sexta-feira, 7 de junho de 2013

Venezuela: anatomia da catastrofe bolivariana

Uma análise impressionista, mas absolutamente correta, do pior desastre que já ocorreu (e ainda não terminou) na história venezuelana. Lula é chamado de "anão moral".
Paulo Roberto de Almeida

Arquitectura del caos nacional por Víctor Maldonado C. @vjmc

maduro_cadena_980
 Nada es por casualidad. Tenemos que explicar cómo llegamos hasta aquí, a un 2013 tan funesto, con tres devaluaciones a cuestas y sin encontrar un momento de sosiego en esta vorágine de escasez, inseguridad, empleos tambaleantes y en general, este desgobierno que insiste en la misma receta a pesar de los pésimos resultados. No vivimos un error económico. Es algo mucho peor. Son un conjunto de desaciertos y malas aproximaciones a la realidad.
 El primero de ellos tiene que ver con catorce años de caudillismo autoritario. Chávez llegó a ser el gobernante más poderoso y arbitrario de toda nuestra historia republicana. Él y sus caprichos. Él y sus circunstancias. Él y su forma de ver al mundo, con ese sesgo militar y esa mezcla de ceguera carismática e ignorancia que le hacían comprar en los tenderetes ideológicos cualquier argumento que le permitiera concentrar poder y administrar el país como la hacienda que nunca tuvo. Ese caudillismo acabó con unas instituciones frágiles y progresivamente deterioradas por consignas falaces y malos momentos económicos. La clase media y buena parte de la clase ilustrada del país se hicieron el harakiri y entregaron sus banderas a ese imaginario perverso del militar, del hombre fuerte que lo resuelve todo. De repente la voluntad del líder y el arrollador respaldo carismático llegó a ser más importante que la ley. Chávez y sus ganas eran supraconstitucionales. Chávez era ese vínculo trascendental con la venganza irredenta y el reacomodo nacional que prometía sacarnos del “chiquero cuarto-republicano” para enfilarnos hacia la máxima felicidad posible. La ignorancia es osada.
 En su momento dijimos que el poder absoluto se corrompe absolutamente. No hay excepciones a la sentencia de Lord Acton. Ese inmenso poder le confirió a Chávez toda la responsabilidad por este desastre. Él fue quien organizó este equipo de incapaces y corruptos que no dan pie con bola y que creen que con excusas y supuestos culpables se puede gobernar al país. Esto que vivimos hoy es el resultado de la sumisión de los poderes públicos y la inexistencia de organismos de control. La democracia representativa se trocó en un sultanato despótico en donde ellos se reservaron el uso, goce, disfrute y disposición de la renta nacional, y al resto nos aplicaron la lista de Tazcón, la persecución y los rigores de la ley.
 El régimen se infló como un sapo. Chávez creyó que podía ser un émulo del imperio que tanto criticaba, y estaba dispuesto a pagar el precio. El Alba y toda esta diplomacia activa se ha llevado una buena tajada de nuestros ingresos, esos que ahora nos hacen falta para conseguir el papel toalé o cualquiera de los bienes o servicios que echamos de menos. Todos los expertos coinciden en que por alguna extraña razón nos quedamos sin suficientes reservas. Todos se preguntan por qué PDVSA no encaja en el BCV o en cualquier otro lado el total del valor de nuestras exportaciones petroleras. Nadie quiere, empero, decirlo muy alto. El afán imperial nos arruinó mientras que Nicaragua, República Dominicana, Bolivia, Cuba y el resto de los supuestos aliados del régimen respiran aliviados al conseguir petróleo regalado y no tener que sufrir las presiones de un vendedor que los presiona por el pago. Barato les resulta el venir a insultarnos, a meterse en nuestra política, siempre y cuando el flujo petrolero venezolano sigue garantizando su orden social, el de ellos, no el nuestro. Lula, ese enano moral que funge como sabihondo latinoamericano se ha garantizado una buena tajada de negocios para Brasil, mientras se hace la vista gorda con los excesos, desvaríos y ridiculeces del socialismo del siglo XXI. Ya vendrá con el cuento de cómo se equivocaron.
Lo cierto es que hay algunas cifras que son alarmantes. La deuda total de los países adheridos al Convenio de PetroCaribe con PDVSA es del orden de los 22 mil millones de dólares. Resulta incomprensible cómo se ha dejado acumular una factura que en el caso de República Dominicana es de 3.029,7 millones de dólares –absolutamente impagable- o de Nicaragua, que llega a 2.188 millones de dólares. Bolivia recientemente reconoció una deuda de 159,40 millones de dólares, y lamentablemente las cuentas opacas del gobierno venezolano no nos permiten cuantificar el monto de lo que se regala a cuenta de mantener vigente la revolución.
 Y Cuba, bueno, Cuba ha conseguido ser el gigoló político más exitoso del mundo. Como dicen en criollo, por allí pasó un pendejo y ellos se lo agarraron. Lo cierto es que entre todos ellos suman una cifra impagable pero que a nosotros nos hace falta para evitar el colapso final de la hiperinflación y la debacle de los servicios públicos. Baste decir que solamente en el 2012 ellos reconocen haber recibido unos 1.600 millones de dólares, y para el 2013 se prevé un flujo de cooperación cercano a los 2.000 millones de dólares. Expertos han calculado que PDVSA ha dejado de ingresar unos 15.850 millones de dólares dadas las favorables condiciones del convenio petrolero firmado entre Cuba y Venezuela en 2000. Este es el costo de la estupidez.
 El tránsito hacia el socialismo del siglo XXI (el viejo comunismo de siempre) nos ha hecho perder la mitad del parque manufacturero, ha envilecido la acción empresarial, provocado una clase “boliburguesa” infecta y dependiente de la adulancia más abyecta, y nos ha convertido en un país inviable desde el punto de vista productivo. No hay forma de mantener un flujo creciente de importaciones con el negocio petrolero devastado, fagocitado, mal administrado y peor mantenido. Esa forma “anal retentiva” de sentarse encima de una supuesta riqueza que no explotamos productivamente ni transformamos en verdadero bienestar social nos va a hacer perder el primer tercio de este siglo, porque recomponer todo este desguace moral, institucional y financiero requerirá rectificaciones, ajustes y mucho sacrificio.
 Vivimos tiempos de dictadura. Simple y llana, sin adjetivos condescendientes. Este régimen de militares nos ha dado lo único que pueden dar esa mezcla de uniformados y comunistas que nos ha tocado en suerte: una economía inviable, corrompida, manejada con excesos de autoritarismo y controles, resentida y acomplejada. Que haya alguien que pueda creer que Cuba es algún tipo de solución solo indica en manos de quienes estamos, cuál es su talante y el grado de su conocimiento del mundo. Nos equivocamos al vivir de la nostalgia del hombre fuerte. Nos equivocamos al creer que podemos vivir de la renta y además compartirla generosamente con el resto del mundo. Nos equivocamos al narrarnos como el país donde todo es posible sin que medie el trabajo productivo, la creatividad y el ingenio del capitalista emprendedor. Y estos son los resultados: la confiscación de la realidad por una ideología que nos ha devuelto a estadios primitivos donde vamos a terminar por recibir una bolsa vacía a través de una libreta de racionamiento. No somos una experiencia. 
Somos nuestra propia pesadilla.

