shifter, “el alegará que trató de corregir los abusos en el escándalo”.

Y ante el episodio de las interceptaciones ilegales hechas por el DAS a integrantes de la oposición, magistrados y periodistas argumentará “que no tuvo responsabilidad”.

En criterio del analista. “Santos es más sensible a la opinión pública internacional que Uribe y se espera que tenga mayor habilidad para manejar las preocupaciones en Washington, una ciudad que conoce muy bien”.

Um comentário:

Mário Machado disse...

Professor,

Esse artigo e essas considerações quanto ao caráter de Santos reforçam minha suspeita que essa ultima radicalização (não creio que foi, mas assim foi entendida) de Uribe, ao contrário de um gesto de desespero de quem enfrenta o ocaso( como sugerem muitos) foi um passo calculado para arejar as relações da colômbia ao projetar a imagem conciliatória ao novo Presidente.

Creio que foi um comentário confuso.