quinta-feira, 6 de junho de 2013

Relacoes Exteriores e Constituicao: um artigo antigo de P.R. Almeida (sim, eu mesmo), de 1987

O Senado está digitalizando e disponibilizando número antigos da Revista de Informação Legislativa, onde publiquei alguns artigos muito tempo atrás, no século passado, vejam só.
Já tinha feito com este aqui, que informei neste espaço:
A economia política do baixo crescimento : um Prometeu acorrentado pela Constituição / Paulo Roberto de Almeida. Apresenta as emendas constitucionais ...

Este abaixo precedeu inclusive a promulgação da Constituição de 1988, pois foi feito durante o Congresso Constituinte. Caberia ver o que "acertei" e onde "errei" (parece que um bocado, pois essa Constituição ficou um entulho antieconômico).
Paulo R. Almeida


Arquivos deste item

Thumbnail

A America Latina e o seu Big Brother: revisando a estrategia? - Kevin P. Gallagher

GDAE's Kevin P. Gallagher is in Lima, Peru today presenting the institute's research on China's growing role in Latin America at the University of the Pacific. He wrote the following commentary on the Financial Times's Beyond BRICS Blog on China's economic challenge to U.S. dominance in Latin America, a topic also taken up in a recent New York Times article.

Kevin P. Gallagher
beyondbrics in The Financial Times
Blog Beyond the Brics, May 31, 2013

Kevin P. Gallagher
This week Chinese President Xi Jinping will make his first official visit to Latin America since taking office. Xi will visit Trinidad and Tobego, Costa Rica, and Mexico. In a scramble the United States has sent Vice President Joseph Biden to the region on a goodwill mission at the same time.
The two leaders will spar over the airwaves, web, and blogosphere offering different visions of cooperation. The US should use this opportunity to strengthen ties with the region and take advantage of the fact that Latin America’s love affair with China appears to be cooling.
In just ten years China has gone from off the radar to the first or second biggest trading partner for all of the major Latin American countries – with China-Latin America trade surpassing $250bn in 2012. Chinese FDI is also on the rise with Chinese investment in Latin America totalling more than $30bn last year.
Perhaps most significant is the growth of Chinese lending to the region. In an updated study, colleagues and I estimate that China has lent Latin American governments $86bn since 2003, more than World Bank, Inter-American Development Bank, and the United States Export-Import Bank.
It is likely that Xi will ink a deal for a special economic zone in Costa Rica that will serve as an export platform for Chinese firms.
But the honeymoon for Latin America with China is over. Five years ago Latin American countries were excited that they had a new growth pole that wanted their goods while the US and Europe suppressed demand through austerity. Now however these countries bemoan a growing trade imbalance with China which sees them send commodities to China, with few linkages to the rest of their economies. In exchange they import light manufactured goods from China that undercut domestic producers and ignite discussions of de-industrialization across the region. What is more, many Chinese investments have met with stiff resistance from locals on both environmental and human rights grounds.
This leaves a window for the United States. But what can it offer? The US’s approach since the 1990s – to offer “trade not aid” – has lost its appeal in the region. The US has trade treaties with most countries that are willing in the region. However, they have been unpopular because of their mixed economic record. And obviously, the US can’t go back to “aid.” The US simply doesn’t have the ability to offer massive loans or special economic zones for US firms either.
So what to do? The US could begin by expressing that they want to move from being a patron to a partner. For too long the US has preached what Latin America needs rather than what Latin Americans say they want. More importantly, the US could broker deals to help the region industrialise in a manner that creates employment and that does not cause excessive environmental degradation the region. This would mean a big rethink and strong departure away from the now 25 year US foreign economic policy toward the region. It is time to stop flirting with the region and really get down with Latin American affairs.
Kevin P. Gallagher is a professor at Boston University where he leads the Global Economic Governance Initiative


Most popular posts


Ainda o caso dos medicos cubanos - Carlos Brickmann


La Medicina soy yo
Carlos Brickmann, 5/06/2013 

O debate sobre a contratação de médicos no Exterior virou um tema ideológico. E, no entanto, a questão é simples: não há qualquer problema em contratá-los, venham de Cuba, da Argentina, do Paquistão, do Canadá, desde que revalidem seu diploma no Brasil e comprovem sua capacidade de falar e entender nossa língua. É como acontece com advogados formados aqui mesmo: até que sejam aprovados no exame da OAB, são bacharéis em Direito, mas não podem exercer a advocacia. Por que, com médicos estrangeiros, seria diferente?

Nada contra faculdades estrangeiras. Este colunista conhece uma médica brasileira que se formou no Peru, revalidou seu diploma no Brasil e vem trabalhando há anos, com clientes fieis e confiantes em sua capacidade. O médico russo Noel Nutels fez um trabalho magnífico com índios. Ideologia é besteira: o importante é saber se o médico estrangeiro tem competência (e se os locais para onde for designado têm condições de dar-lhe apoio básico para seu trabalho).

Quanto à história de que em outros países qualquer médico desembarca e já começa a trabalhar, definitivamente não é assim.

Um competente médico paulista, Luiz Nusbaum, estudioso do assunto, lembra que não há qualquer restrição do Conselho Federal de Medicina à contratação de médicos estrangeiros, desde que revalidem o diploma e saibam comunicar-se em Português - ou não entenderão seus clientes, que também não entenderão suas recomendações e prescrições. Na Inglaterra, informa, o médico se submete ao PLAB, Professional and Linguistic Assessment Board. Nos EUA, ao USMLE, United States Licensing Examination. O mesmo ocorre em Portugal e Espanha.

E há outra questão: médicos de países europeus estarão interessados em mudar-se para o Brasil? Diz o presidente da Ordem dos Médicos de Portugal, José Manuel Silva: "A proposta do governo brasileiro fica próxima da escravatura"; "os médicos vão ficar dependentes das decisões discricionárias do governo brasileiro"; "as condições que devem encontrar do outro lado do Atlântico são semelhantes ao Portugal do início do século 20".

Traduzindo: trazer médicos estrangeiros significa, em bom português, importar médicos cubanos. Exclusivamente cubanos.

Acordo de livre-comercio transatlantico: um acordo de anexacao da Europa pelos EUA (ou ao menos da Franca)

Lembram-se daquele frase estúpida de que a Alca não era um acordo de integração, mas sim um acordo de anexação?
Deixo a vocês lembrarem-se também do autor, e dos usuários das frase: eles ainda estão por aí.
Pois bem: não temos o monopólio das estupidezes. Os gauleses também acham isso...
Pois é... no que depender da França, esse acordo não sai nos próximos 75 anos...
Paulo Roberto de Almeida


Accord de libre-échange Etats-Unis-UE : une menace pour le modèle européen

Le Monde.fr |  • Mis à jour le 
Par 

Depuis plusieurs semaines, l'idée d'un accord de libre-échange entre les Etats-Unis et l'Union européenne refait surface. Les défenseurs de ce projet vantent un accord bénéfique pour les deux zones. La Commission européenne y voit un futur "moteur pour l'emploi et la croissance" et ne veut pas rater cette "chance unique" de sortirde la crise. Il est pourtant impossible à ce stade d'évaluer les bénéfices réels d'un tel accord. On peut en revanche s'inquiéter de l'importance des enjeux qu'il soulève.

Le projet divise largement, notamment au moment de déterminer les secteurs qui pourraient ou non être concernés. Angela Merkel et David Cameron pensent que plus l'accord sera global, plus il sera profitable.
Pour la France, certains secteurs doivent être maintenus hors du libre-échange. Le président de la République, François Hollande, et la ministre du commerce extérieur, Nicole Bricq, ont été très clairs : le champ des négociations doit être strictement défini. Au nom des exceptions culturelles, François Hollande a déjà exigé que les services audiovisuels soient exclus des négociations. Il considère ce point "non négociable" et a été rejoint sur cette position par treize autres Etats-membres. Sur ce point, la menace américaine est claire : libéraliser le secteur de laculture en Europe, réduisant à néant les politiques favorisant la diversité culturelle mises en œuvres jusqu'à présent.
Dans les faits, l'accord envisagé n'est pas neutre pour l'avenir européen. Aujourd'hui, ce ne sont pas les tarifs douaniers qui empêchent un libre-échange total entre l'Union européenne et les Etats-Unis, car ils sont déjà faibles. Le seul obstacle, ce sont les différences de règlementations entre les deux zones.
UNE MENACE : L'HARMONISATION DES RÈGLEMENTATIONS
Si un tel accord devait aboutir, ces normes devraient être harmonisées. Cela est à nos yeux une menace pour les acquis de la construction européenne, car ce rapprochement des règlementations se fera fatalement aux dépens des normes européennes, plus contraignantes car plus ambitieuses.
Considérons par exemple la question des marchés publics. Une libre-circulation totale des biens et services entre les deux zones implique une ouverture des marchés publics européens aux entreprises américaines, et réciproquement.
Or, l'Etat fédéral américain ne peut prendre un tel engagement pour ses entités fédérées, seules compétentes dans ce domaine. Les entreprises européennes se verraient-elles écartées des marchés publics américains quand, dans le même temps, les entreprises américaines répondront aux offres publiques européennes ?
Un domaine plus sensible encore illustre le gouffre qui sépare les règlementations commerciales européennes et américaines : les normes sanitaires dans la production agricole.
C'est là un motif régulier de friction entre les deux zones. Exigeante en matière de sécurité alimentaire, l'Union européenne observe le principe de précaution et adopte des normes sévères. Cela conduit à des désaccords continus avec les Etats-Unis : OGM, hormones de croissance, décontamination chimique des viandes... Au regard de cette profonde divergence idéologique, il semble difficile pour les marchés agricoles américains et européens de s'interpénétrer.
UN ACCÉLÉRATEUR DE DÉLOCALISATIONS ?
Le risque le plus sérieux réside sans doute dans le déséquilibre de change qui existe entre les deux zones. Dépourvue de politique de change et dotée d'un euro surévalué par rapport au dollar, la zone euro souffre d'un déficit de compétitivité.
Un accord de libre-échange pourrait conduire à une fuite d'entreprises européennes vers les Etats-Unis, qui auraient tout avantage à s'y installer pour produire et...exporter vers l'Europe. Par ailleurs, la baisse du coût de l'énergie aux Etats-Unis qui suivra l'exploitation des gaz de schiste devrait faire des délocalisations une aubaine difficile à contenir. Voila un nouvel avantage pour les Etats-Unis, toujours au détriment de l'Europe.
LA PRÉCIPITATION DE LA COMMISSION EST DANGEREUSE
On voit bien que les positions sont contrastées, que l'idée même d'un accord et sa portée inquiètent. Le débat s'annonce tendu et on comprend les appels en faveur d'une limitation des secteurs concernés par les négociations.
Pourtant, l'heure semble à la précipitation. Fin mars, le Congrès américain a donné trois mois au président Obama pour lancer des négociations. De leur côté, le président de la Commission européenne José Manuel Barroso et la Commission européenne espèrent obtenir des 27 un mandat de négociations avant le 14 juin. Et David Cameron, décidément pressé d'avancer, plaide pour un lancement des négociations dès le 17 juin.
Un accord de libre-échange entre les deux zones les plus riches du monde doit fairel'objet d'une réflexion intense, d'autant plus qu'il aurait sur le projet européen un impact considérable. En cherchant à imposer un calendrier accéléré et des négociations immédiates, la Commission cède à un empressement coupable. Les calculs politiques personnels de M. Barroso, dont le mandat expire en mai 2014, n'y sont probablement pas étrangers.
Les enjeux soulevés sont trop lourds et les sujets de friction trop sensibles pour que nous puissions nous permettre de conclure un accord précipité. Il faut donc s'interroger sur l'opportunité même d'un tel accord.
AVEC UN ACCORD, MÊME LIMITÉ, L'EUROPE A PLUS À PERDRE QU'À GAGNER
Dans de trop nombreux secteurs, cet accord reviendrait à hypothéquer les acquis communautaires et à oublier les préoccupations des peuples européens en faveur du principe de précaution, de la protection environnementale, de la qualité des services publics... De plus, les Etats-Unis bénéficient d'accords bilatéraux déjà conclus avec une majorité des 27 Etats-membres. Ils pourront donc jouer sur plusieurs tableaux, à l'inverse de l'Union européenne.
Washington voit en cet accord un moyen de faciliter ses échanges avec l'Allemagneet le Royaume-Uni. Il n'est pas étonnant que l'eurosceptique David Cameron y soit si favorable, lui d'ordinaire peu motivé par le projet européen, et qui va mêmesoumettre l'appartenance à l'UE au vote des britanniques d'ici 2017. Des esprits malicieux pourraient y voir un lien de causalité.
Dès lors, au regard des dégâts potentiels d'un tel accord pour le modèle européen, pourquoi prendre le risque de se faire déborder par les Etats-Unis ? Plutôt qu'un mandat réduit à son strict minimum, pourquoi ne pas décider le retrait pur et simple des négociations, pour garantir la sauvegarde des acquis européens ?
La Commission est attirée par les bénéfices attendus de l'accord, mais ne mesure pas les bouleversements qu'il impliquerait. Certes, la recherche de la relance reste un objectif dans la crise que nous traversons, mais pas à tout prix. Nous ne pouvons pas accepter une option qui signerait la fin du projet européen. C'est pour cette raison que nous avons toujours refusé l'austérité comme politique économique.
CROIRE EN LA RAISON DES ETATS-MEMBRES ET DU PARLEMENT EUROPÉEN
L'accord de libre-échange envisagé est potentiellement dévastateur. Il est donc préférable de ne pas mettre le doigt dans l'engrenage et d'écarter cette idée tant qu'il est encore temps.
Il s'agit d'un accord mixte, qui nécessitera donc une ratification de l'ensemble des Etats membres et du Parlement européen. Avant même d'envisager une ratification, les Etats-membres auront à approuver le mandat de négociations confié à la Commission.
Il faut avoir confiance en le jugement des représentants des peuples européens, notamment des eurodéputés, et espérer que le projet d'accord sera vite enterré. Il n'est pas exclu que certains pourraient s'interroger sur la nature de cette entité "occidentale" en gestation. Le risque est, ni plus ni moins, de sacrifier la destinée commune des citoyens de l'Union européenne sur l'autel du libre-échange.
Lire : L'accord de libre-échange Europe-Etats-Unis en débat, avec les contributions de l'économiste Marie-Françoise Calmette, le ministre britannique Ken Clarke, l'avocat Olivier Amiel, des membres du Parti socialiste et la députée européenne (UMP, PPE) Tokia Saïfi.

The Economist: de volta ao tema da pobreza (Editorial)

Comecei pelo meio, ou seja, postando a matéria principal da Economist sobre o fim da pobreza, neste link:

terça-feira, 4 de junho de 2013


Agora coloco o começo, ou seja, o editorial:


The world’s next great leap forward

Towards the end of poverty

Nearly 1 billion people have been taken out of extreme poverty in 20 years. The world should aim to do the same again

IN HIS inaugural address in 1949 Harry Truman said that “more than half the people in the world are living in conditions approaching misery. For the first time in history, humanity possesses the knowledge and skill to relieve the suffering of those people.” It has taken much longer than Truman hoped, but the world has lately been making extraordinary progress in lifting people out of extreme poverty. Between 1990 and 2010, their number fell by half as a share of the total population in developing countries, from 43% to 21%—a reduction of almost 1 billion people.
Now the world has a serious chance to redeem Truman’s pledge to lift the least fortunate. Of the 7 billion people alive on the planet, 1.1 billion subsist below the internationally accepted extreme-poverty line of $1.25 a day. Starting this week and continuing over the next year or so, the UN’s usual Who’s Who of politicians and officials from governments and international agencies will meet to draw up a new list of targets to replace the Millennium Development Goals (MDGs), which were set in September 2000 and expire in 2015. Governments should adopt as their main new goal the aim of reducing by another billion the number of people in extreme poverty by 2030.
Take a bow, capitalism
Nobody in the developed world comes remotely close to the poverty level that $1.25 a day represents. America’s poverty line is $63 a day for a family of four. In the richer parts of the emerging world $4 a day is the poverty barrier. But poverty’s scourge is fiercest below $1.25 (the average of the 15 poorest countries’ own poverty lines, measured in 2005 dollars and adjusted for differences in purchasing power): people below that level live lives that are poor, nasty, brutish and short. They lack not just education, health care, proper clothing and shelter—which most people in most of the world take for granted—but even enough food for physical and mental health. Raising people above that level of wretchedness is not a sufficient ambition for a prosperous planet, but it is a necessary one.
The world’s achievement in the field of poverty reduction is, by almost any measure, impressive. Although many of the original MDGs—such as cutting maternal mortality by three-quarters and child mortality by two-thirds—will not be met, the aim of halving global poverty between 1990 and 2015 was achieved five years early.
The MDGs may have helped marginally, by creating a yardstick for measuring progress, and by focusing minds on the evil of poverty. Most of the credit, however, must go to capitalism and free trade, for they enable economies to grow—and it was growth, principally, that has eased destitution.
Poverty rates started to collapse towards the end of the 20th century largely because developing-country growth accelerated, from an average annual rate of 4.3% in 1960-2000 to 6% in 2000-10. Around two-thirds of poverty reduction within a country comes from growth. Greater equality also helps, contributing the other third. A 1% increase in incomes in the most unequal countries produces a mere 0.6% reduction in poverty; in the most equal countries, it yields a 4.3% cut.
China (which has never shown any interest in MDGs) is responsible for three-quarters of the achievement. Its economy has been growing so fast that, even though inequality is rising fast, extreme poverty is disappearing. China pulled 680m people out of misery in 1981-2010, and reduced its extreme-poverty rate from 84% in 1980 to 10% now.
That is one reason why (as the briefing explains) it will be harder to take a billion more people out of extreme poverty in the next 20 years than it was to take almost a billion out in the past 20. Poorer governance in India and Africa, the next two targets, means that China’s experience is unlikely to be swiftly replicated there. Another reason is that the bare achievement of pulling people over the $1.25-a-day line has been relatively easy in the past few years because so many people were just below it. When growth makes them even slightly better off, it hauls them over the line. With fewer people just below the official misery limit, it will be more difficult to push large numbers over it.
So caution is justified, but the goal can still be achieved. If developing countries maintain the impressive growth they have managed since 2000; if the poorest countries are not left behind by faster-growing middle-income ones; and if inequality does not widen so that the rich lap up all the cream of growth—then developing countries would cut extreme poverty from 16% of their populations now to 3% by 2030. That would reduce the absolute numbers by 1 billion. If growth is a little faster and income more equal, extreme poverty could fall to just 1.5%—as near to zero as is realistically possible. The number of the destitute would then be about 100m, most of them in intractable countries in Africa. Misery’s billions would be consigned to the annals of history.
Markets v misery
That is a lot of ifs. But making those things happen is not as difficult as cynics profess. The world now knows how to reduce poverty. A lot of targeted policies—basic social safety nets and cash-transfer schemes, such as Brazil’s Bolsa Família—help. So does binning policies like fuel subsidies to Indonesia’s middle class and China’s hukou household-registration system (see article) that boost inequality. But the biggest poverty-reduction measure of all is liberalising markets to let poor people get richer. That means freeing trade between countries (Africa is still cruelly punished by tariffs) and within them (China’s real great leap forward occurred because it allowed private business to grow). Both India and Africa are crowded with monopolies and restrictive practices.
Many Westerners have reacted to recession by seeking to constrain markets and roll globalisation back in their own countries, and they want to export these ideas to the developing world, too. It does not need such advice. It is doing quite nicely, largely thanks to the same economic principles that helped the developed world grow rich and could pull the poorest of the poor out of destitution.

A angustia do deficit comercial numa nacao mercantilista -

O Brasil, não é preciso lembrar, é um país protecionista. Mais do que isso, ele é mercantilista, e se por algum acaso  não se reconhecer no conceito, digamos que é colbertista, dirigista, intervencionista, o que dá no mesmo.
Brasileiros tem horror a déficit comercial: ainda toleram as exportações (menos o MST), mas odeiam importações (salvo quando de iPads e iPhones para eles mesmos).
Assim é o Brasil, minha gente.
Um texto para confrontar algumas amgústias enrustidas ou reveladas.
Paulo Roberto de Almeida

Depósito de...
Richard Sylvestre

quarta-feira, 14 de maio de 2008

A "tara nacional" por exportações

[1] O governo, com toda pompa, anunciou na última segunda-feira a “nova política industrial” brasileira. De nova não tem absolutamente nada. É o mesmo festival de subsídios via “crédito” que se vê desde 1800 e bolinha com a mesma desculpa de sempre: ah, se o governo não fizer o setor privado não faz (como se o governo tivesse que fazer tudo ou mesmo algo que o setor privado não faz).

[2] O que gostaria de comentar é a tara por exportações e saldos positivos de balança comercial ou mesmo de transações correntes que o novo grande plano estatal demonstrou. Já escrevi um texto relacionado à “economia internacional” (Um Falso Problema) que falava sobre balanço de pagamentos. Só vou acrescentar algumas coisas mais especificamente sobre exportações e importações: a primeira é a idéia de que exportar é bom e importar um crime. Imaginemos que não exista moeda. Vivemos em um mundo de escambo. Você, brasileiro, deseja comprar um produto ofertado por um americano (por n razões, mas o que importa é que você o quer porque provavelmente aquilo lhe traz mais “benefícios” do que qualquer ação alternativa, como comprar um nacional). Quando você vai comprar o produto do americano, para convencer o sujeito a lhe dar o bem você terá que ofertar algo em troca, digamos, uma quantidade de bananas. Essa quantidade de bananas que você dá ao americano são as famosas “exportações” (vendas de bens para consumidores em outros países). Ora, provavelmente você acharia péssimo “exportar” e não receber algo em troca, no caso, o produto do americano. Esse bem que o americano lhe dá é aquilo que comumente chamado de “importações” (compra de bens de agentes localizados em outros países).

[3] Nessa transação toda, qual foi a parte “boa”? Obviamente não foi exportar. Exportar é o pagamento por um bem estrangeiro que você quer, ou seja, o pagamento de uma importação. A finalidade de tudo isso, aquilo que você deseja é justamente consumir o bem estrangeiro, é importar e, se fosse possível, não exportar nada (pagar). A idéia de que exportar é algo bom e importar é ruim é um dos maiores non-senses econômicos existentes. Não só um dos maiores, mas um dos mais antigos também. Adam Smith, David Ricardo, Jean Baptiste Say já lutavam contra esse mito nas suas respectivas épocas (século XVIII, XIX). Mas o fantasma do mercantilismo voltou com força total no século XX com a ascensão de teorias pseudo-econômicas enterradas há tempos por esses grandes pensadores. No Brasil, os zumbis que retornaram das trevas dessa pseudo-economia renegada foram chamados de “desenvolvimentistas” - cômico se não tivesse sido trágico...

[4] Mas voltando a questão das importações e exportações, a inclusão de moeda não muda em nada o “núcleo” da história. A moeda só funcionará como um meio, uma intermediaria na troca. Alguém exporta, e recebe, digamos dólares por essas exportações. O cara que recebeu os dólares não dorme, não come os dólares. Ele quer bens (se ele mesmo importar os bens dos EUA, a história se torna idêntica a do escambo só com a diferença de termos mais uma etapa). Mas nosso exportador pode querer trocar dólares por reais para comprar bens no Brasil mesmo. Ele então precisará encontrar alguém disposto a trocar dólares por reais. Mas por que alguém aceita dólares em troca de reais? Ora, por que quer importar, quer comprar do exterior. A única “coisa nova” em tudo isso é que o cara que exportou não necessariamente será o mesmo cara que importará. No fundo a moeda só funciona como um meio, um intermediário. Bens se trocam por bens. Numa situação de escambo, quando uma exportação é feita, a correspondente importação é automaticamente realizada (é o “espelho” da exportação). No caso da moeda o mesmo ocorrerá, mas não necessariamente feita pela mesma pessoa. Assim como nas “trocas internas”, a moeda separa os agentes envolvidos no ato de vender e de comprar bens. Eu vendo bens para X, mas compro bens de Y.

[5] O sonho de toda nação seria importar, importar muito e nunca precisar exportar nada, simplesmente por que importar é consumir, receber bens de fora. Alguém lá fora produziu e você recebe esses bens para seu deleite sem precisar pagar (exportar) nada. Esse seria o caso também se os americanos tivessem uma “tara por reais” e quisessem fazer coleção com eles. Só com uma impressora, poderíamos obter todas as maravilhas que o mundo produz, sem fazer esforço algum. Resumindo: é um completo absurdo se considerar que exportar é que é bom e importar um mau. É um completo absurdo argumentar que o governo deve “desvalorizar o câmbio” para que o país exporte. Desvalorizações são simplesmente subsídios para exportadores e consumidores externos que o governo dá as custas do nosso dinheiro.

[6] Obviamente, existem várias falácias econômicas mais profundas por trás de todos esses argumentos “mercantilistas”, falácias muitas vezes escondidas sob elegantes modelos matemáticos que no fundo, em bom português estão apenas dizendo coisas do tipo: escassez não existe, ligar a impressora e fabricar papeizinhos é uma boa forma de gerar riqueza etc.. Uma das maiores é a idéia de que demanda agregada tem alguma relevância para crescimento econômico (quem se interessar mais por isso, escrevi dois textos (1 e 2) sobre o tema) e que exportações elevam a demanda agregada. Ora, se um estrangeiro vem aqui e compra um monte dos bens que produzimos teremos duas alternativas; na primeira, como já foi dito, tudo que eles compraram aqui significa que compramos lá em igual valor, ou seja, deixamos de comprar aqui, de trocar com um brasileiro. Imagine um escambo: de repente aparece um estrangeiro louco por trocar computadores por todas as minhas maças. Eu estou melhor ou pior porque as maças que produzi estavam sendo procuradas no mercado, não porque o cara que comprou era brasileiro ou americano ou tailandês. O fato de eu trocar com brasileiros ou “exportar” não muda absolutamente nada. A segunda alternativa seria eu vender um monte para o exterior e “dormir” com os dólares (no lugar de comprar coisas no exterior). Mas aquilo que eu vendi para o exterior obviamente não pode ser consumido por brasileiros, logo o consumo dos brasileiros terá que cair.

[7] O que gera crescimento econômico não é exportar mais ou menos, é maior produtividade. A causa econômica mais direta é a poupança e conseqüentemente mais capital que gera a maior produtividade (uma condição necessária para poupança são direitos de propriedade bem estabelecidos). Mas mesmo se exportar mais, não gera crescimento econômico, um grande volume de comércio (exportação e importação) ajuda. Imagine se você tivesse que produzir absolutamente tudo o que consome atualmente. Provavelmente ou morreria de fome ou seu nível de vida despencaria. Eu, por exemplo, não faria a mínima idéia de como postar esse texto e mesmo se soubesse, você provavelmente nem estaria na internet lendo-o. Por que trocamos? Exatamente porque as trocas nos permite explorar algo chamado vantagens comparativas. Eu sei fazer, produzir algo a um custo relativamente menor em termos de outras coisas que você (tenho uma vantagem comparativa em relação a um bem qualquer). E você o mesmo para um outro bem. Nós podemos obter mais de todos os bens se cada um fizer aquilo que relativamente faz melhor e trocarmos depois, do que se nos isolássemos e produzíssemos tudo sozinhos. O mesmo é válido para um país. Os países conseguem obter mais bens e viver mais confortavelmente se produzirem aquilo que possuem vantagens comparativas e depois trocarem, do que se se fechassem em autarquias (aliás, um exemplo disso é ver países como Coréia do Norte, Cuba, Albânia, principalmente o primeiro, e comparar com a Coréia do Sul).

[8] Antes de terminar, um último ponto. Sem julgar essa fixação por exportações que o presente governo parece ter, como um governo poderia realmente aumentar as exportações de um país? A resposta já foi dada a mais de 100 anos pelo grande economista Jean Baptiste Say. A melhor forma de fomentar as exportações é liberando a importação. Voltando ao inicio do texto, por que alguém exporta? Simplesmente para importar. Se é custoso importar, não há razão alguma para exportar. E é isso que ocorre quando o governo cisma, por exemplo, em dificultar as importações para fazer saldos positivos na balança comercial. Eles acontecem num primeiro momento, depois somem (o saldo antigo volta), mas com um país mais fechado, mais autárquico e sem produtividade alguma. Eis o resultado das “velhas” políticas industriais brasileiras. A melhor política industrial pró-exportação que o governo poderia fazer seria exatamente o que Say já recomendou muito antes: não fazer política industrial alguma, é só liberar as importações.

China: 24 anos do massacre de Tian An Men: manifestacao em Hong Kong (claro, onde poderia ser?)

No próximo serão 25 anos, um quarto de século, ainda sem respostas sobre como os tanques do Exército Popular esmagaram algumas centenas de populares, estudantes em sua maioria...
Paulo Roberto de Almeida
PS.: Fotos no link seguinte: http://rendezvous.blogs.nytimes.com/2013/06/05/in-hong-kong-a-rain-soaked-celebration-of-democracy/?emc=tnt&tntemail0=y

VIEW FROM ASIA 29 minutes ago Comment
In Hong Kong, a Rain-Soaked Celebration of Democracy
(foto)
Bobby Yip/Reuters
Protesters in Hong Kong yesterday, in front a backdrop showing Beijing’s Tiananmen Square as it was in June 1989.

BEIJING — There aren’t many, if any, places in China where a group of people can shout “down with the Communist Party” in public and not be punished for it. But in Hong Kong, which since 1997 has been part of China but is largely self-governing, they can, and do.
They did it again last night, when tens of thousands of people – including some from mainland China, as my colleagues Gerry Mullany and Chris Buckley reported – gathered in a park in the city’s Causeway Bay district to light candles, listen to speeches and chant slogans in support of democracy in China, on this anniversary of the crushing of the 1989 democracy movement.
Though yesterday’s rally was interrupted by heavy rain, organizers estimated 150,000 people attended; the police put the figure at 54,000 (such large discrepancies in counting have become increasingly common at political rallies in Hong Kong in recent years, perhaps reflecting what many political commentators say is a growing polarization of opinion in the city.)
Here’s what one person who attended wrote on House News, a Hong Kong news Web site:

A screenshot from the Web site of House News, a Hong Kong news site, describing Tuesday’s rally in Victoria Park to commemorate the June 4, 1989 Chinese democracy protests.
As Gerry and Chris reported, participants also shouted slogans calling for free elections in Hong Kong, a widespread demand that Beijing appears to be resisting.
“The protesters pressed a variety of agendas,” they wrote.
“A 17-year-old student named Zheng from Guangdong Province was among several holding a flag of the Republic of China, whose leaders fled to Taiwan as the Communists took over the mainland in 1949,” they reported.
“Wan Yun, 47, a Hong Kong resident formerly from the Chinese province of Hubei, laid out documents about a land dispute that she said had brought her a year in a labor camp.”
Here’s a photograph of a young woman lighting her candle at the event:
(foto)
Jerome Favre/European Pressphoto Agency
Participants light candles during the annual vigil.
And this one below shows the heavy rain as it swept over the large crowd, who sheltered under a colorful mosaic of umbrellas:
(foto)
Kin Cheung/Associated Press
Rain descending on the crowd at Victoria Park.
The rally was held as news reports said that a person long identified in the public eye as bearing guilt for the massacre, the former mayor of Beijing, Chen Xitong, died Sunday in Beijing of cancer.
The parents of Wang Nan, a 19-year-old shot dead that day, said Mr. Chen’s death wouldn’t change anything, the South China Morning Post reported. Mr. Chen, who later was tried and jailed for corruption, was only a small player in the tragedy, said Wang Fandi, a well-known pipa player.
(foto)
A screenshot from the South China Morning Post newspaper with a photograph of Wang Nan, 19, who was shot dead by the military during the assault.
“Wang Fandi, whose 19-year-old son Wang Nan was killed while taking photos on Changan Avenue on June 4, 1989, said that from an historical perspective, Chen had been only a tragic bit player in the crackdown,” the newspaper wrote. It quoted Mr. Wang: “He was just a small potato and a tool manipulated by others.”
“He just said and did what he was instructed to by people in the top echelon,” it quoted Mr. Wang as saying.
In recent years, Mr. Chen had sought to distance himself from the 1989 events, telling the scholar Yao Jianfu, in interviews published in a book, that the crackdown was “a regrettable tragedy,” the Post reported.

Postagem em destaque

Livro Marxismo e Socialismo finalmente disponível - Paulo Roberto de Almeida

Meu mais recente livro – que não tem nada a ver com o governo atual ou com sua diplomacia esquizofrênica, já vou logo avisando – ficou final...